Como en el tango de Discépolo, las miserias brotaron por la grieta que quedó abierta tras la votación frustrada del jueves por la noche en Ezeiza. Hoy habrá una reunión entre los candidatos para ver cómo se sigue.
El espíritu de Julio Grondona todavía ronda en la AFA. Tanto, que en la misma noche del papelón electoral, ese acto viciado de nulidad dejó a otro escándalo en piadoso segundo plano: la confirmación de que el ex presidente muerto era el co-conspirador número uno en la causa judicial por los sobornos de la FIFA que se sigue en Estados Unidos. La corrupción estructural de afuera y las corruptelas y miserias caseras, demostraron que el fútbol está podrido y su putrefacción empezó por las cabezas. Luis Segura y Marcelo Tinelli se están disputando la herencia de 35 años de grondonismo, pero no pueden escapar de la aureola negativa que dejó su figura: manejos cuasi mafiosos, falta de transparencia interna, compra de voluntades, tráfico de influencias y un botín económico como el Fútbol para Todos (unos 1440 millones de pesos al 2015) que en lugar de mejorar los balances de los clubes, los empeora. Hoy se reunirán los representantes de los dos sectores en pugna para definir cuándo se volverá a votar.
Como la asamblea está en cuarto intermedio, debería ser a la brevedad, según le confió una fuente jurídica de la Asociación a Página/12. Lo que quedó el día después del escándalo solo fueron más denuncias, chicanas y sospechas de una corrupción estructural. La señal más firme de que en la AFA está casi todo podrido, la dio ayer el vicepresidente del club Independiente Rivadavia de Mendoza, Leonardo López. Denunció que le ofrecieron 500 mil pesos para votar por la candidatura de Segura. En diálogo con una radio de su provincia, dijo: “Tinelli no compró votos, fue al revés. A mí me vinieron a tocar del ascenso, me ofrecieron beneficios y dinero en la asamblea, 500 mil pesos para el club. Me imagino que hubo gente que agarró porque el día anterior teníamos 42 votos”, dijo. El dirigente incluso fue más lejos y agregó: “El presidente de la liga rosarina quiso salir a atenderle el teléfono a su hija y un personaje de Argentinos Juniors y un grupo lo encerraron”.
En el sector que respalda al presidente en ejercicio de la AFA contaban una cifra parecida de voluntades a su favor. Pero las defecciones se multiplicaron en ambos grupos. Ayer, el presidente de Banfield, Eduardo Spinosa, uno de los escuderos de Tinelli, llamó a esos dirigentes que jugaron a dos puntas “los carrileros”. La alusión es obvia. Los adherentes a Segura se juntaron un momento antes de la asamblea y la cuenta de los presentes llegaba a 41 votos. “Teníamos esa cantidad, pero hubo tres o cuatro que se pasaron de bando”, confió uno de los asambleístas que respalda al ex titular de Argentinos Juniors. Y mencionó a dos presidentes de clubes del interior que están en Primera División, y a uno de la Primera B cuyo equipo todavía tiene chances de Ascenso.
“Estamos conmovidos, avergonzados, viendo cómo salimos de este papelón”, dijo Spinosa en declaraciones a TyC Sports. “Hicimos uno de los papelones más grandes en la historia de la AFA, sentí vergüenza ajena, me fui con bronca e impotencia”, coincidió Luis Fernando Segura, el hijo de Luis y asambleísta por Argentinos Juniors en el mismo canal. Así como ambos sectores se pusieron de acuerdo en calificar de escandalosa a la frustrada votación, también descartaron a dos voces la posibilidad de un fraude. En rigor, esa hipótesis todavía no puede descartarse. La Inspección General de Justicia (IGJ), en la persona de Gerardo Ganly, uno de los funcionarios que supervisó la elección, se lavó las manos: “Fuimos en calidad de veedores, no tuvimos el control total del acto eleccionario”.
Se habló de “error humano” (que hubo varios), de la teoría de las boletas pegadas, del conteo que dio 38-38, de los dos asambleístas que se retiraron antes de que finalizara el acto en el predio de la AFA en Ezeiza, de que la votación podría haberse repetido con dos suplentes ante las ausencias de Angel Lozano, presidente de Excursionistas amenazado por la barra brava de su club y Julio Koropeski, representante de Crucero del Norte, de que cuando continúe la asamblea, con la mitad más uno de los presentes habrá quórum y de que el estatuto de la AFA tiene demasiados grises. El que se hizo una panzada con todo lo que pasó fue el empresario de medios Daniel Vila, ex presidente de Independiente Rivadavia, curiosamente el mismo club al que pertenece López, quien hizo la denuncia pública de sobornos. Utilizó Twitter para ironizar sobre la votación: “Cómo mejoran en AFA! Hace 4 años me dejaron en la puerta. Hoy a @cuervotinelli lo dejaron entrar pero le robaron los votos. Son unos genios!”. A Vila le impidieron competir por la presidencia de la AFA en 2011, hizo una asamblea paralela y se ungió presidente. Grondona vivía, llevaba 32 años en el poder y ese escándalo a las puertas de la Asociación quedó empalidecido al lado de la votación del jueves.
Como también quedó opacada la información de que el ex presidente de la AFA era el co-conspirador número uno en la causa que lleva la Justicia de EE.UU. por los sobornos de la FIFA. El último informe de la fiscal estadounidense Loretta Lynch evita nombrarlo a lo largo de sus 236 fojas, pero dice “fue un dirigente de alto rango en la AFA, la FIFA y Conmebol”, y más adelante señala que “fue presidente de AFA desde 1979 hasta su muerte en 2014”. El mismo día en que se conocieron estas precisiones, la Asociación que controló durante 35 años no pudo elegir a su sucesor. Ni que hubiera sido una joda para Tinelli.
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