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General: HERMANOS AL RESCATE ....ALGO SOBRE ELLOS ....
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From: Ruben1919  (Original message) Sent: 23/02/2016 16:49

A 20 años del derribo de las avionetas: Cómo se gestó una gran provocación

17 febrero 2016 | 8 | 

Como agradecimiento por la gestión de los aviones, Basulto le entrega a la congresista Ileana Ros un álbum con las fechorías de Hermanos al Rescate. Foto: Archivo.

Como agradecimiento por la gestión de los aviones, Basulto le entrega a la congresista Ileana Ros un álbum con las fechorías de Hermanos al Rescate. Foto: Archivo.

El lamentable incidente del derribo de las avionetas hace 20 años, el 24 de febrero de 1996, pudo haberse evitado. El Gobierno de William Clinton tenía las posibilidades de impedir lo que sucedió.

La parte cubana, hasta ese instante, había actuado por los canales diplomáticos en 24 oportunidades anteriores, durante el transcurso de unos 20 meses, a la espera de una reacción en correspondencia con la distensión propiciada por las conversaciones migratorias iniciadas después de los acontecimientos de agosto de 1994.

A finales del año 2009, El equipo (I Team) del canal CBS4, de Miami, divulgó en un reportaje el resultado de la investigación realizada durante un año a partir de documentos secretos sobre aquel derribo y realizó entrevistas con casi una docena de los principales actores del acontecimiento. Esos documentos desclasificados demuestran que esta tragedia podría haberse evitado si alguien en el Gobierno de Estados Unidos hubiera tomado medidas más concretas antes de que fuera demasiado tarde, porque algunos funcionarios de alto rango en la administración estadounidense sabían que un derribo no solo era posible sino probable.

Uno de los entrevistados, el asesor principal sobre Cuba para el presidente Bill Clinton, Richard Nuccio, reconoció que después de la implementación de la política inmigratoria las acciones de Hermanos al Rescate se tornaron más provocadoras y más políticas. “Ellos (los Hermanos al Rescate) comenzaron a redefinir su misión y convertirla en una agenda política de acoso y amenazas al Gobierno cubano con más vuelos, y el lanzamiento de panfletos (desde el aire sobre Cuba)”, dijo Nuccio a los investigadores del I-Team.

Lo que sucedió aquel 24 de febrero de hace 20 años no era una acción inocente, sino un acto provocador, que perseguía un fin político. Eran abiertas y deliberadas incursiones violatorias del espacio aéreo de Cuba, rechazadas por todas las normas del derecho internacional que establece la Carta de las Naciones Unidas, en la cual se dice que la personalidad de cada Estado será respetada, así como su integridad territorial e independencia política.

Cada día se verifica más y más que Hermanos al Rescate no hizo estas provocaciones por iniciativa propia. Su desafío a la soberanía cubana era parte de la agenda política de los grupos de poder en Estados Unidos para negar la legitimidad del Gobierno de Cuba, y de ahí la abierta complicidad de esas autoridades norteamericanas.

¿Cómo no le pasó nada a esta gente cuando el Gobierno de Estados Unidos conoció de tales incursiones? ¿Por qué Estados Unidos no ejerció sus amplios poderes para detenerlas ni tuvo en cuenta las repetidas y urgentes protestas de Cuba, que le entregó durante dos años (1994-enero de 1996) nueve notas diplomáticas con la comunicación de las distintas violaciones, exigió adoptar las medidas necesarias para poner fin a estos hechos y advirtió una y otra vez las consecuencias que podrían originarse de los actos provocadores de este grupo?

Las autoridades de Estados Unidos aprobaron los planes de vuelo y permitieron la salida de Hermanos al Rescate, a pesar de saber que esos planes de vuelo eran falsos. No ocuparon las aeronaves como podían haberlo hecho, según sus propias leyes, por estas violaciones reconocidas por el Departamento de Estado y por la FAA, o sea, por la Administración Federal de Aviación.

No buscaron una orden de la corte, como hacen tantas veces, contra aquellos vuelos, en correspondencia con sus propios procedimientos para haber abortado todos los vuelos desde julio de 1995.

Baste un ejemplo: después de que abiertamente el jefe de esa organización de corte terrorista trajo las cadenas de televisión, se vanaglorió, se ufanó, fanfarroneó ante las cámaras, y se burló de los altos funcionarios de la Administración Federal de Aviación que le llamaron la atención.

Tampoco establecieron procesos criminales contra los involucrados en estas transgresiones; solo tres meses después del incidente del 24 de febrero se dignaron adoptar una medida que puede calificarse como una “curita de mercuro cromo”, porque lo que les pusieron fue una limitación de la licencia como piloto por varios meses.

La provocación no surtió el efecto deseado. Pero por poco Estados Unidos lanza una descomunal agresión contra puntos seleccionados en Cuba con cohetes Crucero y bombardeos aéreos. Aunque sirvió de excusa para aprobar la ley Helms-Burton, que proclamó de forma abierta y consagró como política de Estado el fomento de la oposición interna y la subversión política, lo que antes las agencias de inteligencia y subversión de Estados Unidos, en especial la CIA, hacían de manera encubierta.

Mientras, la Administración cedió al Congreso la dirección de la política exterior norteamericana con respecto a Cuba.

La llamada Crisis de los Balseros

Fueron excepcionales las circunstancias en que tuvo que desenvolverse Cuba para resistir entre los años1990-1994 que dieron inicio a lo que se ha dado en llamar “período especial”. Con el derrumbe del campo socialista y la desintegración de la URSS, el Gobierno de Estados Unidos, con un oportunismo político digno de la mejor clase, consideró llegado el momento de dar un tiro de gracia al socialismo cubano. Así, el Congreso aprobó en 1992 la enmienda a la ley del presupuesto militar, que todos llaman hoy Ley Torricelli, que reforzó la esencia de la política criminal del bloqueo como instrumento de presión para forzar los cambios hacia una sociedad postcastrista.

Tanto la desaparición de la Unión Soviética como ese recrudecimiento del bloqueo estadounidense, le provocaron a Cuba en menos de 18 meses pérdidas multimillonarias de poco más del 35 por ciento de su producto interno bruto (PIB), además de impedirle el acceso a cualquier organización financiera internacional. Se perdieron de la noche a la mañana los mercados naturales hasta ese entonces y tuvo que enfrentar la titánica tarea de reorientar sus intercambios económicos.

La mafia en Miami se agitó extraordinariamente y comenzó a preparar sus maletas. El periodista Agustín Tamargo pedía en la radio miamense una “licencia de tres días para matar”, mientras escribía en la prensa la necesidad de crear las “células secretas” para conspirar y provocar el desorden interno.

Las reformas económicas incentivadas por Fidel a principios de 1994 fueron una demostración de la fuerza de la Revolución. Más de 100 mil parlamentos obreros se realizaron en los centros de trabajo, en las bases campesinas y entre los estudiantes universitarios, para discutir las medidas económicas y enfrentar ese momento tan peliagudo del período especial. Realmente, nunca el país se vio en una situación tan delicada.

Este año 1994 tiene, además, contabilizados por lo menos 10 actos de terrorismo contra Cuba, como los más significativos. El que más se recuerda es el plan de atentado al Comandante en Jefe Fidel Castro durante la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Cartagena de Indias, Colombia. Empiezan también las agresiones contra los hoteles para sembrar el miedo entre los turistas que visitaban a nuestro país -en uno de los sectores donde teníamos las esperanzas cifradas para finalmente remontar la crisis-, y las infiltraciones de grupos terroristas con la intención de poner bombas e incentivar el desorden interno que justificase una escalada.

La reacción en Miami comprende que lo mejor para lograr sus propósitos, tras el pánico provocado por Mariel en 1980, es estimular una oleada migratoria que para Estados Unidos sería un problema de seguridad nacional, tanto como para Cuba.

Todas las emisoras enclavadas en Estados Unidos contra la Isla se pusieron de acuerdo para convocar a la salida en masa y decirle al mundo que la gente huía del país, mientras, intentaban convertirla en una olla de presión.

La “crisis de los balseros” aceleró las ansias anexionistas de algunos como el terroristaCarlos Alberto Montaner, quien cual gurú ya había pronosticado en el diario El País de España, en 1993, la “inminente caída del régimen” a más de asegurar que él sería generoso con los castristas derrocados. En agosto de 1994 escribió con vehemencia en el Nuevo Herald de Miami sus recetas intervencionistas ¿Cómo convertir este nuevo Mariel en el final de Castro? Su conclusión era pedirle a Estados Unidos que buscara en el Consejo de Seguridad de la ONU o en el seno de la OEA, un mandato para el bloqueo naval a la Isla y acelerar la confrontación interna o externa para acabar con el “problema cubano”. “Todo lo que no sea eso, no son más que parches inútiles”, reclamó.

Sin embargo, el establishment estadounidense concluyó que el bloqueo económico no era suficiente para derrocar a la Revolución y que una situación económica desesperada podía provocar la oleada migratoria espectacular, por lo que había que ensayar otros instrumentos de persuasión.

El Acuerdo Migratorio del 9 de septiembre de 1994 entre Cuba y Estados Unidos encajó en esa lógica y quedó probado que cuando existe un interés superior y una voluntad política negociadora por parte de la Administración, los lobbies de presión pueden no ser tomados en cuenta a la hora de la toma de decisiones.

La mafia de Miami entró en pánico con la firma del acuerdo, porque, al menos en ese momento puntual, eliminaba la inmigración ilegal desde Cuba y propició una nueva atmósfera política positiva entre los dos países. La contrarrevolución inició una fortísima reacción para boicotear cualquier posible entendimiento.

José Basulto y Hermanos al Rescate

El 8 de agosto de 1940 nació en Cuba José Jesús Basulto León. Hijo de un alto ejecutivo de la compañía norteamericana Punta Alegre Sugar Sales Company, marchó a Estados Unidos en 1957 donde concluyó sus estudios de piloto; regresó a su país de origen durante un corto período, pues ya en 1960 retornó a territorio estadounidense y es reclutado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Desde el mes de mayo del propio año formó parte de una de las operaciones más secretas ejecutadas por esa organización, denominada la Operación 40, y fue infiltrado en territorio cubano, semanas antes de la invasión por Playa Girón, como parte de un grupo de terroristas encargado de crear condiciones operativas favorables para la criminal agresión. Tras el fracaso, fue el único de su grupo que logró huir del país a través de la cerca de la Base Naval de Guantánamo en junio de 1961. En este lugar fue inmediatamente recibido y devuelto a Estados Unidos, donde se reincorporó a varias organizaciones terroristas.

Basulto reconoció abiertamente en un programa de televisión de Miami que la CIA no solo entrenó a grupos cubanoamericanos en el uso de armas y explosivos, sino también dirigió las actividades terroristas contra Cuba. Así, por ejemplo, reconoció que el 24 de agosto de 1962, junto con Luis Posada Carriles, atentó contra un hotel habanero desde una embarcación cercana a unos 200 metros de la costa del barrio de Miramar. “En el año 1962, tiré con un cañón contra un hotel en Cuba y hasta ahora no me han venido a entrevistar”, espetó Basulto, al contestar una pregunta del conductor en ese programa de amplia audiencia. “A mí me entrenaron en el uso del cañón las propias autoridades de EE.UU.” en bases de la CIA, se jactó sin vergüenza alguna.

En el año 1963, el Gobierno de los Estados Unidos ofreció a un grupo de terroristas de origen cubano, en su mayoría miembros de la Brigada 2506, entre los que se encontraba Basulto, un curso especial de adiestramiento en la academia militar de Fort Benning, en el Estado de Georgia.

Este nefasto personaje formó parte también de la operación Irán-Contra que sirvió de agresión contra la Revolución Sandinista en la década de los 80 y se le vinculó con el negocio de la droga para adquirir fondos con este fin. Un artículo del periodista Peter Day Scut, donde se recoge el testimonio de Celerino Castillo, agente de la Agencia para el Control de Drogas (DEA), desarrolla toda la información del vínculo de Basulto como parte de esa operación que dirigió el teniente coronel Oliver North, junto con Félix Rodríguez Mendigutía, el Gato, en un plan de vuelos para darles tratamiento a los heridos de la Contra.

