TRINIDAD, Sancti Spíritus.—Mientras simulaba ser el resentido administrador de la finca Masinicú*, del Plan Escambray, Alberto Delgado Delgado mantuvo su cuartel general en una típica casa campesina de las afueras de Trinidad, que desde 1985 funciona como extensión del Museo de la Lucha Contra Bandidos (LCB), con sede en el centro histórico de la cabecera municipal.
Ubicada en una de las márgenes del río Guaurabo, en un punto intermedio entre Trinidad y playa La Boca, la instalación está siendo beneficiada por estos días con un proceso de restauración que abarca la restitución de su cubierta con teja del tipo francesa, como fue concebida originalmente, el reforzamiento de la estructura y el resano de sus paredes, construidas con técnica de embarrado.
Yara Aróstiga, directora del Museo de la LCB, destacó la profundidad y el valor de las labores constructivas ejecutadas por trabajadores por cuenta propia del municipio, que pusieron a salvo una valiosa pieza del patrimonio histórico, la cual, según ella, pudiera ser reabierta en el próximo mes de abril a propósito de la inminente conmemoración del aniversario 50 de la victoria sobre el bandidismo, proclamada por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 26 de Julio de 1965.
Fuentes del Centro Provincial de Patrimonio Cultural confirmaron a Granma que de manera paralela a la inversión se ultiman detalles del guion museológico y del montaje museográfico, a cargo de expertos del territorio, que aspiran a conformar una muestra coherente e integradora en las siete salas de exhibición.
Nacido en El Ramblazo, cerca de Caracusey, término municipal de Trinidad, Alberto desde muy joven se traslada a Morón, donde se vincula a la lucha revolucionara y participa en la toma de Florencia y Tamarindo como soldado del Ejército Rebelde, del que se licenciaría por problemas de salud luego del triunfo del Primero de Enero.
Con fachada de contrarrevolucionario, Alberto Delgado regresa a las predios trinitarios en octubre de 1963, donde enseguida traba contactos con colaboradores y jefes de células terroristas destacadas en la zona y organiza la memorable Operación Trasbordo, mediante la cual resultaron capturadas las peligrosas bandas de Maro Borges y Julio Emilio Carretero, este último máximo jefe del autotitulado Ejército de Liberación Nacional.
En Masinicú permanece Alberto hasta la noche del 28 de abril de 1964, cuando alzados bajo las órdenes de Cheíto León lo secuestran y asesinan muy cerca de la casa, a escasos 50 metros del Circuito Sur.
* Aunque el filme de Manuel Pérez contribuyó a extender el término Maisinicú, el verdadero nombre de la finca es Masinicú.