El esfuerzo de cada instante, en tu trabajo, es como el golpe del
hacha sobre el tronco de un árbol enorme. El primer golpe no causa al
árbol el más leve temblor, ni el segundo hachazo, ni el tercero. Cada
golpe, en sí mismo es insignificante, en apariencia. Sin embargo,
como efecto de tus continuos golpes, el árbol por fin caerá. Así, tu
constancia en el esfuerzo de hoy y mañana, te producirá los logros
que buscas. La persistencia y la constancia son condiciones para la
victoria final.
Un factor dinámico para lograr triunfar es la confianza firme en tu
poder interno. Fórmate una imagen nítida y definida de lo que deseas
ser y de las cosas maravillosas que quieres y te propones lograr.
Desecha la idea de que eres una persona de segunda clase. Mírate como
una persona valiosa y decidida, capacítate y cultívate con miras a
ser más eficiente. Empieza a verte hoy desde la perspectiva de una
persona triunfadora que sobrepasa sus propios obstáculos internos.