Sobre esta relación se debatió este miércoles en el contexto de la Segunda Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos
Hay lazos que rebasan lo temporal y rozan en lo histórico. Lazos que son líneas de pensamiento; esas que traza alguien y que quedan como patrimonio, y que alguien más retoma, amplía, innova, da continuidad. Es ese el caso, por ejemplo, de Bolívar y Martí, cuyas ideas se han materializado en Fidel.
Sobre estos temas se debatió durante la sesiones de trabajo, este miércoles, en el contexto de la Segunda Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, que se efectúa, desde el lunes último, en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Al respecto, Ignacio Ramonet, relevante periodista español y autor del libro Cien horas con Fidel, dijo a Granma que la obra del Apóstol cubano alcanzó su trascendencia universal después del triunfo revolucionario de 1959. Antes de la Revolución Cubana —señaló—, Martí no era una personalidad, un artista, un intelectual conocido, al menos de una manera relativamente importante, en el mundo, ni siquiera en América Latina.
Quien ha traducido el mensaje de Martí es Fidel, y a través de Fidel, la Revolución. El mensaje humanista del socialismo cubano no se puede ajustar a los proyectos de otras naciones, y eso ocurre, sobre todo, por su carácter martiano. Eso es lo que hace de este un sistema singular, puntualizó.
Del mismo modo, el sociólogo argentino Atilio Borón señaló, durante su intervención en el panel Martí y Fidel: continuidad de pensamiento y acción, que fue el Héroe Nacional cubano quien primero alertó sobre el peligro de la expansión del imperialismo por los pueblos de América.
Lo que hay en Martí no es un llanto melancólico, sino una profunda interpretación acerca de la naturaleza de las relaciones entre ambas Américas, y una luz respecto a lo que deben hacer nuestros países para enfrentar esta relación de dominación, subrayó. En ese sentido, resaltó la máxima martiana de que, en política, lo real es lo que no se ve. Y lo real es que si los pueblos de América Latina se anexan a Estados Unidos, van a perder su soberanía política y económica, “porque no existe una sin la otra”, expresó Borón.
Por otra parte, el teólogo brasileño Frei Betto relató que fue Fidel quien le mostró el pensamiento martiano. Lo que me impresiona de la vida de estos dos hombres es su sentido de la historicidad, algo que hoy, producto a la irrupción del consumismo, estamos perdiendo, dijo.
Añadió que nuestro tiempo personal y social es un tiempo histórico. Si perdemos esa concepción estaríamos cayendo en esa idea ahistórica que promueve el neoliberalismo.
Martí y Fidel asumieron los valores espirituales y los transformaron en revolución, manifestó Frei Betto. Igualmente, llamó a las juventudes de Nuestra América a mantener vivas las ideas de estas figuras históricas, para garantizar la trascendencia y continuidad de sus obras.
Durante la jornada, asimismo, sesionó el panel Solidaridad con todos y para el bien de todos, que contó con la presencia de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos.
Nuestro Héroe Nacional alertó sobre el gravísimo error de actuar en Cuba y Nuestra América tomando a Estados Unidos como el modelo a seguir
“Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento.—Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad.
Y si hay esa diferencia de organización, de vida de ser, si ellos vendían mientras nosotros llorábamos, si nosotros reemplazamos su cabeza fría y calculadora por nuestra cabeza imaginativa, y su corazón de algodón y de buques por un corazón tan especial, tan sensible, tan nuevo que solo puede llamarse corazón cubano, ¿cómo queréis que nosotros nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan? Imitemos. ¡No! —Copiemos. ¡No! —Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos. —Creemos, porque tenemos necesidad de crear. Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. La sensibilidad entre nosotros es muy vehemente. La inteligencia es menos positiva, las costumbres son más puras ¿cómo con leyes iguales vamos a regir dos pueblos diferentes?
Las leyes americanas han dado al Norte un alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!” José Martí
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Desde muy joven, José Martí acostumbraba a escribir en cuadernos los más variados apuntes y comentarios acerca de lecturas que llamaban su interés o de diversas ideas que acudían a su mente y que, a menudo, indicaban asuntos tratados o incluidos en escritos que publicara posteriormente. Agrupados tales textos por los editores de sus obras bajo el nombre de Cuadernos de Apuntes, ellos han cobrado creciente importancia para los estudiosos, quienes valoran precisamente en sus frecuentes brevedad e incompletez en el desarrollo de un asunto no solo el posible punto de partida para el análisis de mayor envergadura y acabamiento, sino también las fuentes directas o indirectas de su pensamiento, y, sobre todo, el proceso de formación de su pensar y de su creación literaria, como puede apreciarse en los tantos poemas y versos sueltos en ellos incluidos.
El apunte inicial es uno de los primeros en el cuaderno que ha sido numerado como el uno por contener apuntes escritos, sin duda, durante su primera deportación a España entre 1871 y 1874, dadas las abundantes referencias a los estudios que cursó entonces en la metrópoli.
Los estudiosos de la obra martiana han citado más de una vez estos precursores apuntes de lo que serían los temas y puntos nodales de su ideario a lo largo de su vida, y en los que nos muestra, además, las notables madurez y perspicacia de aquel jovencito.
