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General: Danilo Maldonado El Sexto, un acercamiento a la trayectoria del artista
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De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 02/10/2015 16:27 |
'Lo único que todavía no me pueden quitar es mi cuerpo'
Un acercamiento a la trayectoria y el significado del artista Danilo Maldonado, El Sexto.
Danilo Maldonado (El Sexto) y Tania Bruguera fueron los protagonistas de fondo de la pasada Bienal de La Habana, a pesar de que él se encontraba en prisión acusado de "desacato" y ella, retenida en el país contra su voluntad, estaba bajo amenaza de un proceso judicial por las acusaciones de "resistencia a la autoridad" y de "promover desorden público".
Es notable que ambos artistas intentaran realizar una performance en grandes espacios públicos. La de Maldonado, el 25 de diciembre de 2014, en el Parque Central, se iba a llamar Rebelión en la granja; la de Bruguera, cinco días después, en la Plaza de la Revolución, se llamaría El susurro de Tatlin.
La policía política no dejó que las performances ocurrieran, pero, al mismo tiempo, hizo que ocurrieran. La de Tania Bruguera terminó cuando le devolvieron su pasaporte y pudo salir del país en el mes de julio, pero la rebelión en la granja de Danilo Maldonado, El Sexto, nueve meses después, aún no acaba.
Cuando en abril de este año le otorgaron el Premio Václav Havel en ausencia, Thor Halvorssen, presidente de la Human Rights Foundation, expresó que El Sexto pertenece a la "generación de relevo" de aquellas figuras históricas que "pacíficamente, utilizando solo palabras, intentaron mover los cimientos de esas dictaduras de tal modo que cambiaron la historia".
En esa ocasión, Gari Kaspárov expresó que lo que realmente había provocado la detención del artista fue que, al comparar a los hermanos Castro con los personajes porcinos deRebelión en la granja, había "expuesto la naturaleza de un régimen totalitario". Carolina Jiménez, de Amnistía Internacional, que lo considera un preso de conciencia, declaró que "encarcelar a un artista por pintar un nombre en un puerco es ridículo".
Si la sola circunstancia de que Danilo continúe preso es ya inaceptable y resulta una burla desmedida a las protestas dentro de Cuba y en el mundo, a las cartas firmadas por centenares de personas solidarias, la decisión del artista, creyéndose sin otra opción, de someterse a una huelga de hambre que ha podido aniquilarlo, es, además de triste, demasiado indignante.
Ante la gravedad de esta situación y la indiferencia criminal de la dictadura cubana, Tania Bruguera envió a Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, una carta donde denunciaba la presión y la censura a la que están sometidos los artistas en Cuba, y donde también solicitaba de él, en cuanto al caso particular de El Sexto, "toda la ayuda posible" para que contacte con el Gobierno cubano y así "evitar un desenlace trágico".
Señalaba Bruguera, además, que Maldonado "tiene el derecho de ser liberado de la prisión mientras espera por la decisión del fiscal" y por eso pidió a Ki-moon que presentara el caso ante Raúl Castro mientras todavía se hallara en Nueva York participando en la Asamblea General de la ONU. "Ninguna vida debe estar en manos de ningún gobierno por la única razón de que no quieran reconocer que han cometido un error", escribe Bruguera, e insiste: "Ninguna vida debe ser usada como chivo expiatorio para dar una lección al resto de la comunidad artística".
Un artista del grafiti
Danilo Maldonado Machado (1983) también estaba detenido cuando vino el anterior Papa, Benedicto XVI, porque estar arrestado e incluso desaparecido durante días por la Seguridad del Estado, con cualquier pretexto, se ha convertido en una norma, más que una excepción, en los últimos cinco años de su vida.
Le han cerrado, o no le han dejado siquiera inaugurarlas, numerosas exposiciones en La Habana, además de todas aquellas en las que le han impedido participar como un artista plástico más, para lo cual la policía política se ha valido de la intimidación más grosera a los dueños del local o a los organizadores.
En una entrevista que le hizo Antonio Rodiles en Estado de Sats en enero de 2012, Maldonado dijo, hablando de su impulso creativo contestatario: "Ese grito en tu interior es tan fuerte que ya no puedes aguantarlo más", añadiendo que se ve a sí mismo como "un ser humano que necesita expresarse ante todo", y que "me pueden considerar opositor o la palabra que ellos quieran inventar". Y remató la idea con una frase que ahora tiene el sentido que hace tres años y medio no tuvo: "Yo voy a seguir haciendo lo que hago, aunque me cueste la vida".
