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General: EL SEXTO continúa en la cárcel y es símbolo de la rebeldía generacional
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 03/10/2015 18:20
"El Sexto" es símbolo de rebeldía generacional
El grafitero cubano “El Sexto” continúa en la cárcel y se desconoce la fecha de su liberación, aunque depuso la huelga de hambre el jueves
 
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El artista fue detenido en diciembre pasado mientras planeaba realizar una performance utilizando
dos cerdos con los nombres de Fidel y Raúl, en aparente alusión al exgobernante cubano, Fidel Castro, y a su hermano Raúl Castro.
         Rosa Tania Valdés -  Diario las America
El grafitero y disidente cubano Danilo Maldonado, conocido como “El Sexto”, abandonó esta semana una huelga de hambre que había iniciado el mes pasado para exigir su excarcelación, tras recibir la promesa de una autoridad de la prisión de que sería liberado próximamente.
 
La noticia fue confirmada el jueves a los medios por María Victoria Machado, madre del joven artista opositor, que ha sido clave en el reclamo por la liberación de su hijo.
 
Después de recibir la promesa de una autoridad de la prisión cuya identidad no fue revelada, de que sería excarcelado en una fecha no determinada, el Sexto decidió deponer su prolongado ayuno.
 
El artista fue detenido en diciembre pasado mientras planeaba realizar una performance utilizando dos cerdos con los nombres de Fidel y Raúl, en aparente alusión al exgobernante cubano, Fidel Castro, y a su hermano Raúl Castro que tomó las riendas del poder.
 
A comienzos de septiembre se había declarado en huelga de hambre para visibilizar su caso tras nueve meses en prisión por el presunto delito de desacato. Hasta el momento no ha sido formalmente acusado ni sometido a juicio.
 
La suspensión de la protesta y el anuncio de su eventual liberación llega en medio de crecientes reclamos dentro y fuera de la isla a favor del artista, cuya huelga alarmó a amigos y familiares que temieron por su vida. Su situación recordó al fallecido opositor cubano Orlando Zapata Tamayo, quien falleció en febrero del 2010 después 85 días de huelga de hambre para exigir mejores condiciones carcelarias.
 
“Danilo no necesita morir, Danilo no puede morir, Danilo quiso expresar sus ideas, Danilo quiso hacer una performance para reflejar la realidad de Cuba”, dijo Yaima Marín Díaz, en un emotivo mensaje grabado en el perfil Libertad Para El Sexto, en la popular red social Facebook.
 
El joven Maldonado Machado se dio a conocer en Cuba por su abierta oposición política al sistema socialista vigente desde hace más de medio siglo. Antes de su última detención en diciembre del 2014, había sido apresado temporalmente en otras ocasiones por sus polémicos carteles.
 
Esta semana su caso fue acogido por Amnistía Internacional, quien lo declaró prisionero de conciencia y ha exigido su inmediata liberación.
 
 “Encarcelar a un artista por pintar un nombre en un cerdo es ridículo”, dijo el organismo en un comunicado.
“Las autoridades cubanas están usando cualquier excusa cobarde para silenciar a Danilo y transmitir el mensaje de que no se tolerará ninguna crítica contra el Gobierno y sus funcionarios”, dijo Carolina Jiménez, directora adjunta de Investigación para América Latina de Amnistía Internacional.
 
Familiares y amigos temieron por su vida
En días recientes “El Sexto” envió un conmovedor mensaje, que muchos interpretaron como su testamento político, escrito en la prisión estatal de Valle Grande, situada en la periferia de La Habana.
 
“Me siento orgulloso de ser el artista que soy y de hacer el arte que hago con la Cuba que represento por eso estoy dispuesto a entregar mi vida cien veces si fuera necesario”, escribió en un texto.
 
“Aprendí a saber levantarme frente al poderoso”, dijo. “El día que agarré un spray en mi mano decidí qué hacer con mi vida”, agregó.
 
“Mi hijo es un artista, no ha cogido un arma ni nada, lo único que ha hecho es pintar, pintar y está hace nueve meses preso. Lo quiero fuera ya”, ha dicho Machado, visiblemente afectada por la situación que describió como “una injusticia”.
 
El jueves pasado, Machado dijo que tras dejar la huelga su hijo no estaba “tan destruido” como esperaba verlo y que lo encontró “muy contento, muy animoso”.
 