Uno se pregunta qué llevó al entonces estudiante Martí a escribir tal apunte. ¿Se trataría de algún ejercicio o una reflexión surgida de alguna lectura mientras cursaba Derecho en la Universidad? ¿Era la respuesta a algún texto periodístico que postulaba ideas contrarias a las suyas? ¿Sería para desarrollar el tema en el Ateneo de Madrid a cuyos debates solía acudir con frecuencia? ¿Estaba redactando una carta que no ha llegado a nosotros?
No dejan de llamar la atención al lector contemporáneo lo bien hilvanado de su argumentación, la corrección y énfasis de una redacción que hace pensar en un destino oratorio, y, sobre todo, la marcada originalidad estilística y conceptual. Hay tanto vigor, elegancia y fuerte convicción en ese texto que parece surgido de la mano de un escritor de larga ejecutoria.
Es notable, pues, la derivación argumental que hace el joven Martí desde una comparación entre lo que hoy llamaríamos los rasgos de identidad de la nación estadounidense y de la nación cubana en plena formación hasta el final enjuiciamiento crítico del vecino del Norte.
Si el primer y el segundo párrafo establecen ese contraste entre ambos pueblos sobre la base de la psicología social en la esfera de los sentimientos de lo espiritual, la pregunta con que cierra el segundo (“¿cómo queréis que nosotros nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan?”) deja planteada la consecuente necesidad contrastante también al ámbito de las leyes, de lo jurídico y, por extensión, de la organización del Estado. Y, por cierto, no puede dejarse de advertir la idea implícita a un Estado nacional, cubano, independiente, no colonia de España, con su propio sistema legislativo.
El tercer párrafo remarca ese punto de vista y hace expreso el llamado a lo original, a lo propio, frente a la imitación y a la copia, procedimientos rechazados con enfáticos signos de admiración. Por eso el joven deportado emplea a continuación un verbo que sería frecuente a lo largo de su obra: se ha de crear, es decir, de aportar lo nuevo, lo distinto, lo apropiado a las características del pueblo cubano, enfrascado por esos años en la tremenda contienda de los Diez Años.
El párrafo de cierre va más allá y ofrece el enjuiciamiento crítico sobre Estados Unidos desde un basamento ético, ese condicionamiento permanente de la vida y las ideas del Maestro. Prosperidad y corrupción son elementos antitéticos para Martí, al punto de llevarle a maldecir semejante maridaje. De ahí derivan, en consecuencia implícita, dos puntos esenciales en cuanto al sentido del término prosperidad para Martí. Frente al ya para esa época dominante criterio de asociar la prosperidad exclusivamente con los bienes materiales —cuyo predominio conduce a la metalificación espiritual, o sea, al predominio del afán de enriquecimiento—, el estudiante universitario cubano se plantea, de hecho, un concepto de prosperidad que no debe ni puede quedarse estancado en ese terreno sino que ha de incorporar también, como diría tantas veces en sus escritos posteriores, el costado espiritual, los valores morales, la ética humanista de servicio que siempre presidió su conducta y su pensamiento.
Y, al mismo tiempo, nos ofrece ahí la clave de cómo arribó a Estados Unidos en 1880 y residió allí durante tantos años alertando en todo momento acerca de los peligros no solo de los intereses expansionistas de aquella sociedad, sino del gravísimo error de actuar en Cuba y Nuestra América tomando a ese país como el modelo a seguir.
El hombre maduro, pleno, que solemos conocer, se manifiesta pues, en estas brillantes reflexiones juveniles de José Martí, siempre fiel a su postura ética, a su sentido de entrega, y a su liberador proyecto de perfeccionamiento social e individual, que con constancia y originalidad hemos de seguir en nuestros días si queremos una Cuba libre, verdaderamente próspera, con todos y para el bien de todos.
El ex-presidente uruguayo sorprendió con su discurso a todos los presentes durante la conferencia impartida en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas
Cuando la 57 edición del Premio Literario Casa de las Américas anunciara la presencia en el evento del expresidente uruguayo José Mujica, nadie sabía con exactitud cuál sería el tema de su conferencia. Podíamos pensar, por intervenciones en otros escenarios, que Mujica se referiría a la integración latinoamericana, o al cambio climático y la desaparición de la especie humana. Y habló también de ello.
Lo que no imaginábamos, al menos no la mayoría, era que Mujica convertiría a Martí —nuestro Martí— y a la cultura, en el centro de su discurso de anoche en la Sala Che Guevara de la institución.
“Los que nos llamamos más o menos de izquierda, tenemos necesidad de acudir a fuentes como Martí”, dijo Mujica y conversó entonces sobre el Apóstol y su visión independentista. Habló del Martí revolucionario, escritor, ensayista, enamorado, “enfermo de humanismo”.
“No es la liturgia de recordar a Martí, solo por hacerle un homenaje, vamos al baúl a buscar herramientas intelectuales que nos sirvan para esta lucha de hoy. La historia nunca está terminada porque cambia la perspectiva con la cual nos miramos”, aseguró.
Y, entre otras cosas, lo definió como “un puente entre los viejos gestores de la independencia latinoamericana y los desafíos del porvenir. Tenemos deudas con Martí”, afirmó.
En un mundo enajenado y cada vez menos inclusivo, a Pepe Mujica le preocupa el abandono de la cultura. Por eso, estar en la Casa es para él —lo confesó—, un honor no merecido. “Este es un templo que simboliza el esfuerzo más comprometido de la cultura latinoamericana, con la cual tenemos una deuda vieja”, agregó.