El periódico The New York Times, el 20 de enero de 1987, señaló que la mayor ayuda a los contra venía de tres fuentes: la CIA, la operación ilícita de Oliver North y el tráfico de drogas, pues se dice por la DEA, que había compilado evidencia convincente de la operación de suministro a la contra en la base de la Fuerza Aérea de Ilopango en El Salvador, donde estaban Luis Posada Carriles, Félix Rodríguez y José Basulto, que también contrabandeaban cocaína y marihuana hacia Estados Unidos.

Durante varios años militó en un abanico de organizaciones terroristas en Estados Unidos y participó en planes de actos violentos contra Cuba y de atentados contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro. En mayo de 1991 reaparece en la palestra pública como un “gran humanista” cuando funda una organización (se asegura que a instancia de Jorge Mas Canosa, chairman de la Funadación Nacional Cubano Americana) llamada Hermanos al Rescate para “salvar balseros”, la cual le serviría de pantalla ideal en los estudios de la situación operativa de las costas cubanas, cayos adyacentes, así como en el rastreo de las comunicaciones aéreas, marítimas y de instalaciones oficiales de la isla.

La congresista Ileana Ros-Lethinen y Jorge Mas Canosa, le pidieron al presidente George Bush padre la entrega a Hermanos al Rescate de tres aviones propiedad de la Fuerza Aérea de EE.UU. tipo 0-2, versión militar del Cessna, que habían sido utilizados durante la guerra en Vietnam y El Salvador, por ser aeronaves especiales de combate para la exploración militar y la labor de inteligencia.

El 19 de julio de 1992 aparecen fotos por primera vez en la prensa, en un reportaje del editor del periódico Miami Herald, David Lawrence, de los aviones entregados a ese grupo contrarrevolucionario, que todavía tenían claramente visibles las siglas USAF (Fuerza Aérea de EEUU). Lawrence realizó un vuelo con ellos.

A mediados de 1993, Basulto concibió ejecutar el denominado plan Pan, Amor y Libertad, que preveía crear desórdenes en la Isla. En un programa de la mal llamada Televisión Martí explicó que el objetivo era “la voluntad de participar con estas aeronaves en acción de apoyo a un levantamiento y constituyen los elementos esenciales en este sentido. Esa es la vía idónea para resolver los problemas de Cuba”.

A lo largo de esos primeros años había trabajado para estimular las salidas ilegales del país y violar sistemáticamente nuestro espacio aéreo, lo que venía haciendo ya desde 1992 en abierta actitud provocadora. También pretendía volar por el corredor aéreo Girón para tomar fotos de áreas sensibles de nuestro territorio, con intenciones de sabotearlas posteriormente.

Para ello orientó realizar un “scanner aéreo” y se interceptaron frecuencias de la PNR y Guardafronteras cubanos, mientras desde el hangar de Hermanos al Rescate y la camioneta de Basulto se escanearon las frecuencias del FBI en Miami y del Servicio de Guardacostas. Algunas otras medidas incluían “acostumbrar” a los radares cubanos a la presencia de aviones de HAR; tratar de colocar de forma virtual información en las pantallas de los radares cubanos y tratar de determinar la vulnerabilidad de la defensa cubana diurna, acciones todas de un carácter ilegal, que evidenciaban una vez más los objetivos criminales de esta organización.

Está probada la intención de Basulto de pedir la autorización para utilizar un Mig-23 estacionado en Oppa Locka, donde estaba el hangar de Hermanos al Rescate, para sus actos de provocación. En un informe desclasificado de la CIA del año 1998, donde aparecen más de 100 intentos por armar actos de confrontación con Cuba, uno de esos elementos de provocación era, precisamente, simular el ataque de un avión Mig, con las insignias cubanas, a un barco norteamericano, con el propósito de crear un conflicto entre las dos naciones.

A principios del año 1993, publiqué un artículo en el periódico Juventud Rebelde: “¿Para qué quiere la CIA naves aéreas soviéticas?”, donde denunciaba que varios exagentes de la CIA y personas vinculadas al tráfico de armas estaban realizando una operación muy secreta de la Agencia Central de Inteligencia en la compra acelerada de aviones Mig, helicópteros MI-8 y las aeronaves de transporte AN-26 y AN-24, que eran los medios aéreos utilizados por la Fuerza Aérea de Cuba, con el propósito de ser empleados en actos provocadores. Uno de los personajes que se decía estaba vinculado a esta operación era José Basulto.

El jefe de Hermanos al Rescate también instigó públicamente a atentar contra el presidente Fidel Castro y practicar la violencia contra Cuba, así como ratificó su disposición de asumir los “riesgos que de ello se derivan”. Por ello, entrenaron para propiciar la voladura de la refinería de Cienfuegos, y en abril de 1994 sobrevolaron a muy baja altura la ciudad de La Habana y lanzaron bombas de humo.

Después del fracaso de los acontecimientos del 5 de agosto de 1994 en La Habana, Basulto y sus hermanos terroristas aceleraron el deseo de realizar una escalada que definió como lograr un Maine volante o aéreo, lo que equivalía, a fabricar una provocación al estilo del histórico acorazado para tratar de promover una reacción norteamericana capaz de desencadenar una acción militar directa de ese país contra Cuba.

En esos meses del año 1994 se produjeron por lo menos otras siete violaciones de este grupo, las cuales no eran desconocidas para las autoridades norteamericanas. El Acuerdo Migratorio firmado entre los gobiernos estadounidenses y cubano supuestamente anulaba el papel protagónico de Hermanos al Rescate y Cuba esperaba del Gobierno de Estados Unidos una acción más enérgica para impedir esas provocaciones.

Las reformas económicas que se adoptaron en 1994 tras los más de 100 mil parlamentos obreros fueron una manifestación de fuerza de la Revolución en medio del peor momento.

Durante conversaciones sostenidas en aquel septiembre de 1994 entre las administraciones de aviación civil de ambas naciones, la parte cubana proporcionó informes en los que se ofrecían detalles de cómo en varias ocasiones las aeronaves de Hermanos al Rescate penetraron dentro del espacio aéreo territorial cubano. En el encuentro, la parte norteamericana expresó su preocupación por tales hechos y reconoció que dichos vuelos constituían una amenaza a la seguridad.

Pero todo eso era una cortina de humo. El 8 de mayo de 1996, un mes y tanto después del incidente del 24 de febrero cuando son derribados estos aviones de Hermanos al Rescate, Dennis Hays, hasta ese momento jefe del Departamento Cuba en el Departamento de Estado, compareció ante una audiencia del Senado de Estados Unidos. A instancias del senador Christopher Dodd, quien lo inquiere, reconoció que él voló en los aviones de Hermanos al Rescate entre los años 1993 y 1994 y acepta más: “Mi predecesor también lo hizo en similares circunstancias”.

Es decir, desde que surgió Hermanos al Rescate, funcionarios del Gobierno de Estados Unidos estuvieron volando con ellos, como si fuera un viaje de placer, durante los años 1992, 1993 y 1994, según reconoció Hays en esa audiencia senatorial. También salió a relucir el hecho casi oculto hasta entonces de que dos aeronaves dirigidas por Basulto despegaron desde la Base Naval de Guantánamo, permitido por las autoridades norteamericanas, para lanzar panfletos sobre Cuba.

(Publicado en Bohemia)



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Reply  Message 2 of 12 on the subject 
From: cubanet20 Sent: 23/02/2016 17:51
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La que fue revista Bohemia, al igual que el periodico de 4 páginas Gramma, solo ha servido a los cubanos como papel higienico cuándo no tiene el papel que ellos consideran de lujo..
Allá no existe una prensa libre, así que no es sorpresa para nadie las babosadas que ellos escriben, para desinformar al pueblo y a los ignorantes. 

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Reply  Message 3 of 12 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 23/02/2016 19:05

Granma nació el 3 de octubre de 1965, fecha de mucha relevancia para la historia de la Revolución cubana.

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz presenta a los integrantes del Comité Central del Partido Comunista de Cuba Foto: Jorge Oller

Ese día, en el teatro Karl Marx, se produjo el cambio de nombre del Partido, de Partido Unido de la Revolución Socialista a Partido Comunista de Cuba. En la jornada se eligió también el primer Comité Central y uno de sus primeros acuerdos fue el del nacimiento de Granma, Órgano Oficial de esa estructura de dirección partidista.

El surgimiento de Granma respondía también al proceso de unidad que comenzó a desarrollarse y fortalecerse entre todas las fuerzas revolucionarias, desde el mismo triunfo revolucionario. Así, el principal diario del país es el resultado de la fusión entre el Periódico Hoy, órgano del Partido Socialista Popular, y el Periódico Revolución, del Movimiento 26 de Julio.
En la propia fecha del 3 de octubre, y en el mismo escenario del Karl Marx, el Comandante en Jefe Fidel Castro leyó la carta de despedida de Ernesto Che Guevara.

Granma tiene como objetivo principal promover mediante sus artículos y comentarios la obra de la Revolución y sus principios, las conquistas alcanzadas por nuestro pueblo y la integridad y cohesión de todo nuestro pueblo junto al Partido y a Fidel.

Primera Página del Primer ejemplar del Periódico Granma, publicado el 4 de octubre de 1965 Foto: Jorge Oller


En este sentido es fiel a la política del Partido, a sus principios éticos, tanto en el enfoque de los procesos que se desarrollan dentro de la sociedad cubana, así como al abordar las relaciones internacionales.

Edita, además, el Semanario Granma Internacional en inglés, español, francés, portugués, alemán e italiano, el cual se reimprime en Argentina, Brasil y Canadá y llega a más de sesenta y cinco países.

Granma actualiza diariamente su versión digital en español y en los otros cinco idiomas asociados con los contenidos del Semanario Internacional.


La web del Semanario Granma Internacional, fue la primera de un medio de prensa de Cuba en Internet, en agosto de 1996, mientras la del diario, que ahora se unificaron, estuvo disponible desde julio de 1997.

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, reunido con el Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en la sede del Periódico Hoy Foto: Jorge Oller
Primera tirada del Periódico Granma. Su director, Isidoro Malmierca, revisa las planas en la rotativa, el 4 de octubre de 1965. Foto: Jorge Oller

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From: Ruben1919 Sent: 23/02/2016 19:11

Revista Bohemia

Este artículo trata sobre Revista Bohemia, publicación seriada cubana. Para otros usos de este término, véase Bohemia (desambiguación).



Revista Bohemia. La más importante y antigua de las revistas cubanas, fundada en 1908. Ha jugado un importante papel en la vida política y social del país.

Inicios

Portada de la primera Revista Bohemia

La primera edición de la revista salió a la venta el 10 de mayo de 1908. Su fundador y propietario fue Miguel Ángel Quevedo Pérez, la puso a circular como competencia de “El Fígaro” (1885-1933), un semanario de variedad temática y esmerada factura que él mismo administraba y que logró mantener primacía entre los lectores nacionales durante el primer decenio republicano.

Nacida en los albores republicanos, con un país convulsionado por la segunda intervención militar estadounidense en apenas seis años de independencia, apareció como una revista semanal ilustrada que arrastraba los patrones trazados por publicaciones como La Ilustración Española y Americana (España), Illustration (Francia) y Illustrated London News (Gran Bretaña), pero pronto fue perfilando su contenido literario y cultural hasta convertirse en un magazine atento a los más importantes sucesos de actualidad.

Característica de la publicación

Bohemia, semanario ilustrado, no especializado, se ocupó entonces de asuntos meramente culturales, semejando, en cuanto a formato, a publicaciones europeas de la época. El nuevo órgano se mantuvo cierto tiempo dentro de tales parámetros, con un contenido signado de modo principal por la vida de las capas y clases sociales más acomodadas. De aquí precisamente su nombre, derivado de la famosa ópera de Puccini.