Autoridades cubanas no suelen responder preguntas sobre estos casos. Disidentes como Maldonado Machado, son considerados “mercenarios”, al servicio de intereses foráneos.
 
A diferencia de lo ocurrido esta vez, en los últimos tiempos el Gobierno de Raúl Castro ha optado por detener temporalmente a los disidentes, en un cambio drástico respecto a su hermano Fidel, cuyo estilo solía ser el de condenar a largas penas de cárcel a sus opositores.
 
“El Sexto no está preso por hacer algo específico. El Sexto está preso porque es un símbolo de resistencia generacional, por encarnar en su conducta unos bríos cimarrones que se creyeron exterminados”, dijo el disidente cubano Eliécer Avila, líder del Movimiento político Somos +.
 
   En Miami también claman por su excarcelación
“Lo peor es la impunidad del Gobierno cubano”, dijo en entrevista Diddier Santos, quien esperaba que su amigo sería excarcelado en el marco de la visita a Cuba del Papa Francisco en días recientes, cuando el Gobierno concedió amnistía a más de 3.000 reos. Maldonado no estuvo incluido en la lista.
 
En carta al presidente de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la artista de la plástica y opositora Tania Bruguera le solicitó que interceda en el caso.
 
“Donde el artista decide no doblegarse ante los dictámenes del Estado, la censura se descarga con una fuerza desproporcionada que lo aísla y aliena de la sociedad, arrebatándole el derecho al arte y a su expresión”, escribió Bruguera, quien pasó varios meses retenida por las autoridades cubanas tras intentar una acción plástica para exigir cambios políticos en la isla.
 
Grupos de derechos humanos denuncian cada mes cientos de detenciones temporales de disidentes y la existencia de decenas de condenados en las cárceles por acciones vinculadas a la oposición política que es ilegal en Cuba.
 
“Todo el que tenga algo de humanidad que pida por ese hijo mío que está preso injustamente lo quiero fuera, que haga su pintura, que pinte sus carteles y que pinte en contra de todo el que quiera pintar”, dijo Machado, la madre de Maldonado, en un conmovedor mensaje divulgado en Internet.
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet20 Enviado: 05/10/2015 17:21
El Sexto: quien ríe primero, ríe dos veces
 
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           Yoani Sánchez La Habana - 14yMedio
No había manera de confundirlo. Era el mismo rostro que sonreía desafiante desde algunas pintadas en las que se asemejaba a un Cristo irredento. Había visto la firma de El Sexto en las paradas de ómnibus, seguido sus ironías en los muros habaneros, y me preguntaba si en realidad existía este joven, que en medio de la noche ponía en sus trazos tantos sueños, tantos gritos. Pues allí estaba, parado frente a mi, en camiseta y con spray.
 
"Tu tachas mis cosas, yo tacho las tuyas", decía en algunas de sus primeras pintadas el artista Danilo Maldonado. Era la época en que al poder policial le dio por esconder bajo pintura rosada sus grafitis. Uno pasaba por la calle Línea y podía adivinar que tras aquellos parches coloridos, en medio de una pared que llevaba décadas sin mantenimiento, el irreverente artista había dejado algún dibujo.
 
Así que cuando me topé con El Sexto, con su delgadez, su rebeldía y su talento, me pareció que reencontraba un rostro conocido de mis fotos familiares, alguien con el que había compartido momentos nocturnos y coloridos, insolentes y clandestinos. Con el tiempo descubriría que estaba además ante un hombre que no cedía al miedo y que usaría hasta su propio cuerpo como lienzo para plasmar la desobediencia.
 
Cuando nos ahogábamos en la campaña más larga del castrismo, en la que exigían la libertad de cinco espías cubanos presos en cárceles norteamericanas, Maldonado se enfrentó a esa hemorragia de consignas y vallas. Se declaró, a cuenta y riesgo, como "El Sexto" de los "héroes" y exigió sin rubor "devuélvanme mis cinco euros", en burlesca alusión a la demanda oficial que pedía el retorno a la Isla de los "cinco héroes".
 
El apodo se le quedó, aunque los antiguos prisioneros ahora engordan y aburren en sus incontables giras nacionales y actos públicos. Así que el grafitero pasó de ser "el sexto héroe" a ser el único héroe de esta trama. Hace apenas unos días Amnistía Internacional acaba de considerarlo un preso de conciencia. A ese mismo muchacho inquieto que lanzó volantes por toda La Habana, proponiendo a la gente que rasgaran y destruyeran sus propios miedos.
 