“Mi generación pensó que si lográbamos cambiar las relaciones de producción y distribución, creábamos las condiciones físicas para un hombre nuevo, y nos quedamos cortos, nos quedó en el tintero el formidable papel de la cultura”.
Pero Mujica habla también de la cultura fuera de las bellas artes, “esa cultura con olor a cocina”, natural, de historias y tradiciones que forman pueblos, y que nos han enseñado a vivir juntos.
“No hay nada más valioso en la lucha por la vida que la existencia de los otros, de la comunidad, lo que cuesta es la interrelación. Robinson Crusoe se hubiera muerto de frío, de angustia, pero la civilización había creado el lenguaje y otras cosas. No estuvo solo, solo no iba a ningún lado. Estuvo con la herencia de la civilización”, dijo.
Durante la conferencia, el expresidente uruguayo insistió en que aún tenemos una deuda con la construcción de una cultura contestataria distinta, unida a la lucha por la verdadera liberación de la humanidad, ante esa cultura que quieren, a toda costa, imponernos las grandes potencias que gobiernan al mundo. Una lucha, si se quiere, también por la vida.
Por Diony Sanabia* La Habana (PL) Uno de los hombres más grandes de América Latina y paradigma de quienes buscan hoy la realización plena vino al mundo en Cuba el 28 de enero de 1853 con el nombre de José Julián Martí Pérez.
Ese día marcó la vida de los emigrados españoles Mariano y Leonor por la llegada del primogénito, y con el paso de los años, los cubanos convirtieron la fecha en momento apropiado para honrar a su Héroe Nacional.
Según reconocidos historiadores e investigadores nacionales y foráneos, las acciones y los pensamientos de Martí trascendieron y transcienden los límites de su país natal para alcanzar la universalidad y constituir referentes.
Cualquier acercamiento a la producción intelectual del patriota permite a neófitos y expertos conocer sobre temas de diversa índole: política, economía, educación, filosofía, ciencias, cultura, deportes, comunicación y otros.
Entre los disímiles juicios del poeta, periodista y político, conservan enorme vigencia sus ideas plasmadas en la revista La América de Nueva York, en 1883 y 1884, acerca de la necesidad e importancia de trabajar.
La relación del Apóstol con ese medio de comunicación está signada por dos momentos fundamentales: primero como colaborador y redactor, y después en el cargo de director.
A juicio del estudioso cubano Pedro Pablo Rodríguez, Premio Nacional de Ciencias Sociales, resulta la primera publicación sistemáticamente asumida por Martí con plena responsabilidad editorial para expresar aspectos de su pensamiento.
Para el organizador de la guerra cubana de 1895 contra el colonialismo español, "el hombre crece con el trabajo que sale de sus manos" en alusión al poder de construir y fundar de todo ser humano durante el tránsito por la vida.
Es fácil ver cómo se depaupera, y envilece a las pocas generaciones, la gente ociosa, hasta que son meras vejiguillas de barro, con extremidades finas, que cubren de perfumes suaves y de botines de charol, escribió.
También afirmó que el que debe el bienestar a su trabajo, o ha ocupado su vida en crear y transformar fuerzas, y en emplear las propias, tiene el ojo alegre, la palabra pintoresca y profunda, las espaldas anchas y la mano segura.
"Se ve que son esos los que hacen el mundo, y engrandecidos, sin saberlo acaso, por el ejercicio de su poder de creación, tienen cierto aire de gigantes dichosos, e inspiran ternura y respeto", recalcó.
Resulta evidente la amplia importancia que Martí concedió a la relación entre los esfuerzos realizados y el tributo recibido, ya sea para beneficio individual o colectivo.
"He ahí un gran sacerdote, un sacerdote vivo: el trabajador", apuntó en el texto Trabajo manual en las escuelas, y además subrayó que "hoy, con la colosal afluencia de hombres inteligentes y ansiosos en todos los caminos de la vida, quien quiera vivir no puede sentarse a descansar".
Nunca, añadió, fue más grande ni más pintoresco el universo. Sólo que cuesta trabajo entenderlo, y ponerse a su nivel: por lo que muchos prefieren decir de él mal, y desvanecerse en quejas. Trabajar es mejor, y procurar comprender la maravilla, y ayudar a acabarla.
Los tiempos, precisó en Escuela de artes y oficios, están revueltos; los hombres están despiertos, y cada cual ha de labrarse con sus manos propias la silla en que se sienta al festín de la Fortuna.
"Quien quiera nación viva, ayude a establecer las cosas de su patria de manera que cada hombre pueda labrarse en un trabajo activo y aplicable una situación personal independiente", enfatizó al final del texto.
Contra los vagos, Martí aseveró de manera certera que como no se tiene derecho para ser criminal, no se tiene derecho para ser perezoso, pues "ni indirectamente debe la sociedad humana alimentar a quien no trabaja directamente en ella".
Mientras que todo no esté hecho, comentó en Inmigración italiana, nadie tiene derecho a sentarse a descansar, y "es peligroso para un pueblo que nace, el espectáculo y el contacto de una agrupación de hombres inactivos que no crea ni aspira".
Sobre los obreros, Martí reflexionó que mientras no sean hombres cultos no serán felices, con lo cual otorgó primordial papel a la preparación intelectual en aras de llevar adelante el éxito en sus faenas o las realizaciones personales.