Su primer grafiti, en 2009, apareció por todo San Agustín, su barrio: el signo Rev —rebobinar— de la tecla de una grabadora con dos flechas debajo apuntando muy significativamente hacia atrás. Descubrió ante todo cómo podía llamar a las puertas del poder incluso con míseros recursos.
Su propia cara, con expresión interrogante, una estrella de cinco puntas partida y la pregunta ¿Qué pasa? fue su segundo grafiti, que esta vez se extendió a lo largo y ancho de toda la ciudad. En ese mismo año 2009 se le ocurrió la idea de crear un personaje casi en broma: un superhéroe que nos salvara de "esto" a todos.
Para crearlo, Danilo partió de la omnipresente campaña mediática oficial por la liberación de los "Cinco Héroes". Así surgió el "Sexto Héroe": una sátira sobre una farsa. Se asombró con la rápida comprensión de la gente y descubrió entonces que perdía el control sobre lo que significaba "El Sexto", que él veía como a una persona cualquiera, pues cualquiera puede ser un "héroe" libre, ya que, aunque tantos crean que "no se puede hacer nada porque nadie hace nada, siempre hay quien se atreve a expresar abiertamente lo que siente, lo que piensa".
Luego llegaría la furia creativa, los múltiples grafitis por toda La Habana, la ironía deDevuelvan mis cinco euros, las primeras detenciones y amenazas. Le ordenaban que se quitara un pulóver con el letrero Laura Pollán vive y, como no obedecía, se lo desgarraban. "Nosotros vamos a derrumbar la pared", declaraba Danilo, ya convertido en El Sexto, "para nuestros hijos, para nuestra familia. Vamos a acabar con este miedo".
Tuve ocasión de entrevistarlo para Cubanet en dos o tres ocasiones. Nos vimos muchas veces en diversos lugares y conversamos ampliamente. Me parecía evidente su naturalidad, su incapacidad para la ostentación. Hablaba sin excesivo énfasis, nunca en voz alta, siempre paciente y muy convencido, como si hubiera nacido pensando así.
En una entrevista en mayo de 2012 le pregunté por su formación y contestó que —aunque estudió un tiempo en el taller de Roberto Diago y en una casa de cultura, y admiraba a Amelia Peláez, Antonia Eiriz, Mirta Pilar, Hilda Vilar, Arte Calle, Ezequiel Suárez, Luis Trápaga, y a muchos otros, por no hablar de Basquiat— "lo que verdaderamente me formó, me nutrió, fue la calle".
Otra cosa que dijo, que hoy cobra pleno sentido es que "cada vez que la situación se pone más difícil, me siento más estimulado a crecer. Uno termina en el piso o se crece, pero no puede acostumbrarse a perder. Yo sé quién es el enemigo y qué quiere". Pero no había en él intolerancia pues, por ejemplo, se sentía capaz de compartir espacio con un artista que estuviera haciendo absolutamente lo contrario que él.
"Si tu comportamiento delante de la gente es mentira", decía, "puedes estar con una mujer que no te gusta, hacer un trabajo que no te gusta, andar con gente que no te gusta, y ya en tu vida todo es mentira". Redondeaba este concepto con la certeza de que uno debe decir bien claro que no, "que por aquí no van a pasar", porque, en caso contrario, "tu vida se enreda con mil mentiras y no puedes controlarla, y llega un momento en que firmas una carta apoyando que maten a alguien y abrazas a Fidel Castro".
Declaró en esa ocasión El Sexto que "el arte me cambió la vida, fue como un despertar, mejor que cualquier religión. Yo vivía ciego. Y lo mejor que me pasó fue ser artista aquí en Cuba, incluyendo las malas experiencias que desgraciadamente suceden, pero que ayudan a madurar para cosas superiores. Lo más sencillo sería irme. ¿Y por qué hacerlo si esta es mi casa?" Posteriormente, tendría oportunidad de viajar a Europa y a Estados Unidos, pero regresó aquí.
Cuando lo entrevisté en septiembre de ese mismo 2012, se había hecho un tatuaje con la figura de Oswaldo Payá "para rendir homenaje al hombre que inspiró el Proyecto Varela y dio mucha esperanza y mucha fuerza al pueblo de Cuba cuando se creía que era imposible acabar de manera pacífica esta dictadura".
