En 1972 fue herido y capturado. Su reclusión duró 12 años y sufrió las más crueles torturas, entre ellas, un total aislamiento.
Raúl Sendic había viajado a París a tratarse una enfermedad degenerativa parecida a una esclerosis.
Hoy lo recordamos como un gran revolucionario
¡HONOR Y GLORIA!