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General: Cuba saca la lengua
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 26/03/2016 00:33

Cuba saca la lengua

Los Rolling Stones atronarán La Habana esta noche y en los prolegómenos del inicio en la Ciudad Deportiva la corriente de público crece a borbotones

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Seguidores de los Rolling Stones asisten al concierto gratuito en La Habana.rn ver fotogaleríaSeguidores de los Rolling Stones asisten al concierto gratuito en La Habana. E. M. EFE

Esta tarde la bandera de Cuba, con su estrella de cinco puntas, combina con camisetas con la cara de Mick Jagger estampada. Junto a los oficiales de las fuerzas especiales pasan rockeros melenudos con gafas de sol. Los Rolling Stones atronarán La Habana a partir de las 20.30 y en los prolegómenos del inicio en la Ciudad Deportiva la corriente de público crece a borbotones. Hoy, 25 de marzo del 2016, Cuba saca la lengua.

"Muchos cubanos soñaron toda su vida con verlos en directo y nunca pensaron que eso fuera a ser posible. Ahora se hace realidad", dice Fernando Acosta, un arquitecto que vive a un lado del recinto y, como todos sus vecinos, ha convertido su azotea en un palco de sillas de playa para que vean el concierto sus amigos y para cobrarle entrada a algún turista, por ejemplo una pareja de rusos con los que acordó unos 20 dólares por persona gracias a que Acosta aprendió su lengua cuando estudió en Alma Atá, Kazajistán, en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Otra vecina cuenta que se llevaron "tremendo susto" con las pruebas de sonido. "Una amiga mía bajó corriendo al salón porque pensó que le había explotado el televisor". Y un turista italiano celebra poder ver a los Stones sin pagar. "En Europa tendrías que gastarte 200 o 300 euros...".

El concierto es gratis y se esperan cientos de miles de espectadores, seguramente bastantes más que los 200.000 que abarrotaron El Malecón el 7 de marzo para ver al grupo de música electrónica Major Lazer. Aunque en el país de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés el fervor juvenil ahora está enganchado a los terremotos de cadera del reguetón, el acontecimiento de hoy no entiende de géneros. Ancianos, adultos, muchachos y niños acuden a la Ciudad Deportivadispuestos a sorber los 1.300 kilovatios de sonidos de los Stones. "Calculamos un máximo de medio millón", dice un agente de la Policía Nacional Revolucionaria. Otro agente a su lado añade: "Pero está todo controlado. No 'problem' compañero".

El ambiente de bulla y alegría previo al concierto plasma el momento de esperanza cubano. Gracias al deshielo de sus relaciones con Estados Unidos en 2014, la isla se ha puesto de moda

En el pasto donde se juega cada día al béisbol y al fútbol y en el que hoy el deporte será saltar y cantar y gritar, María Hernández, de 55 años, enamorada del mítico grupo de salsa Van Van, espera el espectáculo fumando sentada bajo el sol.

-Esto es único -comenta.

-¿Y hasta hoy que había sido lo mas único que había visto en su vida?

Sonríe Hernández:

-Ja, he visto tanto chico...

La primera visita de los Rolling a Cuba, que nació de una visita privada de Jagger en la que el cantante se quedó fascinado con La Habana, supone un hito simbólico de apertura en una isla en la que durante los años más severos de la Revolución, en los 60 y 70, el rock anglosajón fue vetado como un caballo de Troya del imperialismo americano. Es también un acto de justicia interna hacia el pueblo cubano, al que durante demasiado tiempo se le dificultó el libre disfrute de la cultura global.

"En Cuba hay que apoyar la libertad de expresión y la libertad creativa", reclama Sergio Morales, un punk habanero de 32 años que lleva a Sid Vicious tatuado en una pierna. "A mí por ejemplo me estereotipan y no me dan trabajo porque piensan que soy un delicuente", dice con su pelo cortado en cresta y la cara perforada de metal. "Y sí, seré un drogadicto, pero tengo tres hijos y necesito trabajar para darles de comer, y soy perfectamente capaz de hacerlo".

