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General: La represión de Macri a palos y balazos de goma contra trabajadores
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De: Ruben1919  (message original) Envoyé: 23/12/2015 13:38

EL PAIS › Nota de tapa

POR LAS MALAS

| | La Gendarmería reprimió con balas de goma y carros hidrantes a los trabajadores de Cresta Roja, que reclamaban por su fuente de trabajo en la Autopista Riccheri. Después de la represión, los recibió el ministro de Trabajo, que comprometió pagos extra y un camino de negociación junto con la jueza que lleva la quiebra

 

EL PAIS › LUEGO DE ORDENAR UNA FEROZ REPRESION SOBRE LA RICCHERI, EL GOBIERNO INTERVINO PARA SOLUCIONAR EL CONFLICTO EN CRESTA ROJA

Palos y balazos de goma sobre la autopista

En un cambio repentino de actitud, el Gobiero dispuso ayer el fin de la protesta, lo que derivó en una represión con carros hidrantes y balas de goma. Luego hubo una reunión en el Ministerio de Trabajo y por la noche llegó el acuerdo.

Los trabajadores de Cresta Roja decidieron anoche en asamblea levantar el acampe en la autopista Riccheri, luego de que el Ministerio de Trabajo les prometiera un aumento de 2 mil pesos en el pago de un programa asistencial que ya están cobrando, una ayuda para pasar las Fiestas y la posibilidad de retomar rápidamente la producción en la empresa. Fue al cierre de una jornada en la que sufrieron una feroz represión por parte de las fuerzas policiales que buscaron desalojarlos del corte sobre la autopista con carros hidrantes y balazos de goma que dejaron heridos entre los manifestantes, rompiendo con la lógica con la que se habían manejado las fuerzas de seguridad durante los años del kirchnerismo y, según los trabajadores, también con los compromisos que los funcionarios macristas habían tomado en este caso. Este cambio motivó el repudio de buena parte de la dirigencia política y de organismos de derechos humanos. “Llega el personal de Gendarmería y me dice que, si en cinco minutos no nos vamos, nos sacan. Me dijeron que la directiva de ayer no corría más por orden del Presidente. No me dieron tiempo de informar a todos ni de hacer asamblea”, contaría luego el delegado Cristian Villalba el inicio del accionar represivo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se adjudicó la orden.

A eso de las 9, los efectivos de Gendarmería –pertrechados con cascos, bastones y escudos– avanzaron para despejar el corte en el camino al aeropuerto de Ezeiza. Los gendarmes formaron un cordón para impedir que los trabajadores retomaran la protesta. Hubo algunos forcejeos y empezaron a volar piedras y botellas, lo que derivó en el caos y la represión generalizada, una postal que hacía tiempo no se veía. “Nos molieron a palos, varios terminaron en el hospital”, fue la síntesis que recogió Página/12 respecto del operativo ordenado por la ministra Bullrich.

Esa cartera acusó a “infiltrados de izquierda” de querer tomar el aeropuerto, desvirtuando los dichos de uno de los delegados sobre un cruce entre militantes y gendarmes que desencadenó el segundo ataque represivo. “Acá somos todos trabajadores, incluso los que vienen a apoyarnos, y además gracias a sus donaciones estamos comiendo. Lo que queremos es trabajar, hace dos meses que no faenamos”, dijo uno de los voceros mientras esperaban a los delegados que venían de Capital.

El acuerdo

“Hay un compromiso político de los gobiernos nacional y provincial de acompañar este proceso con los recursos de que disponemos para paliar las circunstancias de mucho sufrimiento para los trabajadores, pero respetando el fallo judicial”, dijo anoche Jorge Triaca, titular de la cartera laboral. Y agregó que “hay algunos interesados en hacerse cargo de la empresa”, cuya quiebra fue dictada ayer por la Justicia.

Poco antes de las 21, Triaca sintetizó la propuesta que le habían hecho a Cristian Villalba, representante de los empleados de Cresta Roja, a quienes se refirió como “los compañeros”. El funcionario dijo que analizaron el cumplimiento del fallo de la jueza Valeria Pérez Casado para “facilitar la quiebra”, y anticipó que hoy se reuniría con la magistrada. “Estos gobiernos nacional y provincial no los van a abandonar, estaremos atentos a cada uno de sus requerimientos y vamos a acompañar en todo lo que nos establezca la jueza para llegar a una salida tanto para los trabajadores como para poner a producir a la empresa”, aseguró Triaca.

