La fórmula del Frente para la Victoria (FpV), que integran Daniel Scioli y Carlos Za- nnini, se impondría por diez puntos a la de Cambiemos (Mauricio Macri-Gabriela Michetti) si las elecciones fueran hoy. El FpV conseguiría algo más del 40 por ciento mientras que Cambiemos superaría por muy poco el 30. La distancia llama la atención, si se tiene en cuenta que el oficialismo viene de semanas en que el menú de las noticias desplegadas por los medios fue más bien adverso, empezando por las inundaciones, la muerte del joven en Jujuy y las turbulencias por las elecciones en Tucumán. En el tercer lugar sigue Una Nueva Alternativa (UNA), con Sergio Massa y Gustavo Sáenz en la fórmula, que redondea el 17 por ciento. A pesar de que la distancia entre Scioli y Macri se estiró a más de diez puntos, aun no se puede concluir que el FpV ganaría en primera vuelta, sin necesidad de balotaje, porque los números son demasiado estrechos. Una de los grandes motores del oficialismo es la opinión manifestada por los consultados sobre su situación económica personal y familiar: más del 57 por ciento considera que está bien o muy bien.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta realizada por la consultora Aresco, fundada por la familia Aurelio y que hoy conduce Federico Aurelio. En total se entrevistaron 4156 ciudadanos en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Una parte de las entrevistas fueron telefónicas y otra parte en estaciones de tren o lugares de concurrencia de los sectores de menores recursos. De esta forma se conforma una muestra amplia y que registra a las distintas franjas de población, ya que en los hogares humildes se tiende cada vez más a no tener teléfono fijo y a manejarse con celular.
“Yo diría que para el oficialismo son buenos números –señala Federico Aurelio–. Debe tenerse en cuenta que las noticias, después de las PASO, fueron más negativas que positivas. Citaría las inundaciones, la muerte en Jujuy, la controversia sobre las declaraciones de Carlos Tevez, las convulsiones en Tucumán. Después de todos esos hechos, vemos que Scioli no sólo mantiene su votación de las PASO sino que aumentó un par de puntos y que Macri tiene una situación de estancamiento. Esa falta de crecimiento de Macri nosotros la venimos viendo desde diciembre de 2014. Está ahí, alrededor de los 30 puntos y no se mueve. Por lo tanto, me animo a decir que los datos de la encuesta plantean cierto optimismo para el oficialismo.”
Clima
“Hay quienes opinan que la campaña del FpV debe concentrarse en quienes fueron sus votantes y están los otros, los que señalan que debe apuntar más al centro, a los ciudadanos que puedan provenir de otras alternativas políticas –analiza Aurelio–. Yo diría que lo primero es mejorar el estado de ánimo con el gobierno y con el oficialismo. Hay que poner todo el esfuerzo en volver a la normalidad, después de estas semanas tan turbulentas.”
Para Aurelio, “la evaluación de la gente de su situación económica personal y familiar es una gran fortaleza del FpV. Casi el 58 por ciento dice que están bien o muy bien las cosas en su hogar. Es una base de enorme importancia. Pero, además, es un porcentaje que viene creciendo, lentamente, pero viene creciendo. Tiene que ver con los niveles de empleo y de consumo. De manera que ahí hay un punto en el que asentarse. Igualmente, yo diría que la campaña de Scioli-Zannini tiene que apuntar a explicarle a la gente cómo se va a seguir avanzando, cómo se va a resolver una parte de los problemas que todavía tienen los ciudadanos. No tengo dudas de que se parte de una situación en que se avanzó, en que la gente consiguió cosas. Se ve en la encuesta. Pero en buena parte, el ciudadano considera que lo que se consiguió ya se consiguió y por lo tanto hay nuevas exigencias, nuevos desafíos. Reitero que no se vota por conceptos ideológicos o de política partidaria, sino por la perspectiva de que tal candidato va a solucionar problemas”.
Gobernabilidad
–¿No se plantean dudas sobre la gobernabilidad entre los ciudadanos? –le preguntó este diario a Aurelio.
–Yo creo que eso va a pesar más adelante, cerca de la elección –responde Aurelio–. Pero me parece que allí esta la clave de las razones por las cuales Macri no crece: las dudas sobre la gobernabilidad. Insisto con el dato de que nosotros lo tenemos estancado en un número que se parece al 30 por ciento desde diciembre de 2014. Ahora retiene los votos de la UCR y de Carrió, pero no avanza nuevos pasos. Su presencia política se asienta básicamente en la crítica al oficialismo, casi no menciona nada sobre sus propuestas de gobierno y, menos todavía, cómo las va a llevar a cabo.