Para el Maestro, los trabajadores ignorantes, que quieren poner remedios bruscos a un mal que sienten, pero cuyos elementos no conocen, los vencerá siempre el interés de los capitalistas, disfrazados, como de piel de cordero una zorra, de conveniencias y prudencias sociales.
A los obreros razonadores, mesurados, activa, lenta y tremendamente enérgicos, no los vencerá jamás, en lo que sea justo, nadie, sentenció.
*Editor jefe de la Redacción Digital de Prensa Latina
Como cada 27 de enero, nos reuniremos en el patio de la casa de José Julián Martí, este miércoles desde las 10 de la noche, para esperar con él su cumpleaños.
Estamos invitados todos los que llevamos a Martí como ese amigo mayor con el cual conversar francamente sobre la vida, sobre este tiempo –que sigue siendo el suyo- sobre el amor, o el dolor, sobre la América Nuestra; estamos invitados todos los que buscamos la manera de ser útiles y echamos nuestra suerte con los pobres de la tierra.
Es de esperar que, como cada 27 de enero, sea una noche muy fría, y no faltarán los trovadores que saquen su mejor canción para el Maestro, ni los que lleguen con las obras escogidas o un poemario de Martí, o alguna anécdota o pasaje de su historia para debatir, o sencillamente un verso para tramar con él nuevos horizontes de esa patria, -la íntima y la humana-, que espera siempre por nosotros. De manera que hay Marcha de las antorchas, algunos llegarán poco después de las 12 de la noche, para sumarse a la serenata.
Desde el 2003, en que convocados por la revista El Caimán Barbudo, y el Museo Casa Natal de José Martí le celebramos el 150 aniversario de su natalicio, se han ido sumando año tras año, otras publicaciones de La Casa Editora Abril, creadores de La Asociación Hermanos Saíz, estudiantes de la FEU, la guerrilla de Malnombre, y muchos amigos que han hecho suyo este poético festejo que no tiene otro fin que alimentar el espíritu con un amigo sincero.
Miércoles 27 de enero, 10.00 pm
Museo Casa Natal de José Martí. Ubicado en la calle Leonor Pérez (antigua Paula) No 314, en La Habana Vieja, en la casa donde naciera José Martí.
A mí vuelta sabré si me has querido, por la música útil y fina que hayas aprendido para entonces: música que exprese y sienta, no hueca y aparatosa: música en que se vea un pueblo, o todo un hombre, y hombre nuevo y superior. Para la gente común, su poco de música común, porque es un pecado en este mundo tener la cabeza un poco más alta que la de los demás, y hay que hablar la lengua de todos, aunque sea ruin, para que no hagan pagar demasiado cara la superioridad.-Pero para uno, en su interior, en la libertad de su casa, lo puro y lo alto.- José Martí
Miles de jóvenes en La Habana volvieron a reeditar la tradicionalMarcha de las Antorchas que cada 27 de enero rinde tributo al natalicio de José Martí.
Bajo la divisa Para la patria nos levantamos, la celebración estuvo encabezada por el General de Ejército Raúl Castro, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Participaron también como invitados los ex presidentes de Uruguay y República Dominicana, José Mujica y Leonel Fernández,respectivamente.
La presidenta de la FEU, Jennifer Bello, miembro del Consejo de Estado, resaltó la alegría de celebrar desde ahora el cumpleaños 90 del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, “siendo herederos de su espíritu de lucha, defensores de las causas justas y perennes inconformes revolucionarios”.
Pepe Mujica, Raúl Castro y Jennifer Bello durante la Marcha de las Antorchas. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
En todo el país también se rinde tributo los 27 de enero a José Martí. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
Miles de jóvenes en La Habana volvieron a reeditar la tradicional Marcha de las Antorchas. (Fernando Medina Fernández /Cubahora)
Raúl Castro y Jennifer Bello durante la Marcha de las Antorchas. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
Jóvenes latinoamericanos se unieron a la Marcha de las Antorchas. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)
Debemos dedicarnos a difundir aún más la obra de Martí, porque en Latinoamérica, desgraciadamente, se le conoce poco y mal. Esto se debe a que el Apóstol cubano es un pensador muy desafiante, y los defensores de la derecha han tratado de ponerle un manto de silencio; sobre todo en estos tiempos en que Estados Unidos necesita acabar con el sentimiento antimperialista que, cada vez más, se afianza en nuestra región.
Así dijo a Granma el eminente sociólogo argentino Atilio Borón, quien dictó este martes su conferencia La nueva doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos: aliados, competidores y enemigos, en el marco de la Segunda Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos.
Respecto al proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y la nación norteamericana, destacó que nuestro país debe hacer todo lo posible por poner fin al bloqueo, y avanzar en las relaciones bilaterales sin perder la firmeza de la identidad cultural de la Isla, pues existe el riesgo de un intento de colonización en ese sentido.
Ahora más que nunca necesitamos a Martí para la contraofensiva, porque, como él decía, “trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”, añadió el también miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.
El socialismo es la garantía de liberación nacional, fundamentalmente en un continente de vanguardia como el nuestro, que marca un paradigma de esperanzas para el mundo actual, subrayó, por otra parte, el ensayista Fernando Martínez Heredia, durante su intervención en el panel sobre el neoliberalismo, los nuevos escenarios en América Latina y el Caribe y el equilibrio global.
Subrayó de igual modo que, a pesar de ser esta la región más desigual en el orbe, ha logrado acumular un sinnúmero de iniciativas, ideales y proyectos que aspiran a un nuevo modelo político, económico y social para el mundo, que supere los decadentes aparatos imperialistas de dominación.
