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General: VOTACION HISTORICA POR UN MUNDO SIN BUITRES
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 11/09/2015 23:42 |
VOTACION HISTORICA POR UN MUNDO SIN BUITRES
“Argentina ejerció su responsabilidad solidaria frente al resto de los pueblos”
La presidenta Cristina Kirchner reiteró que lo que hizo la Argentina al promover la resolución aprobada por las Naciones Unidas, para evitar que las negociaciones de deuda sean interferidas por los fondos buitre, fue cumplir con "una de las obligaciones principales" que tienen los gobiernos: "Responder a las necesidades de los pueblos".
“Argentina no solamente ha ejercido su responsabilidad frente a sus compatriotas; también ha ejercido responsabilidad solidaria frente al resto de los pueblos y responsabilidad política frente al orden económico global”, aseveró la mandataria a través de las redes sociales.
En ese sentido, planteó que “muchas veces los gobiernos tienen como obligación principal responder a las necesidades de sus pueblos y así siempre debe ser”, y sostuvo que, con la resolución aprobada por la ONU, la Argentina fue más allá de eso.
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ECONOMIA › NACIONES UNIDAS APROBO LA PROPUESTA PARA RESGUARDAR LAS REESTRUCTURACIONES DE DEUDA DEL ACCIONAR CARROÑERO
Votación histórica por un mundo libre de buitres
La Asamblea General de la ONU convalidó por amplia mayoría, 135 votos a 6, con 42 abstenciones, 9 principios sugeridos por Argentina y el G-77 más China para evitar que las renegociaciones de deuda sean interferidas por fondos especulativos.
General de Naciones Unidas aprobó ayer los nueve principios básicos sobre reestructuraciones de deuda soberana impulsados por Argentina. La histórica sesión encabezada por los miembros del G-77 más China otorgó un respaldo contundente a la iniciativa: 135 votos a favor, 6 negativos y 42 abstenciones. Después de un año de deliberaciones técnicas y arduas negociaciones diplomáticas, los lineamientos que restringen el accionar carroñero del sistema financiero internacional y legitiman el derecho a reestructurar las deudas soberanas sumaron nuevas adhesiones y minimizaron los rechazos (ver página 4). Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Israel y Canadá fueron el poderoso pero reducido bloque opositor. “Los principios que aprobaron son un paso fundamental para conseguir un mundo libre de buitres, para que nadie sufra ataques como los que recibió Argentina”, celebró el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante una breve intervención ante los representantes de las distintos países. El funcionario acompañó al canciller Héctor Timerman y la embajadora permanente ante la ONU, Marita Perceval, que fueron la cara visible del proyecto en el organismo. “Nos decían que éste no era el lugar adecuado para discutir los temas de deuda pero es el único foro democrático donde todos los países tienen voz y voto. La ONU es el foro adecuado para resolver el tema de las reestructuraciones de deuda soberana y ponerles un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores (ver página 4). El resultado de la votación ofrece un puntapié inicial para avanzar dentro del organismo internacional en la discusión de una ley de quiebras internacional para los Estados que proteja a los acreedores de buena fe.
La discusión comenzó alrededor de las tres de la tarde de una jornada con lluvias que no consiguieron aplacar el calor de Manhattan. El proyecto de resolución para abordar los problemas asociados a las reestructuraciones de deuda soberana ocupó el cuarto lugar en la agenda del día, donde también se aprobó que cuando comience la 69 Asamblea General, en dos semanas, las banderas de los miembros observadores de la ONU –Palestina y Vaticano– flameen en el frente del edificio del organismo. Después de una contundente presentación de la problemática realizada por el representante de Sudáfrica en representación del G-77 más China, las pantallas mostraron 136 votos a favor acompañado por una celebración de la delegación argentina y los países que respaldaron el proyecto. La satisfacción entre los funcionarios argentinos que trabajaron en los nueve principios se mantuvo incluso cuando, antes de finalizar el encuentro, los diplomáticos españoles pidieron la palabra para señalar que su voto positivo debía ser considerado como una abstención porque se habían equivocado.
