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General: FUERZA CRISTINA ... ES LA HORA DE APRETAR LOS DIENTES Y REDOBLAR EL PASO
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De: Ruben1919 (Mensagem original) |
Enviado: 23/11/2015 13:59 |
Es la hora de sacar a relucir toda tu casta, querida Cristina ... con la frente en alto y sabiendo que tus ideales y los de Néstor está invictos luego de doce años de logros nunca antes vistos en Argentina ni en Nuestra Patria Grande .-
Cuentas con la admiración ...el respeto y el apoyo incondicional de los pueblos y gobiernos dignos del mundo para seguir viéndote como abanderada de la LIBERACIÓN DE LOS HUMILDES .- |
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 FRASE DEL DÍA «Es un día histórico. Comienza una nueva etapa en Argentina»Mauricio Macr
Macri pone fin a 12 años de populismo kirchnerista
FELICITACIONES PARA EL HERMANO PUEBLO DE ARGENTINA
Mauricio Macri logró el domingo poner fin a 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo en Argentina
Por Debora Rey / Associated Press / Mauricio Macri, quien abandonó la comodidad de una vida millonaria para meterse en las fangosas arenas del fútbol y la política, logró el domingo poner fin a 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo en Argentina.
Con 56 años, tendrá el desafío de garantizar la gobernabilidad en un país con fuertes divisiones políticas y romper con el maleficio de 60 años de presidentes no peronistas que no pudieron concluir su mandato.
"Hoy es un día histórico, es un cambio de época que va a ser maravilloso. Es un cambio que nos tiene que llevar hacia el futuro, hacia las oportunidades", dijo el presidente electo ante varios cientos de sus partidarios del frente opositor Cambiemos.
Agregó que "lo importante es el camino del trabajo, del esfuerzo, de no querer sacar ventaja a costa del que se tiene al lado... Mi tarea es ayudarlos a encontrar ese camino de desarrollo personal y el de sus familias".
Este ingeniero civil, padre de cuatro hijos, supo capitalizar el descontento de una mayoría de la población hacia el kirchnerismo, la corriente de centro-izquierda del peronismo fundada por la presidenta Cristina Fernández y su fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner y que viene gobernando el país desde 2003.
Lo hizo sobre la base de un discurso componedor y no ideologizado que contrasta con el estilo de confrontación del kirchnerismo, que ha provocado una división política en la sociedad, y haciendo hincapié en su perfil de tecnócrata con capacidad de gestión que puede "solucionar los problemas de la gente".
"Nuestra ideología es resolver, es hacer, lo definiría como un desarrollismo moderno del siglo XXI", señaló recientemente.
Preferido de los mercados y de la clase media urbana, Macri también logró persuadir a los votantes de los sectores populares -donde el peronismo ha sido históricamente más fuerte-, de que el cambio de modelo de un gobierno populista a otro de centro no significará un recorte de los subsidios para las familias sin empleo y de otros beneficios sociales.
Macri no es un político tradicional al estilo de los Kirchner y de muchos dirigentes de su propio espacio político. Como primogénito del poderoso magnate Franco Macri, estaba destinado a convertirse en el sucesor al frente de los negocios familiares.
Pero la mala relación con su padre -el propio Mauricio ha confesado que "me ponía al frente de todo y a los dos días estaba rodeado de tipos que mandaba él a ver como fracasaba"- lo llevó a tomar un camino diferente y postularse a presidente del popular club de fútbol Boca Juniors.
La idea la maduró durante su cautiverio a manos de una banda de policías y agentes de inteligencia que lo secuestraron en agosto de 1991. Lo liberaron 15 días después a cambio de una suma de entre seis y ocho millones de dólares.
A su llegada a Boca padeció los prejuicios en torno a su condición de "niño rico" sin antecedentes en el mundo del fútbol. No obstante, bajo su mandato el club vivió el ciclo más exitoso de su historia con la conquista de cuatro copas Libertadores, dos Intercontinentales y varios títulos de liga.
Cuando se convirtió en una figura popular en toda Argentina por los triunfos deportivos, fundó después de la crisis de 2001 el partido Propuesta Republicada (PRO), al que sumó a dirigentes de distintas fuerzas políticas tradicionales que habían desencantado a los argentinos.
