Para sanar una herida de amor, hay que dejar de tocarla.
Cuando te parece tocar fondo, es porque llevas un tiempo
recordando lo que deberías olvidar.
No es bueno ni sano vivir cada día sufriendo por quienes perdimos,
eso es algo por lo que tendremos que pasar muchas veces
a lo largo de la vida.
En estos tiempos nos inundan con libros y revistas que nos ayudan
a vivir mejor, parecen insinuar que todo lo malo pasará,
que el olvido llegará... Nos convencemos por los consejos que
nos enseñan a seguir adelante, pero siempre acabamos recordando
todo aquello que nos hizo daño.