Un tribunal
de Israel condenó ayer a dos jóvenes israelíes respectivamente a cadena
perpetua y a 21 años de prisión por haber quemado vivo a un adolescente
palestino, crimen que contribuyó a desencadenar la guerra de Gaza en
2014. El veredicto en este caso era esperado con atención entre los
palestinos, en un momento en que crece la tensión y se han registrado
incidentes violentos en los últimos días.
El jueves, dos adolescentes árabes israelíes apuñalaron a un agente
de seguridad cerca de la estación de autobuses de Ramleh antes de ser
detenidos. El agente resultó herido levemente. Un día antes, tres
palestinos mataron a una guardia fronteriza israelí en Jerusalén.
Los dos israelíes condenados eran menores en el momento del ataque,
en el que, junto a un tercer hombre, secuestraron a Mohamed Abu Jdeir,
de 16 años, en una calle de Jerusalén este y luego lo asesinaron.
El colono israelí Yosef Haim Ben David, de 31 años, es considerado
como quien dirigió el ataque contra Abu Jdeir, pero sus abogados
aseguran que padece trastornos mentales y que no era responsable de sus
actos en el momento de los hechos. El tribunal sentenció que este tercer
hombre cometió el crimen, pero aún debe determinar si era o no
mentalmente responsable.
Los otros dos acusados tenían 16 años en el momento de los hechos en
2014, pero ahora son adultos. Sus identidades no han sido divulgadas al
haber sido entonces menores, pero el tribunal mencionó que pertenecían a
familias de judíos ultraortodoxos.
La cadena perpetua es la pena máxima que puede pronunciar un tribunal
israelí. Suha, la madre de Abu Jdeir, gritó cuando el tribunal emitió
la sentencia. Tanto ella como su marido, Husein, criticaron la decisión
de condenar a unos de los responsables a 21 años de prisión.
“Estamos hablando de la vida de Mohamed. El no merecía esto. Ya no
dormimos en la noche. ¿Cómo podemos volver a conciliar el sueño después
de algo así?”, se lamentó la madre.
Abu Jdeir fue golpeado y trasladado en coche hacia un bosque cercano a
Jerusalén, donde fue rociado con combustible. La autopsia demostró que
Mohamed Abu Jdeir estaba aún vivo cuando fue quemado. Ben David había
dicho a los investigadores que quiso vengar el asesinato tres semanas
antes de tres adolescentes israelíes secuestrados en Cisjordania.
El asesinato de Abu Jdeir fue parte de una espiral de violencia
previo a la Guerra de Gaza en 2014, un conflicto que duró 50 días.
El veredicto fue emitido en un momento de creciente tensión. Ayer,
las fuerzas israelíes bloquearon a la pequeña ciudad de Qabatiya, en
Cisjordania, donde residían las tres adolescentes que mataron a la
guardia fronteriza e hirieron a otro el miércoles.
“Qabatiya está acordonada. El ejército y el Shin Beth (las fuerzas de
seguridad) están procediendo a numerosos arrestos”, anunció el
miércoles el primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén. El
ejército israelí realizó un operativo en el que estallaron
enfrentamientos con los habitantes de esta localidad de más de 15.000
personas.
Una decena de personas, familiares y conocidos de los tres atacantes,
fueron detenidos, según la policía palestina. Un adolescente de 15 años
fue evacuado, herido gravemente, hacia un hospital después de haber
sido golpeado por un jeep israelí, indicaron fuentes médicas palestinas.
Al menos cuatro palestinos resultaron heridos por bala en enfrentamientos, añadieron.
En la primera Intifada esta localidad fue particularmente activa en
los levantamientos. En la ola de violencia que comenzó en octubre de
2014, que ha dejado 164 palestinos muertos y 26 israelíes, además de un
eritreo y un estadounidense, varios residentes de Qabatiya han muerto.
La mayoría de palestinos muertos son autores o presuntos autores de
ataques.
A diferencia de la mayoría de ataques, la del miércoles implicó a
tres hombres armados con pistolas ametralladores y aparatos explosivos.
Este atentado “representa una importante señal de alerta. Ya no estamos en el acto espontáneo”, advirtió el diario Maariv.