“El Ministerio de Trabajo otorgó en los últimos días un programa Repro (Recuperación Productiva) de 4 mil pesos, y nos comprometimos a darles 6 mil pesos por trabajador a partir de enero”, agregó en alusión al beneficio que ya vienen cobrando desde hace un año. Y para que “pasen unas fiestas de la mejor manera posible entendiendo las dificultades del caso”, dijo que el Ministerio de Desarrollo Social y la provincia les van a entregar bolsones navideños. Triaca destacó que “no hace falta que corten una ruta para que los escuchemos”, les pidió que levanten la protesta y enfatizó que “ésta es una situación heredada del gobierno que se acaba de ir, hay que revisar los subsidios que se dieron y los dueños de la empresa deberán rendir cuentas ante la Justicia”.

El delegado Villalba afirmó que el levantamiento de la protesta sería decidido en la asamblea, cosa que sucedió poco después. “Los culpables de nuestra situación actual no van a pertenecer más a la empresa, el compromiso que tomaron los funcionarios es buscar un comprador para la empresa”, agregó. Habló de cuatro interesados.

Antes de irse admitió que esperaban otra respuesta, pero apuntó que esto es “medianamente favorable”. Mientras tanto, en el acampe otro de los delegados destacaba la unidad de las dos plantas en la protesta, y pedía que “cumplan así podemos volver a trabajar”. Las familias habían empezado a cocinar los alimentos que les donaron porque, a esta altura del mes, los 2 mil pesos que ya venían cobrando del subsidio Repro –surgido para auxiliar a las empresas en crisis con el pago por parte del Estado de una porción del salario de los empleados– ya se les terminaron.

“Mi tarea era colgar los pollos vivos que vienen de las jaulas”, dice a Página/12 Mauricio Herrera, 38 años, dos hijas. Y habla en pasado porque se acaba de enterar de que la Justicia decretó la quiebra de la empresa. Mientras los delegados estaban con Triaca, en el acampe de la Riccheri pensaban alternativas ante este nuevo escenario y se disponían a debatirlas en asamblea; no descartaban incluso hacerse cargo ellos mismos de la producción. “Hasta ahora el Gobierno y el dueño de la fábrica se pasaban la pelota y en el medio estábamos nosotros”, define con la sospecha de que el dictado de la quiebra podría significar la legalización de los despidos.

“Ayer a la tarde (por el lunes) teníamos un acuerdo con los dos jefes de Gendarmería, de que dejábamos dos carriles libres hasta la reunión en Trabajo que iba a ser al mediodía, pero hoy a la mañana (por ayer) ellos mismos lo rompieron al entrar al campamento nuestro con palos, chorros de agua y balas de goma, había apenas 20 personas, pero nos molieron a palos”, cuenta Herrera.

Luego de hacerse cargo de la orden represiva, sin que mediara orden judicial alguna, el Ministerio de Seguridad emitió un comunicado de corte macartista acusando al Partido Obrero de infiltrar la protesta de Cresta Roja, y acusó a “un grupo de militantes de ingresar al aeropuerto de Ezeiza con la intención de tomar posesión del mismo”. La ministra Bullrich se basó en declaraciones posteriores al segundo avance de los gendarmes, cuando el delegado Villalba habló de “infiltrados” para deslindar la responsabilidad de los trabajadores en una supuesta agresión a un gendarme.

Herrera dijo a este diario que “fue una persona de una agrupación que vino a apoyarnos, pero se le dijo que se fuera”, luego de que tuviera un cruce con uno de los uniformados. “De ninguna manera le pedimos a los partidos de izquierda que se retiren, como dijeron algunos medios, y tampoco es cierto que vinieron ahora por primera vez, nos apoyan desde que comenzó el conflicto”, agregó el trabajador. “Más allá de la ideología de cada uno acá somos todos trabajadores, vienen a apoyar nuestra lucha, si el compañero lo dijo es un error, nos apoyamos entre laburantes y gracias a ellos estamos comiendo”, enfatizó Herrera. El PO anticipó que denunciará penalmente a Bullrich por “recurrir a la injuria y la provocación política para justificar la represión” de ayer.

El conflicto en Cresta Roja se remonta a 2014, cuando la empresa avícola comenzó a aducir supuestos problemas económicos para obtener ayuda financiera del anterior gobierno, y lo hacía con amenazas de cierre causadas por “dificultades financieras ocasionadas por los reclamos de los trabajadores”. Los empleados respondieron con paros y bloqueos en la planta impulsados por las bases, al margen de la dirección sindical. El grupo Rasic realizó 650 despidos como represalia ante la exigencia de los empleados de que les pagara un retroactivo de 2 mil pesos, acordado entre le cámara avícola y el Sindicato de la Alimentación.