Se apuntaló como negocio editorial a partir de 1914, cuando comenzó a utilizar portadas en tricromías, (fue la primera publicación en hacerlo en Cuba) y aumentó su tripa hasta 40 páginas.

La crónica social estuvo presente en cada edición, con notas contemplativas, edulcoradas y ampliamente ilustradas. Siempre promovió concursos de belleza, competencias populares de la más diversa índole, sorteos y encuestas. Los años 20, con su crisis económica, trajeron para Bohemia momentos de decadencia.

Renacimiento

En 1926, cuando la tirada había descendido a solo cuatro mil ejemplares, toma la dirección el hijo del fundador, nombrado Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra, que se encuentra con una situación nacional compleja, provocada por la prórroga de poderes del presidente Gerardo Machado. Ante el carácter tiránico de este gobierno, el semanario toma partido contra el Machadato y comienza a criticar los avatares de la política cubana.

Ese ejercicio le representó a Bohemia ganar un prestigio tal que, a pesar de la difícil coyuntura económica de los años 30, se convirtió en la primera publicación cubana y latinoamericana, dada su profusa tirada y circulación.

A partir de los cambios políticos del país que parieron la Constitución del 40, Bohemia se inscribe como defensora a ultranza de la Democracia representativa recién instalada, transformándose en una revista con informaciones generales, de marcado acento en la problemática nacional y dirigida a un público cada vez más variado.

La ganancia en calidad y espacio de la información nacional fue la causa fundamental de su éxito. El 4 de julio de 1943 apareció la sección “En Cuba” fundada por los periodistas Enrique de la Osa y Carlos Lechuga, mostrando materiales exclusivos de los más polémicos temas, muy relacionados con la corrupción, el latrocinio, el partidismo y la politiquería. El espacio abordó también situaciones regionales, tales como las acciones Interventoras norteamericanas en Latinoamérica.

Crecimiento y auge

El semanario sigue avanzando en cuanto al volumen de su tirada: de cuatro mil ejemplares en 1926 a 125 mil en julio de 1948, para situarse en cerca de 260 mil en 1953 y 315 mil en 1958 (uno por cada 21 cubanos de entonces). Todo esto es botón de muestra de su creciente popularidad, derivada en buena medida de su persistente denuncia al Latifundismo, la miseria de las mayoritarias clases marginadas y los manejos de empresas capitalistas, así como la defensa de la República española, la lucha contra el Fascismo y la exaltación de gobiernos populares y líderes nacionales honestos.

Sin embargo, los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial conocieron de una Bohemia burgués-nacionalista, ya no solo propulsora y elogiosa del modo de vida norteamericano y de las acciones de sus gobiernos, sino además propulsora del anticomunismo. La lucha insurreccional contra la tiranía de Fulgencio Batistahalla espacio en las páginas de la publicación, sin tomar una postura radical ni militante. Se divulgan artículos, reportajes e informaciones cuando lo permitía la censura gubernamental.

Después de 1959

Bohemia 1959

El 1 de enero de 1959 triunfa la Revolución y Bohemia publica tres ediciones antológicas, contentivas de hechos relevantes de los años de lucha insurreccional, pero en la primera de ellas incorpora un editorial abogando por una Revolución burgués nacionalista y de marcado acentoAnticomunista.

Si bien la Prensa burguesa de la época emprendió desde los primeros momentos una lucha sin cuartel contra la revolución naciente, Bohemia, a partir del quehacer de sus trabajadores, fue un bastión de los esfuerzos renovadores. Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra solo pudo resistir tales contradicciones hasta mediados de 1960, cuando se exiló de modo voluntario.

A partir de ese instante la revista fue intervenida y nombrado como director el periodista Enrique de la Osa, función que desempeñó hasta 1971. De entonces acá, ha mantenido como centro de su quehacer periodístico los temas más acuciantes de carácter político que ha vivido el país y el mundo en general, junto a los deportivos, culturales, económicos, científicos y muchos más, siempre enfocando cada fenómeno a partir de la ideología de la Revolución Cubana.

En la actualidad, a causa de las limitaciones económicas y el Bloqueo norteamericano contra Cuba, la tirada de Bohemia sólo es de 100 mil ejemplares (de 82 páginas) cada quincena, y desde abril de 2002 se incorporó a Internet con una versión digital Bohemia Digital

Fuentes


Reply  Message 5 of 12 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 23/02/2016 19:11
Bohemia
Información sobre la plantilla
Boh,cub.JPG
Publicación seriada cubana de análisis general, la más longeva de Cuba e Iberoamérica.
Director(ar): Miguel Ángel Quevedo Pérez, (Fundador), Enrique de la Osa, José Fernández Vega
Editor(a): Pedro Hernández Soto y Alberto Rodríguez Fernández
Circulación Quincenal
Cantidad de números 100,000 ejemplares
ISSN 0864-0777
Fecha de Fundación 10 de mayo de 1908
Ubicación San Pedro entre Avenida Independencia y Ermita. Plaza de la RevoluciónLa Habana, Cuba.
País Bandera de Cuba Cuba
Idioma Español
Sitio web
Sitio Oficial de Bohemia

Reply  Message 6 of 12 on the subject 
From: cubanet201 Sent: 24/02/2016 17:09
Un crimen que aún permanece impune
http://www.zonagratuita.com/imagenes/barras_animadas/barra-015.gif
HermanosalRescateMartires.jpg (600×400)
24 de febrero: 20 aniversario de la masacre de Hermanos al Rescate
En febrero del 2015 el presidente Barack Obama prorrogó el documento aprobado en 1996 tras el derribo de las dos avionetas civiles de Hermanos al Rescate.
 
Han pasado veinte años, pero los sobrevivientes del ataque de cazas MiG cubanos contra tres avionetas de Hermanos al Rescate no pueden olvidar "el miedo en los huesos" que sintieron durante la persecución de casi una hora que convirtió un día soleado en el Estrecho de Florida en un infierno.
 
El exilio en Miami rinde homenaje este 24 de febrero, a las víctimas del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate por parte de la fuerza aérea cubana, una tragedia que marcó un hito en la historia de la diáspora cubana.
 
Cuatro personas sobrevivieron el ataque con misiles ocurrido el 24 de febrero de 1996, pero cuatro pilotos de la brigada humanitaria perdieron la vida: Carlos Alberto Costa, Mario de la Peña, Pablo Morales y Armando Alejandre, Jr.
 
Ese sábado, en un lapso de siete minutos, fueron fulminadas dos avionetas en el espacio aéreo internacional, la acción de los Hermanos al Rescate
 
La Habana alega que las naves violaron el espacio aéreo cubano, lo cual fue desmentido por peritajes internacionales y la Organización Internacional de la Aviación Civil. Washington mantiene que se encontraban en espacio aéreo internacional, al norte de la isla.
 
Años después de los sucesos, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) desmanteló en 1999 la llamada Red Avispa, con decenas de espías. Cinco agentes cubanos fueron convictos en Estados Unidos. El jefe de la red, Gerardo Hernández, fue condenado a cadena perpetua por su participación en el derribo de las avionetas.
 
Expertos han apuntado que el derribo de las avionetas permitió a Fidel Castro desplegar una ofensiva contra la oposición interna y la coalición opositora Concilio Cubano,  que había ganado reconocimiento en Europa.
 
José Basulto, presidente de Hermanos al Rescate, dijo a Efe que fue una situación para propiciar el terror, pero que también hubo calma.
 
La reacción de Estados Unidos
 
En febrero del 2015, casi tres meses después del anuncio de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama renovó un año más la Declaración de Emergencia contra Cuba aprobada en 1996, durante el mandato de Bill Clinton.
 
"El Gobierno cubano no ha demostrado que se abstendrá del uso de fuerza excesiva contra buques o aeronaves estadounidenses que pueden participar en actividades conmemorativas o protestas pacíficas al norte de Cuba", indicó Obama en un comunicado justamente hace un año.
 
La proclamación emitida inicialmente por el presidente Bill Clinton el 1 de marzo de 1996, buscaba hacer frente a la amenaza de una perturbación de las relaciones internacionales como consecuencia del derribo de estas avionetas, el 24 de febrero de ese año.
 
El 26 de febrero de 2004, Estados Unidos extendió el estado de emergencia para negar cualquier apoyo económico y material al Gobierno de La Habana.
 
La vigencia de esta decisión incluye la regulación del anclaje y circulación de flotillas de buques en actividades pacíficas de protesta y de homenaje.
 
Obama señaló en aquella ocasión que la entrada no autorizada de cualquier buque registrado en Estados Unidos en aguas territoriales cubanas "continúa siendo perjudicial para nuestra política exterior".
 
El texto íntegro de la Declaración firmada por Clinton
 
Buenas tardes. Hace dos días, a plena luz del día y sin justificación, aviones militares cubanos derribaron dos avionetas civiles en el espacio aéreo internacional. Esfuerzos de búsqueda y rescate de la Guardia Costera, que comenzaron inmediatamente después de haber recibido la noticia del incidente, no han podido encontrar a ninguna de las cuatro personas que estaban a bordo de las avionetas.
 
Estos pequeños aviones no estaban armados y eso estaba claro. Las autoridades cubanas lo sabían. Las avionetas no representaban ninguna amenaza creíble para la seguridad de Cuba.
 
Aunque el grupo que operaba los aviones había entrado antes, en otros vuelos, en el espacio aéreo cubano, esto no es excusa, ni proporciona – quiero enfatizarlo - ninguna base jurídica bajo la ley internacional para el ataque. Seamos claros: este derribo de aviones civiles fue una violación flagrante del derecho internacional. Es inapropiado, y Estados Unidos no lo va a tolerar.
 
El ataque del sábado es una prueba más de que La Habana está más desesperada en sus esfuerzos por negar la libertad al pueblo de Cuba. También para el sábado Concilio Cubano, una coalición que busca llevar la democracia a Cuba, había planeado una jornada de discusión y debate pacíficos. En su lugar, en los días previos a la reunión, decenas de activistas fueron detenidos. Dos de ellos ya han sido condenados a largas penas de prisión. Ellos se unen a cerca de 1.000 más que están en prisión en Cuba únicamente por sus deseos de libertad.
 
Ahora, el derribo de estos aviones exige una respuesta firme, tanto por parte de los Estados Unidos como de la comunidad internacional. Me complace que hoy la Unión Europea haya condenado enérgicamente esta acción.
 
Anoche, siguiendo instrucciones mías, la Embajadora (de EE.UU. en la ONU Madeleine) Albright convocó a una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para condenar la acción cubana y para explicar las sanciones a Cuba hasta que se comprometa a cumplir con su obligación de respetar los aviones civiles y compense a los familiares de las víctimas.
 
También estoy ordenando hoy las siguientes medidas unilaterales:
 
En primer lugar, estoy pidiendo al Congreso que apruebe una legislación para proporcionar compensación inmediata a las familias, algo a lo que tienen derecho en virtud de la ley internacional, a partir de los activos cubanos congelados aquí en los Estados Unidos. Si el Congreso aprueba esta legislación, podremos ofrecerles compensación inmediata.
 
En segundo lugar, me apresuraré a llegar a un acuerdo con el Congreso sobre la pendiente ley Helms-Burton sobre Cuba a fin de fortalecer la eficacia del embargo de manera que haga avanzar la causa de la democracia en Cuba.
 
Tercero, he ordenado que Radio Martí amplíe su alcance. Todo el pueblo de Cuba debe poder conocer la verdad sobre el régimen de La Habana: el aislamiento al que se ha hecho acreedor a través de su menosprecio por los derechos humanos fundamentales y el derecho internacional.
 
En cuarto lugar, estoy ordenando que se apliquen restricciones adicionales a los viajes dentro de Estados Unidos de funcionarios cubanos que residen aquí, y que se limiten más las visitas de funcionarios cubanos a nuestro país.
 
