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General: Las "cortes" del "palacio" desprecian al pueblo
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: alí-babá  (Mensaje original) Enviado: 21/05/2015 07:53

EL PAIS › ABOGADOS DE JUICIOS DE DERECHOS HUMANOS ENTREGARON UN PETITORIO ANTE LA CORTE SUPREMA

Un reclamo de autocrítica en tribunales

El documento repudia las resoluciones que obstaculizan el juzgamiento a responsables civiles del terrorismo de Estado. Y exige “una profunda” revisión del rol de jueces y funcionarios del Poder Judicial durante la última dictadura. Incidentes en la Corte.

 Por Alejandra Dandan

El cartel peregrino de los juicios a las empresas cómplices de la dictadura esta vez se detuvo en la plaza Lavalle. A las doce y media abogados y abogadas de las causas de lesa humanidad se concentraron para entregar un petitorio a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El documento repudia las últimas resoluciones de distintos tribunales del país que obstaculizan el juzgamiento a los responsables civiles de los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado. El texto lleva unas 60 firmas de abogados, y está acompañado por firmas de víctimas, querellantes y organizaciones sociales y políticas. También expresa una vuelta simbólica a la calle, un terreno que permite sacar afuera lo que sucede en los tribunales. Los y las abogadas dejaron el texto en la Mesa de Entradas y cuando intentaron pedir una entrevista con el presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, les salieron al encuentro custodios de la Secretaría General de la Corte.

“Estamos en un punto de inflexión que considero que está poniendo en peligro la continuidad de los juicios por crímenes de lesa humanidad”, explicó Hugo Cañón, ex fiscal e integrante de la Comisión Provincial por la Memoria. “Hay un juego de pinzas realizado por los grupos de poder real, me refiero al poder económico, el poder periodístico monopólico y también sectores de la Iglesia que pueden aparecer involucrados y desde ese lugar se busca una vuelta de página para cerrar la historia por caminos diversos, desde una ley de amnistía o terminación de los juicios. Y creo que esto hay que replantearlo porque es una política de Estado que debe darse permanentemente.”

Jorge Auat, coordinador de la Procuraduría por Crímenes contra la Humanidad, escuchaba al lado. “A la luz de la última reunión de abogados, se vio una preocupación creciente a raíz de los últimos fallos –dijo–. Sobre todo el fallo de Casación por (el dueño del Ingenio Ledesma Carlos) Blaquier, Papel Prensa, el caso (del director del diario La Nueva Provincia, Vicente) Massot, lo que nos está pasando en Bahía Blanca”, señaló en relación con la decisión de la Justicia local que primero fue contra el juez que abrió el camino para dar los primeros pasos en esa causa que investiga el asesinato de dos trabajadores del diario Nueva Provincia y ahora cuestiona la legitimidad de los fiscales. “Esto formó parte de la agenda de la última reunión de abogados y creo que es legítimo extender a la Corte esta preocupación, que es el lugar al que tenemos que acudir. Las únicas herramientas que hay es golpear las puertas a cada agencia que tiene responsabilidad para asegurar esto que el propio presidente de la Corte dijo que es política de Estado y no tiene vuelta atrás. Si esto es así, es legítimo que los organismos, los abogados que advierten este cambio de escenario, vayan a la Corte a instalar esta preocupación y comprometerlos en su propio discurso.”

El cartel tenía los nombres iconos de algunas de estas demandas. Mercedes Benz, Ford, Astilleros Astarsa. Entre los que se acercaron hubo ex trabajadores de las empresas, víctimas de los secuestros. Estuvo Beinuz Szmukler, titular de la Asociación Argentina de Juristas, que señaló “que se han prendido las alarmas”. También acompañaron Elizabeth Gómez Alcorta, del programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia; Carolina Varsky de la Procuración; Ana Oberlín y Ciro Annicchiarico, de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación; Eduardo Tavani y Victorio Paulón, entre los muchos de la CTA, Genoveva Ares, de la Comisión del Vesubio, Mirta Mántaras, Pablo Llonto, Adriana Taboada y Graciela Rosenblum, Pedro Dinani y José Schulman por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.

