La formación política española ‘Izquierda Unida’ (IU) propone un
paquete de medidas económicas entre las que se incluyen propuestas como
la nacionalización de sectores estratégicos que ofrecen servicios
básicos, la limitación del salario
máximo en empresas privadas, una banca pública al servicio de la
ciudadanía o el aumento del IRPF para las rentas más altas.
Así lo ha expuesto el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno,
Alberto Garzón, en la que ha explicado que el objetivo es propiciar una
“democracia económica” en la que las decisiones estén al servicio de la
ciudadanía.
Garzón cree que es necesario que exista un “Estado fuerte” en el que
haya “empresas públicas fuertes”, evitando así además que el poder
privado tenga capacidad para “extorsionar y chantajear”. “La dinámica de
las últimas décadas ha sido privatizar, y eso te deja un Estado
enclenque a merced de los intereses privados de las grandes empresas”,
ha denunciado.
Frente a ello, IU aboga por preservar la naturaleza pública de
sectores “esenciales para una vida digna”, tales como la energía
eléctrica. A su juicio, igual que la ciudadanía defiende que todo el
mundo pueda acceder a atención sanitaria con independencia de sus
recursos, todo el mundo tiene también que “tener claro” que la
electricidad es un servicio básico que debe estar garantizado por el
Estado.
“Cuando te encuentras que la gente tiene un momento de emergencia
social porque está pasando hambre o no puede pagar la luz es el momento
de que el Estado decida hacerse con la propiedad de alguna empresa
privada para convertirla en pública”, ha sostenido sin definir la
fórmula jurídica a través de la que podría llevarse a cabo. “El diseño
concreto es un detalle jurídico de segunda envergadura”, ha justificado.
Banca pública
Otro sector en el que apuesta por un control público es el financiero
mediante la creación de una banca pública que, por ejemplo, tenga
prohibida la especulación financiera. “Una banca pública que haga la
función que debería hacer cualquier banco, canalizando el ahorro y
llevándolo a la inversión”, ha explicado.
Por ejemplo, Garzón considera que esta banca pública no debería
financiar armamento y, en cambio, debería centrarse en financiar un
cambio de modelo productivo, apoyar sectores como las energías
renovables o sostener a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Salario máximo
IU también quiere regular el salario máximo en la empresa privada
porque considera que “una sociedad justa es aquella en la que no es
posible que una persona pueda cobrar sueldos astronómicos mientras la
mayoría de la población está desempleada”.
Según ha detallado, este ‘tope’ a los salarios se regularía mediante
una proporción respecto al salario mínimo. Todo con el objetivo de
evitar situaciones como la de un directivo del BBVA que tiene un salario
de 4.000 euros diarios “mientras la mayoría de la población está
desempleada, con un contrato precario, inestable y de baja calidad”.
Pese a ello, IU considera que “la principal arma” para un modelo
justo es la puesta en vigor de un sistema fiscal progresivo en el que se
aumente el tipo marginal de IRPF a las rentas más altas, además de
aumentar los tramos. Esto va en línea contraria a la política del
Gobierno de Mariano Rajoy durante esta legislatura, “en la que la
reducción de tramos ha permitido un beneficio brutal y descomunal a las
rentas más altas”.
“Las rentas superiores a 300.000 euros han visto cómo de repente su
riqueza concreta se disparaba”, ha puesto de relieve abogando también
por equiparar las rentas del capital a las rentas del trabajo para
“vivir con un sistema fiscal digno”.
Evasión fiscal
El portavoz económico de IU en el Congreso cree que otro punto que se
debe abordar es el del fraude y la evasión fiscal, por la que empresas
que deberían tributar al 30 por ciento logran hacerlo al 5 por ciento
gracias al servicio de bufetes de abogados “llenos de gente experta para
pagar menos impuestos”.
Según ha aseverado, estas “lagunas” existen “porque los gobiernos
quieren”. “Si se corrigen esas lagunas, esas empresas pagarán lo
adecuado y no existirá esa evasión fiscal”, ha insistido reconociendo
que esta actuación está “dentro de la legalidad”.
En otro escenario se sitúa el fraude fiscal, que achaca a “grandes
fortunas y grandes empresas” y que cree que debe combatirse aumentando
el número de técnicos de Hacienda dedicados a este fin. “Y luego están
los paraísos fiscales, que son un agujero negro que absorbe toda la
capacidad recaudatoria de un Estado”, ha lamentado.
Garzón cree que el desvío de fondos a paraísos fiscales se puede
combatir a través de un control de los movimientos de capitales, algo
que debe hacerse en el ámbito de la Unión Europea y “sería absolutamente
deseable”. “Si la Unión Europea decide acabar con los paraísos fiscales
mañana mismo podría hacerlo, lo que hace falta es voluntad política”,
ha defendido achacando a “excusas” los argumentos que se escudan en
razones técnicas para no abordar el asunto.
Garzón quiere una Unión Europea con un Banco Central Europeo (BCE)
independiente del poder político, con capacidad para inyectar liquidez a
los estados para planes de estímulo económico. “Ahora el BCE está
financiando sólo a las entidades privadas porque por estatutos no puede
hacerlo a los países”, ha lamentado.
Frente a ello, quiere que el BCE pueda inyectar liquidez a los
estados para que estos pongan en marcha planes de estímulo que, aunque
aumenten la deuda a corto plazo, sirvan para reactivar la economía.
Entonces, el país aumentaría sus ingresos por los impuestos y esos
impuestos servirían para acabar con el déficit.
Garzón ha sostenido que “hay que acabar” con el déficit, pero ha
explicado que se trata de “una herramienta útil” en determinados
momentos históricos para generar una actividad económica que después
revierte positivamente en el país. “El déficit no es algo bueno ‘per
se’, pero ponerle límites es ser contrario a la realidad y la historia
económica de Europa”, ha sostenido.
Nueva Tribuna