Por último, serán suspendidos indefinidamente todos los viajes aéreos chárter desde los Estados Unidos a Cuba.
 
Estas acciones deliberadas son las más adecuadas por el momento. Responden a La Habana de una manera que sirve a nuestro objetivo de acelerar la llegada de la democracia a Cuba. Pero no descarto otras medidas en el futuro, en caso de que fueran necesarias.
 
El ataque del sábado fue un espantoso recordatorio de la naturaleza del régimen cubano: represivo, violento, desdeñoso del derecho internacional. En nuestros tiempos, la democracia ha conquistado al mundo, desde Filipinas hace exactamente 10 años, a Europa Central y Oriental, a África del Sur, a Haití, y todas menos una nación en nuestro hemisferio. Haré todo lo que esté a mi alcance para lograr que esta marea histórica llegue a las costas de Cuba.
 
Permítanme concluir extendiendo en nombre de nuestra familia y nuestro país las más profundas condolencias a los familiares de los que perdieron la vida.
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  Un crimen que aún permanece impune
Al cumplirse 20 años del derribo de las avionetas de la organización humanitaria Hermanos al Rescate por misiles cubanos, los familiares de los pilotos abatidos no cesan de clamar justicia.
 
Armando Alejandre, Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales murieron el 24 de febrero de 1996 cuando las avionetas Cessna en las que volaban fueron abatidas por aviones de guerra en espacio aéreo internacional, según comprobó un informe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), adscrita a la ONU.
 
"Fue un acto terrorista, premeditado, contra dos avionetas desarmadas. Ni siquiera fueron advertidos que podrían ser derribados", recordó Maggie Alejandre Khuly, hermana de Armando Alejandre, que junto a Mario, Carlos y Pablo, buscaba a refugiados cubanos en el mar y ayudaba a los guardacostas de EEUU a rescatarlos.
 
El día del derribo, que coincidió con el aniversario 101 del inicio de la Guerra de Independencia de Cuba, los pilotos, tres de ellos estadounidenses y uno cubano, notificaron sus planes de vuelo a las autoridades aéreas de Miami y de La Habana. La meta era llegar al llamado paralelo 24, ubicado en aguas internacionales, al norte del límite de las 12 millas de mar territorial de Cuba, en el Estrecho de la Florida.
 
Acorde al informe oficial de OACI, las avionetas se encontraban a 21 y 22 millas de la costa cubana, cuando dos aviones caza de la Fuerza Aérea cubana, un MiG-23 y un MiG-29, dispararon sus misiles contra ellas.
 
El ataque fue casualmente observado desde un buque crucero y un barco pesquero, así como desde la tercera avioneta de Hermanos al Rescate, al mando de José Basulto, presidente de la organización, que logró escapar.
 
Voluntad política
 
“Podemos decir que el Gobierno de Estados Unidos, desde Bill Clinton hasta Barack Obama, no tuvo voluntad política para hacer justicia. Optaron por sobrellevar la situación lo mejor posible para no perjudicar las relaciones internacionales. Prefirieron enfocar el caso como un problema de derecho internacional, y ahí quedó. Hoy vemos cómo ambos países restablecen relaciones diplomáticas, mientras tratan de rehacer las relaciones comerciales”, señaló Alejandre Khuly.
 
Hace apenas cinco días, durante un simposio conmemorativo en Miami, que fue organizado por la agrupación Patria Martí, Alejandre Khuly aseguró haber perdido la confianza en los Estados Unidos en cuestión de los derechos humanos.
 
“Si coinciden con el poder económico que necesita el país, entonces sí  funcionan, si no, se olvidan por completo”, subrayó.
 
De hecho, Miriam de la Peña, madre de Mario de la Peña, señaló que durante la presidencia de George W. Bush hubo cierta disposición para llevar a cabo “un proceso judicial justo”.
 
De la Peña recordó que lograron una condena al derribo de las avionetas en el seno de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, así como el veredicto de culpabilidad en un juicio civil contra el Gobierno de Cuba.
 
“Quisieron compensarnos con dinero del fondo para las familias víctimas del terrorismo, pero no lo aceptamos. No se trata de dinero, si fuera dinero tendría que venir del Gobierno de Cuba, no del contribuyente estadounidense”, resaltó Alejandre Khuly.
 
Entonces, el cubano Gerardo Hernández, cabecilla de la Red Avispa de espionaje cubano en EEUU, fue condenado por conspirar en el derribo de las avionetas.
 
Sin embargo, Hernández, que fue sentenciado a dos cadenas perpetuas, obtuvo,  junto a cuatro compañeros de causa por espiar, el perdón del presidente Barack Obama, como parte del proceso que restablecería las relaciones diplomáticas con Cuba.
 
Perspectivas
 
Tras 20 años del horrible suceso, los familiares de Armando, Carlos, Mario y Pablo refuerzan sus ansias para juzgar a los militares cubanos por su presunta participación en la consumación del hecho.
 
“Hay muchas maneras de apoyar la justicia. Una de ellas es llamar la atención de los medios de comunicación. Llamar a las cadenas de televisión, a la prensa, para que se ocupen de temas tan importantes como este”, manifestó De la Peña.
 
Alejandre Khuly recordó cómo lograron probar que “fue un crimen premeditado, durante el juicio al espía Gerardo Hernández. Incluso hay grabaciones, donde Fidel y Raúl Castro manifiestan la autorización del derribo”.
 
Y ahora, que Cuba y EEUU formalizan sus relaciones diplomáticas, e incluso hablan de facilitar el trabajo de la Organización Internacional de Policía Criminal, (INTERPOL), los familiares de los cuatro pilotos abatidos planean continuar sus esfuerzos.
 
“Si es cierto que INTERPOL podrá trabajar en Cuba, esperamos que podamos proceder judicialmente contra el general Rubén Martínez Puentes, que ordenó el ataque, y los pilotos Lorenzo y Francisco Pérez Pérez, que ejecutaron la orden. Vamos a ver si este gobierno o el próximo hacen algo para traer a esas personas a EEUU, para hacerles un juicio”, definió Alejandre Khuly.
 
De cualquier manera, la normalización de las relaciones diplomáticas abre la puerta a otras dificultades. La administración del Gobierno cubano no ha cambiado y los Castro no permitirían la extradición de los implicados porque eso significaría reconocer el acto violento y el daño ocasionado.
 
“Ha sido un año muy difícil, desde que el presidente Obama perdonó a Gerardo Hernández y lo devolvió a Cuba”, comentó Alejandre Khuly, visiblemente afligida. “Si el único acto de justicia que teníamos se esfumó, con una orden presidencial, sólo podemos decir que tenemos pocas esperanzas que el Gobierno estadounidense pida la extradición del general y los pilotos implicados”.
 
Más tarde reconoció: “Fidel y Raúl Castro nunca serán juzgados en EEUU, mucho menos ahora que hay intereses políticos y económicos. Además es algo muy complicado, pues es muy difícil juzgar a jefes de estado, a no ser que se trate de un genocidio de miles de personas e intervenga una corte internacional”.
 
De todas formas, quedan la fuerza y la esperanza.
 
“Quiero mencionar unas palabras del arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, cuando habló sobre la [reciente] captura de los militares involucrados en la muerte de seis jesuitas en 1989: “Lo que interesa es que opere la justicia y que se recuerde el caso apegado al derecho por el bien de la sociedad”.
 
Más tarde recalcó: “Nosotros no queremos matar a nadie, sólo queremos justicia. No sabemos cómo lograremos la justicia, pero sí sabemos que nunca vamos a olvidar a Armando, Carlos, Mario y Pablo.”
 
 
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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 00:04

A dos décadas del derribo de las avionetas: Relaciones al congelador (III)

23 febrero 2016 | 2 | 
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Basulto alteró en varias oportunidades lo planes de vuelos y no pasó nada

Basulto alteró en varias oportunidades lo planes de vuelos y no pasó nada

Las administraciones norteamericanas nunca han sacado la lección de cómo evaluar correctamente la situación política de Cuba. Siempre usaron a los detritus para crear una supuesta oposición que la mayoría del pueblo cubano rechazó e identificó con la servidumbre por el ideario de “vivir de esto, chico”, como se vio decir eufórico a uno de sus más consagrados asalariados ante las cámaras de televisión. Y detrás de todo eso, la SINA, la sección de intereses de los Estados Unidos, como el estado mayor de la contrarrevolución.

Los mercenarios, encumbrados por la fábrica de la disidencia, son una parte de la historia real de nuestra vida revolucionaria, con sus montadas protestas, sus detenciones sobredimensionadas, porque es el camino rápido para conseguir una visa norteamericana y una situación privilegiada después en Florida.

Los propugnadores de la política subversiva han partido del criterio de que cada estadounidense que visite la Isla será de hecho un agente natural del gobierno de su país en sus planes desestabilizadores.

Desde finales de 1995 se utilizó el intenso trasiego de visitas a nuestro país (políticos, empresarios, dirigentes sindicales, personalidades religiosas…) con el encargo de contactar a los dirigentes de Concilio Cubano y esa misma presión se ejerció sobre visitantes de la Unión Europea si querían mostrar “imparcialidad” ante el caso cubano. Hay cartas y denuncias de personalidades sobre las presiones ejercidas sobre ellos para que obligatoriamente se reunieran con los “disidentes”, mientras los funcionarios de la SINA“controlaban” el cumplimiento de esa directiva.

Ese interés de acelerar la desestabilización interna cubana, se aprecia en las declaraciones del propio Richard Nuccio, asesor de asuntos cubanos de la Casa Blanca, cuando en entrevista publicada en el Nuevo Herald el 4 de febrero de 1996, criticó el silencio de los gobernantes de América Latina por no apoyar a estos grupúsculos, mientras enfatizó que si el exilio cubano ayuda masivamente a entidades como Concilio Cubano, podría traer enormes beneficios para Cuba y darle a la comunidad cubana en el exterior un papel positivo en la solución de la crisis.

Estas actitudes dubitativas fueron como una patente de corso para los provocadores. Preguntado durante una entrevista de prensa sobre la táctica que pretendía para llevar la desobediencia civil a Cuba, José Basulto señaló: “Nosotros solos somos un factor, los principales protagonistas de esto son fuerzas como Concilio Cubano; necesitan ser reforzadas y apoyadas desde el exterior.”

Impunidad y prepotencia

El 9 de enero de 1996, tres avionetas de Hermanos al Rescate (HAR) violaron de nuevo el espacio aéreo cubano al norte de las playas de Guanabo y Santa María del Mar, y lanzaron octavillas en diferentes puntos del litoral habanero. Días después, el 13 de enero, repitieron la provocación y tiraron propaganda subversiva en distintos puntos del litoral de la capital, para incitar a la realización de acciones contra el gobierno cubano.

Basulto reconoció entonces con jactancia ante las cadenas televisivas de Miami su responsabilidad con las 500 mil octavillas dejadas caer sobre la ciudad de La Habana y subrayó que no le interesaban los llamados de atención del Gobierno cubano. Al referirse al hecho planteó lo siguiente: “Ellos dicen que yo estuve volando sobre el territorio cubano, algo que todo el mundo sabe y que no he negado nunca”. De esta forma prepotente quedó testificada una vez más la agresión.

La grabación de un programa del canal 23 de Miami testimonió el vuelo del avión 2506 por el Malecón habanero. El periodista que voló junto a Basulto cuenta que los cuatro aviones viajaron “en perfecta formación” para hacerse más visibles y que fueron interceptados por un MIG que los acompañó durante cinco minutos hasta que los HAR se retiraron de la zona sin daños.

Después, este cabecilla de la mafia acudió a la mal llamada Radio Martí, que es parte del sistema de comunicación gubernamental estadounidense, y allí alardeó nuevamente sobre como violó otra vez el espacio aéreo cubano, mientras el comentarista ridiculizó a los cubanos porque a pesar de que despegaron un MIG, no pudieron responderles. Basulto anunció, igualmente, una donación financiera para Concilio Cubano sin revelar la cantidad.

