En busca de soluciones a los problemas que hoy preocupan a los cristianos católicos y ortodoxos rusos, el Papa Francisco y el Patriarca Kirill escribirán el próximo viernes, en esta capital, una página inédita en la historia eclesial.
Tras siglos de desencuentros y un largo proceso de conversaciones, coincidirán en La Habana antes de seguir sus respectivas giras por Latinoamérica, región declarada como Zona de Paz por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, hace dos años.
La reunión de este viernes es vista como una oportunidad para que dos instituciones religiosas que agrupan a millones de feligreses en el mundo, trabajen en pos de la convivencia civilizada y la paz; una histórica cita, que llena de orgullo a Cuba al ser escogida como sede.
Además, el encuentro será el primero entre los máximos representantes de dos de las principales iglesias desde 1054, cuando se produjo el Cisma dentro del cristianismo.
“Mi querido hermano”, así ha llamado el Papa Francisco al Patriarca de Moscú y de toda Rusia, durante la tradicional oración dominical, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, en el contexto de los preparativos de la reunión, augurio de una posible gira del Sumo Pontífice por Rusia.
Federico Lombardi, portavoz del Vaticano señaló esta semana que la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú desean que la cita del viernes próximo sea una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad.
Por su parte, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, destacó la selección de Cuba como país sede para el cónclave, por ser un territorio neutro, donde no existen dificultades de tipo confesional.
El Patriarca hizo la propuesta porque estará realizando un viaje por América Latina, y el Papa, quien desde el principio afirmó que se reuniría con él en cualquier lugar, aceptó esta propuesta, dijo Parolin.
Subrayó que el documento que firmarán los prelados dará un gran aporte a la causa ecuménica y a la paz en el mundo.
En tanto, el metropolita Hilarión, durante la conferencia de prensa en el Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, recordó que la reunión entre el Patriarca de Moscú y el Papa se prepara desde hace casi 20 años.
Explicó que el genocidio de cristianos como consecuencia del terrorismo, apresuró la realización de ese inédito evento.
El abrazo entre los dignatarios en La Habana es un nuevo e importante paso hacia mejores vínculos religiosos, e incidirá positivamente, no solo en las relaciones entre el catolicismo y la ortodoxia, sino también para la paz en el mundo, agregó Hilarión.
Intereses comunes contribuyeron a la realización del esperado cónclave que según el comunicado conjunto de la Santa Sede y del Patriarcado moscovita, busca consensuar aspectos de colaboración.
Según declaró a la Radio Vaticana el padre Hyacinthe Destivelle, del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos que se ocupa de las relaciones con las Iglesias ortodoxas del mundo eslavo, entre los temas de la declaración común que suscribirán el Papa Francisco y el Patriarca Kirill, sobresalen la defensa de la vida, del matrimonio y de la familia y el problema de los cristianos perseguidos en el Medio Oriente.
El experto dominico, quien estará también en La Habana, explicó que la declaración común no tendrá una naturaleza teológica, porque este tipo de diálogo se da desde hace tiempo en el ámbito de la comisión internacional para el diálogo entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, que comenzó en Jerusalén el cuatro de enero de 1964.
Ambas iglesias –Católica y Ortodoxa- comparten la doctrina de los siete sacramentos: la eucaristía –comunión–, el bautismo –que los ortodoxos realizan inmersión y no por aspersión como en el catolicismo–, la confirmación, la penitencia o confesión, la ordenación sacerdotal, el matrimonio y la extrema unción.
Sin embargo, a diferencia de los católicos, la legislación canónica ortodoxa permite que hombres casados sean sacerdotes, pero no así los obispos, quienes son elegidos entre los sacerdotes célibes o viudos.
Su Santidad Kirill visitó Cuba por primera vez en 1995 para revitalizar la comunidad ortodoxa rusa y regresó en 2004 para participar en la colocación de la primera piedra de la catedral ortodoxa rusa en La Habana , en su condición de Metropolita Smolensk y Kaliningrado y presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú.
Del 17 al 20 de octubre de 2008 realizó una tercera visita a la Isla para participar en las jornadas de los Días de Rusia en la Isla y ofició en esta capital la Divina Liturgia de consagración de la Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán en la Avenida del Puerto.
En esa ocasión se reunió con el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, quien destacó en reflexión publicada en los medios de comunicación nacionales los principios éticos del Patriarca Kirill, emanados de las prédicas de Cristo, según los Evangelios y su concepción ecuménica de las religiones.
Kirill fue elegido como Patriarca de Moscú y toda Rusia el 27 de enero de 2009 y entronizado pocos días después, luego del fallecimiento del Patriarca Alexis II.
Por su parte, el Papa Francisco realizó en septiembre del año pasado una visita a la Isla en la que se sintió, según declaró públicamente como “en familia y cuando uno está en familia se siente en casa”.
Agradeció en su primera estancia en tierras antillanas “el calor que brota de gente que sabe recibir, que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa como los cubanos”, opinión que comparte el Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa que ha señalado que “los años pasan, pero los cubanos siguen siendo hermanos”.
El esperado encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill ratificará a Cuba como tierra fértil de diálogos, donde también otras delegaciones han negociado y conversan sobre la paz.
(Tomado de ACN)