Sentada en círculo con sus amigos de espaldas al gigantesco escenario de los Stones, Madelín Barrios, de 27 años, opina que en su generación ha visto más carencias de interés cultural que "limitantes" oficiales. "Puede que haya sido complicado acceder a ciertas cosas, pero siempre hubo maneras de hacerlo. Sí se pudo y sí se puede".

El ambiente de bulla y alegría previo al concierto plasma el momento de esperanza cubano. Gracias al deshielo de sus relaciones con Estados Unidos en 2014, la isla se ha puesto de moda. La llegada de los Stones es de momento la mayor llamarada 'pop' de su auge, pero ya se rumorea que pronto podrían pisar la isla otras estrellas como Sting o Steve Wonder. Con la actuación de los chicos malos del rock del siglo pasado, hoy milagrosas figuras arrugadas con energías de adolescente, Cuba cierra una semana que hasta hace un par de años nadie hubiera podido imaginar y que arrancó con la visita histórica de Barack Obama.


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 26/03/2016 00:39

Y los artistas cubanos se lanzaron a “comerse a besos” a Mick Jagger

El líder de los Rolling Stones conoció a la flor y nata de la cultura en su primera noche en la isla. Uno de ellos cuenta la experiencia

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Fans cubanos esperan el concierto en La Habana.Fans cubanos esperan el concierto en La Habana. Desmond Boylan AP

Hay pocas cosas por las que el músico cubano Ray Fernández falta a su cita de los jueves en el Diablo Tuntún, la peña musical que desde hace varios años organiza semanalmente en la Casa de la Música del barrio habanero de Miramar, y que suele alcanzar cotas de juerga y algarabía músico-poética. Pero si Sus Satánicas Majestades te reclaman, no puedes faltar a su llamada. Así que, la noche de este jueves, Ray acortó su habitual concierto para acudir raudo al encuentro con el líder de los Rolling Stones. Mick Jagger quiso en su primera noche en Cuba conocer a algunos de los músicos de la isla.

Y vaya si los conoció.

“Estábamos todos comportándonos, esperando. Pero cuando llegó Mick Jagger, la euforia se los comió a todos y todos tirándose a él para pedirle autógrafos, se lo querían comer a besos”, se reía Ray al recordar cómo sus compañeros perdieron todo el glamour y protocolo nada más ver al veterano cantante británico. “Parecían las muchachitas esas fans de los Beatles que se tiraban de los cabellos”, bromeó en conversación con EL PAÍS en La Habana.

La invitación le llegó a Ray Fernández, como a los demás músicos, directamente del embajador británico en Cuba, Tim Cole, en cuya residencia se celebró la abarrotada recepción entre “canapés y cantidades navegables de vino tinto”.

“Estaba la crema y nata de la de la cultura musical cubana, desde Buena Fe a Carlos Varela, Pedro Luis Ferrer o Frank Delgado, actores como Jorge Perugorría y otros artistas”, relató Fernández.

Su ilusión, como la de tantos otros presentes y no presentes —a La Habana han llegado fans de todo el mundo a ver el primer concierto de los Stones en Cuba—, era poder charlar un poco con Jagger. Pero “fue imposible hasta saludarlo” de la cantidad de gente que se le echó encima. Tanto que se retiró al poco rato, guiado por el embajador, explicó. “Casi no habló con nadie, firmó algunos autógrafos y se fue muy rápido. Se abrumó con la acogida calurosa de la cultura cubana”, se choteaba Fernández, que aun así se declaró feliz por la oportunidad de haber estado “a menos de dos metros” de su Majestad Satánica.