El Sexto quería convertir su cuerpo en una ofrenda "a estas personas que están siendo asesinadas por el Gobierno: Laura Pollán, Orlando Zapata, Wilman Villar y otros. También voy a incluir el remolcador 13 de marzo y la cantidad, el número de personas que murieron allí". Según él, la policía política podía cubrir sus grafitis con pintura rosada, hacer que lo expulsaran de los estudios, "pero lo único que todavía no me pueden quitar es mi cuerpo".
Ya en esa época a Danilo le resultaba casi imposible vender sus obras pictóricas, porque al comprador se las quitaban en la aduana del aeropuerto. Le era difícil pasar varias semanas en un mismo estudio. Le confiscaban los materiales que le enviaban por Cuba Pack y le invalidaban las recargas a su móvil desde el extranjero, aunque ETECSA se quedaba con el dinero. Le quitaban sus objetos personales y de trabajo —agendas, diarios, sprays, cartulina, plumones, todo lo que hubiera en su mochila— cuando lo detenían.
Y, sin embargo, increíblemente, Danilo no perdía la calma. Contaba sobre la persecución y el acoso a que era sometido con un tono como si le ocurriera a otro: "Ya no puedo trabajar nada en mi casa porque, cuanto más te reprimen, más rebelde y más contestataria se vuelve tu obra, más radical, y entonces la relación con mis abuelos y con mi madre no va bien. Ellos tienen miedo".
Héroe del no, artista del sí
Danilo Maldonado se declaró en huelga de hambre el 25 de agosto, protestando por sus ocho meses de estar preso, la abandonó a principios de septiembre y la reinició el 8 de septiembre. Los agentes que dicen llamarse Kevin y William visitaron a su madre, María Victoria Machado, en su centro de trabajo para que convenciera a su hijo de que abandonara la huelga, de que "no trabajara para el enemigo" y "no cerrara más puertas", pues solo ellos podían ayudar. A esa altura ya la madre sabía bien quiénes son los amigos y quiénes los enemigos y ni entonces ni luego han podido contar con su colaboración.
Pero ella clama por justicia para su hijo. Aunque la directora y los abogados del Bufete Colectivo del municipio Plaza de la Revolución reconocen que él no llegó a cometer ningún delito, se niegan a dar declaraciones a la prensa, y la abogada del caso, Mercedes Nery Ferrer Iznaga, ha hecho un trabajo pésimo, si es que eso es trabajar, cuando en realidad solo ha apoyado las acciones ilegales y ensañadas del régimen, llegando incluso a amenazar a amigos del acusado que la visitaron en su oficina.
Y es que Danilo pertenece no a una generación —pues son varias—, sino a un conjunto de artistas muy diversos que, desde hace unos años, vienen oponiéndose al régimen, unos más frontalmente que otros, en el campo de la cultura y vueltos hacia el público, como Gorki Águila, Los Aldeanos, Raudel Collazo (Escuadrón Patriota), OMNI-Zona Franca, Lía Villares, Ángel Yunier Remón Arzuaga (El Crítico), Luis Trápaga, Maikel Extremo, Ángel Santiesteban, Orlando Luis Pardo Lazo, entre otros.
Los hay que no son muy conocidos por lo difícil que les resulta promocionar su trabajo, relacionarse con el público y a veces incluso solamente realizar sus obras. Entre los que son ampliamente conocidos, no obstante, el más acosado llegó a ser hace un tiempo Gorki, que pasó dos años preso y luego ha sido detenido en infinidad de ocasiones y tiene una cámara vigilando su casa.
Otro que ha sido reprimido con fuerza ha sido el escritor Ángel Santiesteban, que acaba de pasar dos años y medio encerrado y se halla en libertad condicional. Pero en estos momentos, tras nueve meses de severas condiciones de cárcel, el artista más hostigado por el régimen es El Sexto. También el más temido. Orlando Luis Pardo Lazo, escritor y fotógrafo que ya no vive en Cuba, describió a Danilo como "un artista libre, fuertemente odiado por su coraje y por su genio".
Muchos recordarán aquel "chiste" de la oscura era soviética que advertía: "No pienses. Si piensas, no hables. Si piensas y hablas, no escribas. Si piensas, hablas y escribes, no firmes. Si piensas, hablas, escribes y firmas, no te sorprendas".
