El 19 de agosto de 1936 en Alfacar, España es apagada la luz que daba vida al gran poeta y dramaturgo Federico García Lorca cuando apenas tenía 38 años.
Ese nefasto día, Lorca fue fusilado, convirtiéndose en otra de las numerosas víctimas del franquismo español. Poeta comunista y republicano que pagó con su sangre el hecho de pensar y ser diferente. Lo recordaremos en cada poema que nos legara y en cada obra que se repita en las tablas del mundo como "Bodas de sangre", "La casa de Bernarda Alba", "Yerma"...
Su poesía sigue vibrando de hermosura como "La casada infiel", "Romance de la luna, luna" "Muerto de amor" y tantos otros poemas.
ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye la luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.