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General: Dilma: victoria y nuevas batallas
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De: Ruben1919  (Missatge original) Enviat: 30/10/2015 20:58

Dilma: victoria y nuevas batallas

30 octubre 2014 | 6

Escribo con regocijo por la paliza número 23 propinada a Estados Unidos en la ONU con la condena universal de su ilegal e inmoral bloqueo a Cuba. Tengo la certeza que el bloqueo terminará más temprano que tarde. No de un día para otro sino como un proceso gradual. Como mismo la tengo sobre la ya inevitable declinación de la hegemonía de Washington, aunque este no se resigne a aceptarlo y conserve una gran capacidad de hacer daño.

Con la disputa por la hegemonía tenían que ver mucho las elecciones suramericanas de las últimas semanas. Una victoria de la oposición neoliberal en Bolivia, en Brasil y en Uruguay habría significado un enorme tanto a favor de la hegemonía yanqui. Afortunadamente, en los tres casos ocurrió lo contrario.

Pero aún con la resplandeciente victoria lograda por Evo y el MAS en Bolivia y el ya prácticamente seguro triunfo en segunda vuelta del Frente Amplio de Uruguay con mayoría en ambas cámaras, una derrota del PT y su abanderada Dilma Rousseff en Brasil hubiera implicado una verdadera catástrofe para las fuerzas populares de Nuestra América.

Sin Brasil es inconcebible el proyecto de unidad e integración que tuvo en Hugo Chávez su más destacado impulsor pero que no hubiera podido cuajar sin el pleno apoyo y cooperación de Lula da Silva y todo el peso regional e internacional del gigante suramericano como país más extenso y poblado de América Latina, su principal economía y la séptima del mundo, dotada de gigantescos recursos naturales.

Ello explica que a la reelección de Dilma se halla opuesto tenazmente una poderosa coalición integrada por sectores muy belicosos del capital financiero internacional y sus voceros más connotados como el Financial Times, The Economist, The Wall Street Journal, además de las grandes empresas brasileñas y su oligopolio mediático aliado que, como denunció el teólogo Leonardo Boff crearon una “tormenta perfecta” para impedir la continuidad de la gestión del PT. Pasando por el sabotaje económico, apelaron a las tretas más inmorales.

En una acción abiertamente criminal y golpista la cereza del pastel la puso el semanario Veja en su edición de vísperas de la elección. Una vil calumnia contra Lula y Dilma en portada, no sustentada en la nota de páginas interiores y adelanto en 24 horas de su circulación para que los otros medios oligárquicos como O Globo –también golpistas- pudieran difundirla viernes, sábado y el mismo domingo electoral. Pero no les funcionó. En opinión de Boff pudo más la madurez política del pueblo brasileño y la acción de la militancia de los movimientos populares y de las personas sencillas que se volcaron a las calles a defender el proyecto del PT.

Dilma, la guerrillera que no puedo ser doblada por la tortura, se creció como líder ante tamaños desafíos, actuó con mucha valentía, supo ser convincente en la palestra pública, atacar duro a su contrincante en los debates y con el apoyo de Lula hacer reaccionar a la base de millones de trabajadores y beneficiarios de los programas sociales petistas que constituyen su electorado. Su victoria fue ajustada, pero no por ello deja de ser muy meritoria, histórica.

Los gobiernos de Lula y Dilma han conseguido extraordinarios logros sociales que han dignificado la vida de decenas de millones de brasileños entregándoles mayores ingresos y por primera vez acceso a la salud, la educación y al servicio de agua y luz. Pero no han podido abarcar en doce años toda la enorme deuda social de uno de los países más desiguales del mundo ni realizar trasformaciones estructurales de fondo. El PT también reconoce que necesita un profundo análisis autocrítico.

El pésimo trasporte público, por ejemplo, fue desencadenante de las grandes protestas de junio, por más que uno olfatee otros componentes nada sanos en esa movilización.

Es evidente que para acometer las trasformaciones que se necesitan, como la reforma agraria y la democratización de los medios de comunicación no basta con las alianzas parlamentarias que le han permitido al PT gobernar hasta ahora. El parlamento está repleto de reaccionarios y corruptos. Dilma lo sabe y por eso se ha comprometido a dar la batalla por una Asamblea Constituyente y una reforma política, que no solo adecentaría la democracia representativa sino abriría las puertas a una mayor participación popular. Esta será decisiva para impulsar las reformas que están pendientes ahora frente a una derecha y una oligarquía golpistas y cargadas de un odio enfermizo y visceral.

