“Macri y su ‘equipo’ creen en un Estado mínimo, que no interfiera con los intereses de los sectores concentrados”, acusó Kicillof, para quien la fórmula del acuerdo con los buitres es “más ajuste y techo a los acuerdos salariales”.
El ex ministro de Economía Axel Kicillof refutó las críticas a su gestión que formuló ayer el actual titular de Hacienda y Finanzas. “El verdadero anuncio del ministro Prat-Gay es pagarles a los buitres con más ajuste de la economía y con techo a los aumentos salariales”, expresó el responsable del área en el último tramo del mandato de Cristina Kirchner, a través de un comentario publicado justamente en el Twitter de la ex presidenta, @CFK Argentina. “Macri y su equipo creen en un Estado mínimo que no interfiera con los intereses de los sectores concentrados”, agregó Kicillof en la presentación del comentario. Alfonso Prat-Gay había dado una conferencia de prensa, el miércoles, en la que explicó su estrategia económica general y la política fiscal en particular con la que buscaría bajar el déficit que dejó el gobierno anterior. Atribuyó, repetidamente, a los “errores” y “malas políticas” del kirchnerismo los altos costos de las medidas adoptadas por el gobierno de Cambiemos.
La conferencia
Kicillof escribió, respecto de la conferencia de prensa que dio el miércoles el actual ministro, que “duró poco más de una hora pero, pese a su generosa extensión, la mayoría de quienes la escucharon aún se están preguntando qué quiso decir. Es que Prat-Gay concretó una magistral aplicación de la famosa advertencia: ‘cuando a un economista no se le entiende lo que dice, es porque te está mintiendo’”.
Subrayó que el recurso discursivo al que echó mano su sucesor “consistió en los mismos intentos desesperados del macrismo de echarle la culpa a la ‘pesada herencia’, como cada vez que toma una medida impopular. En un mes, este recurso ya se desgastó porque todas las medidas que han tomado son profundamente antipopulares y fundadas en sus convicciones, no en la situación del país”.
“Tres anuncios, tres mentiras”
Al analizar los anuncios, el ex ministro sostuvo que “el primer punto de Prat-Gay fue confirmar que, tal como amenazó Macri tantas veces, el gobierno del PRO con su cuadrilla de funcionarios provenientes de la banca privada extranjera, está dispuesto a pagarles cuanto antes y en cualquier término a los fondos buitre. En pocas palabras, Prat-Gay anunció que el gobierno de Macri viene a endeudar nuevamente a la Argentina con los grandes bancos internacionales y, aunque todavía no lo digan, probablemente también con el Fondo Monetario Internacional. La diferencia con otras etapas es que este endeudamiento ni siquiera va a justificarse en necesidades de los argentinos, sino que van endeudar al país para pagarle a los buitres lo que piden”.
Kicillof agregó que, “en su intento de justificar este vergonzoso retroceso, Prat-Gay ensayó dos excusas infantiles. Primero, que enfrentar a los buitres y no pagarles tuvo ‘muchos costos’. Por eso, aunque tengamos que endeudarnos en 10.000 millones para cumplir la escandalosa sentencia del juez Griesa (para el PRO, un hombre sabio y respetable), peor sería no pagar. La segunda excusa es que la negociación con el Club de París fue mala, falacia que vienen repitiendo para marcar que el gobierno anterior negocia peor que ellos. No hay que olvidar que no fue sólo el gobierno de Cristina el que dijo no a la extorsión sino que, en la ONU, 136 países apoyaron la posición de Argentina contra los fondos buitre; ahora Macri quiere tirar todo eso por la borda para cumplir sus compromisos con la banca extranjera”.
“El segundo punto es que el PRO se dispone a realizar un fuerte ajuste del gasto público. Todavía no ha explicado los métodos ni las partidas que pretenden recortar, aunque de momento se ha visto que el ajuste va a incluir un tarifazo en luz, gas y agua y despidos masivos en el Estado. La excusa es, nuevamente, la ‘pesada herencia’. Por eso, los aumentos de tarifas que van a embolsar las empresas privadas de servicios públicos obedecen al ‘atraso’ que generó el gobierno anterior.”