Aunque el tablero reflejó 136 votos positivos, luego España se corrigió y aclaró que su voto positivo era en realidad una abstención. |
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ECONOMIA › SEGUN CRISTINA, APORTARA A QUE OTROS “NO PASEN POR LA MISMA TRAGEDIA”
“Valió la pena dar la pelea”
En un breve mensaje tras la votación, la jefa de Estado destacó el valor del proyecto, y a quienes votaron en contra les dijo que “llegará el día en que se den cuenta de que no se le puede hacer el mal a toda la humanidad todo el tiempo”.
Cristina, en teleconferencia con Axel Kicillof (en Nueva York), por cadena nacional.
“Hemos dado una respuesta a nuestros compatriotas pero también hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional, ayudando a países hermanos para que no pasen por las mismas tragedias y miserabilidades por las que atravesamos. Valió la pena tanta discusión y debate. Valió la pena dar la pelea.” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó la labor de la Argentina y de los 136 países que acompañaron los nueve principios para las reestructuraciones soberanas de deuda. Luego de la votación en las Naciones Unidas, la mandataria mantuvo un breve diálogo con el ministro de Economía, Axel Kiciloff, que fue transmitido por cadena nacional, en donde explicaron los alcances de la resolución adoptada por el organismo supranacional.
“Uno de los aspectos más destacables es el reconocimiento a la soberanía de los estados y la inmunidad para que nadie pueda embargar embajadas, bancos centrales, o como nos pasó con la Fragata Libertad. El tratamiento equitativo también es relevante. No puede ser que haya acreedores que reciban dos pesos y otros, millones, por haber especulado una vez. Y la clave de una reestructuración: cuando una mayoría calificada acuerda una forma de pago, esto es aplicable al cien por ciento. Argentina reunió la voluntad del 92 por ciento de los acreedores”, recordó CFK.
La mandataria se encargó de darle una dimensión política a los nueve principios votados, que antes de su alocución habían sido resumidos por el ministro de Economía en la breve charla que mantuvieron vía teleconferencia. “Nosotros hemos llegado al 92 por ciento y es por una sinrazón de un Poder Judicial, en este caso del Poder Judicial de los Estados Unidos, tal vez en la figura emblemática del juez (Thomas) Griesa, que se aplica cualquier cosa, se tergiversan los contratos, no se aplica el derecho y, por lo tanto, se pierde otro principio fundamental en toda negociación, la imparcialidad. Un juez debe ser, por sobre todas las cosas, imparcial cuando debe decidir entre los intereses y los derechos de dos partes”, sostuvo Fernández de Kirchner. El proceso de negociación en la ONU duró un año.
Cuando el organismo internacional discutió por primera vez este tema, once países habían manifestado su rechazo a establecer un marco para las renegociaciones de deuda soberana. Ayer fueron solamente seis: Canadá, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Israel y Japón. “Los seis países son menos que los 11 que hace un año votaron en contra. Llegará el día en que finalmente se darán cuenta que se podrán hacer determinadas cosas muy feas y muy malas para el conjunto de la humanidad durante un tiempo, pero no a toda la humanidad durante todo el tiempo”, ahondó CFK, en un claro mensaje a los países centrales de Europa.
Anteayer, la mandataria había criticado la política de Alemania vinculada a los refugiados por la guerra en Siria. El rechazo de estos seis países no llamó la atención de la mandataria ni del equipo económico. “La verdad que no sorprende, porque tienen una posición muy particular en la economía mundial, pero lo que tenemos que decir es que el resto del mundo está de acuerdo con que ahora las deudas soberanas tengan que respetar estos principios”, agregó Kicillof. La iniciativa argentina contó con el aval del Grupo de los 77 países (G-77) y China, que la tomó como propia y en su nombre la presentó.
Otro de los principios votados ayer plantea la sostenibilidad, es decir que las reestructuraciones de la deuda soberana deben realizarse de manera oportuna y eficiente, y “crear una situación de endeudamiento estable en el Estado deudor, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores y a la vez promoviendo el crecimiento económico sostenido e inclusivo y el desarrollo sostenible”. Esto no es un dato menor, ya que uno de los primeros planteos de la Argentina en la ONU durante el gobierno de Néstor Kirchner fue el concepto de “sostenibilidad”.
