Un impacto con ruido de explosión, gente atrapada y desesperación de familiares: otra vez la línea de trenes Sarmiento fue el escenario de un drama. A casi 16 meses de la tragedia de Once, ayer por la mañana tres personas –una mujer y dos hombres– murieron y al menos 315 resultaron heridas, después de que una formación chocara y se incrustara contra otra que estaba detenida, a la altura de la localidad bonaerense de Castelar. 
La justicia estudia los motivos por los cuales la segunda formación no frenó e impactó en la primera, que esperaba la señal de ingreso a la estación. El ministro del Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, dijo en conferencia que la formación "tenía frenos nuevos", mientras que delegados del Sarmiento aseguraron que ese segundo tren no estaba en condiciones de circular por problemas en su sistema de frenado. Mientras tanto, el motorman de ese tren quedó detenido e incomunicado, el servicio de toda la línea fue interrumpido por 24 horas para la realización de pericias y el gobierno dispuso 150 micros para el traslado de pasajeros. Al cierre de esta edición, quedaban 32 personas hospitalizadas, cinco de ellas en terapia intensiva. 
En un acto en Casa de Gobierno, la presidenta Cristina Fernández se solidarizó con los familiares de las víctimas, prefirió no calificar el hecho de "accidente", y declaró: "Siento bronca e impotencia porque estamos poniendo todo en inversión, tiempo y recursos humanos. Cosas como estas nos duelen a todos los argentinos." El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, visitó a los internados en el Hospital Güemes y calificó lo sucedido como un "hecho grave". 
Hay historias en cada uno de los cientos de pasajeros que iban en ambas formaciones. Alejandro Suasnobar, por ejemplo, emprendió con su tío, Juan Maldonado, el viaje de tres horas que todos los días hacen juntos hasta Luján. Los dos trabajan en la construcción. El tío se quedó en el piso bajo. Alejandro subió al segundo, consiguió un asiento, se quedó dormido. Despertó con el golpe. Fue un estallido, como un estruendo. Volaron los vidrios. Se apagaron las luces. "Estábamos en el cuarto vagón. De pronto, nos fuimos para abajo, y se sintió el movimiento como del tren, como un descarrilamiento." Él sufrió golpes en la cabeza y su tío, en la cadera y la rodilla.  
El choque ocurrió a las 7:07 cerca de la barrera de la calle Zapiola. Según un comunicado de la Unidad de Gestión Operativa, Líneas Mitre y Sarmiento (UGOMS), concesionaria del servicio, en ese momento "la formación 3725 chapa 19 se encontraba detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido a Moreno, cuando, por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa 1 que venía con el mismo sentido, embistió de atrás a la formación que se encontraba detenida". UGOMS es la sociedad anónima privada que surgió cuando el gobierno nacional resolvió sacarle a TBA la concesión del ferrocarril Sarmiento. Está conformada por las empresas Ferrovías (del Grupo Romero-Emepa) y Metrovías (del Grupo Roggio), y es asistida con fondos estatales para el pago de sueldos de los trabajadores. 
Sobre las razones del impacto, la empresa aseguró que "el sistema de señales funcionaba al momento del accidente", y dio precisiones sobre el frenado. El comunicado de prensa de la Línea Sarmiento también afirma que el chapa 19 "se encontraba detenido respetando la señal 189 de ingreso a Castelar", que "la infraestructura de vías se encuentra en óptimas condiciones de seguridad" y que se pudo verificar que "la formación chapa 1 frenó normalmente". 
Según el comunicado, "en los instantes previos al impacto, de acuerdo al análisis que surge del monitoreo satelital, la formación frenó normalmente en la estación Morón. Posteriormente,  la formación chapa 1 cruzó una primer señal a 'precaución' (lo que determina que debe bajar la velocidad) y las siguientes tres señales a 'peligro'. De acuerdo al reglamento operativo, ante una señal de peligro el conductor debe detener completamente la formación, situación que no ocurrió."
En el mismo sentido se pronunció el ministro Randazzo en dos conferencias en las que dijo que "los frenos del chapa 1 fueron cambiados en su totalidad" y advirtió: "El tren está provisto de una caja negra, así que vamos a determinar si hubo responsables de lo que ha ocurrido." Más tarde, detalló que el registro del GPS del chapa 1 indica que "iba a 62 kilómetros, siempre con la velocidad en ascenso". Se trataba de un recorrido semi rápido en un tren de dos pisos que había salido de Once y, según precisó el funcionario, "paró en Flores, Liniers y Morón sin ningún tipo de inconvenientes".
Rubén "Pollo" Sobrero, delegado del Sarmiento, contradijo al ministro al asegurar que "desde hace bastante tiempo" que denuncia que el chapa 1 tiene problemas de frenado.  "Ese equipo estuvo parado hace seis meses, no queríamos que esa formación salga", declaró Daniel Ferrari, delegado del taller de Castelar. 
Edgardo Reynoso, delegado de la Unión Ferroviaria (UF), le dijo a Tiempo Argentino: "Los problemas de frenado de ese equipo se dan desde que esa formación entró en servicio como doble piso, en 2007 o 2008." Además, destacó que "los compañeros de La Fraternidad (gremio que agrupa a los conductores de trenes) se negaron a trabajar con ese equipo porque no reunía las garantías pero la empresa lo consideró apto para circular". Para Horacio Caminos, secretario de prensa de ese gremio, la formación chapa 1 tuvo una "falla de frenos que ocasionó este hecho gravísimo".
Un vecino de la zona que estaba mirando los rescates y fue convocado como testigo de las pericias judiciales, conversó con este diario: “Me mostraron los tres frenos. Los dos de mano no funcionaban y el de emergencia, el de pie, directamente quedó flotando". Y señaló que la escena era aterradora: "Llena de sangre, de restos humanos. Nunca vi algo así." Sin embargo, un integrante del Grupo Especial de Rescate de los Bomberos de la Policía Federal indicó que estaban evaluando la posibilidad de que se hubiera tratado de un error en el cambio de vía, a cargo de la central y no del maquinista.

