En medio de un terremoto sin precedentes en el seno del gobierno, debido al desbarajuste social desatado con los tarifazos y tras dos jornadas febriles de reuniones y teléfonos al rojo vivo, entre los que no faltaron los números de Ministros y del mismísimo Jaime Duran Barba, Mauricio Macri decidió hacer rodar la cabeza del CEO de Shell devenido en Ministro de Energía.
Para ir teniendo un cuadro de situación y del grado de desmadre en el gabinete de gobierno, mencionaremos que hizo un “sondeo” entre los miembros de máxima confianza de su gabinete y otros personajes que no integran el gobierno pero que tienen muy alta gravitación en las decisiones de Macri, como es el caso de Jaime Duran Barba, quien fue terminante al sugerirle al presidente que “los ministros son fusibles” que deben saltar para evitar mas daños en la imagen presidencial.
También es de conocimiento público la “reunión secreta” mantenida en la Casa Rosada con el Presidente de la Corte Suprema, Lorenzetti, quien sin demasiadas vueltas le explicó a Mauricio, que no tenía posibilidad alguna de amañar de tal manera las leyes, como para avalar semejante desastre y que la única herramienta disponible era “permitir una variación razonable de tarifas” amparándose en un “estado de emergencia energética” y ordenar la puesta en marcha del ajuste de fondo que debe comenzar con una audiencia pública de tarifas. Pero para ello era menester “descomprimir la presión social, dándole a la gente algo de lo que está pidiendo” y que ello no implique un retroceso en la decisión de multiplicar el precio de las tarifas.