La provocación de estas avionetas originó una indignación generalizada dentro de la opinión pública cubana, preocupada con la posibilidad de una peligrosa escalada de estos grupos contrarrevolucionarios, que se consideraban impunes. El 15 de enero las autoridades cubanas publicaron en la prensa que no tolerarían más violaciones al espacio aéreo y un día después enviaron una nota diplomática a Estados Unidos en la que avisaban que aviones salidos de su territorio habían entrado una vez más de forma ilegal a Cuba. La nota fue la número 45 de esa serie de denuncias

El texto del Gobierno Revolucionario publicado ese día 15 en el periódico Trabajadores, decía lo siguiente:

Información a la población

El martes 9 y el sábado 13 de enero en horas del día, avionetas procedentes de territorio de los Estados Unidos que violaron nuestro espacio aéreo, lanzaron octavillas de carácter subversivo en algunos lugares de las provincias habaneras.

El jefe de la facción que se atribuyó los hechos narró al canal 23 de la televisión de Miami, desde el aeropuerto de Opalocka, en el estado de la Florida, los pasos dados en la incursión del segundo día e incluso afirmó “nosotros vamos a continuar nuestra campaña” en la Isla.

Los elementos que participaron en estas acciones forman parte de los grupos de origen cubano asentados en territorio estadounidense, que rechazan cualquier tipo de relación pacífica con Cuba, así como sólo admiten el chantaje y la violencia para tratar con esta, postura que se ha vista exacerbada en la misma medida en que aumenta el grado de su aislamiento y en que Cuba inicia su recuperación económica y obtiene nuevos avances en sus relaciones internacionales.

En cuanto a los últimos acontecimientos es oportuno reiterar que la Revolución nunca ha perdido la paciencia, como lo volvió a demostrar la postura asumida por nuestro Gobierno ante las irresponsables y peligrosas acciones llevadas a cabo el verano del año pasado en las aguas jurisdiccionales y el espacio aéreo de la nación por bandas contrarrevolucionarias que radican en territorio de los Estados Unidos, muy especialmente en el estado de la Florida.

Sin embargo, esta reiterada paciencia de Cuba no debe ser confundida con una disposición a admitir o reaccionar débilmente ante hechos que una vez más califica de inaceptables y propensos a crear situaciones no deseables ni para Cuba ni para los Estados Unidos.

Es conocida la preocupación e incluso la desaprobación que han provocado en altas esferas del gobierno de ese país acciones aventureras similares ocurridas en los últimos tiempos.

A los transgresores podemos decirles que Cuba tiene los medios necesarios para garantizar la integridad de su territorio nacional, así como para interrumpir vuelos no autorizados en su espacio aéreo, por lo que los violadores deben estar igualmente dispuestos para enfrentar las consecuencias.

El Gobierno Revolucionario impartió en ese momento órdenes precisas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias con la autorización para poner término a esas violaciones e interrumpir esos vuelos.

Bill Richardson no ha dicho toda la verdad

Durante las tres últimas semanas de enero y las dos primeras de febrero de 1996, no solo hubo un uso mayor del canal diplomático, sino que también se utilizaron las visitas a la Isla de muchas personalidades norteamericanas para expresarles la preocupación sobre estos hechos y la necesidad de demandar de la Administración Clinton un mínimo de sentido común para frenarlas.

Nuccio reconoció después en un reportaje de la televisión estadounidense que, efectivamente, altos funcionarios cubanos reiteraban el problema de Hermanos al Rescate en casi todas las reuniones con personalidades norteamericanas, y admitió que las advertencias cubanas, extraordinariamente precisas, meses antes del derribo, no despertaron suficiente interés en niveles altos de Washington para tratar las señales fuera de la rutina.

Dentro de esas visitas estuvo de manera destacada la del congresista Bill Richardson, quien sobresalía en los medios de aquella época por sus misiones diplomáticas no convencionales en varios países en conflicto con Estados Unidos, donde casi siempre regresaba con algunos presos liberados.

Durante estos 20 años transcurridos he leído varias versiones sobre aquella visita. Richardson llegó al aeropuerto internacional José Martí de La Habana en la noche del 17 de enero de 1996 a bordo de un avión de la fuerza aérea estadounidense. Venía acompañado por Calvin Humphrey, consejero principal del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Como diputado y vicepresidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional fui a recibirlo en el salón de protocolo del Consejo de Estado. Allí estaba también Joseph Sullivan, entonces jefe de la SINA, quien anunció que había ido a buscar al congresista para llevarlo a una cena en su residencia con varios miembros de la oposición (los llamados disidentes de Concilio Cubano). Le respondí que la invitación era de las autoridades cubanas y que esa misma noche Richarson tendría un encuentro con Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano.

En cuanto el avión finalizó su recorrido en la losa del aeropuerto, fui hasta la escalerilla, saludé a Richardson y le expliqué el intercambio sostenido con Sullivan. Me dijo que se encargaba y, después de saludar al diplomático estadounidense, le anunció “Joe, nos vemos después, pero ahora debo ir a ver a Alarcón”.

En cuanto partimos en el auto de protocolo hacia la residencia, comentó que sabía venía en un momento molesto, porque un juez había soltado a los terroristas detenidos en diciembre en Los Ángeles con posesión de grandes cantidades de armas para lanzar un ataque a Cuba. Le respondí: “Congresista, nadie en Cuba le va a hablar de ese tema; todo el mundo le va a tratar el asunto de las avionetas y sus provocaciones”. Me inquirió ¿cómo es eso? Y durante el trayecto fui contándole los principales hechos.

Poco después en la residencia, Alarcón le dijo “Bill, estamos muy preocupados con los incidentes de las avionetas…” La mayor parte de la conversación giró en torno a este asunto y la propuesta que estaban cocinando ciertos sectores del Congreso con el proyecto de Ley Helms-Burton. Ya era casi la medianoche y en eso sonó el teléfono de la casa. Era el Comandante en Jefe que le pedía a Alarcón se trasladara hacia el Consejo de Estado para sostener el encuentro con el congresista Joseph Moakley, quien había venido a La Habana para participar en la Conferencia sobre las Relaciones Estados Unidos-Cuba, que tuvo lugar del 16 al 19 de enero de 1996.

Dos días después, acudimos a despedir a Richardson en el aeropuerto el entonces jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Fernando Remírez de Estenoz, y yo. El congresista se había pasado la mayor parte del encuentro con el compañero Fidel, pidiéndole que le entregara “unos precesitos” y, en ese momento le entregó a Remírez la lista con los detenidos que pedía poner en libertad para que regresaran con él a Estados Unidos. El entonces jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington le hizo entrega a su vez de una caja de tabacos Cohiba que el congresista había pedido al Comandante para regalarle al presidente Bill Clinton, mientras en la escalerilla del avión militar le decía “Richardson recuerda que lo más importante es lo de las avionetas, es muy importante”.

Richardson regresó días después para dar respuesta al compañero Fidel y retornar a Estados Unidos con sus “precesitos”.

Pero es el propio Comandante en Jefe, quien narra pasajes de aquella reunión en unas Reflexiones que escribió el 17 de agosto de 2007:

Debo contarles que, muy próximo al episodio, había llegado de visita a Cuba el legislador Bill Richardson, el 19 de enero de 1996. Traía, como era habitual, solicitudes de que fuesen puestos en libertad varios presos contrarrevolucionarios. Al plantearle que estábamos ya cansados de tales solicitudes, le hablé de lo que sucedía con los vuelos de Hermanos al Rescate. También le hablé de las promesas no cumplidas sobre el bloqueo. Richardson regresó a los pocos días, el 10 de febrero, y con entonación sincera me expresó, según recuerdo con mayor o menor precisión, lo siguiente: “Eso no volverá a repetirse, el Presidente ha dado ya la orden de que fueran suspendidos”.

Yo creía entonces que las órdenes de un Presidente de Estados Unidos se cumplían. Las avionetas fueron derribadas el 24 de febrero, unos días después de la respuesta. La revista The New Yorker habla y ofrece detalles sobre esa reunión con Richardson.

Parece cierto que Clinton dio la orden de que tales vuelos fuesen suspendidos, pero nadie le hizo caso…

Otra visita muy importante fue una delegación de ex jefes militares y ex diplomáticos. El almirante norteamericano retirado Eugene Carroll, del Centro de Información para la Defensa, comentó al programa de televisión CBS This Morning dos días después del derribo de las avionetas, que visitó Cuba en la primera semana de febrero como parte de esa misión La delegación había planeado una mesa redonda acerca de las relaciones en la era post-guerra fría, pero para sorpresa de ellos el tópico principal abordado por la parte cubana fueron los sobrevuelos de Hermanos al Rescate. El almirante indicó que los funcionarios cubanos se quejaron en repetidas ocasiones de las incursiones aéreas. El cosmonauta y general de brigada Arnaldo Tamayo Méndez les preguntó en una de la sesiones ¿cuál será la reacción si nosotros derribáramos uno de esos aviones? Carrol dijo que la advertencia la tomaron como un desafío, como una indicación de que las autoridades militares cubanas consideraban la posibilidad de llevar a cabo esa acción, y que al regreso el 10 de febrero de 1996 informó a los contactos apropiados en el Pentágono.

La cuerda se sigue tensando

Richard Nuccio reconoció años después que aun cuando se percibía un aumento de la tensión hubo muchas presiones y se le prohibieron conversaciones directas, como asesor para el Presidente de Estados Unidos de los Asuntos Cubanos, con el diplomático cubano de más alto nivel en Estados Unidos, Fernando Remírez de Estenoz, jefe de la Sección de Intereses, porque esos contactos no serían del agrado de los exiliados de Miami.

Se sabe que desde una semana antes, el 17 de febrero, altos funcionarios de ese país conocían que se planificaba una provocación para el día 24. Según los testimonios del entonces mayor Jeffrey Houlihan, del centro de vigilancia de radares del Servicio de Aduanas de Estados Unidos, fue convocado a una reunión el 17 donde le advirtieron desde Washington que el 24 de febrero, José Basulto y la organización Hermanos al Rescate volarían hacia Cuba con la finalidad de crear un hecho político y debía hacer un monitoreo al detalle. Esa orden se la repitieron el 23, y el 24 de febrero a las 7 y 45 de la mañana le reiteraron que produciría ese vuelo.

El 13 de febrero de 1996, 11 días antes, el Departamento de Estado dirigió una comunicación a otras instancias del gobierno norteamericano advirtiéndoles sobre la probabilidad de que ocurriese algún problema con este grupo que involucrase a Cuba. A pesar de todo esto, el dejar hacer consciente e interesado de esas autoridades norteamericanas trajo consigo que el 20 de febrero de 1996, en un nuevo acto de desafío, otras tres avionetas violaran una vez más el espacio aéreo cubano al norte de Bacunayagua, la Bahía de Matanzas y esa propia ciudad.

También Richard Nuccio insistió el 23 ante el Departamento de Estado sobre la peligrosidad de lo que estaba ocurriendo y dijo ese día al corresponsal de The Miami Herald en Washignton, Chris Marquis, que la organización Hermanos al Rescate había sido llevada a una confrontación con las autoridades cubanas.

La alevosía es mayor si se tiene en cuenta que unos días antes del 24 de febrero el gobierno de Estados Unidos entregó una nota oficial donde le reiteraba a Cuba la existencia de las acusaciones contra Hermanos al Rescate y se agradecía a las autoridades cubanas la cooperación que le estaba brindando.

Por esos días, las autoridades de la aviación cubana emitieron varios Notams, avisos muy operacionales que se difunden en forma de mensajes codificados por una red de telecomunicaciones para uso exclusivo de la aviación, donde señalaban con antelación que había una área denominada Mud-9, que abarcaba a La Habana, y que era una zona restringida, activada, pues se realizarían ejercicios militares allí los días 24, 25, 26, y 27 de febrero. Todos los sistemas aéreos recibieron esa información oportunamente, incluido el aeropuerto de Opalocka, de donde HAR despegaron el 24.