“Trae a la memoria la imagen de quien fuera presidente (Néstor Kirchner), y en su primera intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas dijo `los muertos no pagan sus deudas, déjennos crecer, déjennos producir para poder pagar y honrar nuestras deudas`. Esto está contenido también en el principio de sostenibilidad de la deuda. O sea, que ningún país puede pagar un pasivo a costa de que su gente quede sin trabajo, sin educación, sin salud, sin salario, sin justicia. Eso es insostenible”, sentenció CFK.
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EL PAIS › EL BALANCE DE AXEL KICILLOF TRAS EL RESPALDO DE LA ONU A LA PROPUESTA ARGENTINA SOBRE REESTRUCTURACION DE DEUDAS
“Es un rechazo mundial a los buitres y a Griesa”
Argentina logró transformar la pelea contra los fallos de Griesa en una resolución de la ONU fundante de un nuevo criterio para resolver las necesidades de reestructurar deudas soberanas. “Una mayoría abrumadora rechazó el accionar buitre.”
Por Raúl Dellatorre
Para el ministro de Economía, Axel Kicillof, no es exagerado decir que “el resultado obtenido en la ONU por la Argentina en favor de su propuesta de normas para las reestructuraciones de deudas soberanas fue el mayor éxito diplomático y económico del país alcanzado en muchos años”. Especialmente, si se toma en cuenta su trascendencia tanto el momento por el que transita la crisis mundial, como los escollos que debió doblegar el proyecto, al cual se opusieron algunas de las principales potencias económicas del planeta. En la cartera de Kicillof nació el proyecto que, esta semana, recibió en Nueva York 135 votos a favor contra tan sólo 11 en contra. “Desmesurado”, es la primera expresión que utiliza el ministro al iniciar la conversación con Página/12, para calificar el éxito obtenido por la iniciativa. “Empezamos muy de atrás –repasa–, intentando demostrar al mundo que no era Argentina la equivocada al resistirse a cumplir con un fallo totalmente absurdo del juez (Thomas) Griesa, y llegamos a este punto en el que una mayoría abrumadora de países rechaza el accionar de estos fondos buitre favorecidos por el juez de Nueva York”. Kicillof subraya, además, que la resolución de Naciones Unidas, en su artículo tercero, indica que la asamblea general del año que viene “deberá seguir avanzando en esta cuestión; a nuestro criterio, lo más razonable sería que el paso siguiente fuera la creación de alguna instancia especializada en el tema de reestructuración de deudas soberanas en el seno de las propias Naciones Unidas. El FMI ha demostrado que, a pesar de ser sumamente crítico del rol de los fondos buitre, no pudo ayudar a resolver el problema. La ONU es un lugar más democrático y menos condicionado por el poder financiero, y eso lo puede convertir en más efectivo para resolver el problema”.
–¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que debió vencer la Argentina para conseguir la aprobación de los nueve principios sobre reestructuración de deuda?
–Hubo un gran esfuerzo de los países centrales, los que votaron en contra de la resolución, por convencer a sus aliados de que también debían oponerse. Es muy impresionante ver cómo en un organismo tan grande, tan burocrático como las Naciones Unidas, se desarrolla una tarea desde las principales potencias por poner en discusión el valor de cada frase, cada palabra de la propuesta, para tratar de limitar su alcance. En el caso del principio de la soberanía (Primer principio: “Un Estado soberano tiene derecho a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana”), hubo algún planteo acerca de que no tenía en cuenta o violaba el derecho de los acreedores, pero quedó en claro que era simplemente una excusa para negar ese criterio de soberanía. Hasta los países europeos, que votaron en bloque, se negaron a pronunciarse en contra. Se abstuvieron, es cierto, pero al menos no rechazaron la propuesta.
–Llama la atención que Grecia o Portugal, con una situación de deuda muy comprometida, se abstuvieran, cuando la necesidad de reestructurar deuda aparece como una posibilidad tan cercana para ellos.
