MADRID - La última operación contra una trama de corrupción en el PP valenciano pone en serias dificultades las ya complicadas opciones del partido de Mariano Rajoy de formar una mayoría para la investidura aunque, al mismo tiempo, ayer se alzaron nuevas voces en el PSOE que apuestan por la “gran coalición”. Desde el PP se insistió en pedir esa fórmula, mediante un pacto con PSOE y Ciudadanos, y el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, así lo repitió, mientras rechazaba que el nuevo caso de corrupción afecte a las pretensiones de los populares. Una idea que rebatieron tanto los portavoces de los partidos con los que el PP quiere pactar como los de otras formaciones, que advirtieron al partido mayoritario de que la corrupción afecta, y mucho, a este proceso.
Las detenciones de ayer son, según el socialista Antonio Hernando, una “razón más” para rechazar la gran coalición con el PP, que está de corrupción “hasta las orejas”, mientras desde Ciudadanos su portavoz, Juan Carlos Girauta, advirtió de que la corrupción lo “condiciona todo” en unas negociaciones para el próximo gobierno. Y desde Podemos, Iñigo Errejón emplazó tanto a socialistas como a Ciudadanos a evitar que Rajoy pueda repetir en La Moncloa porque, según dijo, “nadie que hable de regeneración democrática debería permitir” que el PP continúe en el Gobierno.
El ambiente para la negociación se volvió a enrarecer en el Congreso cuando la Mesa acordó relegar a Podemos a la parte alta del hemiciclo. Un reparto que han apoyado PP, Ciudadanos y PSOE, aunque el presidente del Congreso, Patxi López, no quiso votar. La polémica no sólo llegó por el reparto en sí, que Podemos consideró una “cacicada” de la vieja política apoyada por Ciudadanos, sino por cómo lo han justificado populares y socialistas. Así, Patxi López señaló que la colocación de los grupos había sido elaborada por la vicepresidenta primera, la popular Celia Villalobos, un extremo que tanto ella como su partido negaron tajantemente mientras señalaban a socialistas y Ciudadanos como artífices de este nuevo arco parlamentario. En cualquier caso, el PP y C’s votaron a favor de este reparto, como también lo apoyó la socialista Micaela Navarro, vicepresidenta segunda, mientras Patxi López se negó a posicionarse, lo que provocó el reproche de los populares, que le acusaron de “mentir” y no seguir las directrices de su grupo.
CON MARÍA CHIVITE Todo en una jornada en la que se supo que el Rey cerrará su segunda ronda de consultas el martes con el líder del PSOE, Pedro Sánchez y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. El calendario de contactos del Rey comienza hoy, también con los portavoces de los partidos con menor representación, pero se interrumpirá el fin de semana, cuando los socialistas celebran la reunión de su máximo órgano entre congresos, un encuentro que Sánchez ha comenzado ya a preparar con los barones socialistas. De hecho, ayer se reunió con la líder del PSOE en Navarra, María Chivite, entre otros dirigentes territoriales.
Siguen surgiendo voces contra el acuerdo con Podemos, como las del expresidente del Gobierno Felipe González, que apuesta por un pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos que el PSOE permitiese con su abstención y las de un grupo de exministros de PP, PSOE y UCD integrados en la Fundación España Constitucional. Esta difundió un comunicado en el que consideran que la situación exige un Gobierno de “amplio respaldo” mediante “una gran coalición” de partidos constitucionalistas con un programa pactado. Para la fundación, creada en 2013 por el exministro socialista José Bono y el exministro del PP Eduardo Zaplana, demorar la el nuevo Gobierno “añadiría una preocupación más” a lo que describe como situación de “extraordinaria gravedad” que vive Catalunya. - Efe/E.P.