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General: CUBA, DESNUDA DE HÉROES
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 08/11/2015 19:32
Cuba, desnuda de héroes
La Revolución socialista creó una iconografía imbatible como propaganda.
Pero, ¿qué ocurrió cuando se acabó el cuento? 'Iconocracia' indaga en la respuesta
  
fidel+la+cagapampers.jpg (480×300)
  
                  Luis Alemany - Madrid - 
Prueben a poner una fotografía de su héroe, un poeta, un tenista o un político en cualquier red social y ya verán lo que tarda alguien en hacer guasa. ¿Ocurre lo mismo en Cuba? ¿Se ríe la gente de los héroes en el país de los nuevos hombres socialistas? "En Cuba existe el descreimiento y es muy fuerte, porque la mayoría de nosotros ha crecido con un bombardeo desmesurado y obligatorio de iconografía política. Creo que los primeros artistas que pusieron en solfa esa iconografía vienen de los mismos años 60. Raúl Martínez, Chago, Antonia Eiriz, Umberto Peña... En algunos casos, ellos licuaron a los héroes, en otros le dieron un lugar a los individuos que no aparecían en la foto, por así decirlo. Así como hay historiadores que se lanzaron a buscar a la gente sin historia, estos artistas buscaron gente sin iconografía. Pero el momento más álgido de iconoclastia se produjo gracias a la generación de los 80, hijos de la Revolución que atacaron sin contemplaciones a los héroes [desde Fidel Castro al Che Guevara], así como a las representaciones comunistas de estilo soviético, a los mitos sexuales, las masas, la cartelística del Partido y cualquier cosa que se les pusiera por delante. Todo eso en medio de un país donde la gente se burla de lo que sea y donde el humor es una válvula de escape que no parece tener límite".
  
El habanero Iván de la Nuez, ensayista y crítico, habla del que ha sido el gran tema de su vida: la extrañeza de crecer en un país que es un cuento de héroes y villanos y descubrir, después, el desencanto. Sus libros 'Fantasía roja' y 'El comunista manifiesto', por ejemplo, hablaban de la imagen romántica de la isla y de la revolución en la Europa capitalista casi como una gran broma siniestra. Ahora, estos días, termina el montaje de Iconocracia, una exposición que debutará en el centro Artium de Vitoria [después viajará al CAAM de Las Palmas, a Madrid y a México] con la misma idea en el núcleo: qué pasa cuando se descubre que los gigantes eran molinos.
 
Su historia está contada a través de la fotografía: cómo un puñado de instantáneas construyeron esa imagen heroica de Cuba y cómo los cubanos se fueron deshaciendo de esa imaginería.
 
"De entrada, mencionaría a Fidel y al Che como estrategas de una revolución fotogénica", explica De la Nuez. "Ellos mismos posaron muchísimo y, aún más, fotografiaron bastante. No es difícil encontrar imágenes suyas usando sus propias cámaras y las fotografías del Che han sido expuestas y recogidas en libros. En el caso de Fidel, hay una anécdota poco conocida: un año después del triunfo revolucionario, él volvió a la Sierra Maestra y repitió fotos anteriores con poses, armas y ropas mucho más carismáticas y aseadas. Fue en los mismos sitios y prácticamente con las mismas actitudes. Algo así como una corrección de las fotos originales. Un artista como José A. Toirac ha hecho un trabajo muy perspicaz sobre esas segundas partes. Si a esto le unes el alto nivel de los fotógrafos cubanos que siguieron la gesta (Corrales, Korda, Salas, Noval) y la fascinación de otros fotógrafos internacionales (Cartier-Bresson, René Burri, Meneses), creo que se puede sostener la tesis de que Cuba fue una revolución expandida desde la fotografía".
 
¿Nos acordamos todos del retrato del Che totémico de AlbertoKorda?¿Aquella foto en la que el revolucionario podía ser un santo bizantino? Pues de eso estamos hablando.
 
Continuemos: ¿cambió la fotografía la imagen de la Revolución? "Yo diría que, más que cambiar la percepción, la fundó. No se entiende el impacto internacional de la Revolución Cubana sin el despliegue fotográfico que trajo consigo. Sin la confluencia iconográfica con lo que serían los símbolos de los años 60 [melenas, juventud, barbas]. La fotografía acompañó la fascinación de Sartre o Graham Greene, y de muchos intelectuales occidentales que descubrieron, a través de esta, a un país igual de occidental que se proponía cambiar el mundo. Y esto no sólo vale para los líderes de aquel proceso, sino también para la fotografía de 'La Habana', del paisaje campesino, con esa mezcla europea, norteamericana, latinoamericana, caribeña con su modernidad anómala y resultona".
 
