Por: Claudia Herrera Sirgo. Especial para TP.
El primer día de noviembre de 1961, cae la primera militante comunista en manos de la policía represora de Rómulo Betancourt. Horas previas, su madre, Doña Lola, preocupada por la suspensión de las garantías constitucionales, le pedía que se cuidara de los adecos: “Mira que Betancourt dijo que hay que disparar primero y después que averigüen… lo que estás buscando es que no te deje ir”, y ante esta afirmación materna, responde Livia la rebelde: “¡Me escapo! Además, yo muero defendiendo una causa”. Seguir leyendo