Anoche, luego de que el Gobierno cumpliera con la liberación de los trabajaodres detenidos, los manifestantes levantaron la protesta en la Riccheri y también se retiraron los efectivos de Gendarmería.



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De: Ruben1919 Envoyé: 23/12/2015 13:41

EL PAIS › HUBO MULTIPLES CRITICAS AL ACCIONAR DE LA GENDARMERIA

El repudio a la represión

El bloque de diputados del FpV remarcó que Macri “invita al diálogo y a la unidad, pero los hechos dicen lo contrario”. Hugo Yasky, de la CTA, calificó de “irresponsable” al Gobierno por “criminalizar la protesta social”.

La decisión del Gobierno de reprimir con balas de goma a los operarios de la avícola Cresta Roja que protestaban en la autopista Riccheri para mantener sus fuentes de trabajo despertó críticas en varios sectores de la oposición, desde el peronismo hasta la izquierda. Los diputados nacionales del bloque del Frente para la Victoria expresaron a través de un comunicado su “más absoluto repudio” a los hechos y advirtieron que “el modelo ‘liberal ortodoxo’ que propone Mauricio Macri no cierra sin represión a los trabajadores”. A través de medios de comunicación y redes sociales también se expresaron dirigentes, legisladores, sindicatos y centrales obreras.

“El discurso del presidente Macri invita al diálogo y a la unidad de los argentinos, pero los hechos dicen lo contrario”, dice el texto que difundió ayer la bancada peronista en la Cámara baja. “El Presidente se equivoca si cree que el ejercicio del poder se consigue mediante el uso de la fuerza, reprimiendo los reclamos justos de los trabajadores”, agrega la nota. “El Gobierno prometió a los trabajadores solucionar el conflicto laboral, y en cambio envió a un contingente importante de Gendarmería para reprimirlos”, agregan.

Los diputados del FpV también le piden al primer mandatario que “reflexione y que realmente se comprometa al diálogo” con las distintas partes. “Lamentamos que una vez más la realidad nos está dando la razón con lo que anticipamos: cuando se gobierna de la mano del mercado, los principales perjudicados son los trabajadores y la única alternativa es la represión de sus justos reclamos”, concluyen.

Dentro del Frente para la Victoria también fijaron posición los legisladores porteños, quienes propusieron una declaración de la Legislatura de la Ciudad “para rechazar enérgicamente el accionar de Gendarmería” en este caso. El proyecto tiene las firmas del presidente del bloque, Carlos Tomada, y de José Cruz Campagnoli, entre otros, y le solicita al Gobierno “que arbitre las medidas necesarias para garantizar los derechos de los trabajadores y para evitar que se reiteren hechos de naturaleza represiva”.

Además, los diputados nacionales de Movimiento Evita dentro del FpV presentaron un proyecto de ley para “proteger el derecho a la protesta social y a la manifestación pública”. El proyecto establece mecanismos institucionales que garantizan el derecho a la protesta y a la vez reglamenta la intervención de las fuerzas de seguridad priorizando la integridad física de todos los involucrados. A modo de homenaje, el texto lleva el nombre de los militantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, que fueron asesinados por la represión policial en la masacre de Avellaneda, en el 2002.

Por su parte, la CTA que encabeza Hugo Yasky manifestó un repudio “enérgico” a la represión y calificó como “irresponsable” la intervención del Gobierno en este conflicto por “criminalizar la protesta social, ejerciendo represión en lugar de dar solución a cientos de familias que no han recibido su salario y que ven peligrar su fuente de trabajo”.

La diputada nacional Victoria Donda (Progresistas), en tanto, expresó en las redes sociales su rechazo a la represión “brutal”. “Los trabajadores de Cresta Roja exigen respuestas a sus demandas, no represión –sostuvo–. Sorprende que el desalojo se lleve adelante luego de que anoche los trabajadores habían llegado a un acuerdo con el secretario de Seguridad por el cual se dejaba la libre circulación vehicular.”

A través de Twitter también opinó el diputado Néstor Pitrola (FIT), que dijo que “la represión a los trabajadores de Cresta Roja es la otra cara de la política de desgaste y quiebra de la empresa que sostiene la gobernadora bonaerense”. Por su parte, su compañera de bloque Myriam Bregman afirmó que “la represión a Cresta Roja demuestra que la revolución de la alegría es solamente para las patronales”.

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La Gendarmería disparó balas de goma a los manifestantes, quienes sufrieron serias heridas.


 
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