Danilo ha pensado, ha hablado, ha escrito, lo ha firmado todo y, lejos de sorprenderse, ha sorprendido a los esbirros que lo persiguen, lo aíslan e intentan en vano escarmentarlo, y los ha sorprendido mucho más de lo que ellos podían esperarse. Demasiado. Por eso, serían capaces de dejarlo morir, como han hecho en otras ocasiones.
Ese artista del cinismo y la miseria ética y estética que se llama Alexis Leyva y se hace llamar Kcho —consciente de no ser entero—, que le regaló al papa Francisco, con la bendición del beato Raúl, un Cristo crucificado en una cruz hecha de remos, dijo en una Bienal: "El Sexto no es nadie. En Suecia, tú haces grafitis y te meten preso. Eso no es arte ni es nada".
Es terrible, pero cierto: los cerdos duermen bien, y comen mejor, aun cuando los hombres cabales languidezcan en la tiniebla sin ceder su libertad interior. Al final de Rebelión en la granja, escribe George Orwell: "¿Qué era lo que se había alterado en los rostros de los cerdos? Algunos tenían cinco papadas, otros tenían cuatro, aquellos tenían tres".
Lo único que todavía no le pueden quitar a Danilo es su cuerpo. Y su dignidad tampoco. El grafitero Danilo Maldonado, El Sexto, ha levantado la huelga de hambre que mantenía durante las últimas dos semanas en la cárcel de Valle Grande denunciando su situación, confirmó este jueves a su madre, María Victoria Machado.
Machado pudo ver a su hijo durante de unos 20 minutos y señaló que lo encontró "animoso y sonriendo". Según la madre, un teniente coronel, que se presentó como "mediador", le informó que el artista sería liberado dentro de 15 días.
Machado agregó que El Sexto confía en que esta información sea ahora cierta, después que el pasado 24 de agosto se le prometiera una liberación que nunca se produjo.
La madre del grafitero y activista cree que que la acción urgente de Amnistía Internacional, declarando a su hijo como preso de conciencia esta misma semana, ha podido hacer efecto.
También la artista Tania Bruguera envió una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidiendo que intercediera por el caso del artista.
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La represión no acaba
Nada define tanto a los Gobiernos opresores como su intolerancia. Y de eso, el régimen que encabezan los hermanos Raúl y Fidel Castro, sabe bastante. Nadie lo pone en práctica mejor que este par de malévolos ancianos que por mucho que reciban al Papa Francisco o le den un estrechón de mano al presidente Barack Obama, continúan asfixiando a su pueblo con postulados dictatoriales.
"EL SEXTO"
Diario las Americas Nada define tanto a los Gobiernos opresores como su intolerancia. Y de eso, el régimen que encabezan los hermanos Raúl y Fidel Castro, sabe bastante. Nadie lo pone en práctica mejor que este par de malévolos ancianos que por mucho que reciban al Papa Francisco o le den un estrechón de mano al presidente Barack Obama, continúan asfixiando a su pueblo con postulados dictatoriales.
Nadie se escapa del abuso de esta yunta del mal y una prueba de ello es lo que vive el joven disidente y artista plástico Danilo Maldonado, mejor conocido como “El Sexto”, a quien de buenas a primeras, sin ningún tipo de acusación formal o juicio, enviaron a la cárcel en diciembre pasado por el sencillo hecho de tratar de expresar su talante artístico. En cualquier nación del mundo, excepto en donde rigen los déspotas, semejante actitud daría lugar a un exabrupto.
“El Sexto” se atrevió a lo impensable al querer exhibir, con dos cerdos a los que nombró Raúl y Fidel, su inquietud artística. Después de varios meses tras las rejas, el joven inició una huelga de hambre como protesta ante su absurda detención. Sin embargo, esta semana decidió ponerle fin a esta medida ante la promesa de las autoridades de que eventualmente sería liberado. Desde acá nos da un alivio saber que el artista depuso su actitud. Está claro que a estos Gobiernos les importa poco la vida, y si no, ahí está como prueba lo que sucedió con Orlando Zapata Tamayo, quien murió en 2010 después de 85 días de huelga de hambre.
Ya pronto le tocará a “El Sexto” mostrar sus actitudes artísticas en las calles de La Habana. Será sin medias tintas, en una Cuba realmente libre y donde importe más la felicidad de la sociedad, que las absurdas doctrinas de la prehistoria de las que aún se alimentan los Castro y sus secuaces.
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