“Los despidos se fundamentan en una curiosa teoría: si un trabajador del Estado es joven y tiene actividad política entonces es ñoqui”, escribió Kicillof en sus comentarios de ayer. “¿Qué hubieran dicho Clarín o La Nación si el gobierno de Cristina revisaba el Facebook o el Twitter de los trabajadores para echarlos si encontraban alguna expresión crítica al gobierno? ‘¡Persecución, nazismo, fascismo!’ hubieran bramado.” “Pero lo peor es que, para la concepción del Estado que tiene el macrismo, probablemente sobren miles y miles de empleados públicos ya que toda norma, control o regulación es para ellos una molestia a los privados que debe ser removida. Prat-Gay dijo que quieren dejar de ‘reprimir la economía’ con exigencias a las empresas privadas. Claro, a los únicos que piensan reprimir es a los trabajadores, como ya demostraron con esas espaldas repletas de heridas producidas por balas de goma de los municipales de La Plata y los obreros de Cresta Roja. Toda una advertencia.”
Límite a paritarias
El tercer anuncio de Prat-Gay, según interpretó Kicillof, “apunta a poner un límite a los acuerdos salariales. En su ensalada de números, Prat-Gay dejó ver que, según sus estimaciones, la inflación será de 20 a 25%, así que los salarios no deberán subir más que eso. Se olvidó de algo. Durante todo 2015 la inflación venía bajando mes a mes, según las consultoras privadas y las estadísticas públicas. Esa trayectoria cambió cuando Macri anunció en campaña, y después puso en práctica ni bien asumió, la devaluación más formidable desde la de la crisis de 2001, de cerca de un 40%. La devaluación de Macri se tradujo en una inflación que probablemente, entre noviembre y enero, ronde ya más de 12%. Si a esto le sumamos lo que crecerán los precios en lo que resta del año, se ve claramente que pretenden ajustar los salarios poniendo tope a las paritarias”.
“Lo que anunció ahora Prat-Gay son los puntos que faltan para completar el clásico paquete de ajuste ortodoxo recomendado por el Fondo Monetario Internacional para todos los países en todas las circunstancias: endeudamiento, ajuste del gasto público y reducción de salarios. El modelo que aplica Macri genera inevitablemente pérdida del poder adquisitivo, recesión y desocupación. Los números cierran con la gente afuera. Y para poder aplicarlo, como muestra la dolorosa experiencia histórica, hay que limitar las demandas de los trabajadores, a cualquier costo, incluso con represión.”
“Lo que no se animan a decir”
“¿Por qué tantas volteretas discursivas, números incomprensibles y alusiones a la ‘pesada herencia’? Simplemente, porque Macri y sus economistas no se animan a decir lo que piensan y qué orientación le quieren dar a la economía argentina”, opinó Kicillof. Explicó luego que
“Macri y su ‘equipo’ creen en un Estado mínimo que no interfiera con los intereses de los sectores concentrados. Creen que Argentina tiene que volver a endeudarse en la bicicleta financiera internacional. Que Argentina tiene que volver a las ‘respetables’ recetas del FMI. Que la industria argentina es inevitablemente ineficiente. Que los salarios son demasiado altos y que el desempleo ‘óptimo’, para que las demandas de los trabajadores no sean excesivas, es de dos dígitos. Que hay que bajar los impuestos a los que más tienen para que ‘inviertan’, porque la oferta es la que impulsa la producción y no la demanda”.
Agregó que, “en lugar de poner en blanco y negro sus verdaderas ideas y/o intereses tienen que inventarse una crisis que todos los argentinos saben que no existe. Tienen que interrumpir las estadísticas por meses para tapar los efectos de la devaluación que hicieron. La famosa ‘pesada herencia’ para ellos, entonces, es que Cristina entregó un país con un desempleo de 5,4%, con 3 millones de nuevos jubilados, con una industria nacional en proceso de consolidación después décadas de derrumbe neoliberal, con una economía desendeuda después del descalabro del sobre endeudamiento y el default. En fin, a Macri y sus muchachos les cabe el viejo dicho: no aclaren, que oscurece”.