Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia.
Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?".
Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".
EL PAIS › MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO POR EL BICENTENARIO
“La Patria no se vende”
“La Patria no se vende”. Ese fue el mensaje del papa Francisco para los argentinos con motivo del Bicentenario de la Independencia. En una carta que dirigió al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, también reivindicó a la Patria Grande se San Martín y Bolívar: “Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martín y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones”.
La carta del Papa estaba dirigida a Arancedo, a los obispos, las autoridades nacionales y a todo el pueblo argentino. “Deseo que esta celebración nos haga más fuertes en el camino emprendido por nuestros mayores hace ya doscientos años. Con tales augurios expreso a todos los argentinos mi cercanía y la seguridad de mi oración. De manera especial quiero estar cerca de los que más sufren: los enfermos, los que viven en la indigencia, los presos, los que se sienten solos, los que no tienen trabajo y pasan todo tipo de necesidad, los que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano y explotación de personas, los menores víctimas de abuso y tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga. Todos ellos llevan el duro peso de situaciones, muchas veces límite. Son los hijos más llagados de la Patria”, escribió Francisco.
El Papa se refirió a la identificación de la Patria con la madre y en ese contexto mencionó que ninguna de las dos se puede vender. “En la escuela nos enseñaban a hablar de la Madre Patria, a amar a la Madre Patria. Aquí precisamente se enraiza el sentido patriótico de pertenencia: en el amor a la Madre Patria. Los argentinos usamos una expresión, atrevida y pintoresca a la vez, cuando nos referimos a personas inescrupulosas: ‘éste es capaz hasta de vender a la madre’; pero sabemos y sentimos hondamente en el corazón que a la Madre no se la vende, no se la puede vender... y tampoco a la Madre Patria”.
Fue un mensaje diferente a los que envía el Papa a los presidentes de distintos países cuando se conmemora una fecha importante. El texto no fue protocolar e hizo alusión a la condición de argentino del Papa más que a su rol como jefe de otro Estado. “Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martín y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones”, dijo el Papa.
Las alusiones a la Patria Grande de San Martín y Bolívar y la frase acerca de que la “patria no se vende” sonaron a un mensaje al gobierno de Mauricio Macri, mientras desde Cambiemos intentan mostrar un clima de acercamiento con el ex cardenal Jorge Bergoglio luego de varias señales de distanciamiento. La carta que será leída hoy en el Tedéum que se celebrará en Tucumán finaliza: “Con estos doscientos años de respaldo se nos pide seguir caminando, mirar hacia adelante. Para lograrlo pienso –de manera especial– en los ancianos y en los jóvenes, y siento la necesidad de pedirles ayuda para continuar andando nuestro destino. A los ancianos, los ‘memoriosos’ de la historia, les pido que, sobreponiéndose a esta ‘cultura del descarte’ que mundialmente se nos impone, se animen a soñar. Necesitamos de sus sueños , fuente de inspiración. A los jóvenes les pido que no jubilen su existencia en el quietismo burocrático en el que los arrinconan tantas propuestas carentes de ilusión y heroísmo. Sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar cosas grandes, la Patria podrá ser libre. Necesitamos de abuelos soñadores que empujen y de jóvenes que –inspirados en esos mismos sueños– corran hacia adelante con la creatividad de la profecía”.
si suave quel, pasa que después de 200 años volvieron a unirse las cadenas, es triste ver a la patria de rodillas en un día que debía ser una fiesta de la alegría....
EL PAIS › MACRI CELEBRO EL BICENTENARIO JUNTO A JUAN CARLOS I DE ESPAÑA
Firme junto al rey
Sin mandatarios extranjeros y en medio de un gran operativo de seguridad, el Presidente le dijo al monarca que los héroes de la Independencia “deberían tener (sic) angustia de tomar la decisión”.
