El presidente de Estados Unidos continúa su histórico viaje por América Latina
Barack Obama comienza en Buenos Aires una visita clave para estrechar los vínculos entre Estados Unidos y Argentina tras el cambio de Gobierno en el país suramericano. El viaje del mandatario estadounidense está marcado por el 40 aniversario del golpe militar argentino, el próximo día 24. Obama, que ha anunciado que desclasificará documentos militares y de inteligencia vinculados a la dictadura, rendirá además homenaje a las víctimas de la época más oscura de la historia reciente de Argentina.
Obama en Argentina. La conferencia de prensa de Obama y Macri será en el Salón Blanco de la Casa Rosada tras descartarse la sala de prensa. Si fuera ahí, hablarían al lado de un cartel de homenaje a Rodolfo Walsh, periodista y montonero asesinado en la dictadura.
Mauricio Macri recibe a Barack Obama en la Casa Rosada
Acompañado de su esposa, Michelle, sus hijas Malia y Sasha y su suegra, Obama llegó a Argentina procedente de Cuba, para realizar una visita de dos días que pretende reforzar los lazos y la cooperación entre las dos naciones
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó este miércoles a la sede del Gobierno en Buenos Aires para reunirse con su colega argentino, Mauricio Macri.
En medio de un fuerte aparato de seguridad, el gobernante estadounidense llegó a la Casa Rosada a las 10,56 hora local (13,56 GMT) donde fue recibido personalmente por Macri.
Los gobernantes hicieron el recorrido hasta el Salón Blanco, donde posaron para los fotógrafos, y luego se retiraron para iniciar la reunión privada.
Tras el encuentro, ofrecerán una conferencia de prensa conjunta.
Acompañado de su esposa, Michelle, sus hijas Malia y Sasha y su suegra, Obama llegó a Argentina procedente de Cuba, para realizar una visita de dos días que pretende reforzar los lazos y la cooperación entre las dos naciones.
Antes de viajar a Argentina, Obama concluyó ayer una histórica e intensa visita de tres días a Cuba en al que su homólogo cubano, Raúl Castro, acudió a despedirle al aeropuerto de La Habana
Obama y Macri certifican el deshielo de las relaciones entre EE.UU. y Argentina
El presidente de los EE.UU. ofrece colaboración para la “histórica transición” que vive Argentina
El presidente de los EE.UU., Barack Obama, junto al presidente de Argentina, Mauricio Macri, en una rueda de prensa conjunta en la Casa Rosada (Nicholas Kamm - AFP)
El presidente de los EE.UU., Barack Obama, prometió este miércoles trabajar con su homólogo de Argentina, Mauricio Macri, en la “histórica transición” que vive el país suramericano, al tiempo que expresaba su confianza en la “nueva dirección” que ha tomado esta nación. En una comparecencia conjunta en la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino en Buenos Aires, Obama dijo entre risas que Macri es un hombre “con prisa”, que se ha movido “rápidamente” para poner en marcha las reformas económicas que prometió. Asimismo, Obama afirmó que Argentina es un “campeón” en lo que respecta a los Derechos Humanos.
Por su parte, el presidente argentino destacó el “liderazgo inspirador” de su colega estadounidense. “Usted emergió proponiendo grandes cambios y demostró que era posible”, agregó el jefe del Estado argentino en la conferencia de prensa conjunta. “Usted emergió proponiendo grandes cambios y demostró que era posible”, dijo Macri en la conferencia de prensa que ambos jefes de Estado ofrecieron desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.
Ambos se reunieron hoy y exhibieron una buena sintonía en un encuentro que sirve para certificar el inicio de unas mejores relaciones entre ambos países después de las tensiones que existieron con el Gobierno de Cristina Fernández. El viaje a Argentina llega después de la histórica visita del presidente estadounidense a Cuba.
Para el jefe de Estado argentino, la visita de Obama es interpretada como “un gesto de afecto, de amistad, en un momento en el que Argentina emprende un nuevo horizonte, un nuevo cambio”. Además, consideró que Argentina tiene “mucho para ofrecer” y pidió profundizar el comercio y las inversiones de empresas estadounidenses en el país suramericano.
Obama también destacó el acercamiento constructivo del Gobierno argentino para solucionar el conflicto con los acreedores que reclaman al país suramericano deuda en cese de pagos desde 2001. Para Obama, el diálogo con los tenedores de bonos “abre la posibilidad de una resolución”, un tema que permitiría a Argentina “estabilizar” su relación con los mercados financieros internacionales.