–Sí. Podría decirse que son beneficiarios directos de la propuesta. Pero primó la condición de votar en bloque. Era algo que estaba decidido de antemano. Pero, repito, es importante que no se hayan opuesto, teniendo en cuenta que el Reino Unido y Alemania estaban dentro del boque de seis que votaba en contra. Algunos opinan que la resolución de Naciones Unidas no tiene importancia, que no tiene efectos prácticos. Yo me pregunto, si fuera así, ¿por qué hubo tanto esfuerzo del poder financiero por rechazarla?
–¿Y qué respuesta le daría a su propia pregunta?
–Que con este planteo, metimos el dedo en la llaga. Aun para países que se abstuvieron en la votación, quedó claro que a ellos también los beneficia. Hay una enorme cantidad de países, como Grecia y Portugal, con deudas que superan a su PBI anual. Si tienen que ir a una reestructuración de deuda y hay un solo acreedor que se opone y consigue un juez que le falle a favor, como Griesa, tendrían que pagarle el 100 por ciento de la deuda en las condiciones originales, y antes de que cobren los que acepten la reestructuración. En esas condiciones, ¿quién va aceptar reestructurar? No hay ninguna posibilidad de reestructuración. El FMI lo sabe y lo ha dicho, pero no hizo nada por ayudar a resolver el problema. Lo que nosotros decimos es que debe haber un marco global que dé respuesta, establecer una especie de manual de conducta. Y lo que se logró en la ONU fue aprobar una referencia importante para todo el mundo, que me parece que hay que interpretarlo como un rechazo muy claro al accionar de los fondos buitre. Y a ciertas interpretaciones como la que hace el juez Griesa de la cláusula pari passu. Por primera vez, un organismo internacional de este nivel asume una definición tan fuerte con respecto al sistema financiero. Si no tuviera importancia, no habría existido esta presión de países de tanto peso para bloquearla. Esta resistencia es una medida de su importancia.
–¿Cuál fue la clave para haber obtenido este buen resultado?
–Hubo una convicción muy grande de nuestra parte, desde el principio, de que este tema debía instalarse como una cuestión de debate a nivel internacional. Y lo instalamos nosotros, pero arrancando desde muy atrás. El primer espaldarazo fuerte fue el apoyo del G-77 más China, el conjunto de países periféricos y emergentes, que logra el respaldo el año pasado de la ONU para tratar el tema. Pero muchas veces ocurre que un tema se instala para su tratamiento y después no pasa nada. Hubo una tarea muy intensa, desde la Cancillería, la representación en Naciones Unidas, de la propia presidenta Cristina de exponer el tema en cada foro internacional, y del Ministerio de Economía que trabajó en la elaboración de los documentos y propuestas, para sostener el tema. En junio de este año, la Corte de Estados Unidos rechaza tomar el caso de la deuda argentina, y a partir de ahí se lanza una campaña de lobby tremenda de los fondos buitre contra Argentina. Pero a esa altura ya no estábamos solos. Sacha Llorenti, el representante boliviano en la ONU, tomó el tema y promovió las sesiones especiales donde expusimos nuestras razones. Para Argentina era fundamental conseguir un resultado contundente y rápido, aunque no teníamos ninguna garantía de obtenerlo en la ONU. Pero para nosotros era el ámbito adecuado para discutirlo, el más democrático y el menos influenciable por el poder de las finanzas. Ya habíamos tenido otros reconocimientos a la importancia que tiene el problema a nivel global, pero no soluciones. Argentina había logrado instalar el tema en la agenda del G-20. Hasta el FMI se pronunciaba en términos muy similares a la Argentina en cuanto a los inconvenientes para refinanciar deudas soberanas. Una ex titular, Anne Krueger, llegó a opinar que el FMI debía formar un tribunal para resolver estos conflictos con los fondos buitre.
–Hubo, incluso, una definición de un organismo que reúne a los mercados de capitales en el mundo, el ICMA, a favor de alguna forma de regulación.