Sin ningún presidente de América del Sur y ante el rey Juan Carlos en representación de la monarquía española con la que rompieron los congresales en 1816, el presidente Mauricio Macri encabezó ayer en Tucumán la celebración del bicentenario de la independencia. “Deberían tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España”, imaginó en el pasaje más notable de su discurso. El jefe de Estado exaltó una y otra vez el “esfuerzo personal”, criticó conquistas gremiales como la reducción de la jornada de trabajo o derechos laborales como las licencias, pidió “evaluaciones sistemáticas” a los docentes y reclamó “consumir la menor cantidad de energía posible” para luchar “contra el cambio climático”. Volvió a apelar a la supuesta herencia de un Estado “castigado por la mentira y la corrupción” para justificar “decisiones difíciles” sobre las que dijo no haber tenido alternativa, y aseguró que hay un “desborde de entusiasmo” del mundo para “acompañar” a la Argentina. “Viva la Patria y el amor”, cerró.
En la gobernación tucumana, junto al anfitrión Juan Manzur y la vicepresidenta Gabriela Michetti, Macri recibió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y a gobernadores (los únicos ausentes fueron los de Chubut, San Luis y Santa Cruz). “Este 9 de Julio tiene que servir para unir a todas las provincias argentinas en un país federal”, aseguró el mandatario entrerriano Gustavo Bordet, uno de los mandatarios peronistas que participó de los festejos junto a Domingo Peppo (Chaco), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Lucía Corpacci (Catamarca), entre otros.
Luego, acompañado por la canciller Susana Malcorra, Macri recibió al rey emérito Juan Carlos, a los vicepresidentes de Bolivia, Álvaro García Linera, y de Uruguay, Raúl Sendic, y a funcionarios de Chile, Brasil, Perú e Italia. A diferencia de los festejos del Bicentenario de la Patria y pese al esfuerzo de Casa Rosada, que daba por confirmada la presencia de presidentes de Chile, Paraguay e Italia, ningún jefe de Estado estuvo en el acto.
Tras la entonación del himno, Macri y su esposa Juliana Awada asistieron al Tedéum en la Catedral. Desde allí se trasladaron a la Casa Histórica, donde junto a los gobernadores refrendó el “Acta acuerdo 200 años de Independencia”. “Nuestro primer siglo fue el de la emancipación y la organización nacional. El segundo fue el de la conquista de los derechos y la democracia. Hagamos juntos que el tercero sea el del diálogo y la convivencia, el del fin de las injusticias y el cumplimiento estricto de nuestra constitución nacional. En paz, en unión y en libertad. Viva la patria”, manifiesta el último párrafo.
“Es una jornada de muchísima emoción”, arrancó Macri en medio de un silencio sepulcral. Dijo que la noche anterior Humahuaca fue “una fiesta de alegría y esperanza” e imaginó “que debe haber pasado en todo el país”. Explicó que hace 200 años “un conjunto de ciudadanos se animaron a soñar”, contó que “con los gobernadores” trató de “pensar y sentir lo que sentirían ellos en ese momento” y compartió su conclusión. “Claramente deberían (sic) tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España”, afirmó. “Nunca es fácil asumir ser libres porque eso conlleva una responsabilidad”, explicó. “Significa que no le podemos echar la culpa a nadie de lo que nos suceda porque somos los dueños de nuestro destino”, agregó.
Macri reveló que los congresales no eran “superhombres”, que “seguro tuvieron dudas, miedos y angustias” pero que los impulsó “el coraje, la convicción y la decisión de ser protagonistas de su futuro”. Luego saltó al presente para pedir que “nos tengamos fe”, que “no tengamos miedo y no escuchemos a aquellos que se han enfermado con el poder, porque ya empezamos a caminar en dirección hacia un futuro mejor y con otros valores: con la cultura del trabajo, del esfuerzo personal, del diálogo después de años”. El segundo pedido fue “que la verdad gobierne entre nosotros”. Para eso sugirió alejarse “de esa viveza criolla mal entendida”. Machacó con la idea del “esfuerzo”, la exigencia “por superarse” y se dirigió a los docentes para reclamarles “que tienen que evaluarse sistemáticamente”. “Tenemos que alejarnos de lo que nos pasó en los últimos tiempos, que creció el ausentismo, las licencias, las jornadas horarias reducidas”, arremetió contra derechos y conquistas. “Cada vez que un gremio consigue reducir una jornada horaria eso todos los demás argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo y no está bien”, opinó.
