El kirchnerismo resiste con aguante en el Congreso
Después de votarle el presupuesto de ajuste a María Eugenia Vidal en Provincia de Buenos Aires, el Frente para la Victoria dio un giro y comenzó a resistir. La Cámara de Diputados no sesiona, pero el kirchnerismo da una dura lucha. El objetivo: defender el despacho de Máximo Kirchner.
El Congreso Nacional no sesiona, aunque en el país pasan cosas importantes. El gobierno decidió no convocar a sesiones extraordinarias, y decidir por decreto sobre el destino del país. Así , un solo hombre decide bajar retenciones a las patronales del campo, nombrar jueces en la Corte Suprema, establecer la Emergencia de Seguridad, entre tantos otros temas claves para el futuro del país.
Contra estos atropellos, “resistiendo con aguante” es la consigna con la que el kirchnerismo se lanzó a ocupar su nuevo rol en la oposición, convocándose en las plazas para hacer sentir su voz.
Pero el camino no será fácil, y muchos son los debates en la nueva etapa. Uno de ellos es el referido al rol de los legisladores frente al gobierno de Macri.
Por eso muchos kirchneristas se quedaron perplejos cuando el Frente para la Victoria le votó el presupuesto de ajuste para la Provincia de Buenos Aires a María Eugenia Vidal. Era una rara forma de empezar la resistencia.
Otra voz de disconformidad sobre el rol de los diputados kirchneristas, expresada desde las propias filas del ex oficialismo, es la de Hebe de Bonafini, quien ayer señaló que son pocos los diputados kirchneristas que se suman a las protestas callejeras: "Les digo a los diputados, a los nuestros: hay algunos que están todo el tiempo en la calle, pero hay otros que ni aparecen. Los queremos ver, los necesitamos, salgan a decir algo, muestren la cara, deben acompañar a los compañeros que están echando. Que nadie se ofenda por lo que digo, vemos siempre a los mismos. Hace falta que salgan, de casi cien que hay, sólo cinco salen, les estamos pagando un sueldo, los necesitamos".
El mensaje parece haber llegado a la bancada del Frente para la Victoria. Quizás haya tocado una fibra sensible el hecho de que la propia Hebe de Bonafini les cuestionara que nada hacen, cuando cobran dietas de privilegio que los hace vivir con ingresos hasta 10 veces superiores a los de un trabajador medio del país, y en un marco en el que hay miles de despidos, incluso en el Congreso. Otros, tal vez, simplemente se hayan sentido deschavados disfrutando de su buena vida.
Recalculando entonces, los diputados del Frente para la Victoria salieron a resistir. No en las calles contra los despidos, como pidió Hebe, pero sí en el Congreso. Algo es, para empezar. Sesiones no hay, pero igual algo se puede hacer, y una dura lucha se libra por estos días. La consigna del kirchnerismo es clara: el macrismo avanza sobre muchos terrenos, pero sobre el despacho de Máximo Kirchner no pasarán.
La cosa es así. El Frente para la Victoria denunció ayer que el oficialismo "usurpó" el despacho que estaba destinado para el diputado nacional Máximo Kirchner en el Congreso. La denuncia señala que "por orden de (Emilio) Monzó", titular de la Cámara de Diputados, se colocó una faja que impide la entrada al despacho ubicado en el tercer piso del Palacio Legislativo. El diputado Andrés Larroque, de La Cámpora, explicó en diálogo con la prensa que "cuando llegamos había una faja y no se permitió el ingreso a los compañeros que trabajan en el despacho", y lo calificó como "otro acto de prepotencia" de la nueva administración macrista.
A tono con la nueva etapa de resistencia, los diputados del FpV decidieron que esto no iba a quedar así, ya que además denunciaron también que faltan cosas del despacho, como una carpeta, y amenazan con llevar el tema a la Justicia. Ayer, entonces, pasadas las 16 horas, un grupo de entre seis y siete legisladores de esa fuerza política decidieron romper la faja y entrar por la fuerza, superando a la custodia allí dispuesta.
Desde el macrismo, en cambio, respondieron que el Jefe de la Cámara tiene derecho a reubicar los despachos de cada diputado, y que el kirchnerismo actúa "como si las elecciones no hubieran existido".
Al cierre de esta edición la disputa por el despacho seguía abierta, con declaraciones cruzadas de ambos bandos, y prometía nuevos episodios. Un nuevo capítulo de la “resistencia con aguante” está en marcha y el kirchnerismo parece decidido a impedir que se consume este nuevo atropello del macrismo, aunque algunas voces discordantes señalen que quizás no esté allí la clave para enfrentar al nuevo gobierno, sino luchando contra los despidos y la inflación. Como en todo movimiento, hay debates.