Sumergido en el barro de la política, Macri tuvo que convivir con las suspicacias en torno al origen de la fortuna de su familia. Su padre manejó durante más de una década la filial argentina de FIAT gracias a su estrecha relación con la poderosa familia Agnelli, involucrada en el escándalo de corrupción "mani pulite" en Italia.
El Grupo Macri también fue contratista del Estado bajo gobiernos militares y civiles. Su apellido aparece asociado al proceso privatizador de empresas públicas y la frivolidad que marcaron el gobierno neoliberal de Carlos Menem en la década de 1990.
En 2003 Macri se postuló sin suerte a alcalde de la ciudad de Buenos Aires y dos años después obtuvo una banca de diputado nacional, un cargo con el que nunca se sintió cómodo porque siempre prefirió "lo ejecutivo".
La semilla de su proyecto presidencial germinó en 2007 cuando venció al kirchnerismo en las elecciones para la alcaldía de la capital.
Administró Buenos Aires con un sistema de gestión empresarial, con él como líder de un nutrido equipo de consejeros, en su mayoría gerentes de compañías pertenecientes al grupo Macri que luego asumieron en ministerios.
"En el PRO prima la idea de que el Estado está para favorecer la energía emprendedora del mundo empresarial", explicó Gabriel Vommaro, autor del libro "Mundo PRO, anatomía de un partido fabricado para ganar".
Durante su gestión como alcalde, la justicia lo procesó por supuesto espionaje a opositores y miembros de su familia, pero él ha negado los cargos y acusó al kirchnerismo de inventar la causa judicial.
Macri asumirá el 10 de diciembre con varios desafíos por delante: una inflación de al menos 27% anual según economistas privados, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, creciente inseguridad y el avance del narcotráfico.
También deberá negociar con los llamados "fondos buitres", los inversionistas estadounidenses que han demandado al país por títulos impagos de su deuda.
Pero las correcciones a los desequilibrios económicos no deberán alterar las conquistas sociales del periodo kirchnerista para evitar protestas como las de 2001, cuando millones de argentinos cayeron en la pobreza a raíz de la aplicación de políticas de ajuste.
Mantener el capital político que ha ganado en estas elecciones depende de ello. De lo contrario podría quedar preso de la maldición que se ha cernido sobre los presidentes no peronistas.
Debora Rey
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FELICITACIONES PARA EL PUEBLO DE
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Bienvenidos a la oposición
Por Sandra Russo
La moneda estaba en el aire y algo implícito, algo difuso pero palpable nos decía que iba a caer del lado de Cambiemos. En principio, así es la democracia y así la hemos aceptado, como siempre, muy lejos de los fantasmas que los “republicanos” agitaron siempre que la moneda estaba en el aire y parecía que iba a caer del lado del FpV. Y si Cambiemos ganó de una manera limpia, como lo hizo, no hay otro camino, hoy, que elaborarlo, procesarlo, reconocerlo y preguntarse por qué.
Si uno se pregunta por qué, es debido a que el resultado, que se respeta, no modifica la opinión que millones de argentinos tenemos de Mauricio Macri, y de la construcción política que lo llevó a la Presidencia. No modifica la regla de tres simple que hace que uno sospeche que esa presidencia a lo que básicamente estará dirigida será a restaurar la derecha que salvo en estos doce años y en el primer peronismo estuvo encaramada en el poder de este país, para beneficiar el poder concentrado de las elites locales y las corporaciones transnacionales. No modifica ni la perspectiva ni las convicciones de millones de argentinos que creemos que la redistribución de la riqueza no es un “prólogo”, sino un objetivo, y que esta etapa que comenzará en diciembre abortará muchos sueños, muchos proyectos, y que relocalizará a la Argentina en un lugar en el mundo que no es el que cambia, sino el que conserva recetas fracasadas.
Lo que dirimen las elecciones son cuáles son las preferencias de una mayoría, o mejor: dirime cuál es la mayoría en un corte espacial y temporal. Ayer, quedó absolutamente claro que hay una mayoría que confía en que Macri le hará la vida más ligera, que fomentará “la unión entre argentinos”, que “modernizará” o quizá “posmodernizará” la política argentina, aunque los que no lo votamos lo que vemos es marketing, y nunca el marketing ha hecho nada valioso por los pueblos. No está en su naturaleza.