–Sí. Ese pronunciamiento nosotros lo tomamos como un éxito, en tanto reconocía como un problema el accionar de los fondos especulativos sobre las reestructuraciones de deuda. Pero lo abordan desde un enfoque contractual de mercado. ¿Qué quiere decir esto? La propuesta que hacen es modificar los contratos de títulos de deuda, proponiendo enmiendas a la cláusula pari passu, o que la mayoría calificada para modificar los contratos fuera de dos tercios de los acreedores pero no más. El solo reconocimiento del problema por parte del ICMA es un avance, pero su propuesta tiene varios problemas serios en la práctica. Uno es que no resuelve el conflicto para deudas por más de 600 mil millones de dólares según algunos, otros la estiman en 900 mil, todavía vigentes en el mundo con cláusulas previas a las modificaciones propuestas. Otro, que para emisión de deudas con varias series, en algunas muy chicas por ahí basta una tenencia de bonos no tan grande para trabar el acuerdo. Pero el problema más grave es que tampoco es un antídoto para una interpretación arbitraria de un juez. Lo que inventó Griesa como interpretación de pari pasu no se evita con esas modificaciones de contrato.
Entonces, la solución tiene que venir por otro lado, desde otro enfoque, que es buscar una solución reglamentaria de carácter global. Es lo que llevamos a Naciones Unidas: un cuerpo de principios como un manual de conducta a seguir por todo el mundo. Si nosotros hubiéramos aceptado las condiciones que fijó Griesa, no habríamos llegado a esta resolución de la ONU. Por más que se reconozca que el estallido del sistema financiero internacional se debió a la falta de regulaciones, y por más que el mundo reclame hoy una nueva ingeniería para el sistema financiero reconociendo los defectos del sistema actual. Y esto lo instalamos nosotros.
–¿Cuáles pueden las consecuencias prácticas de esta resolución?
–Hay países que lo van a adoptar y convertir en ley. Otros lo tomarán como manual de conducta y lo harán respetar como tal por sus deudores. Es un proceso, y en él se irán viendo las distintas formas de adaptación. Tiene ese valor, se instalan estos principios a nivel internacional, fijando criterios que deben regir y que dejan en evidencia a quienes lo violan. En el caso de países como Argentina, que afronta un problema con decisiones arbitrarias que favorecen a los fondos buitre, sin ninguna duda esta resolución le aporta un argumento más de peso ante el sistema judicial norteamericano. Ya no es sólo el gobierno argentino quien lo sostiene, es una resolución avalada por una amplísima mayoría de países la que rechaza este tipo de prácticas de los fondos buitre.
Hay otra cuestión importante la resolución de la asamblea. El artículo tercero dispone que en la próxima asamblea anual, la 70, tiene que seguir tratándose el tema y avanzando sobre los mecanismos para resolver este conflicto, que pone en riesgo la salud de todo el sistema. Para nosotros, el paso siguiente debería ser la creación de alguna instancia, algún organismo dentro de la propia ONU, especializado en reestructuración de deudas soberanas. Para algunos, seguramente, no será el órgano más adecuado, porque consideran que hay organismos internacionales más específicos, como el FMI. Nosotros no nos oponemos a que el FMI lo resuelva. Al contrario, le hemos reclamado que lo haga. Pero hasta acá no demostró ser capaz para ayudar a la solución. La ONU, por su carácter más democrático, donde cada país es un voto, puede ser más efectiva para resolver un problema que ataca a la democracia.
“Empezamos de muy atrás, pero instalamos la discusión a nivel mundial, con una propuesta de solución.” |
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EL PAIS › HECTOR TIMERMAN DEFINE LAS IMPLICANCIAS DE LA VOTACION
“Se puso un límite a los piratas del siglo XXI”
El canciller explica para qué sirven los nueve puntos aprobados por la Asamblea de la ONU, los motivos de los seis países que se opusieron y la importancia de convertirlo en ley. El papel de la Argentina en un tema central para la economía mundial.