En febrero de 1957, 'The New York Times' publicó el primer gran reportaje fotográfico sobre los revolucionarios de la Sierra. El autor era Herbert Matthews, que se infiltró entre los guerrilleros y lanzó a Castro, Cienfuegos y compañía al estrellato. Un libro de Anthony DePalma definió a Matthews como "el hombre que inventó a Fidel Castro".
 
Y en esa historia se apoya Iconocracia para romperla.Sus protagonistas son los fotógrafos que crecieron en la isla cuando el cuento ya estaba terminado.
 
Pongámonos en el caso de un chico cubano que intuitivamente se dirige hacia la fotografía a estas alturas de la Revolución. ¿En qué es distinto el equipaje de imágenes que lleva en su cabeza respecto a lo que tienen sus colegas en México, en Colombia o en España? ¿Qué es lo es tienen común, qué es lo que tiene él solo y qué es lo que ignora?
 
"Hasta ahora, un chico cubano se distinguía de esos otros chicos por algunas cosas. Para empezar, probablemente él haya conocido primero a los héroes que a los superhéroes. También en que, siendo tan occidental como los que mencionas, ese chico ha heredado la vida de una especie de país del Este en el Caribe, pues Cuba fue a todos los efectos un país de la órbita soviética. Y, por último, es alguien que ha crecido bombardeado por la publicidad revolucionaria, pero no entre anuncios comerciales, lo cual le da una especificidad a su mirada fotográfica. En todo caso, los chicos cubanos de hoy se diferencian cada vez menos de los chicos de otros lugares. No hay que olvidar la avidez de la carencia".
 
Iconocracia trae una segunda pregunta que complementa la anterior. ¿Cómo se relacionarán esos chicos con la tradición de imágenes que viene de fuera de Cuba? ¿Hay ingenuidad ante los leds luminosos y los anuncios de coches?
 
"Ingenuidad, he encontrado muy poca. Por eso, lo que defiende la exposición es que esa iconografía funcionó como un entrenamiento para lidiar con el mundo, para no dejarse engañar fácilmente, para olfatear la diferencia entre promesa y verdad. La mayoría de los artistas de la exposición saben que la propaganda ideológica y la del mercado son distintas maneras de colonizar tu conciencia desde las imágenes y por eso tienen un doble entrenamiento y ejercen una doble crítica".
 
Pongamos nombres: Abelardo Morell, TonyLabat, Ana Mendieta,José Ángel Toirac, Lázaro Saavedra, Leandro Feal, Hamlet Lavastida y Manuel Piña son algunos de los artistas que cuentan esta historia.Los que sepan algo de arte cubano reconocerán unos cuantos nombres clásicos en la alineación. "No todos son muchachos jóvenes", explica Iván de la Nuez."La exposición es una tensión entre las generaciones de los 80, 90 y 2000. El artista más viejo de todos nació en 1942 y el más joven, en 1986".
 
¿Y qué traen a Vitoria? Básicamente, humor. Humor negro en forma de escenas callejeras que deberían ser inspiradoras pero están llenas de herrumbre, humor verde en fiestas desmadradas, comandantes descontextualizados... Destruir iconos siempre es una promesa de diversión, aquí y en Cuba.
 
Última pregunta: en las notas que De la Nuez incluye en el catálogo de la exposición, dice que las obras que trae a Vitoria tienen algo de tanteo vital. Pero eso se podría decir de cualquier escritor, de cualquier artista o de cualquier músico cubano o español ¿no? ¿Por qué ese énfasis? "Durante los años 90 el arte pareció entender la experiencia como el reflejo de la vida cotidiana. Así aparecieron miles de obras que reproducían el desayuno familiar, la vida del abuelo, etcétera. Pero hay otra manera de entender la experiencia, tal como lo hizo Georges Bataille, que no implica la vida a ras de suelo sino, por el contrario, el hecho de vivir en el límite de lo posible. Los artistas que he seleccionado para esta exposición están alineados con este concepto".

 
 
 
 
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