Ray Fernández (Báez, “un pueblecito de Las Villas, Cuba, que ni siquiera está en el mapa”, 1971) tiene su propio grupo de incondicionales. El trovador alternativo lleva años retratando con humor y poesía las dificultades del día a día del cubano de a pie. Su tema más famoso es Lucha Tu Yuca, una sátira sobre los taínos —los aborígenes de la isla— y los trabajos que pasan para sobrevivir día a día, que es una metáfora de la Cuba de hace unos años, de cuando todavía gobernaba Fidel Castro (“El Cacique tiene el power… absoluto”, dice uno de sus versos más coreados) y, en pleno periodo especial, llevarse algo a la boca llegó a ser un reto.

Como muchos cubanos, confiesa que no es un gran fan de los Stones —él es más, dice, de Pink Floyd y Led Zeppelin— pero es uno que, como tantas decenas de miles de cubanos y no cubanos, abarrotó este viernes la Ciudad Deportiva de La Habana, escenario del histórico concierto.

La gente va “porque es un espectáculo y en Cuba no estamos acostumbrados a ver un espectáculo de esa magnitud, con esa cantidad de logística”, explicó. “¡Son los Rolling y esto es Cuba! Aquí ahora puede venir cualquiera y la gente estará eufórica, todo el pueblo, las calles. Después de la apertura con Obama, hay una necesidad de que sigan sucediendo cosas, eso es lo que se respira”.

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Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 26/03/2016 00:44

Medio millon de personas en La Habana contienen la respiración ante la llegada de los Rolling

 
 Los Rolling Stones ya están en Cuba  ATLAS
 

Desde primeras horas de la mañana, miles de fans se congregaban en los alrededores de la Ciudad Universitaria

El final de otra Guerra Fría

  • PABLO PARDO
  •  Enviado especial
  • La Habana
26/03/2016 01:08

Empezaron a llegar el jueves. Pusieron tiendas de campaña. La policía les echó. O, al menos, eso dice la rumorología oficial de La Habana, una ciudad y un país --Cuba-- en los que el boca a boca es una de las principales fuentes de información.

Pero ayer habían vuelto. Ya desde primeras horas de la mañana, miles y miles de fans de los Rolling Stones se congregaban en los alrededores de la Ciudad Universitaria. Se espera medio millón de asistentes como mínimo, en el concierto gratuito que dará el grupo más antiguo del mundo.

Un grupo que tocó bajo ese nombre por primera vez en julio de 1962, tres meses antes de que Cuba estuviera a punto de poner al mundo al borde del Holocausto nuclear con la crisis de los misiles.

 
 

Eran otros tiempos. La llegada de los Rolling a la Ciudad Deportiva ha sido aplazada en una semana por la llegada de otro visitante ilustre e imposible de imaginar en Cuba, el presidente de EEUU, Barack Obama. Así que el concierto, previsto para el domingo pasado, tuvo que se aplazado cinco días. Obama se impuso a los Rollin, que cierran hoy en La Habana su primera gira latinoamericana en 10 años, titulada, en un alarde de creatividad, 'Ole Tour'.

En realidad, a muchos cubanos les da igual la música de los Rolling. Es la simbología. Como el escritor e historiador local Julio César González lo explicaba así a EL MUNDO: Las dos visitas son un cambio en la Hisotria de Cuba, porque representan la reanudacion del contacto de Cuba con el mundo exterior. Por un lado, con Obama es la reanundación del contacto con un país vecino con el que había tenido unas relaciones muy malas--en realidad, una falta de relación total-- durante cinco décadas y media.

Con los Rolling, es la visita de una de las bandas de rock mas emblemáticas del mundo, que nunca se han presentado en el Caribe, y que eligen La Habana en un momento en el que Cuba se esta abriendo hacia el mundo. González, que ha escrito sobre lacomunidad homosexual en Cuba, que solo ahora empieza a salir tímidamente del armario tras décadas de feroz represión, ve la llegada del grupo de rock más antiguo del mundo como una muestra del cambio en Cuba.

La multitud que se preparaba para escuchar y ver a los Stones era heterogénea. Habíahabaners, pero también gente de provincias que se habían acercado a la ciudad sobrecargando coches. Había mexicanos, canadienses, y estadounidenses que se encontraban en intercambio cultural.