Cambiemos ha contado con algo mucho más poderoso que un programa de televisión oficialista y demonizado. Ha contado con un poderosísimo aparato de medios concentrados que ha disimulado sus contradicciones y ha minimizado las consecuencias de las políticas económicas previstas. Contra eso no es mucho lo que se pudo hacer, como no es mucho lo que se puede hacer en otras latitudes en las que en este mismo momento se lucha contra el dominio de los mercados y las ideas que agita Macri.
Es ciclópea la tarea de concientización necesaria para que aquellos que no se interesan en política adviertan qué significa votar en defensa propia. Para los simples, para los vulnerables, eso implica siempre votar en contra de la concentración del capital, en contra del libre comercio, votar a favor de su propio empoderamiento. No es mala onda: es lo que, si uno es intelectualmente honesto, dice porque lo piensa y lo dice hoy, lo ha pensado y lo ha dicho con la Alianza, el menemato, la dictadura. Pero el voto popular dice otra cosa, y hay que tragarse las lágrimas para aceptarlo, porque el voto popular es a lo que, por otra parte, siempre nos hemos remitido como última palabra, y eso tampoco cambia.
A partir de ahora habrá que revisar qué cosas se pudieron hacer y no se hicieron, qué “tonos” o “modos”, que se le han reprochado tanto al kirchnerismo, no se agotaban en “tonos” o “modos” sino que eran síntomas de desconexión con cualquiera que no fuera propio. Habrá que revisar qué bordes de soberbia y endogamia se rozaron para dejar de escuchar demandas que estaban en el aire, qué destratos y subestimaciones dejaron heridos en el camino innecesariamente. Habrá que reenfocar también la escena de Cristina con los jóvenes militantes que, sin duda, han sido el motor de una fuerza política en los últimos años, el corazón de esa fuerza política de cara al presente y al futuro, pero que nunca dejó de ser una escena recortada de la realidad. La realidad es siempre transgeneracional.
Por lo demás, al menos para los que pasamos los 50, estos doce años han sido una excepción a la regla que nos mantuvo opositores todas nuestras vidas. Han sido doce años felices. Y si muchos pusimos el cuerpo y las ideas al servicio de un proyecto político al que obviamente uno no renuncia por perder una elección, fue porque juzgamos que valía la pena, y hoy, en la derrota, seguimos sintiendo lo mismo. Valió la pena cada instante transcurrido desde el 25 de mayo de 2003, como a partir de ahora valdrá la pena seguir insistiendo desde donde se pueda en las ideas inclusivas, solidarias, transgresoras, que ampliaron derechos como nunca antes desde el regreso de la democracia.
Cambiemos tiene a su favor que nadie intentará desestabilizarlo, y Macri tendrá a su favor que los grandes medios le harán tapas elogiosas y disimularán sus errores. Eso ya lo vivimos y lo sabemos. Está en nosotros no desandar la conciencia que hemos acumulado en estos años, y tratar de expandirla desde donde podamos, como lo hemos hecho siempre, contra viento y marea, desde espacios alternativos, en los ámbitos que podamos construir. No son pocos y somos muchos. Ahora empieza otra etapa, en la que se comprobará que no era interés, sino amor y convicción lo que nos inspiraba.
El triunfo de Mauricio Macri y sus socios radicales es efectivamente, tal como afirman ellos, una bisagra muy fuerte. Y porque es la democracia el único sistema en el que creemos, la nobleza obliga a admitirlo y a no simplificar ni banalizar nosotros esta derrota. Lo que sigue es, decía, una profunda mirada hacia el espacio del FpV para entender mejor cómo se movieron algunos hilos viscosos que restaron fuerza y votos. El escenario imaginable es complejo y será duro también para muchos votantes de Cambiemos, sobre todo si son trabajadores.
Esta bisagra nos indica que para reenergizar nuestras ideas no nos vendría mal a todos un baño de humildad y también nos señala que esos verdaderos cambios estructurales por los que hemos luchado, sólo serán posibles con una sociedad altamente politizada, incluida también en la escucha cotidiana de cada dirigente, y está pendiente un monumental trabajo de base que, por lo visto, ha quedado a medio hacer. |
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Argentina, de nuevo traicionada pero nunca derrotada
23 noviembre 2015 |
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Lo que va de la elección al futuro
En el encuentro en Olivos, Cristina Kirchner, Daniel Scioli y Carlos Zannini evaluaron de manera positiva el apoyo de “casi el 50 por ciento de la población” al oficialismo. Plantearon la elaboración de una agenda “positiva”.
