Ayer al mediodía, en la Quinta Presidencial de Olivos, la reina de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta se reunió con Mauricio Macri, quien estaba acompañado a su vez por Juliana Awada, Susana Malcorra, Gabriela Michetti, Alfonso Prat-Gay y Carolina Stanley.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, se rieron como si fueran grandes amigos, comieron algo y charlaron sobre cómo utilizar a los pobres de Argentina para aumentar las ganancias de las empresas financieras.
Finalizada la tertulia, la hija de Jorge Zorreguieta (funcionario de la última dictadura cívico-militar argentina en el área de Agricultura y Ganadería) brindó una conferencia de prensa. La acompañaba la vicepresidente Gabriela Michetti y ambas estaban flanqueadas por una bandera argentina y otra de Organización de las Naciones Unidas (ONU), de quien Zorreguieta es funcionaria en el área de “Inclusión Financiera para el Desarrollo”.
¿Podemos empezar?- preguntó la reina de Holanda desde el micrófono.
Sí, por supuesto, adelante Su Majestad- respondió el locutor oficial de la Quinta de Olivos.
Lo que siguió fue una serie de consideraciones que, de no estar enmarcadas en una acto protocolar entre una representante de la ONU y una del gobierno nacional, bien podrían pertenecer a la gerente de algún gran banco multinacional deseoso de lanzar un nuevo y jugoso negocio.
“Es caro ser pobre”
Zorreguieta comenzó recordando que es la tercera vez que visita la Argentina en calidad de asesora de Ban ki-Moon “con este tema de microfinanzas e inclusión financiera”. Y dijo que esta vez “ha sido nuevamente una gran oportunidad de presentar este tema al país y tener muy buenas conversaciones con miembros del gobierno y miembros del sector privado que van a implementar muchas de estas acciones que se necesitan”.
Luego intentó fundamentar con algunos datos lo complicado que es implementar hoy por hoy su plan en Argentina. Por ejemplo, dijo, “hoy sólo el 50 % de los argentinos tiene acceso a una cuenta bancaria, y esa figura cae al 44 % cuando se mira a la gente con más bajos recursos. La verdad es que lo ideal sería tener a todos los argentinos incluidos”.
Otro dato que “preocupa” a la esposa de Guillermo de Orange es que mucha gente en Argentina no tiene ni Internet ni smartphones, algo fundamental para salir de pobre, según su propuesta. “Se necesita conectividad en el país. Hoy por hoy el 50 % de la gente tiene acceso a Internet. Deberíamos tener 100 %. Y cuando tienen acceso a Internet ¿qué teléfonos tienen? Porque una cosa es hacer todo este tipo de mecanismos con un teléfono muy viejo o análogo que con un teléfono inteligente. La cantidad de aplicaciones que se pueden tener con un teléfono inteligente son mucho mayores”.
Los “mecanismos” a los que se refiere Máxima son, entre otros, hacer compras, cobrar el sueldo y pedir créditos bancarios de forma electrónica. En ese sentido, anunció un futuro promisorio para toda la población, siempre y cuando se trabaje mucho, se hagan muchos cambios regulatorios y se coordine entre ministerios y el sector privado.
Como quien no quiere la cosa, la reina de Holanda se despachó con un chiste de fino humor inglés: “Es caro ser pobre”. Sí, eso dijo. Y nadie en la sala pareció percatarse de semejante chanza. E incluso se animó a explicar el chiste. “Porque la gente que está en situación de pobreza no tiene acceso a los servicios que otra gente puede tener. Microcréditos es una de las herramientas para cumplir con las metas de inclusión financiera. Hoy por hoy en Kenia el 62 % de la gente está bancarizados y teniendo créditos”, graficó.
Para no ser pobre tenés que ahorrar (cuac)
“Los ahorros, como porcentaje del PBI, en este momento son sólo del 15 %, muy por debajo del 41 % promedio de la región”, dijo Zorreguieta en la conferencia de prensa. Y en la incapacidad de ahorrar radicaría una causal de pobreza.
Según su burguesa (y por lo tanto engañosa) explicación, si se consiguiera que todas y todos los que viven en Argentina tuvieran una cuenta bancaria, entonces se abrirían las puertas a la posibilidad de ahorrar y, así, se evitaría caer en “insolvencia” financiera.
Siguiendo en su línea de pensamiento, y sin que nadie le objetara los divagues, la representante de la ONU hizo un curioso diagnóstico. “Lo que está pasando en Argentina (y pasó también en India y en otros países) es que la gente recibe el pago de su salario, saca el dinero por completo y después hace sus cosas en efectivo. Eso no es inclusión financiera. Nosotros queremos que esa gente deje su plata ahí, que empiece a ahorrar y que pueda hacer frente a todo tipo de responsabilidad financiera que tiene a lo largo del mes”.
Ninguno de los presentes se atrevió a decirle a la reina de Holanda, formada en Economía en la Universidad Católica Argentina, que millones de personas en este país perciben salarios que apenas superan la mitad de la canasta familiar y que si no gastan ese dinero (que se va agotando aceleradamente con el correr del almanaque) directamente no pueden comer, ni viajar en colectivo o en tren, ni comprarse alguna ropa de oferta ni pagar la luz, el gas o la cuenta del celular.
Obviamente, el postulado proveniente de la realeza holandesa tiene su objetivo. Máxima dice que lo ideal es que esa persona, sin sacar su sueldo del cajero, “pueda pagar a un comerciante con una tarjeta o con un teléfono móvil para que ese comerciante pueda decirle a un banco ‘mire todas las ventas que tengo, puede darme más crédito así yo puedo seguir invertiendo (sic) en mi pequeña empresa, seguir creciendo y seguir dando empleo’. Ese es el tipo de círculo que tenemos que empezar a conseguir”, sentenció la reina.
A esa altura de la conferencia de prensa, varios periodistas ya no pensaban nuevas preguntas. Casi que estaba todo dicho. De todos modos, desde Presidencia sólo dejaron preguntar a los representantes de Canal 13, de la Agencia EFE y del diario La Nación.
“Esto sólo es posible sin inflación”
El corresponsal de EFE le preguntó a Zorreguieta qué cree que hizo bien y qué hizo mal hasta ahora el gobierno de Macri, pensando en las posibilidades reales de que su propuesta comience a concretarse.
“Mi impresión es que el Gobierno ha hecho muchísimo desde diciembre”, respondió Zorreguieta. Pero enseguida le tiró un guiño al gobierno de Cristina Fernández, al decir que “ya ha habido un incremento de la bancarización en los tiempos anteriores. Esta es una cuestión de largo plazo y hay que ser muy consistente en todas las políticas para realmente para poder implementar este tema”.
Acto seguido, la reina no dudó en echarle la culpa del fracaso de los microcréditos, entre otras cosas, a la inflación. “Es muy importante tener una estabilidad macroeconómica para poder otorgar créditos y además poder, por ejemplo, ahorrar en un banco sin perder el valor de la plata que uno ha ahorrado”, sentenció Zorreguieta.
Así finalizó la conferencia de prensa de la asesora de Inclusión Financiera para el Desarrollo de la ONU. O mejor dicho, así terminó la exposición de una real impulsora de nuevos negociados entre la banca multinacional y el Estado argentino, en pos de aumentar un poco más las ganancias capitalistas a costa de los ingresos de la población trabajadora.
Obviamente Gabriela Michetti no podía despedirse sin antes decir, con su habitual euforia, “simplemente, muchísimas gracias Su Alteza”.