Comprender nuestras deficiencias es importante —dijo Martínez Heredia—, pero más importante aún es actuar; hacer todo lo posible porque jamás pueda ser derrotado el campo popular.
Durante la jornada, asimismo, fueron reconocidos como miembros honoríficos de la Fundación Máximo Gómez, Armando Hart Dávalos, Fernando Vecino Alegret y otros intelectuales cubanos que contribuyen con sus investigaciones, conferencias y libros, a mantener viva la memoria del Generalísimo.
En Martí está la esencia, el alma de la Patria. Bien lo saben los jóvenes cubanos. Por eso, desde hace 63 años, cada 27 de enero la noche se ilumina con miles de antorchas en vísperas del nuevo aniversario del natalicio del Apóstol. Es esta una tradición que honra, al honrar, a quien todo lo dio por la unidad revolucionaria.
Una vez más los universitarios encabezarán el desfile. Junto a ellos, andarán también los miembros de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM), la juventud trabajadora y los bisoños relevos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Así será en la capital, que nuevamente los verá partir desde la histórica Escalinata de la Universidad de La Habana, este miércoles pasadas las 10 de la noche.
Como ya es costumbre, ante el Memorial que guarda las cenizas de Julio Antonio Mella, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) rendirá homenaje a su fundador y líder inolvidable. Tras la alocución de Jennifer Bello, presidenta nacional de la organización que representa a los estudiantes cubanos de la enseñanza superior, partirán hacia la Fragua Martiana. Allí, donde cristalizó el temple e ideario político del joven José Julián Martí, su presencia es evocación y hacer cotidianos.
Desde las calles y los corazones, a los pinos nuevos se unirán los viejos, en marcha luminosa. Memoria multiplicada por toda Cuba, que a las 8 y 30 pm verá inundarse de luz las plazas y parques de sus cabeceras municipales.
«Para la Patria nos levantamos», será el signo de esta jornada, que ya es especial porque se sustenta en la conmemoración de los 163 años del nacimiento del Maestro y también en los 90 de su más fiel continuador, Fidel Castro Ruz. Asimismo, estará dedicada al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), y a los 50 años de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE), guía fundamental de la juventud latinoamericana y caribeña en su luchas reivindicadoras, contra cualquier forma de explotación e injusticia social.
Al frente de la marcha estarán los miembros del Consejo Nacional Ampliado de la FEU, que durante los días 27 y 28 sesionará en la capital cubana, así como los participantes en la II Conferencia InternacionalCon todos y para el bien de todos que también tiene lugar por estos días en La Habana. También se sumará una brigada del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
Mientras, atletas de alto rendimiento, clasificados para los Juegos de Río de Janeiro 2016, enarbolarán 163 banderas como cierre alegórico a los años transcurridos desde el nacimiento del más universal de los cubanos. Enseñas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y de las organizaciones estudiantiles harán parte del cortejo que será colofón, y a la vez preludio, de próximas marchas. Y es que desde 1953, la Generación del Centenario marcó la ruta permanente hacia Martí por esa luz, que para la Patria nos levanta.
Le aconsejamos:
Con el fuego martiano: Fotogalería sobre diferentes momentos históricos en la Marcha de las Antorchas.
Una marcha bien ardiente. Crónica sobre experiencias estudiantiles en este encuentro con la historia.
En el aniversario 163 de su nacimiento, acercarnos a José Martí en este enero de recordación y tributo, conlleva el orgullo de saberlo cubano. No es por casualidad que la Revolución plasme en su filosofía y política de Estado el ideario del Maestro, cuya doctrina y pensamiento trazó la senda del Moncada.
Poeta, escritor, ensayista, periodista, tribuno, este hombre que vivió en tiempos de auge para la oratoria en Europa y América, según sustentaba Cintio Vitier, estuvo siempre vinculado a su don de elocuencia. Y son incontables y siempre animadísimas, al decir de Cintio, sus caracterizaciones de los oradores españoles y norteamericanos que escribió.
Corría el mes de abril del año 1877 y en la Escuela Normal de Guatemala, su director, el cubano José María Izaguirre daba la palabra a un joven contratado como profesor de literatura. Se trataba de José Martí, quien con una oratoria lujosa y exquisita, como la clasificó uno de sus oyentes, dejó admirado al auditorio escolar.
Según el periodista y escritor Pedro Pablo Rodríguez, un acucioso investigador de la vida de José Martí, aquel joven de 24 años entonces, se reveló como un gran tribuno cuando pidió la palabra para hablar de un libro del poeta guatemalteco Francisco Lainfiesta. Ciertamente, la oratoria martiana es una de las formulas esenciales de su expresión literaria, puesta al servicio de sus ideales patrióticos
Para la generalidad de los estudiosos de la obra martiana, la palabra era una de las formas esenciales de su expresión literaria, puesta al servicio de sus ideales patrióticos. Por lo tanto, muchos la ven como totalmente política, aunque en ocasiones cultivó la retórica académica.