Por Julián Bruschtein
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer a la fórmula del Frente para la Victoria que perdió por muy poco margen las elecciones generales del domingo frente al empresario Mauricio Macri. El gobernador bonaerense Daniel Scioli, y el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, se reunieron en la Quinta de Olivos, donde trascendió que se realizó “una evaluación del resultado de las elecciones”, y se evaluó de forma “muy positiva, el apoyo de casi el cincuenta por ciento de la población”. Fue un encuentro a puertas cerradas entre los tres dirigentes.
“Hay dos países: uno del centro, rico y concentrado y el otro, del interior y pobre”, destacó Zannini apuntando a la conformación del mapa electoral que dejó el ballottage en el que las provincias del centro quedaron marcadas por el voto a Macri y las del norte y sur por el apoyo al FpV. El funcionario kirchnerista narró parte del contenido del encuentro con la Presidenta y el candidato presidencial, con quienes realizaron un análisis de las elecciones. Además de identificar el mapa político que quedará armado a partir de diciembre, también analizaron como una dificultad la tarea que tendrá Macri para conducir a la alianza de centroderecha que gobernará los próximos cuatro años por su composición interna que integran el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. “A nuestra fórmula la votó la mitad del país y la otra mitad voto en contra de”, reflexionó Zannini y advirtió que le iba “a ser difícil gobernar a una coalición con distintos intereses”.
“Se perdió, pero casi la mitad de los argentinos también pidió que se mantengan los logros de estos doce años. Ese fue el eje central del encuentro”, señaló a Página/12 un funcionario kirchnerista sobre la reunión en Olivos. Pocos minutos después de las seis de la tarde se acercó el helicóptero que trasladaba a Scioli a la residencia presidencial en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. La Presidenta esperaba ya a los integrantes de la fórmula que presentó el FpV y que fue apoyada por el 48,6 por ciento de los votantes en el ballottage del domingo, pero que no le alcanzó para quedarse con la presidencia para el período 2015-2019. A partir de la reunión se comenzará a elaborar “una agenda positiva, que contenga a los doce millones de votos conseguidos en el ballottage”, confió a este diario el dirigente y agregó que “también se evaluó la alta probabilidad de unificar al peronismo como polo opositor”, un debate que recién comienza y en el que Scioli deberá decidir cuál será su rol. Sobre ese punto el secretario legal y técnico señaló que “nadie se retira de la política”, a pesar de las derrotas, aunque aclaró que “hablar de eso hoy, un día después de la elección, es ciencia ficción”.
“Fue una reunión muy cordial en la que se puso en valor que la gente fue la protagonista, salió a defender sus derechos y que más allá de todo lo que se decía, que Scioli haya sido acompañado por casi el cincuenta por ciento de la población muestra que hubo una gran diversidad de sectores, más allá del núcleo duro que decidieron acompañar nuestra visión”, confió a este diario un asesor del gobernador bonaerense que no realizó declaraciones sobre el encuentro en Olivos. Con bajo perfil y más preocupado por la transición en la provincia que quedará en manos de la macrista María Eugenia Vidal, Scioli se retiró rápidamente en el helicóptero en el que había llegado. Sin embargo en su entorno explicaban que “también se habló de la voluntad de seguir trabajando para defender los ideales y las políticas que propusimos en la campaña desde un lugar propositivo y constructivo. Hay más de doce millones de argentinos que nos acompañaron y nos debemos a ellos.”
Mientras el oficialismo debate internamente como se recompone para encabezar la oposición en los próximos años, hoy la presidenta recibirá a Macri también en la quinta de Olivos. A las 19 será la cita concertada el domingo por la noche cuando Fernández de Kirchner felicitó al líder de PRO por su victoria y en la que comenzará la transición de cara al 10 de diciembre, cuando se formalice el traspaso del mando presidencial.
Daniel Scioli y Cristina Kirchner volvieron a reunirse ayer después de la derrota del domingo.
Imagen: afp
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