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General: Evo: Visita de Felipe González a Venezuela es ejemplo de nuevo colonialismo
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Respuesta  Mensaje 1 de 8 en el tema 
De: Quico º  (Mensaje original) Enviado: 11/06/2015 18:18

Evo: Visita de Felipe González a Venezuela es ejemplo de nuevo colonialismo

Posted: 10 Jun 2015 03:03 PM PDT

Morales señaló que este viaje es fruto de una “una mentalidad colonial, y eso debe terminar”.

El presidente boliviano acusó a González de conspiración política, enmarcada en las acciones de Estados Unidos contra la Revolución Bolivariana de Venezuela.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, consideró que la visita del expresidente de España Felipe González a Venezuela es un claro ejemplo de “nuevo colonialismo”.

Durante una entrevista concedida a la agencia EFE, Morales señaló que ese viaje, en el que el expresidente español pretendía visitar a los líderes opositores golpistas, es fruto de una “una mentalidad colonial, y eso debe terminar”, por lo que añadió que se trata de una intromisión y una vergüenza.

Asimismo, el mandatario boliviano aseguró que si viajara un expresidente boliviano o venezolano a enseñar a España, ante sus constantes problemas políticos, ellos no lo aceptarían.

“¿Acaso los españoles no tienen problemas políticos? Si va un expresidente de Venezuela o Bolivia a enseñar a España no lo aceptarían”, dijo el dignatario de Bolivia que se encuentra en Bruselas, donde participa este miércoles y jueves en la Cumbre Celac-UE.

De igual manera, acusó a González de conspiración política, enmarcada en las acciones de estados Unidos en contra de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

Desde el pasado sábado, Felipe González arribó a Venezuela para sostener reuniones con miembros de la ultraderecha y para visitar a los opositores que se encuentran privados de libertad por su vinculación con planes golpistas.

Desde su arribo a Venezuela, los venezolanos rechazaron contundentemente a través de las redes sociales su presencia en el país, realizando un tuitazo con la etiqueta #FelipeFueraDeAquí.

El exjefe del Gobierno español Felipe González, salió este martes de Venezuela en un avión de la flota presidencial colombiana que pertenece a la Fuerza Aérea de ese país, informó esta tarde la diputada de la Asamblea Nacional (AN) Tania Díaz.

ABI/EFE



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Respuesta  Mensaje 2 de 8 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 12/06/2015 18:55
Y como vino se fue, sin pena ni gloria...
sinvergüenza que viene a un país extranjero a inmiscuirse en asuntos que no son de su incumbencia, mientras su país se ve entre tantos problemas: desempleo, desahucios, problemas con los pensionados, etc, etc.
      a ver si el gallo puso por allá

Respuesta  Mensaje 3 de 8 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 14/06/2015 12:26

Felipe González en Venezuela

La visita del expresidente del Gobierno español a Caracas ha sido un gran éxito que sirve a la oposición democrática al chavismo al tiempo que imparte una lección a la izquierda latinoamericana y europea

 

 

Se equivocan quienes dicen que la visita del expresidente español Felipe González a Venezuela ha sido un fracaso. Yo diría que, más bien, ha constituido todo un éxito y que en los escasos dos días que permaneció en Caracas prestó un gran servicio a la causa de la libertad.

Es verdad que no consiguió visitar al líder opositor Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde, ni tampoco asistir a la vista de su juicio ni a la audiencia en que se iba a decidir si se abría proceso al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma (preso desde febrero), pues ambas convocatorias fueron aplazadas por los jueces precisamente para impedir que González asistiera a ellas. Pero esto ha servido para mostrar, de manera flagrante, la nula independencia de que goza la justicia en Venezuela, cuyos tribunales y magistrados son meros instrumentos de Maduro, al que sirven y obedecen como perritos falderos.

De otro lado, lo que sí resultó un absoluto fracaso fueron los intentos del Gobierno y jerarcas del régimen de movilizar a la opinión pública contra González. En un acto tan ridículo como ilegal, el Parlamento que preside Diosdado Cabello —acusado por prófugos del chavismo a Estados Unidos de dirigir la mafia del narcotráfico en Venezuela— declaró al líder socialista persona non grata, pero todas las manifestaciones callejeras convocadas contra él fueron minúsculas, conformadas sólo por grupos de esbirros del Gobierno, en tanto que, en todos los lugares públicos donde González se mostró, fue objeto de aplausos entusiastas y una calurosa bienvenida de un público que agradecía el apoyo que significaba su presencia para quienes luchan por salvar a Venezuela de la dictadura.