(Tomado de Bohemia)


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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 00:24

A dos décadas del derribo de las avionetas: Relaciones al congelador (II)

22 febrero 2016 | 3 | 
9

avionetaDespués del Acuerdo Migratorio de septiembre de 1994, un leve cambio comenzó a atraer a algunos altos funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos para proponer medidas de revisión de la política hacia Cuba. Recomendaron al presidente Clinton que redujera la presión en las relacionadas con el interés del doble carril, encaminadas a un mayor intercambio educacional, artístico, académico y religioso entre ambos países, flexibilizar los viajes y el envío de remesas, a la vez que mantener el bloqueo, aunque con la meta estratégica fundamental de presionar a la Revolución a realizar las reformas que Washington demandaba como condición previa.

Se propició un ambiente favorable en importantes sectores políticos, académicos, religiosos, económicos, empresariales e incluso en algunas áreas militares en Estados Unidos, que comenzaron a cuestionarse la política seguida hacia Cuba. Mientras, en la Isla las reformas económicas iniciaron un crecimiento que acrecentó el interés de Europa por el esquema de las inversiones extranjeras, del desarrollo del turismo y del intercambio comercial, en general, y la Unión Europea estaba llegando a la consideración de establecer el convenio marco de cooperación con la nación cubana.

Como describen el profesor emérito de Sociología de la Universidad de Nuevo México, Nelson P. Valdés y el escritor Robert Sandals, en un artículo que escribieron por aquella época en la revista Counterpunch: “cuando Estados Unidos se mueve hacia algún tipo derelaciones normales con Cuba, enfrenta el problema de que lo normal es actuar ilegal”. En realidad, los gobiernos norteamericanos siempre han tenido el temor de que Cuba sea un ejemplo de éxito para la región, si se le deja en paz.

La reacción por parte de la derecha estadounidense y cubanoamericana, en particular, a ese tenue ambiente de distensión entre ambas naciones no se hizo esperar. En Miami, el resentimiento se apoderó de los que hasta ese momento habían hecho de la agresión anticubana una industria que les dejaba buenos dividendos y, como se recoge en algunos medios de prensa de aquella época, salieron a las calles vociferando y con camisetas y pulóveres con un cartel: Clinton Comunista. En tanto, en la oficina del gobernador del estado de la Florida la mayoría de las llamadas telefónicas que se recibían eran de airados ciudadanos estadounidenses “que demandaban pararle los pies a esos ‘energúmenos’ que se creen con derecho a fastidiarle la vida a los demás y ni siquiera hablan inglés”.

Jorge Más Canosa, presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana, llamó a declararle la guerra a Clinton tras dos años de idilio y de haberle aportado medio millón de dólares a la campaña electoral de 1992 y, aupado por la extrema derecha norteamericana, comenzó con sus lobbys las presiones, a tal grado que un funcionario confesó: “Tiene sus garfios clavados en varios funcionarios de la Casa Blanca estratégicamente localizados”.

Sigue ...


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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 00:25

Mas Canosa fue uno de los cinco personajes civiles y políticos invitados por el gobernador de Florida, Lawton Chiles, para discutir la crisis de los balseros en una junta con el presidente Clinton. Durante la reunión, argumentó tenazmente en favor de varias medidas contra la Revolución, incluido el bloqueo naval a la Isla.

Aunque Clinton se negó a considerar esta última opción –pero estuvo de acuerdo en mantenerla en agenda para su posible aplicación en el futuro–, sí accedió al resto de las principales demandas del exiliado. Entre estas al compromiso presidencial de que “Estados Unidos no entablaría diálogos con Cuba sobre asuntos no migratorios”. Para aplacar a los grupos más virulentos de la comunidad cubana, la Casa Blanca rechazó la petición de la Isla de entablar pláticas bilaterales, y aceptó únicamente reanudar conversaciones de bajo nivel para resolver el problema de la migración.

Prueba de que estaban sumamente preocupados es que en el mes de enero de 1995 personeros de la derecha política norteamericana y la mafia cubanoamericana presentan nueve proyectos de leyes, uno detrás de otro, ante la Cámara de Representantes y el Senado, y de ahí, el senador Jesse Helms, que no podía ver a Fidel ni en fotos, y el representante Dan Burton, con el apoyo de la mafia y de la firma Bacardí, hacen en febrero el Frankestein del Proyecto de Ley Helms-Burton. Lo presentan, con la anuencia de los dirigentes de ambas cámaras, sin debate en comité congresional alguno, sin ningún proceso de discusión sobre el perjuicio que le podía traer a Estados Unidos y en sus relaciones con sus más importantes socios comerciales, y de esa manera propusieron congelar las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos.

Hubo una fuerte puja en el propio 1995 entre los que querían mejorar el ambiente entre las dos naciones y los que querían “acabar con el problema cubano”. Los nuevos acuerdos migratorios de mayo de ese año, la visita de Fidel a Naciones Unidas a propósito del Aniversario 50 de la ONU, el impacto de su discurso, sus numerosas intervenciones ante los medios de comunicación –fue a las más importantes cadenas televisivas y a los más importantes periódicos–, y la manera en que se dirigió al público estadounidense conformó un panorama en el que muchos sectores demandaron un cambio en esa política fracasada hacia nuestro país. A la par, las relaciones con la Unión Europea iban, como diría un compañero, en un Mercedes Benz a 280 kilómetros por la autopista.

De igual modo, en 1995 hubo otros hechos como la votación en la ONU, donde el número de gobiernos que apoyó la resolución contra el bloqueo saltó de 59 en 1992, a 117, con 38 abstenciones y solamente 3 votos negativos. También un reporte del Pentágono sobre los intereses de seguridad de Estados Unidos en Latinoamérica reafirmó la opinión de que Cuba no representa una amenaza militar para el poder dominante de la región.

Ante el temor que despertaba en la extrema derecha, tenían que parar por cualquier medio estos intentos de abrir un canal nuevo en la comunicación entre las dos naciones.

El gran plan de la “guerra aérea”

Más Canosa y Basulto idearon el gran plan de “guerra aérea”, cuya escalada provocadora podía fabricar el “Maine volante o aéreo” y promover una reacción norteamericana, capaz de desencadenar una acción militar directa de ese país contra Cuba.

Los Cessnas 336-337 Skymaster que les dio George Bush padre no eran simples avionetas. Se trataba de aviones militares empleados por una veintena de ejércitos de todo el mundo, incluidos los Estados Unidos. Se distinguen por su gran efectividad en misiones de espionaje y pequeños bombardeos. Por otro lado, tenían la cobertura ideal, pues como atestiguara Federico Peña, secretario de Transporte de los Estados Unidos, ante el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en junio de 1996: Hermanos al Rescate “trabajaba con mi servicio de guardacostas”.

Dada la impunidad de que gozaba, entre los planes estuvo comprar un avión de entrenamiento militar L-39 de fabricación checoslovaca para realizar misiones de sabotaje sobre Cuba, mientras estaban ensayando con un artefacto explosivo antipersonal con municiones de calibre 20 en una sección de un tubo plástico de PVC que podía ser disparado como un arma. Según se supo después, querían usarlo durante un desfile de un 1° de Mayo, o enviárselos a los traidores de aquí para que ellos se encargaran de usarlo.

Las aeronaves de Hermanos al Rescate comenzaron a adoptar una táctica especial de empleo, que contraviene las regulaciones internacionales, para volar hacia Cuba en formaciones, lo cual se contradice con la utilización pacífica de los medios civiles aéreos. También usaron el enmascaramiento de los vuelos mediante la desconexión y cambios periódicos de los códigos de identificación, reportes de posición falsos, vuelos a muy baja altura para tratar de evadir a los sistemas de radares, además de la realización de maniobras específicas, como las peligrosas picadas de intimidación y los planeos sobre embarcaciones militares cubanas.

A partir de entonces, llenaban planes de vuelo diciendo que iban a buscar balseros, pero volaban hacia Cuba, penetrando su espacio aéreo, totalmente ilegal y violando leyes internacionales y cubanas, y las reglas de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, la cual se dejó humillar por esta pandilla de forajidos.

Es insólito que tanto el Departamento de Estado como la Administración Federal de Aviación hubiesen advertido al cabecilla contrarrevolucionario, al menos siete veces en 1995, que si él o los miembros de su grupo continuaban violando el espacio aéreo cubano, el Gobierno de la Isla estaba preparado para abrir fuego sobre ellos, y que no hicieran nada práctico y concreto por impedirlo. “Este hombre tarda en aprender”, dijo Keneth Bacon, portavoz del Pentágono, luego de reconocer que le habían dicho varias veces de que estas actividades eran riesgosas.

Así, por ejemplo, el 11 de julio de 1995, Charles Smith, funcionario de la Administración Federal de Aviación, se reunió con Basulto y le advirtió que si violaba el espacio aéreo de Cuba sufriría “serias consecuencias” y que cualquier violación sería “vigorosamente investigada”.

Años después, Richard Nuccio, consejero del presidente Clinton para asuntos cubanos, reveló que en vísperas de que zarpara la flotilla del 13 de julio de 1995, día en que avionetas de Hermanos al Rescate sobrevolaron la capital cubana, funcionarios de la administración se reunieron para estudiar la posibilidad de impedirla.

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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 00:26

Con ese sibilino doble rasero para tratar el tema Cuba, el exfuncionario dijo que en el centro de la discusión estaba un dilema bien claro. “Teníamos la preocupación de cómo prohibir a ciudadanos estadounidenses manifestarse, cuando ese es su derecho, pero a la vez cómo protegerlos de alguna agresión”. “Al final decidimos que no podíamos impedir a esas personas manifestarse, aun sabiendo que sería una violación de nuestras leyes que penetraran al espacio cubano sin permiso para hacerlo”, añadió. La moraleja de esas palabras es que contra Cuba vale todo, aunque se viole todo o se esté provocando un conflicto de impredecibles proporciones.

Una de las cosas que llama poderosamente la atención es que se suponía que en el año 1995 –con las medidas de protección tomadas por el Gobierno de Estados Unidos, tras la firma de los acuerdos migratorios en septiembre de 1994-mayo de 1995– hubiera una restricción de la actividad terrorista, pero esos ataques, infiltraciones y planes de atentado continuaron, pese a la cantidad de sistemas de guardacostas establecidos.

El mejor ejemplo es que el 12 de julio de 1995 son detenidos en Estados Unidos tres terroristas cuando se disponían a infiltrarse en Cuba aprovechando la acción de una de las flotipandillas y pese a ocupárseles armas y explosivos, fueron liberados de inmediato por las autoridades norteamericanas.

El 13 de julio de 1995 la flotipandilla del llamado Movimiento Democracia se acercó a las costas cubanas acompañada de la escuadrilla de Hermanos al Rescate. Tras realizar vuelos provocativos sobre las embarcaciones de los guardafronteras cubanos, cuatro de las aeronaves sobrevolaron La Habana a baja altura, sobre áreas sensibles como la refinería (lo cual preocupó grandemente a los cubanos, dado los antecedentes de bombardeos de avionetas, disparos con ametralladoras contra hoteles, entre otros). Se dedicaron a lanzar panfletos de propaganda contra la Revolución y medallas religiosas, en franco incumplimiento de las reglas de tráfico aéreo, mientras interrumpieron las frecuencias de radio de control de tráfico aéreo con su parafernalia política y desviaron la atención de los controladores que estaban dirigiendo a los aviones comerciales y debían conocer su altitud, sus rutas…

Lo asombroso del incidente del 13 de julio es que está grabado. Con los Hermanos al Rescate viajaban reporteros del canal de televisión NBC, quienes lo filmaron todo. Una transcripción de 30 minutos de conversación del cabecilla con los controladores del tráfico aéreo de La Habana revela cómo le comunicaban que no le garantizaban su seguridad, que la fuerza aérea cubana estaba sobre el área y que podía derribarlo. Le vuelven a repetir, no podemos garantizar su seguridad, y él continuaba con su perorata provocadora. El video muestra a Basulto jugando al ratón y al gato con los MIGs sobre La Habana, además de los lanzamientos de objetos sobre los techos de la ciudad… y regresa a Miami fanfarroneando.

