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General: GALEANO : ORIGINAL Y PROFUNDO
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 15/04/2015 10:34 |
Galeano: original y profundo
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Eduardo Galeano y el autor de estas líneas en el emblemático Café Brasilero, Ciudad Vieja, Montevideo |
(Por Atilio A. Boron) Pensaba ahondar sobre algunos asuntos pendientes de la nota sobre la Cumbre de las Américas que publicara hoy Página/12. Pero a poco de regresar desde Colombia -donde tuve el honor de participar en las diversas actividades de la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia- me abrumó la noticia de la muerte de Eduardo Galeano. Y la verdad es que lo único que tuve ganas de hacer fue buscar sus libros en mi biblioteca y sentirme una vez más en su compañía deleitándome con su lectura. Eduardo fue no sólo un crítico incisivo y mordaz del capitalismo y un hombre comprometido con la revolución latinoamericana sino también un pensador a la vez original y profundo, lo que no se da tan a menudo como se supone. Más de una vez charlábamos sobre la tragedia de muchos intelectuales que se jactan de su originalidad pero cuyo pensamiento se mueve en la superficie, en las zonas de la apariencia. Son originales pero en la producción de banalidades, maestros en el arte de la prestidigitación de la palabra. Cumplen una importante función conservadora (a veces sin ellos saberlo) en la generación de la resignación política y el conformismo, hijos de la confusión ideológica y de la imposibilidad de ir a la raíz de las cosas, como aconsejaba Marx. Otros son profundos, pero no originales. Sus ideas medulares abrevan en algunas de las más grandes cabezas de la historia de las ideas políticas y sociales. El precio de esa profundidad tomada de prestado -y sin que siempre se reconozca la deuda con el verdadero creador- es lo que Gramsci llamaba "el doctrinarismo pedante": el reemplazo del análisis concreto de la realidad concreta por audaces plumazos que nada explican y que mucho menos sirven para cambiar el mundo. Galeano era una notable excepción ante esas trampas y además tenía muchas otras virtudes, como si las anteriores no bastasen: era una persona excepcional y también un historiador erudito, conocedor de primera mano del drama histórico de Latinoamérica, dotado de una notable capacidad para comunicar sus ideas, que siempre referían a una realidad histórica o contemporánea que retrataba con minuciosa precisión y que las expresaba con un lenguaje accesible a cualquiera. No escribía para la capilla sino que su objetivo era llegar con su voz a todos los inconformes, a los oprimidos y explotados que encontraban en su lenguaje -llano, terso, sin rebusques culteranos- un valioso instrumento para comprender y explicarse la realidad que los agobia, las causas de las desdichas y atrocidades que campean en la escena contemporánea y un poderoso estímulo para movilizarse y luchar. Esto requería de una paciencia infinita, y una vocación artesanal que lo llevaba en ciertas ocasiones a pasarse una noche en vela -durante gran parte de su vida con la compañía de unos atados de cigarrillos- bregando por encontrar la frase justa o la palabra exacta que rematase eficazmente su argumento, que dijera lo que quería decir y que fuese capaz de suscitar en quien la leyera la conciencia de su propia situación y la rebeldía para cambiarla. Ahora Eduardo se nos fue, pero nos dejó un legado precioso que acompañará para siempre las luchas emancipatorias de los pueblos nuestroamericanos. Tanto es así que podríamos aplicarle a Eduardo la frase con que a menudo se refería a la siembra del Comandante Hugo Chávez: "Me han dicho que Chávez murió, pero yo no me lo creo", porque las ideas y los sueños de Chávez, como las de Galeano, vivirán para siempre. Es casi una inevitable obviedad decir que con su muerte se va uno de esos imprescindibles que una vez señalara Bertolt Brecht. Tal vez el más imprescindible de todos en la batalla de ideas en que estamos empeñados. ¡Hasta la victoria siempre, Eduardo!
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TELEVISION › LA DESPEDIDA A EDUARDO GALEANO EN OTRA TRAMA
Intérprete de los desplazados
El programa que conduce Osvaldo Quiroga viajó a Montevideo con el dolor a cuestas para reflejar las sensaciones de quienes fueron a despedir al escritor al Palacio Legislativo el mismo día de conocida su partida. Aunque el envío ya se emitió, puede verse en la web.
