Revista Playboy: Facundo Moyano ataca a la izquierda
En una entrevista realizada por la revista Playboy, Facundo Moyano dio su opinión sobre su apoyo al Frente Renovador, y además atacó a la izquierda.
En la muy proletaria revista Playboy (sí, esa misma, la de las chicas en menos que paños menores, la que simboliza la cosificación de la mujer), dijo Facundo Moyano: "Los últimos paros tuvieron mucha adhesión. Más allá de algunos dirigentes sindicales que la verdad te tiran para atrás en lo discursivo y en lo comunicativo, que con sus declaraciones terminan dándoles de comer a los argumentos del gobierno; o de la izquierda que es increíble, que corta las autopistas cuando hay un paro, colgándose del paro de transporte de la CGT y encima te critican porque sos la burocracia sindical. Le dan argumentos al gobierno que después dice que la gente no fue a trabajar por los piquetes".
O sea que, para “Moyanito”, la acción directa de los trabajadores, el corte de ruta, el piquete, formas de lucha históricas de los trabajadores reapropiados luego por los trabajadores desocupados en nuestro país, no es una manera de enfrentar la coerción patronal que somete a los trabajadores con la precarización laboral y la amenaza de despido, sino que es una forma de darle argumento al gobierno y de desprestigiar la estrategia de los dirigentes sindicales burocráticos.
Pero precisamente la intervención de la izquierda junto a la vanguardia de los trabajadores en cortes y piquetes durante los paros tiene por función transformarlos en movimientos activos, que permitan la intervención del conjunto de la clase trabajadora, que le permitan al trabajador precario poder ejercer su derecho a la protesta y a la vez diferenciarse de una burocracia sindical que gusta de llevar a cabo acciones improvisadas y domingueras.
En el último paro, mientras la burocracia sindical se limitaba a pelear por el impuesto al salario, demanda justa pero que representa solo al sector mejor pago de los trabajadores, la izquierda hizo los piquetes para garantizar la voz de los sectores más bajos de la clase trabajadora, haciéndolos presentes en la agenda de la huelga.
Para Moyanito: "La izquierda en el sindicalismo es realmente marginal, tienen cuatro o cinco fábricas y no ganan ninguna elección. Se visibiliza porque te corta la Panamericana o porque llevan todas las medidas al extremo".
Pero lo cierto es que los cortes en la Panamericana fueron votados en asambleas de trabajadores como en MadyGraf, Kraft, Pepsico, por el SUTNA San Fernando y por las seccionales docentes, entre otras tantas votaciones, a diferencia de los burócratas, que simplemente anuncian su medida y esperan a que el acatamiento se dé por obediencia y no por participación democrática. Pero, además, los cortes más resonantes en la Panamericana fueron protagonizados por los obreros de la autopartista Lear, que enfrentaron la alianza sagrada de los intereses de la patronal imperialista, los burócratas traidores del SMATA y el gobierno nacional, en una lucha persistente y ejemplar en defensa de los puestos de trabajo, acuñando una consigna que es patrimonio del conjunto de la vanguardia de los trabajadores que es: “familias en la calle, nunca más”. Mientras los burócratas sindicales de todo color establecían una tregua y se dividían en el apoyo al kirchnerismo y a la oposición patronal, miraban para otro lado cuando las patotas del SMATA actuaban como fuerza de choque de la empresa para que los trabajadores se quedaran sin representación sindical y sin trabajo.
La izquierda molesta a Facundo Moyano porque representa la cabeza de un proceso de reorganización de los trabajadores cuya sola existencia hace temblar a los burócratas en sus cómodos sillones. Pero también porque una franja del movimiento obrero acompaña políticamente a la izquierda a través del voto al FIT y desconfia cada vez más de los políticos patronales.
La izquierda le molesta a los Moyano, porque no solo les gana la calle con fuerza y capacidad de movilización de trabajadores de base, sino porque denuncia la política de una burocracia conciliadora, aliada a lo peor de la política patronal. Como los que apoya “Moyanito”, quien defendió al jefe del Frente Renovador, Sergio Massa: "Yo estoy en una posición distinta, porque, si bien soy dirigente gremial, también tengo una función y una agenda política, y pertenezco a un espacio político.
El único que ha planteado una agenda clara acerca de los problemas que tiene el sindicalismo y los trabajadores en general es Massa. Se ha referido a los temas que la CGT y la CTA tienen en su agenda. No es que intento persuadir a cada dirigente gremial pero sí me muestro y opino cuando tengo la oportunidad. No hago lobby para Massa, pero sí digo lo que pienso".
El diputado del FR y dirigente gremial olvida decir que Massa es partidario de un ajuste pergeñado por personajes nefastos como Ignacio De Mendiguren, quien acompañó e impulsó la devaluación como ministro de Producción de Duhalde, en el 2002, licuando los salarios de los trabajadores y rescatando las deudas de las patronales; participando en la complicidad política de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Dario Santillán.
En definitiva Facundo Moyano, “Moyanito”, el sex symbol de los Moyano que elige Playboy para atacar a la izquierda, el mismo que gustaba de mostrarse como el ala progre del sindicalismo peronista y hacía escuelas donde se leía a John William Cooke y a los peronistas revolucionarios, se termina de desenmascarar como un clon ideológico de su padre, Hugo, que solía integrar las patotas armadas de la JSP y la Triple A, que al grito de "Muerte al trapo rojo” y a la "infiltración trotskista” perseguía y asesinaba los activistas y militantes de izquierda.
Facundito Moyano parece distinto a su padre y hermano, pero cuando abre la boca enseguida queda claro que sus palabras reproducen los mismos tópicos macartistas y anti-trotskistas de una burocracia sindical peronista educada en los principios más reaccionarios de una derecha troglodita que ha cobijado hasta no hace mucho entre sus filas a José Pedraza y los asesinos de Mariano Ferreyra. Seguramente Hugo estará comentando a los gordos dirigentes de su central y camioneros un orgulloso "hijo e’ tigre".