Sin hacer un amplio desarrollo, el consultor se refiere a que hacia el final de una campaña presidencial el electorado evalúa riesgos y allí es donde más pone en la balanza esa evaluación positiva que tiene sobre su situación personal. Es lo que explica la trepada de última hora que hubo en algunos comicios provinciales. En Santa Fe, por ejemplo, parecía que el oficialismo de esa provincia perdía y terminó ganando. En Córdoba no fue tan acentuado, pero hubo una trepada del delasotismo en las semanas finales. En Tucumán el viraje se produjo un mes antes de los comicios. Aurelio piensa que en el tramo final cobra peso el hecho de que el oficialismo –con aciertos y errores– exhibió gobernabilidad, además de contar con importantísimas mayorías en las dos cámaras del Congreso, exhibir en sus filas a la mayoría de los gobernadores y contar con una inserción gremial y territorial de envergadura.
Cambio
El debate sobre el cambio y la continuidad está planteado desde el principio de la campaña. A tal punto que la alianza opositora adoptó el nombre Cambiemos. Sin embargo, sobre el final de la campaña de las PASO, Macri giró bruscamente y trató de exhibir un respaldo –muy cuestionado– a la continuidad de numerosas políticas del FpV: estatización de YPF, de Aerolíneas, negociación dura con los fondos buitre, asignación universal. Destinado a tranquilizar a los votantes sobre cómo afectaría sus vidas una eventual presidencia del PRO, quedó fuertemente instalada en la ciudadanía la duda sobre la autenticidad de ese giro.
En la encuesta de Aurelio se verifica nuevamente que quienes están más cerca de la continuidad, suman casi el 53 por ciento, un porcentaje muy superior al 45 por ciento que necesita un candidato para ganar sin balotaje. Cerca de un 41 por ciento está a favor de un cambio de modelo, pero más de la mitad se inclina por una continuidad lisa y llana o por una continuidad con algunos cambios.
UNA
“La candidatura de Sergio Massa mantiene su posicionamiento –señala Aurelio–. Perdió unos puntos, yo creo que a manos de otras opciones que no son las dos mayoritarias. Algo creció Adolfo Rodríguez Saá, un poco creció Margarita Stolbizer y un poco también Nicolás Del Caño. Por ahora, Massa conserva su lugar, aunque diría que su posición es frágil, sobre todo en la medida en que vayan avanzando las semanas y nos acerquemos a la elección. Uno puede trazar un par de hipótesis. Que Massa se mantenga, en cuyo caso Scioli tendrá que buscar los diez puntos de diferencia con el segundo para ganar sin balotaje, porque le resultará muy difícil llegar a los 45 puntos. La otra hipótesis es que Massa caiga muy fuertemente. En ese caso, Scioli tendrá la chance de buscar los 45 puntos. Hay que decir que Massa se mantiene y se presenta claramente haciendo propuestas. En eso se diferencia de Macri.”
Regiones
Para algunos estrategas del pPV, una clave para Scioli-Za- nnini es mejorar su votación en dos lugares, Provincia de Buenos Aires y Córdoba.
“Si tuviera que dar una diagnóstico general –señala Aurelio–, los números de hoy se parecen bastante a los de las PASO. No hay cambios sustanciales, salvo los que hemos señalado. La fortaleza del FpV está en el conurbano bonaerense, en el interior del país y continúa bien en Santa Fe. Las debilidades –siempre en términos relativos– están en la Ciudad de Buenos Aires, en Córdoba y en el interior bonaerense. Pero repetiría el concepto de que los dirigentes políticos de las regiones no son generales que mueven para donde quieren a la tropa. Los ciudadanos no son soldados. La clave está en mejorar el estado de ánimo con el oficialismo, el gobierno y el FpV después de varias semanas de dificultades. Y si pese a esas dificultades, el FpV mantiene diez puntos de ventaja, el panorama es de optimismo más para el FpV que para Cambiemos. No se puede decir que el oficialismo gana sin balotaje ni tampoco que en esta situación la perspectiva es de segunda vuelta. Es tan fino el diagnóstico; estamos hablando de décimas de un punto. Y lo cierto es que una encuesta, que tiene márgenes de error, no es un instrumento al que se le pueda pedir semejante definición. Más todavía cuando faltan dos meses para la elección.”
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