Sin duda, fue el género literario que le sirvió para influir en sus contemporáneos y para la mayoría de estos Martí fue, sobre todo, el orador de la revolución. Su discurso en la sala Steck Hall de Nueva York, en enero de 1880, fija los lindes de su grandilocuencia. Esa lectura era una motivación y un estímulo para recabar fondos para futuras expediciones a Cuba. Antes de aquella disertación había dado muestras de su verbosidad académica con el debate que sostuvo entre espiritualismo y positivismo en el liceo Juárez de México, cinco años antes
Entre sus compatriotas en Cuba, Martí se dio a conocer como orador. Un discurso suyo provocó gran revuelto durante el concierto homenaje que ofreció el Liceo de Guanabacoa al célebre violinista Rafael Díaz Albertini. El carácter de esa pieza oratoria tomó de sorpresa al capitán general de la Isla Ramón Blanco, quien expresó entonces: “Voy a pensar que Martí es un loco, pero un loco peligroso”.
Dotado de gran poder de síntesis, lograba presentar grandes cuadros del tema a tratar, generalmente político o social, para concluir sus intervenciones de modo convincente. En realidad, cada vez que le dieron la oportunidad, la aprovechó para dar a conocer el ideal libertador. Por eso, cuando se lanzó a preparar la Guerra Necesaria, locuacidad y argumentación fueron elementos decisivos de su obra política. Movilizadora de conciencia y fuente para la ejecutoria comprometida, por demás. Quienes lo escucharon, hablaron de la vehemencia de su verbo; de la manera que tenia de tocar la sensibilidad ajena y de acrecentar su magnífico caudal expresivo.
Considerado una de las figuras más ricas y puras del concierto de naciones latinoamericanos, el cubano NO dejó jamás de aludir constantemente en su léxico y escritos los sentimientos profundamente antiimperialistas que lo embargaron siempre. Ese Martí tribuno fue parte decisiva de su obra política, dada por entero a la Guerra Necesaria que preparaba. Por eso, cada prédica suya exaltaba ánimos, juntaba saberes y compromisos, involucraba a la lucha consecuente y emancipadora.
El escritor villaclareño y periodista de profesión Yamil Díaz Gómez ha dedicado su vida al estudio de la obra martiana. Recientemente obtuvo el Premio Casa Víctor Hugo por el ensayo Martí camina por el Pére Lachaise, un acercamiento profundo al vínculo del Apóstol con el romanticismo francés.
El Pére Lachaise es un famoso cementerio de París. Se conoce que a finales de 1874, Martí lo recorrió y estrechó su mano al poeta y novelista romántico Victor Hugo. En el texto Cartas de España puede constatarse su visita a la tumba de Abelardo y Eloísa, el monje filósofo y su discípula, que registraron una de las tragedias amorosas más conocidas de la historia universal.
“Aunque Abelardo y Eloísa son dos personajes anteriores al romanticismo —explica Yamil— vivieron una historia de amor prohibida en su época, y dejaron cartas que los convierten en dos arquetipos del imaginario romántico. No es necesario decir que Victor Hugo es la figura cumbre del romanticismo francés.
“Mi ensayo pretende demostrar que, aunque Martí siempre evitó ser un escritor romántico, nunca dejó de ser un personaje romántico.”
— ¿Cómo definiría esta corriente artística?
—Para mí el romanticismo fue muchas cosas. Hasta Mirta Aguirre decía que no se atrevía a definirlo. Es mejor sentirlo que definirlo. Pudiera decir que es el humanismo del siglo XIX porque, al exaltar la esfera sentimental del ser humano, se vuelve a poner a este como el centro de todo.
“Un ensayo, cuando es un verdadero ensayo, tiene que contener un libre fluir del pensamiento del autor, pero, básicamente, quien lea el trabajo sentirá que está caminando junto a Martí por el París de aquella época y que, a través de él y Víctor Hugo, está defendiendo los valores que todavía nos hacen creer en el ser humano.”
— El ensayo no es un género muy frecuente en la prensa cubana…
—En Cuba se publican como ensayo muchos trabajos que no lo son. A veces son artículos, monografías, o tesis académicas. Esta vez traté de hacer un ensayo clásico y puro, pero, aparentemente, me alejaba del periodismo. Se supone que el ensayo se distinga del artículo en que le otorga un fuerte peso a la subjetividad. Mientras que el artículo como género periodístico está obligado a moverse en el terreno de lo objetivo.
“De cualquier cosa que escribo, tengo mucho que agradecerle a mis años como estudiante de periodismo y al ejercicio de escritura que he hecho también dentro de los géneros periodísticos. Si de algo estamos urgidos en Cuba es de que exista una cercanía mayor entre esos dos grandes campos de creación de la cultura. Ojalá nuestro periodismo sea más literario cada día.”
—El premio da la posibilidad de recorrer París. ¿No siente temor?
—Se concretará en mayo y junio del año que viene. No me da miedo alguno porque ya estuve allá. Esta es mi segunda vez.
—Algunos pudieran decir que está obsesionado con José Martí. ¿Desde cuándo le apasiona estudiar la vida de esta figura, de la cual, todavía, se desconocen muchos detalles?
—Desde niño tenía un rincón martiano en la casa que confeccioné por decisión personal. La primera vez que intenté escribir algo era solo un alumno de primaria. Empecé con el refrito biográfico. Llegué hasta el juicio y aquella leyenda que echó a correr Fermín Valdés Domínguez de que los dos se auto inculparon. Fue tan temprana en mí la cercanía espiritual con Martí que no podría explicarla. No fue un acto consciente, fue espontáneo. No ocurrió de una manera clásica. Para estar a tono, vaya, de una manera romántica…
—¿Y por qué le interesa específicamente su vida íntima?
