Nos merecemos TODO y no partes del otro.
Alguien que SUME y no que reste en nuestra vida.
Todos vamos por la vida buscando la felicidad, pero muchas veces
por miedo nos quedamos estancadas en la vida con una relación
que nada bueno nos trae. Insistimos tanto en estar acompañadas
que no vemos que muchas veces sólo nos dan migajas de amor,
cariño o amistad.
Hay momentos y fechas especiales en las que muchas nos
encontraremos solas, y diremos “¿Por qué no puedo tener
un amor o a alguien que me escuche? Pero no, no nos pongamos
tan melancólicas pensando así de negativamente…
porque con esa actitud sólo encontraremos cualquier cosa
cuando en realidad nos merecemos todo, y no de a
poco sino a manos llenas.
No pensemos que el amor de un hombre es la solución a
nuestra soledad, no es así, podemos ser felices con las
cosas pequeñas como leer, escribir, tomar el café con
una amiga, cosas sencillas de la vida.
No necesitamos las sobras de nadie.
Si nos van amar que nos amen con todo lo nuestro,
con lo bueno y lo malo, un amor sincero, una amistad
auténtica, eso es lo necesario de la vida.
Buscar cariño y amor nos puede llevar a cometer muchos errores.
Es bueno recordar que para poder subir muchas veces caemos,
no hay que desmoralizarse porque debemos ser fuertes y la vida
está llena de tropiezos.
No te deprimas si ves que vuelves a caer muchas veces
con las mismas personas, es una ley de la vida: caer y levantarse.
Pero esta vez levántate con mucha dignidad y no te
permitas recibir “migajas de cariño”. Todo o nada,
así debe ser el amor.
Para amar sólo se necesitan dos personas, las parejas
de tres nunca podrán ser felices porque dañarán por más
que piensen que llevar una vida doble es fácil -no lo es- y...
¿por qué no te vas a merecer que alguien te ame sólo a ti?
Te lo mereces, y si hay alguien que está leyendo esto y
está viviendo este tipo de carencias de amor ¡¡Cuidado!!,
hay que saber pararlas, tenemos que querernos más
a nosotros mismos que a las otras personas.
Todo se resume en lo siguiente:
Nos merecemos TODO y no partes del otro.
Alguien que sume y no que reste en nuestras vidas.