El triunfo de la oposición no está garantizado en absoluto, debido a las posibilidades de fraude

Su comportamiento, en ese par de días, fue impecable, exento de toda demagogia o provocación. Se reunió con la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a las principales fuerzas de la oposición, y las exhortó a olvidar sus pequeñas rencillas y diferencias y mantenerse unidas ante el gran objetivo común de ganar las próximas elecciones y resucitar la democracia venezolana, a la que el chavismo ha ido triturando sistemáticamente hasta reducirla a escombros. Aunque todas las encuestas dicen ahora que el apoyo a Maduro no sobrepasa un 20% de la población y que el 80% restante está en contra del régimen, el triunfo de la oposición no está garantizado en absoluto, debido a las posibilidades de fraude y a que, en su desesperación por aferrarse al poder, Maduro y los suyos puedan recurrir al baño de sangre colectivo, del que ha habido ya bastantes anticipos desde la matanza de estudiantes el año pasado. Por eso es indispensable, como dijo González, que todas las fuerzas de la oposición se enfrenten solidarias en la próxima confrontación electoral que el régimen, debido a la presión popular, ha prometido para antes de fin de año.

Pero, quizás, el efecto más importante de la visita de Felipe González a Venezuela, aparte del coraje personal que significó ir allí a solidarizarse con la oposición democrática sabiendo que sería injuriado por la prensa y los gacetilleros del régimen, es el ejemplo que ha dado a la izquierda latinoamericana y europea. Porque hay entre ella, todavía, y no sólo entre los grupos y grupúsculos más radicales y antisistema, sectores que, pese a todo lo que ha ocurrido en los años de chavismo que padece la tierra de Bolívar, alientan todavía simpatías por este régimen y se resisten a criticarlo y a reconocer lo que es: una creciente dictadura cuya política económica y corrupción generalizada ha empobrecido terriblemente al país, que tiene hoy día la inflación más alta del mundo, índices tenebrosos de criminalidad e inseguridad callejera, y donde prácticamente ha desaparecido la libertad de expresión y los atropellos contra los derechos humanos se multiplican cada día.

Es verdad que algunos de los defensores del régimen de Maduro, como los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, Evo Morales, de Bolivia, el comandante Ortega, de Nicaragua, Cristina Kirchner, de Argentina, y Dilma Rousseff, de Brasil, lo hacen con hipocresía y duplicidad, elogiándolo en discursos demagógicos, defendiéndolo en los organismos internacionales, pero evitando sistemáticamente imitarlo en sus propias políticas económicas y sociales, muy conscientes de que éstas últimas, si siguieran el modelo chavista, precipitarían a sus países en una catástrofe semejante a la que padece Venezuela.

Algunos de los defensores del régimen de Maduro lo hacen con hipocresía y duplicidad

Aunque en Europa el socialismo ha ido convirtiéndose cada vez más en una social democracia, haciendo suyos los valores liberales tradicionales de tolerancia, coexistencia en la diversidad, respeto a la libertad de opinión y de crítica, elecciones libres, una justicia independiente, y comprendiendo que las nacionalizaciones y el dirigismo económico son incompatibles con el desarrollo y el progreso —véase los esfuerzos que hace la Francia socialista de Hollande y Valls para impulsar el mercado libre, estimular la empresa privada y abrir cada vez más su economía—, todavía en América Latina persisten los mitos colectivistas y estatistas. Lo que Hayek llamaba “el constructivismo”, la idea de que una planificación racionalmente formulada podía ser impuesta a una sociedad para imponer una justicia y un progreso material que tendría en el Estado su instrumento central, pese a que la historia reciente muestra en los casos del desplome de la URSS y la conversión de China Popular en un país capitalista (autoritario) el fracaso de ese modelo, todavía en América Latina sigue siendo la ideología de muchas fuerzas de izquierda, uno de los obstáculos mayores para que el continente, en su conjunto, prospere y se modernice como ha ocurrido, por ejemplo, en el continente asiático.

Felipe González prestó un enorme servicio a España contribuyendo a la modernización del socialismo español, que, antes de él y su equipo, estaba todavía impregnado de marxismo, de “constructivismo” económico y no había asumido resueltamente la cultura democrática. Curiosamente, su adversario de siempre, José María Aznar, hizo algo parecido con la derecha española, a la que impulsó a democratizarse y a modernizarse. Gracias a esa convergencia de ambas fuerzas hacia el centro, España, a una velocidad que nadie hubiera imaginado, pasó, de una dictadura anacrónica, a ser una democracia moderna y funcional y un país cuya prosperidad, no hace muchos años, el mundo entero veía con asombro. Conviene recordarlo ahora cuando, debido a la crisis, ha cundido ese parricidio cívico que pretende achacar todo lo que anda mal en el país a aquella transición gracias a la cual España se salvó de vivir el horror que está viviendo Venezuela.

Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2015.

© Mario Vargas Llosa, 2015


Respuesta  Mensaje 4 de 8 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 14/06/2015 12:40

“Venezuela necesita justicia, no venganza ni revanchismo”

El principal líder opositor venezolano cree que la política "vive una situación de emergencia"

 
 
 

Capriles, en un acto en apoyo a Ledezma en febrero. / CRISTIAN HERNÁNDEZ (GETTY)

 

Henrique Capriles (Caracas, 1972) llega a la sede en Caracas de su partido, Primero Justicia, cargado de bolsas. Su equipo asegura que le encanta ir a los supermercados y mirar cómo oscilan los precios de los productos. “Lo que está pasando con el sistema cambiario en este país es una locura”, asegura Capriles antes de la entrevista con EL PAÍS y la Cadena Ser. Casi dos horas sin freno donde el gobernador del Estado de Miranda, principal líder opositor de Venezuela, que perdió en 2013 las elecciones por una diferencia de 1,5% respecto a Nicolás Maduro, urge por un cambio: “La política en Venezuela vive una situación de emergencia”.

Pregunta. ¿Qué valoración hace de la visita de Felipe González a Venezuela?

Respuesta. Felipe dio una lección de diplomacia a un Gobierno que no entiende, a pesar de que Maduro fue seis años canciller, lo que es la diplomacia, lo que son las libertades. No entró en el terreno de la descalificación al que le quería llevar el Gobierno. No vino a retar al Gobierno, lo que pasa es que el Gobierno necesita enemigos, todos los días se inventa enemigos para tapar el desastre económico y social que vive el país. Pretender malponer a Felipe González en América Latina es perder el tiempo. Tiene las mejores relaciones con todos los líderes, actuales y expresidentes.

P. Usted se reunió con él, ¿de qué hablaron?

R. Fue un contacto personal. Yo mantengo, y no es algo privado, una comunicación permanente con Felipe González. Hemos puesto especial interés en las elecciones a la Asamblea Nacional. Una de las peticiones, que aspiramos que se concrete, es que haya una misión de observación liderada por la Unasur con el acompañamiento de la OEA y de la Unión Europea.

P. ¿Qué ha aprendido desde la derrota de 2013?

En este país nunca va a gobernar la derecha

R. He madurado. No soy el mismo que cuando inicié mi carrera política. He aprendido que los caminos rápidos a veces pueden terminar siendo largos. No quiero sonar poco modesto pero en estos años de mal llamada revolución he sido la persona que más apoyo ha logrado fuera del Gobierno. No lo logré sobre la base de decirle a la gente que saliese a la calle a matarse, sino de ofrecerle soluciones. Parece que el debate dentro de la oposición es quién es más valiente. Para mí, valiente es el que con la fuerza de sus ideas logra que otro cambie su forma de pensar y sumarlo a su causa. Yo no soy una persona conservadora. No soy de derechas, no tengo ideas de derechas. En Venezuela nunca va a gobernar la derecha, además. Sí puede haber un grupo conservador, que no soy yo. Hay que articular una mayoría policlasista. Venezuela urge un nuevo acuerdo social con los pobres. Me preocupa que haya una oposición que pretende no voltear para ver a los pobres de Venezuela. Puede pasar que la gente, a pesar de su situación de pobreza, al no escuchar que una nueva oferta los incluya, diga: “Bueno, yo prefiero, aunque estoy mal, quedarme aquí porque, según el que me representa, para él soy el actor más importante”.

P. Las protestas de 2014 desembocaron en la muerte de 43 personas. ¿Dañaron más al chavismo o a la oposición?

Hay que articular una mayoría policlasista para lograr el cambio

R. Ese es un debate que hoy generaría nuevamente una división dentro de la oposición. Ustedes ya conocen mi posición. Considero que fue un error. Hay una clase media profesional muy golpeada, pero no hay cambio en Venezuela que pase exclusivamente por la clase media. La mayoría de los venezolanos vive en los sectores populares. Hay que buscar en la crisis una oportunidad de encuentro. Los cerros no van a bajar. Tienes que subir a buscarlos. Si la protesta en Venezuela no es reivindicativa, social, económica, no va a conectar, no va a tener el respaldo del que vive en cualquier cerro. Yo no voy al valle del Tuy a hablar de la visita de Felipe González. Para ellos, no representa nada.

