El movimiento popular yemení Ansarolá ha afirmado que todavía no ha
empleado todo su poderío militar contra Arabia Saudí, país que lidera
una incesante agresión contra Yemen.
“Hasta la fecha, no hemos utilizado toda nuestra energía y fuerza en
el campo de batalla”, ha insistido este domingo Mohamad al-Bujaiti,
miembro del consejo político de Ansarolá, durante una entrevista con la
cadena de televisión libanesa Al-Mayadeen.
En cuanto a los recientes lanzamientos de los misiles Scud contra el
territorio saudí, Al-Bujaiti ha señalado que desde el inicio de los
ataques saudíes, Ansarolá ha sido capaz de utilizar estos armamentos,
pero no respondió a los ataques saudíes hasta el momento.
Ha explicado que el movimiento dará una “respuesta gradual” a Arabia
Saudí para dar esta oportunidad a “los países aliados de Riad en sus
ofensivas militares, que revisen su postura y abandonen la agresión”.
Por otra parte, ha desmentido una supuesta reunión entre los
representantes de Ansarolá y de Estados Unidos, según había alegado el
diario estadounidense The Wall Street Journal.
Según fuentes militares yemeníes, en represalia a los incesantes
ataques saudíes contra Yemen, las fuerzas del Ejército y comités
populares lanzaron cinco misiles contra Aramco, petrolera que produce
uno de cada ocho barriles de crudo a nivel mundial.
Esos ataques con misiles tienen lugar después de que el lanzamiento
de un misil balístico Scud, en la madrugada del sábado, contra una base
aérea en la ciudad saudí de Jamis Mushait (sur) hiciera saltar las
sirenas en la referida región saudí.
Por su parte, el portavoz militar saudí, Ahmad al-Asiri, ha advertido
este domingo que los combatientes de Ansarolá y las fuerzas partidarias
del expresidente yemení Ali Abdolá Saleh poseen unos 300 misiles
balísticos Scud.
Ansarolá ha puesto de relieve en reiteradas ocasiones que Yemen dará
una respuesta dura a los incesantes ataques militares de Arabia Saudí y
sus aliados, afirmando que hasta el momento este movimiento ha enfocado
su estrategia militar en la defensa para “mostrar la cara fea” de los
agresores.
IRNA