LA INVESTIGACIÓN. Fuentes judiciales precisaron que los fallecidos son: María Laura del Zompo, nacida en 1975 y oriunda de la provincia de Santiago del Estero; Ezequiel Agustín Vargas, de la localidad bonaerense de El Palomar, nacido en 1994; y Cristian Darío Nuñez, de 32. La investigación está a cargo del juez Jorge Rodríguez, titular del Juzgado Federal número 2, y el fiscal Sebastián Basso, quienes anoche veían los videos de las cámaras de seguridad del tren y de las estaciones para determinar si la carátula para el motorman sería "estrago doloso seguido de muerte", como prefería el fiscal, o "culposo", a lo cual se inclinaba el juez. Randazzo detalló que al motorman y su acompañante "se les realizó un examen de alcoholemia antes de la partida de este tren y dio alcohol en sangre cero".
López, que según Reynoso tiene "poco más de 50 años", resultó herido. Tanto el delegado de la UF como Sobrero sostuvieron que "lo que ocurrió no fue una falla humana" y defendieron al maquinista. Caminos, de La Fraternidad, afirmó que López "entró en shock. Fue encontrado por el otro compañero, el que fue embestido, y fue llevado a Castelar con un shock emocional gravísimo". El maquinista será indagado hoy, pero hay tiempo para definir su situación procesal, ya que el plazo vence dentro de diez días hábiles, que se cumplirían el viernes 28 de este mes. 
Durante su primera exposición, Randazzo dijo que buscaba "determinar si fue un siniestro o un accidente" y afirmó que no podía determinar si lo ocurrido "fue intencional o no".
Profesionales del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) de Morón trabajaron con apoyo de los Bomberos Voluntarios de la zona y de Defensa Civil, a los cuales se sumó Gendarmería Nacional, policías y personal especializado de Ciudad y Provincia de Buenos Aires.
María Luján Rey, mamá de Lucas Menghini –el joven que fue hallado muerto dentro del Sarmiento dos días después de la tragedia de Once–, se acercó ayer al lugar de los hechos y les pidió a los rescatistas: "Por favor, revisen todo el tren, para que no haya otro Lucas."  «

Por una Ley Federal

La Federación Ferroviaria Argentina, que agrupa a los cuatros gremios de la actividad –Sindicato de Conductores de trenes, La Fraternidad; Unión Ferroviaria; Personal de dirección (APDFA); y señaleros (ASFA)– pidieron la sanción de una ley federal de transporte. 
Los ferroviarios manifestaron que "a pesar de los significativos esfuerzos desarrollados por el gobierno nacional con los importantes planes de reactivación y modernización de la actividad ferroviaria en marcha, la crisis del sistema requiere continuar invirtiendo planificando y efectuando los controles correspondientes para posibilitar la recuperación integral del Modo Ferroviario de Transporte". 
Señalaron: "Requerimos de una política de Estado ferroviaria, organizada desde una ley federal de transporte, que cierre definitivamente el paso a accidentes tan graves."

SALUDOS REVOLUCIONARIOS

(Gran Papiyo)