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General: EL PERRO COJO!!
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: ♥ SuaveQuel ♥  (Mensaje original) Enviado: 01/07/2016 16:23
 
 


 
 
 
*EL PERRO COJO*

 
Con una pata colgando,
despojo de una pedrada,
pasó el perro por mi lado,
un perro de pobre casta.
Uno de esos callejeros,
pobres de sangre y estampa.
Nacen en cualquier rincón,
de perras tristes y flacas,
destinados a comer
basuras de plaza en plaza.

Cuando pequeños, qué finos
y ágiles son en la infancia,
baloncitos de peluche,
tibios borlones de lana,
los miman, los acurrucan,
los sacan al sol, les cantan.
Cuando mayores, al tiempo
que ven que se fue la gracia,
los dejan a su ventura,
mendigos de casa en casa,
sus hambres por los rincones
y su sed sobre las charcas.

Qué tristes ojos que tienen,
que recóndita mirada
como si en ella pusieran
su dolor a media asta.
Y se mueren de tristeza
a la sombra de una tapia,
si es que un lazo no les da
una muerte anticipada.

Yo le llamo: psss, psss, psss.
Todo orejas asustadas,
todo hociquito curioso,
todo sed, hambre y nostalgia,
el perro escucha mi voz,
olfatea mis palabras
como esperando o temiendo
pan, caricias... o pedradas,
no en vano lleva marcado
un mal recuerdo en su pata.
Lo vuelvo a llamar: psss, psss.
Dócil a medias avanza
moviendo el rabo con miedo
y las orejitas gachas.

Chasco los dedos; le digo:
"ven aquí, no te hago nada,
vamos, vamos, ven aquí".
Y adiós la desconfianza.
Que ya se tiende a mis pies,
a tiernos aullidos habla,
ladra para hablar más fuerte,
salta, gira; gira, salta;
llora, ríe; ríe, llora;
lengua, orejas, ojos, patas
y el rabo es un incansable
abanico de palabras.

Es su alegría tan grande
que más que hablarme, me canta.
"¿Qué piedra te dejó cojo?
Sí, sí, sí, malhaya".
El perro me entiende; sabe
que maldigo la pedrada,
aquella pedrada dura
que le destrozó la pata
y él, con el rabo, me dice
que me agradece la lástima.
"Pero tú no te preocupes,
ya no ha de faltarte nada.
Yo también soy callejero,
aunque de distintas plazas
y a patita coja y triste
voy de jornada en jornada.
Las piedras que me tiraron
me dejaron coja el alma.
Entre basuras de tierra
tengo mi pan y mi almohada.
Vamos, pues, perrito mío,
vamos, anda que te anda,
con nuestra cojera a cuestas,
con nuestra tristeza en andas,
yo por mis calles oscuras,
tú por tus calles calladas,
tú la pedrada en el cuerpo,
yo la pedrada en el alma.
 
Y cuando mueras, amigo,
yo te enterraré en mi casa
bajo un letrero: «aquí yace
un amigo de mi infancia».

Y en el cielo de los perros,
pan tierno y carne mechada,
te regalará San Roque
una muleta de plata.
Compañeros, si los hay,
amigos donde los haya,
mi perro y yo por la vida:
pan pobre, rica compaña.
...
Era joven y era viejo;
por más que yo lo cuidaba,
el tiempo malo pasado
lo dejó medio sin alma.
Y fueron muchas las hambres,
mucho peso en sus tres patas
y una mañana, en el huerto,
debajo de mi ventana,
lo encontré tendido, frío,
como una piedra mojada,
un duro musgo de pelo,
con el rocío brillaba.

Ya estaba mi pobre perro
muerto de las cuatro patas.
Hacia el cielo de los perros
se fue, anda que te anda,
las orejas de relente
y el hociquillo de escarcha.
Portero y dueño del cielo
San Roque en la puerta estaba:
ortopédico de mimos,
cirujano de palabras,
bien surtido de intercambios
con que curar viejas taras.
"Para ti... un rabo de oro;
para ti... un ojo de ámbar;
tú... tus orejas de nieve;
tú... tus colmillos de escarcha.
Y tú, —mi perro reía—,
tú... tu muleta de plata".