—Todo viene por el peso que tiene la poesía martiana para entender su vida sentimental. Hay una serie de poemas que, cuando se leen detenidamente y se los confronta con lo que se conoce por otras fuentes, nos ayudan a estar mucho más cerca de su biografía íntima. En este poema, por ejemplo, se refiere a las manos de las estatuas yacentes de Abelardo y Eloísa. Dice que puso las suyas sobre las de ellos y que su mano era allí la única fría. Fue una solución muy romántica.
“Entonces, la pregunta que me hago es por qué Martí va específicamente a esa tumba en un cementerio donde abundaban los nichos de figuras célebres. Por qué en su poesía rememora la visita a esta tumba y no existe ningún otro texto de los que conocemos hasta hoy que se detenga a hablarnos de otra tumba que él hubiera visitado. Ahí nos está dando una pista. Como personaje está viviendo un momento de auto-reconocimiento. Se siente como parte de una familia espiritual a la que pertenecen Abelardo y Eloísa. Se reconoce a sí mismo como romántico.
“Este pasaje es vital para conocer mejor el sino romántico y trágico que acompaña toda la vida sentimental de Martí desde su juventud hasta su muerte.”
—Casi todos los estudios que ha hecho acerca de la vida de José Martí son bastante atrevidos, como el de la relación paternal con María Mantilla…
—Hay muchos motivos por los que a alguien le puede interesar el costado más íntimo de la historia de Martí, desde los más sanos hasta los menos sanos. Hay quien se preocupa por lo último, porque son como paparazis del siglo XXI que quieren penetrar en el XIX. Ese no es mi caso.
“Tengo colegas que me han reprochado el tiempo que le he dedicado a la investigación de cosas que para ellos no son más que chismes. Nunca lo he visto así. Me parece que uno de los rasgos más conmovedores que tiene Martí es su condición de personaje trágico. Él es un caso moderno de un personaje trágico a la manera griega. Es como un Edipo o un Hipólito cubano. La vida sentimental y amorosa es una de las aristas en las que más se evidencia.
“Cuando he investigado sobre estos temas lo único que me ha guiado es el deseo de conmoverme con la tragedia de su vida, nunca juzgarlo moralmente. Efectivamente creo que María Mantilla era su hija, pero no me interesa valorar si está bien o si está mal. ¡Qué cosa tan trágica tener una hija y no poder darle tu apellido! Ese es mi punto de vista.
“En la medida que yo sea capaz de transmitir esa condición a los lectores, va a ser posible de que lo encuentren más atractivo.”
José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula No. 41, La Habana, el 28 de enero de 1853. En 1866 matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresa también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana, más conocida como San Alejandro.
El 4 de octubre de 1869, al pasar una escuadra del Primer Batallón de Voluntarios por la calle Industrias No. 122, donde residían los Valdés Domínguez, de la vivienda se oyen risas y los voluntarios toman esto como una provocación. Regresan en la noche y someten la casa a un minucioso registro. Entre la correspondencia encuentran una carta dirigida a Carlos de Castro y Castro, compañero del colegio que, por haberse alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas, calificaban de apóstata.
Retrato de Martí al ser condenado a seis años de prisión por infidencia.
Por tal razón, el 21 de octubre de 1869 Martí ingresa en la Cárcel Nacional acusado de infidencia por escribir esa carta, junto a su entrañable amigo Fermín Valdés Domínguez. El 4 de marzo de 1870, Martí fue condenado a seis años de prisión, pena posteriormente conmutada por el destierro a Isla de Pinos, lugar al que llega el 13 de octubre. El 18 de diciembre sale hacia La Habana y el 15 de enero de 1871, por gestiones realizadas por sus padres, logró ser deportado a España. Allá comienza a cursar estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras.
De España se traslada a París, por breve tiempo. Pasa por Nueva York y llega a Veracruz el 8 de febrero de 1875, donde se reúne con su familia. En México entabla relaciones con Manuel Mercado y conoce a Carmen Zayas Bazán, la cubana que sería su esposa.
Escuela Normal para Varones en Guatemala dirigida por el cubano José María Izaguirre.
Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana como Julián Pérez. Al llegar a Guatemala trabaja en la Escuela Normal Central como catedrático de Literatura y de Historia de la Filosofía. Retorna a México, para contraer matrimonio con Carmen el 20 de diciembre de 1877, regresando a inicios de 1878 a Guatemala.
Carmen Zayas-Bazán y su hijo José Francisco.
Concluida la Guerra del 68 vuelve a Cuba el 31 de agosto de 1878, para radicarse en La Habana, y el 22 de noviembre nace José Francisco, su único hijo. Comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano, del cual fue elegido vicepresidente el 18 de marzo de 1879. Posteriormente el Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York bajo la presidencia del Mayor General Calixto García, lo nombró subdelegado en la Isla.
En el bufete de su amigo Don Nicolás Azcárate conoce a Juan Gualberto Gómez. Entre el 24 y el 26 de agosto de 1879 se produce un nuevo levantamiento en las cercanías de Santiago de Cuba. El 17 de septiembre Martí es detenido y deportado nuevamente a España, el 25 de septiembre de 1879, por sus vínculos en la Guerra Chiquita. Al llegar a Nueva York, se establece en la casa de huéspedes de Manuel Mantilla y su esposa, Carmen Miyares.