(Tomado de La Jornada, México)

 


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De: Ruben1919 Enviat: 02/11/2015 11:50
La oposición se viste de golpe

En el actual contexto político del país, figuras progresistas alertan sobre intentos de un golpe de Estado

Por ROSANA BERJAGA

27 de octubre de 2015

Dilma Rousseff, presidenta de Brasil
La presidenta afirma que la oposición solo busca el
camino más corto para llegar al poder.
(www.noticiasmvs.com)



Hace pocos días se convirtió en una explosión noticiosa algo que parecía seguir la lógica de las agresiones contra los gobiernos populares latinoamericanos. El expediente del impeachment (juicio político/destitución) contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff se parece cada vez más a un intento de golpe de Estado. Este pretendido proceso, un continuo ir y venir de argumentos poco sólidos y la nebulosa de la corrupción al interior de Petrobrás, dejan ver las heridas de una oposición que todavía se resiente por la derrota en las urnas del pasado ciclo electoral.

Junto a las voces de los mandatarios de Bolivia y Venezuela, Rousseff ha vuelto a denunciar que las acusaciones opositoras “buscan atajos para llegar al poder”, en un tono que a todas luces quebranta el propio carácter democrático de la Constitución que aseguran defender. La situación interna parece en cada oportunidad más confusa. Pero se trata de un contexto coincidentemente similar para naciones cercanas en proyectos políticos. Movimientos sociales que no muestran posiciones definidas, recia campaña mediática opositora y clima de inestabilidad política, aparecen como escenarios comunes para venezolanos, ecuatorianos, bolivianos y ahora brasileños, sin contar que el golpe de Estado, de uno u otro tipo, se va convirtiendo en cliché a aplicar en las naciones del área.

Así, a la denuncia de Evo Morales y Nicolás Maduro sobre un posible golpe blando en Brasil, Dilma ha sumado su sentencia de que los sectores antigubernamentales “usan argumentos artificiales para promover un juicio político en su contra en el Congreso nacional” y culparla del delito de responsabilidad fiscal, acusación que ha sido denegada en varias ocasiones por falta de evidencias, pero que ha generado una nueva red de fabulaciones en torno a la complicidad entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

De las 14 solicitudes recibidas por Cunha, 11 han sido rechazadas por carecer de fundamentos jurídicos. Sin embargo, toda información puede ser modificada. Si en un primer momento, los documentos de denuncia apuntaban irregularidades del Gobierno durante 2014, la falta de credibilidad ha obligado a buscar “nuevos argumentos” sobre anomalías extendidas hasta 2015, y que justifiquen un impeachment en este momento de la gubernatura.

Entretanto, la presidenta continúa desmintiendo su supuesta culpabilidad ante las alteraciones en las cuentas públicas de su anterior etapa de gobierno. Según palabras de Roussef, se trata del camino más corto para apresurar las próximas elecciones previstas para 2018, en las que se avizora como prometedor candidato al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (quien, por consiguiente, también ha sido involucrado en las imputaciones por corrupción).

No obstante, entre desmentidos y declaraciones, la jefa de Estado ha admitido que su país se enfrenta a una seria crisis política, pero que considera poco legítimo que la oposición la critique y contribuya a la inestabilidad. “Estamos viviendo un momento de dificultades políticas”, confesó la gobernante, mientras aseguró que “en este exacto momento, sectores de la oposición intentan una variante de golpe. Un golpe disfrazado”.

Señaló además que las mismas acusaciones que pretenden hacerla caer, fueron probadas anteriormente contra mandatos previos, sin que estos sufrieran pena alguna. Su postura es que todas las maniobras opositoras mantienen el propósito de echar por tierra los 13 años de conquistas sociales y logros a favor de las clases más desfavorecidas en Brasil.

Estas mismas consideraciones durante el 12° Congreso de la Central Única de los Trabajadores, ha sido considerado su más fuerte intervención contra la derecha nacional en el presente año. Ante el mayor gremio del país, Rousseff afirmó que la oposición solo está preocupada por el poder y no por el pueblo. Por lo tanto, dijo, “ese golpe no es contra mí. Es contra el proyecto de Gobierno que represento. Un golpe contra el período más largo de distribución de renta en este país desde el descubrimiento, contra el mayor programa de inclusión social. Es un golpe y una irresponsabilidad querer interrumpir el curso democrático natural del país”.



 
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