La vocera de la Administración Federal de la Aviación, Catling Bergen, declara al día siguiente, y así está recogido por la prensa de Miami, que esta organización gubernamental tratará de conseguir las grabaciones de las estaciones de televisión que cubrieron el incidente y reunir pruebas, y si efectivamente esta gente había violado el espacio aéreo y cometido todas esas violaciones, debía ser sancionada, cosa que no sucedió. En realidad, la Administración Federal de la Aviación nunca pudo llevar a cabo ninguna de sus advertencias, no le retiraron la licencia de piloto, le permitieron continuar volando, y tampoco contactaron al periodista que iba a bordo del avión contrarrevolucionario.

El terrorista jefe de Hermanos al Rescate, envuelto en la borrachera de su acción política reconocida por los estamentos del poder de la mafia cubanoamericana, replicó a la funcionaria: “Estamos orgullosos de lo que hicimos. En última instancia, sirve como un mensaje al pueblo de Cuba de que el régimen no es invulnerable”.

El 14 de julio de 1995, un día después de la acción provocadora de la flotipandilla del llamado Movimiento Democracia, el Gobierno Revolucionario expresó su firme determinación de tomar la acción necesaria para defender la soberanía del territorio cubano y evitar las incursiones no autorizadas del espacio aéreo y las aguas cubanas. Por ello se previene y alerta a cualquier embarcación extranjera de que puede ser hundida y cualquier aeronave derribada.

El 8 de agosto, el Departamento de Estado hizo público un anuncio en el que advertía que la penetración en las aguas o territorio cubano sin autorización de Cuba podría provocar el arresto o cualquier otra medida por las violaciones de su ley. Adoptó como referencia las declaraciones del Gobierno Revolucionario el 14 de julio y destacó que el Departamento de Estado tomaba con seriedad la declaración cubana, y añadió: “la libertad de viajar, reconocida por los acuerdos internacionales, no da a nadie el derecho a penetrar en un país en particular, incluyendo a Cuba, sin previa autorización. Todos los viajeros deben cumplir con las regulaciones de inmigración, aduanas y otras leyes del país concerniente”.

Aquello paralizó momentáneamente las provocaciones aéreas, pero puso en hervidero a la mafia para buscar otros derroteros de conflicto, aunque Basulto en claro gesto de bravuconería aseguró en una entrevista a The New York Times que había ordenado a sus pilotos que no podían dejar que sus respectivas aeronaves fueran obligadas a aterrizar en Cuba, bajo ningún concepto.

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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 00:27

Se fabrica Concilio Cubano

Como parte de la estrategia de agresión fue inducida la creación de Concilio Cubano en octubre de 1995 desde Estados Unidos. Contó con el apoyo de todo tipo de la Sección de Intereses (SINA) en La Habana, bajo la declarada invención de unir a varios grupos para supuestamente “iniciar una nueva etapa de la historia de Cuba en la libertad” a cambio del envío de grandes partidas de dinero desde Miami, incluido el financiamiento de Hermanos al Rescate.

La supuesta unidad entre este puñado de mercenarios a sueldo perseguía el objetivo de atraer el interés de la prensa extranjera y otros medios periodísticos de la mafia de Miami e intentar organizar todo un show propagandístico contra la Revolución en el manido tema de las supuestas violaciones de derechos humanos. Se pueden revisar los medios de prensa de Estados Unidos y Europa para darse cuenta del barraje mediático con cientos de reportajes, artículos y comentarios sobre este grupo.

Según confirmó desde Cuba Leonel Morejón, el supuesto “prócer” de ese grupo, en un comunicado transmitido por la mal llamada Radio Martí el 27 de octubre de 1995, Concilio Cubano considerará a nivel nacional la Propuesta de Plan para el Desafío Cívico Nacional, enviada antes a la Isla por Hermanos al Rescate.

También comentó que esta ponencia es la primera que recibe Concilio desde el exilio para su próxima reunión. Explicó que de ser adoptada, después de las debidas modificaciones, le daría al pueblo cubano su primer plan estratégico de acción para realizar sus objetivos nacionales por medios propios. Hermanos al Rescate, explicó, se comprometía a respaldar y promover el Plan una vez que este haya sido revisado y adoptado por ellos en la Isla.

Pero ocurre algo muy ilustrativo. Según el Nuevo Herald del 6 de diciembre de 1995, Concilio Cubano concibió realizar su reunión el 28 de enero “para plantear al Gobierno cubano un documento con una propuesta de cambios políticos”, con motivo del natalicio del Apóstol José Martí. Pero como este grupúsculo fue un elemento importantísimo de la conspiración armada para gestar la provocación, la cambiaron después para el 24 de febrero de 1996.

Año de elecciones fue aquel. Nadie sabe en un año electoral norteamericano todo lo que puede suceder y cómo determina la política en Estados Unidos.

(Tomado de Bohemia)

Se han publicado 3 comentarios



  • Jose R Oro dijo:

    Brutal e irresponsable provocación la de los pilotos de las avionetas, y completa impunidad disfrutaron. Unos pocos años mas tarde, el septiembre 11 del 2001, otros aviones impactaron las torres gemelas en Nueva York y causaron miles de victimas y un inolvidable trauma.
    Es muy importante que se analice esta provocación de las avionetas con todo el rigor necesario, para evitar que alguna intentona de interrumpir el proceso de normalización, se pueda producir ahora. Naturalmente, en estos momentos no están dadas las condiciones en EE.UU. para que algo así se suceda, a pesar de lo cual algunas mentes extremistas de la muy disminuida ultraderecha de Miami pudieran estar cavilando que hacer para crear una crisis de algún tipo. Son hoy pocos, con mucho menos recursos y prácticamente sin apoyo político, pero el elocuente progreso de las relaciones entre los EE.UU. y Cuba, lo hace estar desesperados. Muy triste que una exigua minoría de personas pueda albergar tanto odio y sed de venganza. Solo quiero afirmar que la mayoría de los cubano-americanos de cualquier orientación política o de otro tipo, quieren el bien para su país y sus compatriotas.

  • chicho dijo:

    Los dinosaurios de Miami lo que buscaban era crear un incidente serio que hiciera al gobierno desplegar sus cañoneras. Ahora están desesperados con los nuevos rumbos de las relaciones Cuba – USA, pues se les está poniendo malo el NEGOCITO… Son capaces de hacer cualquier cosa para entorpecer el anunciado viaje de Obama a Cuba. Esperen para que vean….

  • José M. Calero Gross dijo:

    He estado leyendo los distintos comentarios del Co. Oro. Según mi apreciación, todo lo ve con un prisma rosado y considera que tiene la verdad absoluta en sus manos. Yo también estoy a favor de las relaciones con los Estados Juntos pero NO PUEDO TIRAR AL OLVIDO TODAS LAS ACCIONES QUE EN CONTRA NUESTRA HAN REALIZADO, DESDE EL MAINE HASTA HOY MISMO, PORQUE ESO SERÍA RENUNCIAR A LA HISTORIA DE LAS DEPREDACIONES COMETIDAS, QUE PUEDEN VOLVER A SUCEDER, NO SOLAMENTE CONTRA NUESTRO PUEBLO SINO CONTRA TODO EL MUNDO. Por eso me remito a ese grande de nuestra historia revolucionaria : el Ché : No confiar en los americanos ni un tantico así. Además, si el amigo Oro no lo ha leído, o podido leer, los más altos dignatarios de ese país hermano solamente han cambiado de táctica para destruir nuestro estado, pero mantienen la misma estrategia. Más claro, ni el agua.

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LÁZARO BARREDO

Lázaro Barredo

Periodista cubano. Fue director del diario Granma y coator del libro “El Camaján”. Ahora trabaja como periodista en la Revista Bohemia.


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From: Ruben1919 Sent: 25/02/2016 10:00

Veinte años del derribo de las avionetas. Vuelo deliberado (IV y Final)

24 febrero 2016 | +
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Basulto grabó un video con la tragedia de ese día.

Basulto grabó un video con la tragedia de ese día.

En la mañana del sábado 24 de febrero de 1996, Hermanos al Rescate había solicitado autorización para volar en una ruta planificada y luego, contraviniendo todas las normas, las avionetas se desviaron completamente hacia Cuba para ejecutar su provocación.

El supervisor del Control de Tránsito Aéreo (ATC) en el aeropuerto de La Habana estableció comunicación con su homólogo del ATC de Miami a fin de esclarecer cuál era la situación de esas aeronaves, quien contestó a los ocho minutos y dijo textualmente lo siguiente: “Que había consultado con el servicio de guardacostas de Estados Unidos y otras personas, y no se tenía información alguna con respecto a este vuelo.”

Esa es otra prueba de que este fue un viaje deliberado. Aquel día, desde bien temprano, el propio Departamento de Estado solicitó información a la torre de control del aeropuerto de Opalocka acerca de si los aviones de Hermanos al Rescate habían salido o iban a salir y requirió que lo mantuvieran informado. Washington supo ese día, minuto a minuto, todos los movimientos de Basulto y su gente y lo que harían, pero no hizo nada por impedirlo.

A las 10 y 12 de la mañana, las estaciones radiolocalizadoras cubanas detectaron tres objetivos aéreos desconocidos dentro de los límites de las fronteras, los cuales tenían desconectados el código respondedor, mientras realizaban un vuelo paralelo a las costas cubanas en una amplia extensión. Cazas interceptores de la guardia cubana despegaron con la misión de persuadir a las aeronaves violadoras para que desistieran de su actitud, y a las 11 y 30 de la mañana lograron que cesara esa provocación.

Hermanos al Rescate retiró las tres naves y aterrizaron en el aeropuerto miamense de Opalocka sin el más mínimo llamado de atención por parte de las autoridades norteamericanas. Almorzaron, volvieron a pedir permiso a la ATC de Miami para despegar, dieron de nuevo una ruta falsa, y a pesar de todo lo que había pasado esa mañana del 24 de febrero y de las alertas dadas por Cuba directamente desde La Habana al controlador aéreo de Miami, Basulto y sus pilotos recibieron la autorización de vuelo.

Justo después de que José Basulto y otros dos aviones de este grupo despegaron desde el aeropuerto de Opalocka, el controlador de la torre del aeropuerto le deseó por radio: “buena suerte.” y la respuesta de Basulto fue: “la necesitaremos”.

Ese sábado en la tarde el Malecón de la ciudad habanera comenzó a inundarse de personas por los festejos del carnaval. Los grupúsculos contrarrevolucionarios pretendían aprovechar la ocasión para el show mediático, de manera que los corresponsales -muchos de los cuales estaban confabulados con la acción-, reportaran de inmediato a sus agencias para desinformar con “las manifestaciones multitudinarias que apoyaban a Concilio Cubano”.

Mientras, Basulto y sus piratas volaban sobre la zona, como ya creía él que podía hacerlo impune, lanzándoles cosas a los cientos de miles de personas, lo que ya había hecho con sus octavillas y medallas religiosas en otra oportunidad. Eso es pensando que tiraran volantes, porque ya se sabe que estuvo concibiendo lanzar artefactos explosivos.

La Habana, en realidad, esa tarde era un hervidero de acontecimientos. Además de las fiestas carnavalescas, estaba celebrándose el acto de conmemoración por el 40 aniversario de la creación del Directorio Revolucionario 13 de Marzo en las áreas del antiguo Palacio Presidencial; otro foco de atención mediático era una importante reunión del clero católico. También en esa jornada se efectuaría el juego final de Villa Clara e Industriales en uno de los campeonatos más candentes de béisbol que ha habido en Cuba.