P. ¿La oposición venezolana está realmente unida?

R. La oposición va a estar unida por un tema de supervivencia. Divididos no hay forma de obtener una victoria electoral. Si usted tiene el 70% y lo divide en 3, el que tiene el 30% va a ganar. La oposición se dio duro el último año viniendo de una unidad perfecta. Este proceso electoral va a marcar políticamente lo que pase en Venezuela en los próximos años. La oposición siento que tiene la madurez y la conciencia de que debe haber unidad. Y la va a haber.

P. ¿Se puede gobernar sin revanchismo?

Los cerros no van a bajar, tienes que subir tú a buscarlos

R. Yo sí, absolutamente. Venezuela necesita justicia, no venganza. Uno de los problemas de la oposición es que hay algunos discursos que aterran a gente que viene del oficialismo. Hay sectores de la oposición que no han entendido que para lograr el cambio en Venezuela y que dure es absolutamente necesario incluir a gente que venga del oficialismo.

P. ¿Quién debe liderar entonces el cambio: usted, Leopoldo López o María Corina Machado?

R. Ese es un debate completamente extemporáneo e irrelevante. Mi aspiración y mi trabajo es liderar Venezuela, no un sector del país.

P. Las colas en los supermercados dan una sensación de urgencia que no corresponde con el calendario electoral. ¿Cómo se le dice a la gente que espere seis meses más?

R. Eso mismo se decía el año pasado. La respuesta no puede ser una solución anárquica. No quitemos valor a la Asamblea Nacional. Es la que aprueba el presupuesto de la República, la que puede decir que aquí no se va a gastar un dólar más para comprar aviones militares a China o tanques de guerra a Rusia. La Asamblea es la que hace las leyes. Es la que puede reformar la Constitución, para recortar el periodo de Nicolás Maduro, por ejemplo. Eso vendrá después, es un debate que hay que ir masticando. El Gobierno va a hacer un desplazamiento del abastecimiento, va a darle a su elector, o donde ha sido fuerte, todos los productos. Uno de los graves problemas del pasado es que la oposición se organiza un mes antes de las elecciones mientras que el Gobierno está en un proceso de reorganización de su propia gente. Esa elección ahora mismo está ganada, pero hay que hacer muchas cosas para cobrarla. ¿Estamos listos? No, hay que alistarse y alistarse quiere decir que en las próximas horas la oposición tiene que decir quiénes son sus candidatos, quiénes son los líderes que van a competir para ganar. Los procesos de consenso tardan, pero es la política en Venezuela está en una situación de emergencia.

Una parte opositora no entiende que el cambio incluye al oficialismo

P. Hay una corriente de opinión que cree que usted es un instrumento del chavismo para acallar a la oposición más reaccionaria.

R. Eso es una campaña que también está dentro de un sector de la oposición, que la tengo claramente identificada y que lo que busca es debilitar mi liderazgo. Parecía que se habían puesto de acuerdo. Porque al final los extremos se entienden, se ponen de acuerdo, se necesitan. El objetivo de 2014 era liquidarme a mí políticamente.

P. ¿Qué le parece la decisión de Leopoldo López o Daniel Ceballos de iniciar una huelga de hambre?

R. Es una decisión muy personal, personalísima. Han sido atropellados. Sin embargo, este gobierno ha dado señales una y otra vez de que no le importa absolutamente nada, incluyendo la vida de los venezolanos. No le importa para nada que colapsen [Daniel] Ceballos [que ya ha concluido la huelga de hambre], Leopoldo López o [Antonio] Ledezma. Tienen que considerar eso. Hay muchas razones para que protesten. Pero hay que ver ante quien lo está haciendo. Yo aspiro a que formen parte en la construcción de este país…. Los necesitamos vivos.

P. ¿Cree que habrá elecciones este año?

R. Al Gobierno le resultaría más costoso que no haya elecciones a perderlas. Si su gran argumento para defender todo lo que hacen, los atropellos, las barbaridades es que en Venezuela hay elecciones y la oposición participa en las elecciones, si las suspenden, ¿cuál va a ser su discurso?

P. ¿Cómo se debería hacer la transición?

R. La única forma de salir de esto es produciendo en el país. ¿Tenemos los recursos? De todo tenemos en Venezuela. Pero tiene que cambiar el modelo.

