Rousseff, este martes en la ceremonia de llegada de la antorcha olímpica a Brasilia.
Otra mala noticia para una presidenta al borde del precipicio. La Fiscalía de Brasil pide investigar a la jefa del Gobierno, Dilma Rousseff, y a su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, de obstaculizar investigaciones del caso Petrobras, según informa el diario Valor Econômico. La Fiscalía todavía no ha revelado oficialmente cuáles son exactamente las acusaciones contra ambos mandatarios del Partido de los Trabajadores (PT). El periódico Folha de S. Paulo asegura que la investigación pretende aclarar si el reciente nombramiento de Lula como ministro de la Casa Civil—paralizada todavía en la Justicia— fue legal.
Además de las acusaciones contra Lula y Rousseff, el fiscal general de la República, Rodrigo Janot, ha solicitado al Supremo Tribunal Federal que abra una investigación sobre el actual ministro de Educación Aloizio Mercadante, y contra un miembro del Supremo Tribunal de Justicia, Marcelo Navarro. Las sospechas se basan en confesiones del senador Delcídio do Amaral, exmiembro del PT, que llegó a un acuerdo para revelar informaciones sobre el caso Petrobras a cambio de ventajas judiciales y que ha salpicado a los principales partidos de Brasil con sus acusaciones.
Unas horas antes de ser revelada la acusación contra Rousseff y Lula, la Fiscalía pidió investigar al principal líder de la oposición, el senador Aécio Nieves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por corrupción y lavado de dinero. La solicitud para investigar a Neves, principal rival de Rousseff en las últimas elecciones presidenciales, se basaba también en confesiones de Do Amaral. La noticia, revelada el lunes, coincidió con las negociaciones del PSDB para unirse a un posible Gobierno liderado por el actual vicepresidente, Michel Temer, en caso de destitución de la actual presidenta Dilma Rousseff.
Las nuevas acusaciones contra Rousseff coinciden con un día simbólico para Brasil. A tres meses del gran evento deportivo del año, Río 2016, la antorcha olímpica llegó este martes a Brasilia. La presidenta asistió a la ceremonia, rodeada por enfrentamientos entre unos 300 manifestantes a favor y en contra del Gobierno, informa Afonso Benites.
La próxima semana, el Senado de Brasil puede apartar a Rousseff provisionalmente del poder (durante un máximo de 180 días) mientras debate su destitución definitiva. Por eso no fue de extrañar que el discurso de la presidenta en Brasilia no se limitase a lo deportivo. Rousseff no mencionó esta vez el "golpe" de Estado que asegura que se fragua en su contra, pero sí hizo referencia a la gravedad de la situación. "Conocemos las dificultades políticas que existen en nuestro país, y conocemos la inestabilidad política. Pero Brasil será capaz de convivir, incluso en un período difícil y verdaderamente crítico de nuestra historia", afirmó.