Por parte de la delegación estadounidense estaban en el encuentro, entre otros, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, y la asesora de seguridad nacional de Obama, Susan Rice. La reunión entre ambos es el primer acto oficial del programa de Obama, que llegó anoche a Argentina procedente de Cuba junto a su familia.
En medio de fuertes medidas de seguridad, Obama llegó a la Casa Rosada a las 10.56 hora local (13.56 GMT), donde fue recibido personalmente por Macri.Los gobernantes hicieron el recorrido hasta el Salón Blanco, donde posaron para los fotógrafos, y luego se retiraron para iniciar su reunión privada.
Durante años, todos los que duró el kirchnerismo, EEUU era el enemigo y uno de los ejes de los discursos de Cristina Fernández de Kirchner y todos sus fieles. Pero al llegar el momento de la verdad, cuando Barack Obama visitó Buenos Aires, muchas de las personas que pertenecieron a ese entorno kirchnerista y que hoy están alejadas de la expresidenta se mostraron entusiasmadas de compartir una cena con el presidente estadounidense. Por si ya esa foto de líderes de la oposición peronista y sindicalistas muy conocidos cerca del líder del "imperio" fuera poco, la cena se organizó en la cúpula del Centro Cultural Kirchner, un fastuoso edificio recuperado por el Gobierno de la expresidenta con una obra de 240 millones de dólares y dedicado a su marido, fallecido en 2010. La cúpula del que fue el palacio de Correos, a pocos metros de la Casa Rosada, fue convertida en una bóveda de cristal, ideal para ceremonias como la cena oficial ofrecida por Mauricio Macri a la pareja presidencial de EEUU.
Barack y Michelle Obama lograron acaparan todas las imágenes de televisión al bailar un tango con una pareja de bailarines muy conocida en Argentina, la de Mora Godoy y José Lugones. La capacidad del presidente de EEUU para seguir los pasos y las imágenes de la bailarina abrazándose a Michelle después de concluir el breve baile se repiten en bucle por todas las televisiones argentinas, lo que sin duda mejorará la ya excelente imagen que tienen los Obama en el país. El presidente de EEUU venía muy aleccionado por su equipo y no solo repitió varias veces que había probado el mate y le había gustado bastante, sino que hizo un brindis en castellano con la frase final del himno: "al gran pueblo argentino, salud".
La cena estaba llena de detalles simbólicos y no era una actividad social sino un gesto político claro de apoyo total a Macri. Por eso tiene consecuencias políticas al mostrar la ruptura definitiva entre el kirchnerismo puro, que sigue en la línea tradicional de choque con EEUU y rechazo total al pacto con los fondos buitre, por ejemplo, y que no estuvo en la cena, frente al peronismo exkirchnerista y a los principales sindicatos que han optado por acercarse a Macri al menos de momento, mientras esté fuerte en las encuestas.
Allí estaban los gobernadores peronistas más destacados, como el de salta, Juan Manuel Urtubey, que aspira a liderar la oposición peronista, y todos los demás. Pero no fue Alicia Kirchner, la hermana de Néstor, gobernadora de Santa Cruz, también invitada. Su ausencia prueba esa división. Sí estaba el líder del peronismo en el Senado, Miguel Pichetto, que ha optado por una posición moderada clave, porque en esa cámara donde Macri está más claramente en minoría pero va a poder sacar adelante el acuerdo con los fondos buitre, por ejemplo.
Pero más llamativa aún fue la presencia de los sindicalistas peronistas más veteranos, en teoría la antítesis de Macri y de EEUU, pero entusiasmados ayer con acudir a la cena. Su mera presencia deja un poco descolocado al mundo kirchnerista que mantiene sus críticas a la visita. Allí estaba Hugo Moyano, el todopoderoso líder de los camioneros, Luis Barrionuevo, el Momo Venegas, Antonio Caló, todos ellos líderes casi vitalicios y con muchos escándalos a sus espaldas pero aún en el centro de la política de un país donde los sindicatos son imprescindibles para cualquier negociación. Todos rindieron pleitesía al líder de EEUU mientras la todavía jefa del kirchnerismo, Cristina Fernández de Kirchner, veía desde su retiro en El Calafate cómo lo que ella consideraba su joya, el Centro Cultural Kirchner, era utilizado para una ruptura simbólica con su legado y su política exterior.