GRECIA
De vuelta al escenario
Los griegos volvieron a confiar en Alexis Tsipras
Por MARTA G. SOJO
25 de septiembre de 2015
El premier griego mantuvo a muchos ministros
de su anterior mandato. (Foto: info7.mx)
Alexis Tsipras volvió a ganar las elecciones. A contrapelo de muchas opiniones y escepticismo sobre su reelección, dado el alejamiento en su partido de un grupo de miembros, la situación socioeconómica que afecta al país e incluso los migrantes de África que están arribando a sus costas masivamente.
Las encuestas acertaron desde un principio al anunciar que el partido Syriza tenía un por ciento alto de aceptación, hecho que quedó demostrado durante el proceso electoral, en que una mayoría apreciable de escaños del legislativo pasaron a este partido, dejando sin efecto los últimos pronósticos que consideraban iba a producirse un empate técnico.
Realmente, Tsipras sorprende con decisiones inesperadas y en momentos incomprensibles, dicen los entendidos en asuntos griegos, y agregan que el premier obtuvo otra gran victoria además de las urnas, y fue la limpieza de sus oponentes dentro de su propio partido. Los 25 diputados que crearon el partido Unión Popular que propugnaban la salida del euro no obtuvieron representación parlamentaria. En los círculos de analistas se comentaba que Tsipras se consolida como el referente de la izquierda en ejercicio del poder en Europa.
Observadores juzgan que a pesar de las críticas demuestra ser un as de la política. Se apoyan para tener esta opinión en que a pocos meses de ejercer el cargo de premier, transformó el panorama político griego, dejando atrás al partido Pasok, uno de los hegemónicos del bipartidismo. Además maniobró ante la Unión Europea, ante la imposibilidad de poder suprimir las medidas impuestas por ellos. Por último pidió un nuevo voto de confianza para seguir defendiendo los intereses de los griegos y lo consiguió ampliamente; en resumen, una jugada maestra.
Syriza salió vencedor de los comicios con 35.47 por ciento de los votos, 145 escaños; le faltaron unos cuantos curules para alcanzar la mayoría necesaria, por lo que formó Gobierno con el partido nacionalista Griegos Independientes, que logró entrar en el Parlamento por la mínima, al alcanzar 3.69 por ciento, 10 escaños. Juntos suman 155 asientos -de los 300 que forman la Cámara. A pesar de todo hubo también una gran abstención. Según los datos dados después de los comicios, casi un millón de personas no votaron, lo que representa alrededor de 43 por ciento, la mayor abstención registrada en Grecia, donde el voto es obligatorio.
Las otras fuerzas que forman parte del nuevo Parlamento son 75 representantes de Nueva Democracia; Amanecer Dorado, el grupo neonazi, es la tercera fuerza con 19 diputados. Les siguen el Pasok (17), el Partido Comunista (14), To Potami bajó a 11 curules, los Griegos Independientes 10 y la Unión de Centristas, con nueve. Unidad Popular, la escisión de Syriza, no logró el tres por ciento necesario para entrar al legislativo heleno.
Con bastante rapidez luego de las elecciones se hizo la ceremonia de juramentación del cargo de Primer Ministro, en su segunda vuelta, ante el presidente de la República, Prokopis Pavlópulos. Mientras que el resto de su gabinete lo presentó al siguiente día. Muchos ministros del Gobierno repiten en esta vuelta, en particular el de Finanzas, Euclide Tsakalotos. La cartera de Defensa será de nuevo asumida por Panos Kammenos, presidente del Partido de los Griegos Independientes, que formó la coalición con Syriza, y Yannis Dragasakis actuará como vicepresidente. El anterior ministro de Educación, Aristidis Baltas, pasó a Turismo, entre otros.
Tsipras queda ahora en una posición envidiable, coinciden gran parte de los analistas. En el anterior Parlamento –señalan- un tercio de sus diputados estaban contra él; ahora tendrá un grupo parlamentario de sus filas, más pequeño pero más afín.
Con todo y eso, lo complicado viene en lo adelante. Aparte de mantenerse en el poder el gobernante debe ejercerlo, y la realidad del tercer rescate es que los griegos tendrán que padecer todavía más recortes y medidas de austeridad. La victoria ha sido indiscutible, el futuro de Tsipras no parece sencillo.