José Angel Buesa
Acaso está lloviendo
también en tú ventana;
Acaso esté lloviendo
calladamente, así.
Y mientras anochece
de pronto la mañana,
yo sé que,
aunque no quieras,
vas a pensar en mi.
Y tendrá un sobresalto
tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta
su ternura de ayer.
Y, si estabas cosiendo,
se hará un nudo en el hilo,
y aún lloverá en tus ojos,
al dejar de llover.