“Los últimos fallos más resonantes, prácticamente la liberación de culpas de personajes siniestros como Massot, Blaquier, la muerte impune de Alcides López Aufranc, muestra la persistencia de una cultura represora que viene de lejos pero se potenció durante el terrorismo de Estado. Creo que durante un tiempo la presión del movimiento popular y la carga del gobierno nacional crearon un clima social que obligó a un Poder Judicial siempre remiso a avanzar en los juicios. Creo que hoy hay una combinación de cambio de humor social y de llegar a un límite en que el poder no admite para nada superarlo. Eso hace que volver a la calle sea el camino jurídico más inteligente que tengamos”, dijo Schulman.

El documento tiene dos partes. La primera vincula el freno a este tipo de juicios con la morfología que persiste en el sistema de justicia. “Impugnamos –dice–, con igual fuerza, a los sectores reaccionarios y antidemocráticos enquistados en el Poder Judicial que intentan frenar el juzgamiento de esos crímenes.” Y exige a la Corte Suprema, “una profunda autocrítica del rol cumplido por los jueces y funcionarios del Poder Judicial durante el terrorismo de Estado, muchos de los cuales nada investigaron y sólo se limitaron a rechazar los miles de hábeas corpus que inundaban los tribunales del país en ese período”.

La segunda parte es programática. La autocrítica debe incluir, señalaron: pedido de perdón y “una investigación sobre el rol del Poder Judicial en la dictadura que concluya en un documento y la identificación de quienes con sus fallos impidieron las investigaciones de los crímenes y ahora alientan la impunidad mediante injustificados dictados de falta de mérito, son reticentes a llamar a indagatoria, requieren de estándares probatorios diferenciales e imponen trabas procesales que imposibilitan el debido juzgamiento de los estamentos del poder económico, judicial, mediático y eclesiástico, que contribuyeron y se beneficiaron con los asesinatos, desapariciones, secuestros y torturas de miles de hombres, mujeres y niños”.

Este último párrafo es un resumen exacto de lo que sucede con las causas. En un documento adjunto, la presentación recuerda que hay 57 integrantes del Poder Judicial investigados en la Justicia, entre ellos jueces, secretarios de juzgados, asesores de menores y fiscales de los cuales 23 están con procesamientos.

Con los papeles en la mano, la cosa siguió en procesión hacia el Palacio. Los abogados intentaron dejar el documento en la Mesa de Entradas planta baja. No los dejaron. Los mandaron al cuarto piso, uno por escalera. Subieron todos. En el estrecho pasillo, cuyas salidas dan a los suntuosos patios de la Corte, les salieron al encuentro tres enormes custodios, de traje de buen corte.

–Yo voy a ir a hablar con el secretario de la Corte –dijo uno–; pero a todos no los va a recibir. Yo les pediría que bajen y se organicen en la planta baja, este lugar está restringido.

–¿¿¡Pero este no es un espacio público!?? –preguntó uno.

–No, y no puede estar acá.

–Perfecto –dijo Mántaras–: que entre el grupo y esperamos acá.

–¡¡Acá no se puede, señora!! –dijeron y se sumaron dos policías.

–¡Es el Palacio de Justicia! –dijo Tavani– ¡Es la primera vez que me entero que es un espacio restringido!

–Esto es por una disposición nueva del doctor Lorenzetti.

En esa Corte, ahora, custodiada como si fuera un signo de los tiempos, los y las abogadas finalmente lograron que un secretario los atendiera. Un grupo entró. Otro bajó. Los que quedaron arriba pidieron la entrevista con Lorenzetti.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 21/05/2015 07:54
por las monarquias judiciales hacen agua las democracias

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 21/05/2015 07:58
¿Qué es la patria? ¿Un fervor que nunca cesa? ¿Una pasión que se construye de a poco? ¿El ardor de una turba en las gradas de algún estadio? ¿Una bandera colgada de nuestras ventanas? ¿El himno cantado de manera gutural y sin palabras? ¿Tal vez un mate recién cebado? ¿O un gaucho bien plantado?... ¿Qué es la patria? ¿Las figuras de San Martín o Belgrano? ¿Las siestas interminables del norte profundo? ¿Los nativos invisibles? ¿O los políticos ubicuos? ¿Qué es la patria?

