Desde el comienzo de la guerra en el sudeste de Ucrania, 8.000 policías y militares han desertado para unirse a las milicias que combaten al gobierno golpista de Kiev, según reconocen fuentes oficiales ucranianas.
“Tenemos una lista completa [de quienes se han fugado] y estamos investigando a 5.000 policías y 3.000 militares que se han pasado al enemigo”, ha anunciado Anatoli Matios, fiscal general militar, quien añadió que han iniciado actuaciones judiciales contra los desertores.
Es muy posible que las cifras sean bastante más cuantiosas, porque sólo tienen en cuenta a quienes han cambiado de bando, no a los que han desertado pero tampoco se han unido a la lucha en las nuevas Repúblicas de Lugansk y Donetsk.
El año pasado el gobierno de Kiev anunció la deserción de 10.000 militares que denunciaron las horribles condiciones de vida en el ejército ucraniano y explicaron su repugnancia por las órdenes de matar a sus compatriotas.
Este año el número de desertores ha disminuido, pero nunca ha cesado, incluso con oficiales de alto rango. El 15 de junio las milicias del Donbas acogieron a Alexei y Yuri Mirochnitchenko, un oficial de información y un funcionario de la embajada de Ucrania en Francia, respectivamente. El gobierno de Kiev les abrió un sumario por alta traición.
El 22 de junio los medios de comunicación de las Repúblicas Populares de Novorrosia anunciaron que el propio ministro ucraniano de Defensa se había unido a sus filas.
Mientras, la guerra no ha cesado, a pesar del alto de fuego firmado en Minsk en febrero. Los militares que siguen fieles al Kiev bombardean las ciudades ucranianas, como Donetsk y Gorlovka, causando víctimas civiles.
Desde enero de este año, la guerra ha causado 1.300 muertos según fuentes de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk. En total, desde el inicio de la guerra han muerto más de 5.000 personas en el Donbas.