Desprestigiar a Felipe González en América Latina es perder el tiempo

P. ¿Cuánto puede tardar en notarse un cambio?

R. En un año Venezuela vería el cambio. ¿Saben cuánto dinero tienen los venezolanos en el exterior? Se calcula que 150.000 millones de dólares. Estamos hablando de cinco veces las reservas internacionales del país. Una señal de cambio, de confianza, cuánta inversión no vendría a Venezuela.

P. ¿Hay alguien dentro del oficialismo con quien tender puentes?

R. En los niveles medios mucha gente es consciente de la situación y que eventualmente tienen una tarea que cumplir con el país.

P. ¿Usted se sentaría a negociar con ellos?

R. Hay que hablar mucho de cómo sería una transición en Venezuela. Leí una entrevista extraordinaria en EL PAÍS de Pepe Mujica. La respuesta la tenemos en la política. Y la política es el arte de entenderse. El chavismo es una realidad política en el país, no puedes desconocerla, no debes atropellarla. Una cosa es el pueblo chavista y otra es Nicolás Maduro. En mi opinión Nicolás Maduro no representa al pueblo chavista, a pesar de que este diga que es su líder. La cúpula del Gobierno… ellos no son políticos, son unos extremistas que se hicieron con el poder. Sabiendo eso, el país no va a saltar al otro extremo.

P. ¿Echa de menos apoyo internacional?

Duele ver el silencio de algunos países hermanos latinoamericanos

R. Depende de qué país hablemos. Hay países con los que tenemos relaciones cercanas, históricas. Por ejemplo, Colombia. No solo por la cantidad de hermanos colombianos que tenemos en Venezuela, la frontera que compartimos, los nexos históricos… Que Colombia sea a veces tan silenciosa con lo que ocurre en Venezuela no lo puedo entender, duele. Honestamente duele. Brasil, con ese peso en la región, es exageradamente pragmático. Chile… Esta era su casa, quien los acogía cuando eran perseguidos. Ese silencio de la presidenta Bachelet… No buscamos apoyo con la intención de que resuelvan nuestros problemas, pero sí con la de que el Gobierno no les utilice a ellos. El Gobierno trata de buscar una legitimidad sobre la base de su silencio. ¿Solo tenemos que esperar algo del Papa o podemos esperar algo de nuestros hermanos presidentes latinoamericanos? No creo que las relaciones se circunscriben a los lazos económicos, a enviar unos barriles de petróleo.

P. ¿Considera legales las sanciones a altos funcionarios venezolanos por parte de Estados Unidos?

R. Estados Unidos, soberanamente, como Venezuela, puede decidir congelar cuentas de venezolanos en ese país. Ese no es un problema de Venezuela, sino de siete personas. Esas siete personas hicieron una campaña en nuestro país que nos costó una fortuna. ¿Por qué tenemos que pagar eso? ¿No decían que iban a quemar las visas? ¿Dónde están esas fotos? Pero si no hay nada que les guste más que ir a Disneyworld, a Orlando. Ahora, los términos del decreto de Estados Unidos… Venezuela no es un problema para ningún país. Pero a eso se agarró el Gobierno.

P. ¿Cómo ve la situación política en España?

R. Venezuela tiene la escasez más alta del mundo, la inflación más alta del mundo y es uno del los países más violentos del mundo. Dios quiera que ustedes no sigan y no caigan en este modelo fracasado.

146 Comentarios


Respuesta  Mensaje 5 de 8 en el tema 
De: Quico º Enviado: 14/06/2015 19:26

El principal líder opositor venezolano cree

¡¡Toma y Maduro también!!



Respuesta  Mensaje 6 de 8 en el tema 
De: Margarita Enviado: 14/06/2015 21:58
Yo no creo que sea muestra de ningún tipo de colonialismo. Eso es ridículo, nadie va a colonizar a nadie.
 
Felipe González acudió a la llamada de la derecha venezolana y fue allí en su auxilio. Eso se llama lo contrario a internacionalismo proletario. Es INTERNACIONALISMO CAPITALISTA.
 
Quieren defender el capitalismo en Venezuela, sin descartar el golpe de estado, no colonizar el país.
 
 
 
 
 
 
 

Respuesta  Mensaje 7 de 8 en el tema 
De: Margarita Enviado: 14/06/2015 22:05



Respuesta  Mensaje 8 de 8 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 15/06/2015 00:32
Felipillo vino a echarle una manito a los perdidos de la oposición..injerencia, pamplinadas, como dice, Margarita, están unidos en la defensa del capitalismo y contra la Revolución Bolivariana. Sueñan con golpes de Estado, pero les tengo una mala noticia:
¡NO VOLVERÁN!


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