Seguramente esta pregunta estará rondando las aulas de las escuelas y colegios, a pocos días de la celebración del 25 de Mayo. Pero el hecho de que esté tan presente, no significa que su respuesta sea fácil de elaborar. Porque, en esta tarea de establecer una noción de patria hay muchos caminos posibles y -sobre todo- insólitos atajos mal trazados. “Quizá mi única noción de patria/ sea esta urgencia de decir Nosotros / quizá mi única noción de patria / sea este regreso al propio desconcierto”, reza el final de ese maravilloso poema de Mario Benedetti titulado precisamente “Noción de patria”. Es un poema que debería leerse más seguido en los colegios, aunque en sus estrofas no se hace invocación a los héroes y las batallas, ni a los himnos o las banderas. Todo lo contrario: la noción de patria que plantea Benedetti es más intimista; más profunda. Tiene que ver con la vida, con los descubrimientos y las tragedias de cada uno. Y es precisamente esa vida la que se vuelve fervor. Un fervor que el filósofo Fernando Savater lleva hasta el límite cuando afirma que la única patria decente es la de la infancia. Y lo dice así, con justa razón, porque en la infancia están aquellos lugares en los que crecimos, la lengua con la que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar ese terrible miedo a la ausencia de los seres amados. En la infancia también están los juegos misteriosos, las perfumadas Pascuas en la cocina, las historias que escuchamos de nuestros abuelos, las primeras lecturas, las canciones que acompañaron nuestro despertar a la vida, los cines y las películas amadas. Y esa patria oculta, secreta, poco tiene que ver con las banderas pintadas en los rostros, los himnos cantados a la que te criaste y sin convicción, las fingidas lecciones de la historia y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a los que son tan proclives todos los patriotismos. Es una patria distinta, que se vincula más con aquello de lo que somos verdaderos dueños y representa lo más íntimo y escondido de cada uno. Esto es precisamente lo que debería prevalecer a la hora de construir una noción de patria. Entonces... ¿somos más patriotas por vestirnos con una bandera en algún partido de fútbol que por trabajar esforzadamente para mejorar la realidad atroz de los menos afortunados? ¿Qué cuenta más en una escuela: que los niños vistan escarapelas o que aprendan la felicidad del compartir y ayudar al prójimo? ¿Cómo se está plasmando esa noción de patria en los colegios tucumanos? Los símbolos patrios son importantes. Pero no deben ser usados a la ligera. Y, mucho menos, olvidados. Días atrás, a través de nuestro servicio de Whatsapp, una mamá se quejó amargamente porque en los actos escolares ya no se usan los símbolos patrios. “En la escuela de mi hijo se festeja el Día de la Bandera, sin bandera”, decía con decepción. Una realidad que, ciertamente, podría ser más común de lo que muchos creen. Es un desprecio que duele, sí, pero... ¿está la patria en los símbolos patrios? ¿De qué sirve el juramento de honor a la bandera que todos hicimos a los diez años si ese fervor no fructifica luego en favor de la comunidad, en una noción de “nosotros”? Y mucho más aún: ¿de que sirve que un político hable de patriotismo cuando hace campaña, si después se olvida de que la patria es el otro? ¿Cómo se puede hablar de patriotismo cuando hay funcionarios de primera línea que están siendo investigados por la Justicia? ¿Cómo se le puede decir a un hombre que tiene una patria cuando se le niega el derecho a una pulgada del suelo que habita o no puede acceder a un trabajo digno? 

Así las cosas... ¿qué es la patria? La patria es todo nuestro universo. Es acto y potencia. Lo que somos y también lo que podemos llegar a ser. El patriotismo es, sencillamente, hacer bien lo nuestro y hacerlo útil para los que nos rodean. Y eso no depende de una escarapela, sino de una noción superior: el humanismo. Esto también debería entrar en juego a la hora de poner nuestro voto en la urna. Como dijo Simón Bolívar: “formémonos a toda costa una patria verdadera (no ficticia) y todo lo demás será tolerable”.

Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 21/05/2015 07:59
http://www.lagaceta.com.ar/nota/638005/opinion/nocion-patria.html

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 22/05/2015 00:26
Qué tiene de "supremo" un tipo que no respeta ni a su abuelo? y lo saca de la cama para llevarlo a un  banquete que ni siquiera  puede compartir?
En realidad si es supremo, un supremo H.D.P que se la pasa haciendo lobby en lugar de justicia....para no renunciar a la "Aristocratica" corte de los chupamedias y a las coimas rastreras para archivar expedientes,  en el  único palacio que puede habitar " el palacio del colchón" para sentirse alguien, seguramente Atila  lo tendría de bufón....
Por culpa de estos chupasangre arribistas , argentina no tiene justicia.-


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