Ahora ya sé por qué está
la noche agujereada:
¿Estrellas... luceros...? No,
es mi perro cuando anda...
con la muleta va haciendo
agujeritos de plata.

 Manuel Benítez Carrasco

 
 
 
 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 02/07/2016 12:22
DIARIO DE UN PERRO
Tomado de internet ...


 
Esta es la historia, a través del diario de vida de un perro, de muchos animales que fueron adquiridos sin amor ni compromiso... 

Diario de un perro 

7 Días: Cumplí 7 días... ¡Que alegría llegar a este mundo! 

1 Mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar. 

2 Meses de mi Diario: Hoy estoy triste, me separaron de mi mamá. Ella me dijo adiós, con los ojos, deseando que mi nueva familia humana me cuidara tan bien como ella. 

4 Meses de mi Diario: Todo me llama la atención. Los niños de la casa son como mis hermanitos, me tiran la cola y yo los muerdo jugando. 

5 Meses: Hoy me retaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí en la casa, pero nunca me enseñaron donde debo hacerlo. Además, duermo en el dormitorio... ¡ya no me aguantaba! 

8 Meses: ¡Soy feliz! Tengo el calor de un hogar, me siento querido y protegido. Creo que mis amos me quieren: cuando están comiendo me convidan. El patio es para mí solito. Nunca me educan. Debe estar bien todo lo que hago... 

12 Meses: Hoy cumplí un año. Mis dueños dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. ¡Qué orgullosos estarán! 

13 Meses: ¡Qué mal me siento!... Mi hermanito me quitó la pelota, así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes y le hice daño sin querer. Por eso me encadenaron, casi sin poder moverme; al sol. Dicen que me van a tener en observación y que soy muy ingrato. No entiendo nada. 

15 Meses: Ya nada es igual... vivo en la azotea sin techo y cuando llueve me mojo. Me siento muy solo... mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. 

16 Meses: Hoy me bajaron de la azotea, pensando que me habían perdonado, salté de la alegría. Encima de eso, me llevaron con ellos de paseo. Nos enfilamos por una carretera y de pronto se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Rápidamente cerraron la puerta y se fueron... ¡Esperen!, ladré... Se olvidan de mí... Corrí detrás del auto con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que ¡¡¡ME HABÍAN ABANDONADO!!! 

17 Meses: A diario he tratado en vano de regresar a casa. Encuentro gente buena que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco desde el alma con la mirada. Quisiera que alguien me adoptara, pero sólo dicen pobre perro, se habrá perdido. 

18 Meses: Hace unos días pasé por una escuela y un grupo de niños riéndose, me lanzó una lluvia de piedras. Una de ellas me lastimó un ojo y desde entonces no veo por él. 

19 Meses: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían de mi. Ahora que estoy flaco, sucio, y perdí un ojo la gente me saca a escobazos cuando busco refugio. 

20 Meses: Hoy en la calle un auto me atropelló. Creí estar en un lugar seguro llamado cuneta, pero nunca olvidaré la cara de satisfacción del conductor, que hasta se desvió para pegarme. Ojalá me hubiera matado, pero sólo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultad me arrastré a un costado del camino. 

Tengo diez días bajo el sol, la lluvia, y sin agua ni comida. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal... Ya casi estoy inconsciente; pero la dulzura de una voz me hizo reaccionar. Pobre perrito, decía... junto a ella había un señor, que dijo: Lo siento. Este perro no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir. Ella asintió con lágrimas en los ojos. Como pude, moví, mi colita y la miré agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sólo sentí el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre pensando que para que tuve que nacer si nadie me quería. 

Los comentarios y las palabras sobran para este diario...



 
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