Por Tomás Lukin
Desde Nueva York
Los nueve principios básicos para guiar las reestructuraciones de deuda soberana que se aprobaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas serán incorporados a la legislación argentina. El canciller Héctor Timerman confirmó a Página/12 que el Gobierno enviará en los próximos días un proyecto de ley para rubricar el compromiso con los lineamientos diseñados para limitar el accionar carroñero del sistema financiero internacional, legitimar el derecho de los países a reestructurar sus pasivos y proteger a los acreedores de buena fe de los buitres. “El resultado de la votación en la ONU es una victoria histórica que pone un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores durante una entrevista en las oficinas de la misión permanente del país ante la ONU, ubicada en un piso 25 que ofrece una vista panorámica hacia el condado de Queens. A pesar del cansancio, Timerman no oculta su satisfacción con el contundente resultado del trabajo de un año impulsado por el país. “Nos decían que este no era el lugar adecuado para discutir los temas de las reestructuraciones soberanas pero es el único foro democrático donde todos los países tienen voz y voto”, expresó el funcionario desde la sala de reuniones contigua al despacho de la embajadora ante el organismo multilateral, Marita Perceval.
–¿Para qué sirven los nueve principios básicos sobre reestructuraciones de deuda soberana que fueron aprobados en la ONU?
–Los nueve principios ofrecen una guía sobre cómo realizar una reestructuración de la deuda. Ponen un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias. La resolución permite que las negociaciones entre las partes se lleven adelante respetando los derechos de los acreedores de buena fe y el derecho al desarrollo sustentable de los países. Es una victoria histórica que marca el comienzo de un camino. Los principios permiten que las reestructuraciones de deudas soberanas se lleven a cabo con mayor equidad, eficiencia y transparencia. Es un tema que compete a los países en desarrollo y los desarrollados. Hacía más de 30 años que los países más poderosos habían logrado retirar el tema de la deuda del ámbito de Naciones Unidas. Decían que no era el lugar adecuado para discutir los temas de las reestructuraciones soberanas pero es el único foro democrático donde todos los países tienen voz y voto. Lo que logramos es comparable con la resolución 2065 de 1965 que reconoció la existencia de una disputa entre los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido sobre la soberanía de las islas Malvinas. A partir de ahora la experiencia argentina sirve para que toda negociación cuente con una guía codificada.
–¿Los nueve principios pueden ser utilizados como una herramienta para fortalecer la posición del país en la disputa legal con los fondos buitre?
–Argentina es autora junto con Francia de la Convención contra la Desaparición Forzosa de Personas. No impulsamos la iniciativa por lo que pasó en el país, porque las personas desaparecidas ya estaban desaparecidas, sino para que no ocurra nunca más que se secuestre y se haga desaparecer a miles de personas y eso no esté tipificado como delito en el mundo. Este caso también tiene que ver con nuestra experiencia y con un legado. Seguramente va a servir para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro y tal vez sirva también en los juicios actuales para decir que Naciones Unidas, en su gran mayoría, indicó un camino a seguir.
–Entonces, ¿cuál será el impacto de la resolución sobre el accionar carroñero del sistema financiero internacional?
–Los jueces no pueden ignorar que existe esta resolución. Los buitres funcionan porque hay un agujero legal y los nueve principios le ponen un límite. El principio de la reestructuración por mayoría implica que los acuerdos que sean aprobados por una mayoría calificada de los acreedores de un Estado no se verán afectados, perjudicados, obstaculizados de otro modo por otros países o una minoría no representativa de acreedores. Además, está el principio de la inmunidad soberana. Argentina sufrió más de 200 embargos en todo el mundo impulsados por los buitres. La resolución aprobada le da a los Estados y a los acreedores de buena fe obligaciones y derechos que hacen que la vida sea un poco más simple y que los países puedan reestructurar su deuda sin poner en riego la seguridad política, ni la social, ni el derecho al desarrollo económico.
–¿Que la resolución aprobada no sea vinculante para los países limita sus alcances, por ejemplo, a la hora de legitimar el derecho de un Estado para reestructurar sus pasivos o defender a los acreedores de buena fe de los buitres?