Había turistas, muchos turistas, que estaban solamente porque les había pillado el concierto en sus vacaciones de Semana Santa. Era difícil escaparse de la emoción de lo que era una cita con la Historia. Fernando Bécquer, cantautor de la Novísima Trova no iba a ir al concierto, hasta que a media tarde cambió de opinión y decidió plantarse allí. Su madre, Beatriz, esperaba al menos oír la música de su casa en el barrio de El Vedado.

Y también la nueva tribu, virtualmente extinta de La Habana durante seis décadas estadounidenses. Gente como Albert Council, un ingeniero industrial de 70 años--o sea, algo más joven que los Stones--de Los Ángeles, que había venido a Cuba en diciembre y ahora ha regresado. Hay que ir a ver a los Rolling, porque es como ver la caída del muro del Berlín.


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 26/03/2016 16:38

Mick Jagger, ante 300.000 personas en La Habana: "Finalmente, los tiempos están cambiando"

 
 The Rolling Stones conquistan en Cuba la última frontera del rock  EFE
 

Quienes más disfrutaron del concierto fueron los miles y miles de extranjeros que se mezclaron con los cubanos

Para los cubanos, aquello tenía otro sentido. Era su entrada en el mundo después de seis décadas de aislamiento

  • PABLO PARDO
  •  Enviado especial
  • La Habana
26/03/2016 01:08

No fue una cita con la música. Fue una cita con la Historia. Lo de menos fue el rock and roll. Aquéllo era otra cosa. Lo resumió mejor que nadie el propio Mick Jagger, el cantante de los Rolling Stones, en español: "Sabemos que años atrás era difícil escuchar nuestra música en Cuba. Y ahora aquí estamos. Yo canto para ustedes. Pienso que, finalmente, los tiempos están cambiando".

Cuando actuaron por primera vez bajo el nombre Rolling Stones, en julio de 1962, laUnión Soviética estaba emplazando en Cuba misiles con cabezas nucleares que tres meses después iban a poner al mundo al borde del Holocausto atómico. Ayer -madrugada de hoy en España- los Rolling pudieron el colofón a una semana en la que ha quedado claro que, efectivamente, las cosas están cambiando. ¿O no es suficiente cambio que el penúltimo bastión del comunismo, tras Corea del Norte, empiece la semana con la visita del presidente de Estados Unidos y la acabe con la de Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts?

Aquéllo fue más que una comunión. Fue un amancebamiento entre Cuba y el mundo exterior. Porque, aunque existe una significativa corriente rockera (y hasta rapera) en Cuba, la isla siente más la música caribeña. Así que quienes más disfrutaron del concierto fueron los miles y miles de extranjeros que se mezclaron con los cubanos. Gente como Andrea, una panameña de 39 años que había llegado a La Habana con varios amigos por la mañana temprano y tenía pensado regresar a su país a las 4 de la mañana, o sea, 5 horas después del concierto. ¿Que si me arrepiento? Ni por un instante. Son los Stones y es Cuba, explicaba.

Para los cubanos, aquello tenía otro sentido. Era su entrada en el mundo después de seis décadas de aislamiento. Banderas ondenado, y miles de brazos alzados haciendo fotos y vídeos con sus teléfonos móviles. Como en cualquier otro país. El Hombre Nuevo del que tanto hablaba Fidel había sucumbido, no al imperialismo, sino al diversionismo cultural que horrorizaba a los cuadros comunistas de los sesenta y setenta y ochenta, cuando la gente se reunía a escuchar a los Beatles, literalmente, en secreto. Los mismos Beatles de John Lennon, que hoy tiene un monumento en La Habana.

Así, cuando Keith Richards largó un "es increíble veros, chavales", la gente se creció y empezó a gritar "¡Cuba!, ¡Cuba!, ¡Cuba!". Justo igual que a 90 millas, 150 kilómetros, cuando el publico se emociona y corea "¡U-S-A, U-S-A!". Tan lejos y tan cerca, los dos vecinos que han vivido su guerra fría durante seis décadas, han empezado a fumar la pipa de la paz. Aunque será mejor no saber qué le habrá echado Keith Richards a la pipa en cuestión.

