Reconociendo que durante toda mi vida
he actuado mas a impulso de los sentimientos
que obedeciendo a los resultados de mis reflexiones,
he creído reconocer que mi conducta ha dependido
mas de mi carácter que de mi razón, que habitualmente
han sido opuestos, y, en sus choques constantes, nunca
me pareció tener una razón a la altura de mi carácter
ni un carácter a la altura de mi razón.
Giacomo Casanova
|