Pero sería la vertiente lúdica de El Sexto la que más molestaría al pacato oficialismo cubano. Esa capacidad de sufrir riendo, de hacer una pregunta aparentemente ingenua y que sacaba de quicio al represor que lo sometía a un interrogatorio. La travesura de convertir una señal de tránsito en una obra de arte. El Sexto se nos hizo grande entre las manos, aunque muchos lo seguíamos viendo como el chiquillo simpático y juguetón que comenzó a dejar su rúbrica en la ciudad.
 
Pero los autoritarios carecen de humor. La risa les parece una ofensa. Cualquier broma se les hunde en el pecho como una puñalada y les golpea en la cara cual bochornosa bofetada. ¿Ha habido en Cuba alguien tan desprovisto de vis cómica y capacidad para la chanza como Fidel Castro? Probablemente no. Así que el sistema creado a su imagen y semejanza reacciona igual de acomplejado e intolerante ante el sarcasmo.
 
Los dos cerdos que El Sexto preparaba soltar el pasado 25 de diciembre en el Parque Central de La Habana, con los nombres de Raúl y Fidel en un costado, fueron la gota que colmó la copa. Cada día de su largo encierro en la prisión de Valle Grande, deben estarle haciendo pagar la tamaña osadía de aquella performance a la que titulóRebelión en la granja. Pero no saben que quien ríe primero, ríe dos veces y Danilo Maldonado siempre ha sido quien ha iniciado la carcajada en esta historia.
 
Danilo nació cuando muchos niños cubanos despedían a sus padres que partían hacia la guerra en Angola. Llevó pañoleta, dijo cada mañana en el matutino de su escuela aquella consigna que nos proclamaba "Pioneros por el comunismo" y que concluía con el compromiso de que "Seremos como el Che". ¿Qué salió mal durante el proceso para hacer dócil su arcilla?
 
La pobreza y la exclusión moldearon su vida. En la carta que escribió desde su celda, durante la huelga de hambre que llevó por 24 días, narró "mi familia es muy humilde: viví en Arroyo Arenas desde los cuatro años; en Chafarinas, Güira de Melena; en Covadonga, Las Tunas: un campo sin electricidad actualmente; Guáimaro, Camagüey y Arroyo Arenas, La Lisa". Llevaba a Cuba en su pellejo antes de pintarla.
 
Después supo del dolor que dejan las esposas policiales cuando las aprietan alrededor de la muñecas, del calabozo donde lo trancaron cuando el papa Benedicto XVI visitó Cuba y de aquella vez en que lo tuvieron detenido casi cuatro días, para que confesara quién le mandaba a pintar todos esos arabescos y rúbricas. Esa secuencia de choque con la realidad forjaron al artista, de una manera más auténtica que la academia a otros profesionales del pincel y el lienzo.
 
Nunca he tenido un árbol de Navidad tan hermoso como el que este joven, nacido en Nuevitas, Camagüey, pintó sobre una caja de cartón para que un grupo de blogueros y periodistas independientes celebráramos la llegada de un nuevo año. Era espigado, hermoso y lo hizo de una sola vez, sin respirar siquiera. Porque si algo le brota por cada poro a El Sexto es esa capacidad de convertir lo feo y olvidado en una obra de arte.
 
Un día le regalamos un muro de nuestra propia casa. Ese que separa a nuestro apartamento del abismo, en el balcón a una altura de 14 pisos. Estuvo trabajando varios días, entre el sudor y el olor de la pintura que llenaba todo el lugar. Sobre él dibujó el colorido arcoíris de la pluralidad, un ángel que pide silencio y un inquisidor policía que aún nos mira con reserva.
 
Todas las mañanas miro ese muro y un sol anaranjado y atrevido que surge sobre él. Imagino la celda donde está Danilo Maldonado ahora, la colchoneta que le dan para dormir apenas cinco horas cada noche, el calor y el hacinamiento. Allí no tiene sprays, lápices de colores ni lienzos. Pero quién sabe si después de ser liberado, en algún rincón de la cárcel, hallarán uno de sus grafitis hecho con el metal de una cuchara o un trozo de carbón. El Sexto se reirá así, por enésima vez, de sus carceleros.
 
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