Dos horas después del despegue en Miami, los radares cubanos detectaron nuevamente a las tres naves avanzando hacia la Isla. A las 2:57 de la tarde, el controlador de vuelo del ATC de La Habana informa a los pilotos de estas aeronaves que estaban penetrando en una zona militar peligrosa, activada, y que su vuelo corría peligro. Ante la advertencia, Basulto contesta: “Estamos conscientes del peligro cada vez que cruzamos el área al sur del paralelo 24, pero estamos dispuestos a hacerlo en nuestra condición de cubanos libres”.

A las 3 y 15 uno de los pilotos informa a Basulto que se dirige a La Habana, y el otro lo sigue, siguen rumbo hacia la zona de la playa Baracoa, al oeste de la capital cubana. Cuando las dos avionetas se encontraban entre ocho y cinco millas de la costa fueron interceptados por dos aviones Mig, los cuales les hacen varios pases y giros para que desistan, les lanzan las bengalas como llamado de atención. Los pilotos de Hermanos al Rescate hacen caso omiso a los requerimientos y persisten en proseguir su vuelo hacia La Habana. No dejan otra alternativa que interrumpirles el vuelo y son derribados.

Por los comentarios entre otra furibunda contrarrevolucionaria, Silvia Iriondo, que va de pasajera junto a su marido y Basulto, se supo que tenían a la vista la ciudad de La Habana, según se constató por las cintas de audio y un video que el jefe de Hermanos al Rescate hizo para testimoniar la tragedia a la que estaba lanzando a sus compañeros de viaje.

Basulto vio a los Migs con sus giros de advertencia, “nos van a tirar”, dijo, y entonó una risita continua de “ji ji ji ji… como de cierta complacencia, (aunque años después expresaría en el juicio de los Cinco Héroes que era por nerviosismo), e inmediatamente le dijo al copiloto Arnaldo Iglesias que tomara los mandos pues iba a dedicarse a filmar con la cámara de video.

Su misión provocativa se aprecia mucho más cuando nunca dio la orden de retirada a los pilotos de las otras dos naves, pese a las advertencias que recibía del ATC de La Habana y luego los vuelos de los aviones militares cubanos con sus exhortaciones a desistir de la grosera violación del espacio aéreo que desde su avión percibe y comenta con sus pasajeros. También lo hace con uno de los pilotos de los otros dos aviones: hablan de la presencia de los Migs, las bengalas y mencionan una columna de humo que tienen enfrente (el primer avión derribado). A esta tripulación tampoco le dijo que saliera de allí y retornara. Con total desenfado dejó que los aviones siguieran su vuelo desafiante hasta ser derribados.

Como el “capitán araña”, cuando vio que las otras dos avionetas no eran más que dos columnas de humo en el horizonte, y que logró su fatídico propósito, en la cinta se escucha a Basulto decir a sus acompañantes: “Bueno, nos parece que nos tenemos que ir pa’l carajo…”

En su retorno, Basulto vuelve a probar que él tiene patente de corso. Recibió orden del ATC de Miami de aterrizar en Cayo Hueso, y respondió que no, que aterrizará en Opalocka. Ha ocurrido un grave incidente, y este hombre todavía desobedece a las autoridades. Tiene que sentirse realmente muy respaldado y de hecho así lo es, porque, de nuevo, por esta violación no le pasará nada, por el desacato nadie le exige ninguna responsabilidad.

Cuando llegó a este aeropuerto se le ordenó dirigirse hacia la Aduana, y respondió que no, que iría a su hangar, como siempre hacía. Le reiteran que no, que vaya para Aduana, y dice de nuevo lo mismo: “Iré para mi hangar, como siempre lo he hecho.”, con lo cual se demuestra que Basulto y Hermanos al Rescate nunca estuvieron sometidos a las normas de control. Podían haber entrado cocaína, armas, personas, que a nadie le rendían cuenta, porque campeaban por su respeto.

Solo cuando le dijeron por tercera vez: “Venga para Aduana”, y punto, es la orden, se dirigió hacia allí, y ocurrió, entonces, el hecho insólito de que no entrega la cinta, porque aduce un tecnicismo: Aduana no tiene cómo copiarla. Eso no se lo cree nadie .Fue parte de la componenda. Sólo por orden judicial tuvo que entregarla durante el proceso contra los Cinco, y pudo conocerse la verdad de lo que realmente ocurrió ese fatídico día.

La mentira se hace verdad

Clinton reunió al general John Shakikashvili para rea-lizar posibles ataques a Cuba con misiles Crucero y bombardeos aéreos. A su derecha, el general Colin Powell.

Clinton reunió al general John Shakikashvili para rea-lizar posibles ataques a Cuba con misiles Crucero y bombardeos aéreos. A su derecha, el general Colin Powell.

La primera escaramuza informativa ocurrió el propio sábado 24 cuando las grandes cadenas de televisión propalaron al mundo la versión de que aviones de guerra cubanos habían abatido dos avionetas civiles estadounidenses en aguas internacionales y que murieron sus cuatro tripulantes. Ante cámaras, el presidente Bill Clinton condenaba “de la forma más enérgica” la acción y ordenaba a las fuerzas militares de su país que protegieran las operaciones de búsqueda y rescate en las aguas del estrecho de Florida.

La manipulación mediática de los hechos y las presiones ulteriores, incluso, sobre el equipo investigador de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI) fueron muy burdas con el propósito de convertir la mentira en una verdad.

Las avionetas de Hermanos al Rescate no cumplían los requisitos establecidos por la propia OACI para ser consideradas como aviones civiles en transporte de pasajeros, carga o correo y sí tenían todas las características para ser consideradas como aeronaves que cumplían acciones piratas, diversionistas o subversivas contra el Estado cubano.

A la hora de la determinación del lugar, ocurrió que Estados Unidos dijo que se perdieron los registros de los radares que, una semana antes y con tanto celo, desde Washington habían ordenado que se documentaran con todo lujo de detalles. Todavía, a 20 años del hecho, se haN negado a entregar las imágenes satelitales de la fecha y lugar de los acontecimientos para corroborar los datos de los radares de Cuba, donde sí quedaron probados los sitios exactos donde fueron derribadas las avionetas.

Quizás ninguna demostración mayor de que la acción se desarrolló en aguas jurisdiccionales de Cuba es que las autoridades norteamericanas ese mismo 24 de febrero solicitaron participar en la búsqueda dentro de las aguas y el espacio aéreo territorial cubano, y recibieron esa autorización. Ya nuestro país tenía helicópteros y embarcaciones de guardafronteras en esas labores. De la misma manera, la evidencia de que Basulto, como jefe del grupo violador, no fue derribado, porque se movió de manera veloz hacia las aguas internacionales.

Luego, hay muchas cosas que fueron retorcidas por parte de las autoridades norteamericanas para evitar reconocer la violación ocurrida aquel 24 de febrero. Por ejemplo, presentaron como testigos a la tripulación del crucero Majesty of the Seas, que al día siguiente fue que escribieron —según ellos— lo que había ocurrido, después que las autoridades norteamericanas se entrevistaron con ellos. Para localizar la ubicación donde cayeron las avionetas se basaron en las observaciones humanas del piloto del buque sobre su cálculo de dónde vio la columna de humo en el lugar supuesto del derribo. La objetividad de ese testimonio ha sido puesta en duda durante estos años, pues esa empresa de cruceros financiaba a la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y el segundo al mando del buque es miembro de esa organización acusada de actividades terroristas contra Cuba.

El otro testigo del incidente que los norteamericanos presentaron ante la OACI fueron los tripulantes de una embarcación pesquera, quienes entregaron sus testimonios por escrito con una coincidencia exacta desde la a hasta la z en lo que escribieron. Sin embargo, cuando se les preguntó qué estaba haciendo la embarcación pesquera frente a las costas de La Habana, dijeron que estaba pescando…atún. Si Cuba tuviera túnidos frente a sus costas, quizás nuestra industria pesquera estaría compitiendo con el turismo.

Brutus se desencadena

La raya discontinua marca el Paralelo 24.

La raya discontinua marca el Paralelo 24.

Horas después de la tragedia, el presidente Bill Clinton reunió al general John Shakikashvili, presidente de la Junta de jefes de estados mayores de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, con miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y funcionarios del Departamento de Estado, donde se ofrecieron varias opciones para responder a la acción cubana, incluidos un ataque con misiles Crucero y bombardeos aéreos a varios puntos seleccionados en el occidente de Cuba. Al día siguiente, domingo 25, el presidente reunió al Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para evaluar la situación.

Los jefes del Pentágono no recomendaron los ataques militares a la Isla. “Dijeron que era mala idea”, señaló el Nuevo Herald el primero de octubre de 1996, con la aclaración del entonces consejero de seguridad nacional, Anthony Lake. Según se ha ido filtrando con el paso de los años, la posición del Departamento de Defensa partía de la situación operativa al valorar que Cuba tiene alto sentido de orgullo nacional, capacidad y preparación militar defensiva, una posición geográfica a solo 90 millas, además de una comunidad asentada en territorio estadounidense que no se podía medir cómo reaccionaría ante ataques que de manera inevitable causarían destrucción en áreas muy pobladas.

Al Palacio de la Revolución en Cuba comenzaron a llegar los alarmantes mensajes de los ataques y bombardeos, cuyo potencial peligro fue una amenaza desde el momento en que la Administración de Ronald Reagan había llegado al poder en 1981 y en la plataforma neoconservadora republicana, conocida como Programa de Santa Fé, se había dejado en claro la intención de “hacerle pagar un costo muy caro a La Habana por el desafío a los Estados Unidos”. Desde entonces, nuestra nación emprendió intensamente su preparación para la defensa en tiempo de paz e hizo refugios y túneles para proteger a la inmensa mayoría de la población, sus recursos fundamentales y sus fuerzas de defensa.

Mientras el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz leía aquellos informes sobre la posible agresión que le entregaban en la secretaría del Consejo de Estado, algunos compañeros se inquietaron por su manera calmada de asumir los riesgos y quisieron inducirlo a tomar las medidas de protección para tiempos de guerra. El Jefe de la Revolución paralizó a todos los presentes: ¿De veras creen que yo me voy a meter en un refugio, cuando mi pueblo va a estar sometido a ese peligro? Dijo una mala palabra fuerte y agregó ¡yo estaré siempre junto al pueblo, pase lo que pase y asumiré todos los riesgos con ellos!

Tras desistir del ataque, Clinton y sus asesores electorales utilizaron el incidente con total oportunismo político y, para desembarazarse de las presiones domésticas con el tema cubano, dieron luz verde a la peor versión de la Ley Helms-Burton, que ya desde el mes de noviembre de 1995 estaba conciliada por el Congreso e iba a ser aprobada de todas maneras.

En todos los debates del Congreso estadounidense siempre fue aprobado el neocolonialista contenido de los dos primeros capítulos de esta Ley, donde esencialmente definen la política de agresión hacia Cuba y los intereses norteamericanos acerca del futuro político de la Isla, bajo el supuesto de que harán colapsar a la Revolución.

Clinton hizo lo que ni los “halcones” Reagan y George Bush padre hubieran aceptado: renunció y les quitó a los venideros presidentes norteamericanos la facultad de decidir la política hacia Cuba y modificó el contexto del litigio entre las dos naciones, dejando su posible solución en el limbo, como ahora lo apreciamos.

“El presidente está feliz de haber podido llegar a un acuerdo con el Congreso”, dijo el entonces vocero presidencial Michael McCurry, pero la felicidad completa la tuvieron los ultraconservadores. El representante Dan Burton, uno de los coauspiciadores de la macabra ley, afirmó que el refuerzo al bloqueo le dará un golpe de gracia al gobierno del presidente comunista cubano, Fidel Castro. “Yo creo que este es el último clavo en su ataúd”, manifestó jubiloso.

Era de esperar tanta jactancia. Para los políticos norteamericanos de esa camada, que viene desde el presidente Eisenhower, como alguien dijo, cuando nada más se les menciona el nombre de Fidel Castro se transforman como los lobos aullándole a la luna.

(Tomado de Bohemia)



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