Los médicos cubanos no podrán viajar libremente a partir del 7 de diciembre. El Gobierno anunció este martes una medida que obliga a todos aquellos profesionales que quieran salir de la isla a presentar una solicitud previa. La norma significa un paso atrás en las libertades de los médicos en plena crisis migratoria por la que se encuentran varados unos 4.000 cubanos en Centroamérica esperando llegar algún día a Estados Unidos.
Cuba ha dado una de cal y otra de arena a los profesionales de la salud este año. En octubre pasado tomó la decisión histórica de conceder una amnistía a los médicos desertores en Estados Unidos, amparados en el programa diseñado por la Administración Bush pensado para estimular la emigración, el Cuban Medical Professional Parole Program. Raúl Castro prometió entonces el regreso sin represalias y con empleo garantizado del personal médico que había abandonado la isla, en el marco del deshielo de las relaciones bilaterales entre ambos países. Pero ahora, para evitar nuevos casos de fuga de cerebros, obliga a los médicos a acudir al Ministerio de Salud cubano si quieren viajar por motivos personales y esperar a que les tramiten una autorización.
El comunicado, realizado a través del diario Granma, matiza que esta nueva disposición no significa la prohibición de viajes, "sino que se analizarán las fechas de salida del país, teniendo en cuenta el relevo de cada profesional" para garantizar la "calidad, continuidad y estabilidad del funcionamiento de los servicios de salud". Esta regulación se aplicará además para "mitigar las afectaciones" producidas por la "política migratoria selectiva y politizada de los EE UU hacia Cuba" y la "creciente contratación no planificada de médicos cubanos en otros países", según la declaración oficial.
Unos 5.000 médicos cubanos han desertado de misiones internacionales en varios países latinoamericanos en la última década, según una ONG
La oganización cubano-estadounidense Solidaridad Sin Fronteras calcula que unos 5.000 médicos cubanos han desertado de misiones internacionales en varios países latinoamericanos en la última década, entre ellos Venezuela, desde donde se mueven irregularmente hacia Centroamérica y México en su afán por llegar a EE UU, amparados por la Ley de Ajuste Cubano, conocida como “de pies secos”, que facilita la residencia a aquellos que pisan territorio estadounidense. El servicio que prestan en Venezuela permite que Cuba reciba a cambio 100.000 barriles diarios de petróleo.
En 2013 el Gobierno cubano había permitido a los médicos salir del país por motivos personales, igual que el resto de los ciudadanos, tras una ley que eliminó la mayoría de las trabas migratorias que, durante cinco décadas limitaron la libertad de movimiento. Desde que se levantaron estas restricciones, casi medio millón de cubanos ha viajado a otros países por asuntos particulares, según los datos oficiales. Lo que representa un crecimiento del 81% en relación con el período 2010-2012. Los principales destinos son Estados Unidos, México, Panamá, España y Ecuador, que ha restablecido desde este martes el requerimiento de visado para los ciudadanos cubanos. Hasta ese momento, tenían tres meses de visa libre que podían emplear en preparar su viaje por tierra hacia el norte, atravesando ocho cruces fronterizos. Un repentino aumento del flujo de personas noviembre llevó a Nicaragua a cerrar su frontera sur con Costa Rica, donde unos 4.000 cubanos esperan atrapados para seguir su viaje a Estados Unidos.