–En Argentina muchos, creyéndose más vivos de lo que son, remarcan que no son vinculantes. Nada de lo que hace la Asamblea General de Naciones Unidas en vinculante. La declaración universal de los derechos del hombre, los derechos de la mujer, los derechos del niño o la convención sobre la desaparición forzada de personas, pero van creando estructuras que van siendo incorporadas por los distintos países.
–¿El Gobierno enviará el proyecto al Congreso para incorporar la resolución a la legislación?
–Nuestra idea es que estos principios se conviertan en ley en Argentina. Los nueve principios contra el accionar de los buitres van a ser aprobados en el Congreso. Como ocurre con cualquier resolución que saca Naciones Unidas, si queremos aplicarla debemos rubricarla como ley. Vamos a hacerlo antes de fin de año para evitar que se repitan los dramas del pasado. Queremos que cualquier intento de sobreendeudamiento deba respetar estos principios. Esperamos que la oposición acompañe una iniciativa avalada por 136 países en la ONU. Que no vayan a decir que hubo fraude, miren que se aprobó por voto electrónico.
–Bolivia que jugó un rol significativo para impulsar la iniciativa también planea incorporarla a sus leyes, ¿algún otro país planea avanzar en ese sentido?
–Tengo entendido que Bolivia tiene listo un proyecto de ley para incorporar la resolución. Nosotros estamos hablando con otros países de la región y naciones africanas para que inicien recorridos similares. Las resoluciones de la ONU demoran bastante en implementarse porque cada parlamento avanza a sus velocidades. Cada vez que hacemos una visita al extranjero reiteramos la necesidad de que el Congreso incorpore la Convención contra la Desaparición Forzosa de Personas, una iniciativa conjunta entre Argentina y Francia. Es la militancia. Argentina es uno de los países que más incorporó las declaraciones de Naciones Unidas a su derecho interno y Estados Unidos el que menos.
–¿Cómo interpreta el rechazo a la medida encabezado por Estados Unidos, Reino Unido y Japón?
–Oponerse a estos principios es como oponerse a los diez mandamientos. No es fácil decir que uno no está a favor. Solo seis países se animaron. Lo increíble es que en Naciones Unidas, muchas veces, los países, para no comprometerse, no participan, pero en la votación estuvieron presentes la mayoría de los miembros. Quienes rechazaron la resolución son los más poderosos y desde esa posición no quieren un cambio en el status quo. Es como la esclavitud: ¿quiénes defendían la esclavitud? Los dueños de los esclavos. Llevó su tiempo pero la esclavitud terminó. Los seis países que votaron en contra de la resolución tienen poder de bloquear cualquier iniciativa en el FMI. Dicen que en la ONU no hay experiencia en la materia, pero tampoco la había en armas nucleares. Sin embargo, este foro se ocupa del tema. Con ese razonamiento hay que cerrar los congresos en todos los países y tener un gobierno de tecnócratas. En Naciones Unidas gobiernan los políticos. Se va a crear una nueva comisión para elevar propuestas que se irán votando a medida que se llegue a consensos dentro de grupos mayoritarios. Uno de los objetivos sería crear un tribunal internacional que intervengan en los procesos de reestructuraciones de deuda implementando estos principios básicos. También puede terminar en una convención que al ser ratificada por una determinada cantidad de países sea obligatoria para el resto.
–¿Le llaman la atención las abstenciones de países de la Unión Europea como Bélgica que acaba de aprobar una legislación antibuitres y Grecia donde se necesita una nueva reestructuración de la deuda?
–Europa se abstuvo como bloque más que nada porque había países que insistían mucho en el no. Grecia, según nos explicaron, son muy dependientes de la situación de la Unión Europea. Es un gobierno de transición que no tiene la posibilidad de tomar ese tipo de decisiones. Hay muchos países pequeños de Africa Central muy valientes que también dependen de las ayudas y créditos internacionales que, sin embargo, votaron a favor.
–¿Y las abstenciones de Colombia y España?
–España votó a favor. Si bien al finalizar la asamblea indicó que su posición debía ser leída como una abstención, no puede cambiarlo queda como una nota al pie para los historiadores. Si no hoy estaríamos todos negociando votos. El voto de Colombia no lo entendemos. Nos dio mucha pena.
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