"Hemos sufrido una notable pérdida de votos y por lo tanto no podemos estar satisfechos", reconoció Rajoy tras una reunión del comité ejecutivo del PP, que perdió las mayorías absolutas cosechadas en las elecciones de 2011 en muchas regiones e importantes alcaldías como Madrid y Valencia, donde gobernaban desde 1991.
"Los resultados de ayer no son evidentemente los que nos hubiera gustado tener, pero demuestran que el Partido Popular sigue siendo la opción preferida de los españoles", evaluó Rajoy, achacando el mal resultado electoral al desgate de cuatro años de gobierno en plena crisis económica.
De todas maneras, el presidente español sostuvo que continuará en carrera para la reelección y confió: "Estoy absolutamente convencido de que los españoles en las próximas elecciones generales van a reconocer el esfuerzo". Desde su asunción en diciembre de 2011, el referente del PP aplicó drásticas políticas de austeridad.
"Llevo muchos años en este partido (...) hemos ganado las elecciones en el año 2011 y por tanto en ese asunto estoy muy cómodo y muy tranquilo", afirmó, descartando "hacer algún tipo de cambio (...) en el gobierno ni tampoco en el partido".
Se enfrenta sin embargo a un panorama político muy diferente al de hace cuatro años, con la competencia, además de su tradicional rival socialista, de dos formaciones emergentes, Podemos a la izquierda y Ciudadanos en el centro-derecha.
"Hoy no es un día para hablar de pactos ni de acuerdos", afirmó sin embargo Rajoy. "En este momento no hemos tomado ninguna decisión, yo no he hablado con nadie y nadie se ha puesto en contacto conmigo para nada", agregó.