Cincografía de Martí con su hijo José Francisco, fue hecha probablemente en New York, 1880.
Martí logra traer a su esposa e hijo el 3 de marzo de 1880. Permanecen juntos hasta el 21 de octubre, en que Carmen y José Francisco regresan a Cuba. Una semana después resultó electo vocal del Comité Revolucionario Cubano, del cual asumió la presidencia al sustituir a Calixto, quien había partido hacia Cuba para incorporarse a la Guerra Chiquita.
Entre 1880 y 1890 Martí alcanzaría renombre en la América a través de artículos y crónicas que enviaba desde Nueva York a importantes periódicos: La Opinión Nacional, de Caracas; La Nación, de Buenos Aires y El Partido Liberal, de México.
Solo tuvo dos números: el 1 de julio de 1881, con treinta dos páginas escritas por el propio Martí y el otro, con fecha del 15 de ese mes
Posteriormente decide buscar mejor acomodo en Venezuela, a donde llega el 20 de enero de 1881. Fundó la Revista Venezolana, de la que pudo editar sólo dos números. Tras chocar con el caudillismo, tiene que retornar a Nueva York.
A mediados de 1882 reinició la labor de reorganizar a los revolucionarios, comunicándoselo mediante cartas a Máximo Gómez y Antonio Maceo. El 2 de octubre de 1884 se reúne por vez primera con ambos líderes y comienza a colaborar en el Plan Insurreccional Gómez-Maceo; posteriormente desistió de su empeño por estar en desacuerdo con los métodos de dirección empleados.
Fundado y dirigido por José Martí, su oficina radicaba en Nueva York. El primer número salió el 14 de marzo de 1892 y desde entonces, hasta diciembre de 1898, en él se publicaron importantes trabajos
El 30 de noviembre de 1887 fundó una Comisión Ejecutiva, de la cual fue elegido presidente, encargada de dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En enero de 1892 redactó lasBases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano. El 8 de abril de 1892 resultó electo Delegado de esa organización, cuya constitución fue proclamada dos días después, el 10 de abril de 1892. El 14 de marzo fundó el periódico Patria, órgano oficial del Partido.
Martí y el General Gómez en New York, 1894.
En los años 1893 y 1894 recorrió varios países de América y ciudades de Estados Unidos, uniendo a los principales jefes de la Guerra del 68 y acopiando recursos para la nueva contienda. Desde mediados de 1894 aceleró los preparativos del Plan Fernandina, con el cual pretendía promover una guerra corta, sin grandes desgastes y destrucciones para los cubanos. El 8 de diciembre de 1894 redactó y firmó, conjuntamente con los coroneles Mayía Rodríguez (en representación de Máximo Gómez) y Enrique Collazo (en representación de los patriotas de la Isla), el plan de alzamiento en Cuba. El Plan Fernandina fue descubierto e incautadas las naves con las cuales se iba a ejecutar. A pesar del gran revés que ello significó, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla, en lo que fue apoyado por los principales jefes.
Lugar donde desembarcaron José Martí, Máximo Gómez y otros patriotas
El 29 de enero de 1895, junto con Mayíay Collazo, firmó la orden de alzamiento y la envió a Juan Gualberto Gómez para su ejecución. Partió de inmediato de Nueva York a Montecristi, en República Dominicana, donde lo esperaba Gómez, con quien firmó el 25 de marzo de 1895 un documento conocido como “Manifiesto de Montecristi”, programa de la nueva guerra. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa.
Tres días después del desembarco, hicieron contacto con las fuerzas del Comandante Félix Ruenes. El 15 de abril de 1895 los jefes allí reunidos bajo la dirección de Gómez, acordaron conferir a Martí el grado de Mayor General por sus méritos y servicios prestados.
El 28 de abril de 1895, en el campamento de Vuelta Corta, en Guantánamo, en unión de Gómez firmó la circular “Política de guerra”. Envió mensajes a los jefes indicándoles que debían enviar un representante a una asamblea de delegados para elegir un gobierno en breve tiempo. El 5 de mayo de 1895 tuvo lugar su encuentro con Gómez y Maceo en La Mejorana, donde se discutió la estrategia a seguir. El 14 de mayo de 1895 firmó la “Circular a los jefes y oficiales del Ejército Libertador”, último de los documentos organizativos de la guerra, la que elaboró conjuntamente con Máximo Gómez.
Siguiendo la marcha hacia el oeste de la provincia oriental, llegaron a Dos Ríos, cerca de Palma Soriano. El 19 de mayo de 1895 una columna española se desplegó en la zona y los cubanos fueron a su encuentro. Martí marchaba entre Gómez y el Mayor General Bartolomé Masó.
Dos Ríos: Lugar donde cae en combate José Martí, el 19 de mayo de 1895.
Al llegar al lugar de la acción, Gómez le indicó detenerse y permanecer en el lugar acordado. No obstante, en el transcurso del combate, se separó del grueso de las fuerzas cubanas, acompañado solamente por su ayudante Ángel de la Guardia. Martí cabalgó, sin saberlo, hacia un grupo de españoles ocultos en la maleza y fue alcanzado por tres disparos que le provocaron heridas mortales. Cuando se conoció lo sucedido, resultó imposible rescatar su cadáver, el cual fue conducido por los españoles y, tras varios enterramientos, fue finalmente sepultado el día 27, en el nicho número 134 de la galería sur del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.