Por Emanuel Respighi
“No hay que tener desaliento. Para levantarse hay que saber caerse. Para ganar hay que saber perder. Y hay que saber que ésa es la vida, nomás. Y que te caés y te levantás muchas veces. Y algunos se caen y no se levantan nunca más, que por lo general son los más sensibles. Los más fáciles de lastimar, la gente a la que más le duele vivir, la gente más sensible, es la más vulnerable. En cambio, esos hijos de puta que se dedican a atormentar a la humanidad viven vidas larguísimas. Esos no se mueren nunca, porque no tienen una glándula, que la verdad se da bastante poco, que se llama ‘conciencia’ y es la que te atormenta por las noches”. La reflexión, tan poética como contundente, tan cotidiana como profunda, resuena como un estiletazo certero en la cadenciosa voz de Eduardo Galeano, que mira a cámara con esos ojos capaces de destilar esperanza y tristeza al unísono. Es la carta de presentación del especial que Otra trama le dedicó al periodista y escritor uruguayo, fallecido el 13 abril pasado, y que Canal 7 emitió –casi sin que nadie se enterara– en la madrugada del domingo pasado. La tecnología, por suerte, lo mantiene programado a toda hora: el especial se puede ver ingresando a www.tvpublica.com.ar/articulo/homenaje-a-eduardo-galeano/
La muerte del autor de Las venas abiertas de América Latina y Memoria del fuego provocó que su vida y su obra fueran objeto de merecidos homenajes, misceláneas y despedidas aquí y allá. La voz de los desplazados, la que teorizó popularmente la identidad latinoamericana concebida como el resultado de una larga historia de despojos, encontró en Galeano a su más lúcido intérprete. El programa que conduce Osvaldo Quiroga no fue original por haber pensado en dedicarle su último envío a uno de los más destacados escritores de estas pampas rioplatenses, sino por haber hecho lo que nadie: viajar con el dolor a cuesta a Montevideo para reflejar las sensaciones de quienes fueron a despedir al escritor al Palacio Legislativo el mismo día de conocida su partida. En el especial se intercalan pensamientos y reflexiones de Galeano sobre la vida, la escritura, la región, sus obras, el fútbol y su tierra natal, con las palabras cálidas y sentidas de figuras del ámbito de la cultura y la política del otro lado del río.
“Galeano le puso poesía a la historiografía, y a los datos, poesía. Es un poeta de la historia, o un historiador poeta. Llámeselo como se quiera. No me canso de repetir que Galeano sintetiza esa vieja discusión sobre si el arte es contenido o forma, o es contenido y forma “, afirma Pepe Mujica, el ex presidente de Uruguay, con su habitual bonhomía campechana, en la extensa entrevista que Otra trama dosifica a lo largo del emotivo especial. En medio de la tristeza por la muerte, en una de las salas contiguas a donde los restos del autor de Los días de los días eran velados, las palabras acerca de la figura de Galeano se entrelazan con el recuerdo cálido de quienes lo conocieron de cerca y lo admiran con la misma intensidad con la que lo hacen cientos de lectores, a quienes cautivó con su prosa y reconoció con su compromiso. Si, como había acuñado Galeano de su maestro Juan Carlos Onetti, “las únicas palabras que merecen existir son las mejores que el silencio”, en el especial ningún testimonio parece ser suficiente para captar la vida y obra del uruguayo que es tan rioplatense como andino, tan caribeño como trasandino.
“Siguiendo la técnica de Galeano, voy a hacer algo de alquimia y voy a transformar la tristeza en recuerdo, en memoria. Que no va a ser memoria del fuego sino memoria del juego de vivir, de imaginar, del juego de luchar por causas justas, del juego de tener el ojo crítico siempre abierto, que era una característica muy particular de Eduardo”, cuenta Daniel Viglietti, amigo íntimo del escritor. Entre narraciones en su propia voz de pensamientos y pasajes de alguno de sus textos, antiguas entrevistas que Quiroga le realizó, imágenes de diferentes rincones de su amada Montevideo, y la cálida y sencilla despedida durante su funeral, Galeano es homenajeado en Otra trama desde el espíritu “sentipensante” con el que tanto se identificaba. “Eduardo hacía un trabajo finísimo de las palabras, de las frases, las conjugaciones de la síntesis. Sus textos son breves y concisos, dejan siempre la sensación de que te contó algo y no sobra ni un punto ni una coma. Eso es ejercicio, trabajo, talento y un olfato impresionante para captar las historias”, reconoce el escritor y dramaturgo Mauricio Rosencof, que durante trece años compartió la cárcel con Mujica. Algunas de las palabras y abrazos voladores que se fundieron en un especial al que no le vendría mal volver a emitirse por la TV abierta.
En el especial aparecen reflexiones de Galeano sobre la vida, la escritura, la región y el fútbol. |
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