Pero ¿y el concierto?

Esa es una pregunta improcedente. Es como preguntar cómo ha sido la corrida a una peña en Sanfermines. El concierto bien, gracias. Igual que todos los conciertos de los Stones desde que en 1988 resucitaron con la gira Steel Wheels en Estados Unidos. A partir de ese instante, Jagger, Richards, Woods, and Watts han dado el mismo concierto unos cientos de veces: un escenario apabullante, grandes pantallas de televisión, un grupo de acompañamiento con teclados e instrumentos de viento, y dos o tres coristas. Y un repertorio consistente sobre todo en repetir, con una fidelidad tirando a absoluta, sus grandes éxitos. Porque nadie se conoce una canción que los Rolling grabaran después de 1980. O sea, cuando Cuba mandaba a sus soldados a morir a Angola y aEtiopía, y a instruir a los sandinistas nicaraguenses. Y cuando EEUU intentaba asesinar a Fidel castro con cigarros-bomba.

En ese repertorio siempre hay hueco para algún blues, como los que desgranó ayer Richards, primero, y toda la banda, después. El blues no tiene particular arraigo en Cuba, pero al público no le importó mucho. Ademas, era un público muy diverso. Había fans convencidos. Y había venerables señores y señoras de sesenta años, que no parecían particularmente emocionados. Había jóvenes bailando a ritmo de reaggetonHonky Tonk Woman. Y había, como ya se ha explicado, muchos extranjeros, que eran los únicos que se sabían las letras de las canciones.

El público se dividía en dos grandes grupos. Uno, que a ojo podía constar de unas 200.000 personas, que no perdió un segundo del concierto. Algunos incluso se subieron a las gradas de un campo de béisbol a la izquierda del escenario. Otro, de unas 100.000 ó 200.000, que paseaba por la calle que rodea al Centro Deportivo, y, en muchos casos, no avanzó más allá de las verjas que señalaban el verdadero espacio del concierto. Era gente que se limitó a dar un paseo y ver el show.

Un show que alcanzó su clímax cuando le echaron una bandera cubana a Jagger, y éste se la puso al hombro y cantó 'Brown Sugar'. La misma 'Brown Sugar' que trata de la violación de una esclava negra por su dueño blanco. Pero es una canción que ha perdido todo su significado para transformarse en un himno al sexo y a la diversión. Tal vez como la música de los Rolling. Las caderas de Mick Jagger marcaron Historia ayer en La Habana mientras el viejo comandante, a pocos kilómetros de distancia, paralizado en su silla de ruedas, acaso podía escuchar al Hombre Nuevo de la Revolución corear que no consigue satisfacción.

Dos horas de rock y de la lista de éxitos de la banda ya se podían tachar 'Gimme Shelter', 'Start me Up''Sympathy for the devil' o 'Brown Sugar', entonces Jagger se despidió: "Muchas gracias Habana, buenas noches".

Falsa alarma: los viejos rockeros regresaron con el coro cubano Entrevoces para interpretar 'You Can't Always Get What You Want', y entonces muchos en la audiencia, conscientes de que el show estaba a punto de acabar, empezaron a despedirse de la banda antes de la traca final.

"¿Están listos?" gritó Jagger, y dos segundos después, se escucharon las primeras notas de 'Satisfaction', todo el público empezó a saltar, el concierto alcanzó un climax perfecto: hasta Charlie Watts esbozó una sonrisa.

Los 3,55 minutos de la versión original de "Satisfaction", lanzada en 1965, se alargaron por más del doble. Todos, desde sus Satánicas Majestades hasta el último de sus súbditos que quedaba en La Habana, disfrutaron y exprimieron el último segundo de un concierto histórico que quedará en la memoria de todos los cubanos.

 


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