Los dirigentes políticos “tenemos que dar ejemplo”. Todo argentino “debe saber hasta el centavo en que invertimos su dinero” y fiel a su cuna consideró que “es más importante invertir que gastar”, sin explayarse en qué entiende por gasto. Encomió la “importante labor” de los jueces y volvió a cargar contra el gobierno anterior. “Todas transiciones son difíciles pero este punto de partida es especialmente difícil porque encontramos un país y un Estado realmente muy castigado por la mentira y la corrupción”, afirmó. “A los más vulnerables los hemos empezado a acompañar”, aseguró. Dijo que “las primeras inversiones empiezan a llegar” y, recién llegado de Europa y Estados Unidos, habló de un “impresionante desborde de interés y entusiasmo”. “El mundo nos quiere acompañar”, sostuvo. Los tucumanos cantaban “si se puede, si se puede”. “Estamos trabajando denodadamente para volver a tener el gas, la electricidad y la energía suficiente”, afirmó y, sin la presencia del ministro de Energía, Juan José Aranguren, pidió que “aprendamos a consumir la menor cantidad de energía posible”. “Dañamos el medio ambiente” cuando deberíamos “luchar contra el cambio climático”. Para cerrar levantó la voz y apeló a sus habituales consignas cargadas de contenido: “Es aquí y es ahora, y es juntos, y es con la verdad y la solidaridad, y vamos Argentina, y vamos Argentina, viva la patria, viva el amor, viva la patria y el amor”.
Macri y Juan Carlos I junto a funcionarios nacionales, en el regreso de los desfiles militares.
Los funcionarios de Cambiemos que participaron de la celebración del bicentenario elogiaron a coro las palabras de su jefe, Mauricio Macri.
“Dio un muy buen discurso”, sostuvo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tras la celebración oficial en Tucumán. “Resaltó que Argentina tiene que mirar para adelante y prepararse para el tricentenario cumpliendo con lo acordado hoy: trabajo en equipo para que el país recupere la cultura del trabajo y, sobre todo, solidaridad”, completó Frigerio. Según el titular del Plan Belgrano, José Cano, “la gente volvió a ser protagonista” en los festejos. La oposición, en cambio, cuestionó el carácter frío y escolar que adoptó el macrismo para la fecha patria. “Este Gobierno no siente la patria en la piel”, disparó el intentendente de Resistencia, Jorge Capitanich.
El ex diputado Jorge Rivas centró sus críticas en el fragmento en el que el Presidente opinó, dirigiéndose al monarca Juan Carlos de Borbón, que los independentistas “deberían tener angustia de tomar la decisión, mi querido Rey, de separarse de España”. “Los que están en el gobierno son los que quieren al país de rodillas frente a los poderosos del mundo, y los que queremos retomar el avance hacia la independencia, la justicia y la igualdad estamos en la oposición”, le respondió Rivas.
En sintonía, Capitanich caracterizó que el país “va camino a una agudización de la dependencia” con el nuevo Gobierno y que “destruyó todo en lo que se ha metido”.
El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, cargó desde su cuenta de Twitter contra el fragmento en que el Presidente dijo que el trabajo es un costo. “Da pena que el Presidente en su discurso del Día de la Independencia hable así de los trabajadores, que Somos la Patria”, dijo.
Para el diputado del Parlasur, Agustín Rossi, la celebración fue “triste”. Sobre las palabras del Presidente, Rossi opinó que “quedó muy lejos de ser un discurso histórico, no estuvo a la altura de las circunstancias y fue extremadamente pobre”. “Para Macri las fechas patrias no son fiestas patrias. Privatiza los actos patrios, a los que sólo pueden acceder algunos funcionarios, sin que el pueblo pueda involucrarse”, criticó.
Por su parte, la diputada nacional Margarita Stolbizer optó por una mirada conciliadora. “Los homenajes por los 200 años de la Independencia nos tienen que obligar a mirar el pasado, pero también convertirse en un espejo donde otros puedan mirarse en algún momento”, dijo.