170 votos a favor del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, la abstención de 68 diputados del PSOE y el no del resto de la Cámara, incluidos 15 socialistas
El líder del PP, Mariano Rajoy, este sábado.JAVIER LIZÓN EFE / QUALITY
Mariano Rajoy ha sido reelegido este sábado presidente del Gobierno con 170 votos a favor del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, la abstención de 68 diputados del PSOE y el no del resto de la Cámara (111), incluidos 15 socialistas que rompieron la disciplina de voto de su partido. Gobernará en minoría, con un Congreso en disposición de derogar su legado normativo y un PSOE dividido, pero ha logrado ser investido presidente. Y desde la tribuna advirtió de que no aceptará revisar lo que hizo durante los cuatro años en los que tuvo mayoría absoluta. Un año después de la convocatoria de las elecciones del 20 de diciembre, ni la izquierda ni los partidos nuevos han conseguido que Rajoy y el PP salgan de La Moncloa y la oposición está enfrentada ante una legislatura que arranca bronca.
El líder del PP ha resistido y ha ganado a todos los demás. Por eso sus diputados en pie le ovacionaron para reconocerle el éxito de ser elegido para un nuevo mandato como presidente del Gobierno, pese a estar en clara minoría en la Cámara.
“España necesita algo más que una simple investidura”, señaló Rajoy en la tribuna de oradores, transmutado de presidente dialogante, en la noche de los disfraces y en vísperas del día del difunto rodillo de la mayoría absoluta. Pero con la advertencia de que él será el presidente y tendrá la capacidad de disolver y convocar elecciones a partir de mayo si le hacen la vida imposible: "No pretendan imponerme lo que no puedo aceptar". Su objetivo, según explicó, es ampliar a la gestión del Gobierno y, especialmente a la aprobación de los Presupuestos, la votación que este sábado permitió su investidura. Es decir, que no aceptará "liquidar todas las reformas". No negociará la estabilidad presupuestaria, ni la unidad de España, ni "derribar lo construido".
Desde ahora empieza una nueva etapa política e institucional, en la que por primera vez uno de los dos grandes partidos que se han turnado en el poder en la España constitucional, PP y PSOE, facilita que gobierne el otro. Todo después de dos elecciones generales y el mayor periodo de inestabilidad e incertidumbre desde 1978.
Un giro de 360 grados: de Rajoy a Rajoy
Rajoy gana y la política española ha dado casi un giro de 360 grados. De Rajoy a Rajoy con la única diferencia de que antes gobernaba con una cómoda mayoría absoluta y ahora se enfrenta a un Parlamento fragmentado y sin mayoría claras que le respalden. Pero con los grupos de la oposición divididos y enfrentados entre sí como se apreció este sábado en el bronco pleno.
Al otro lado del hemiciclo, hay 85 diputados del PSOE en uno de sus peores momentos, tras pasar del "no es no" a la traumática abstención. La división se manifiesta en la votación con 69 abstenciones, 15 noes y la ausencia de quien defendió el rechazo al Gobierno de Mariano Rajoy y recién dimitido como secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
La pugna entre Sáenz de Santamaría y Cospedal, el gran misterio por desvelar del nuevo Gobierno de Rajoy
Sólo el presidente sabe el diseño de su nuevo Ejecutivo, pero se da por hecho que tendrá que lidiar entre la enemistad entre las actuales 'números dos' en la Moncloa y el PP.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su número dos en el Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría (i), y en el PP, María Dolores de Cospedal (d). Archivo REUTERS
MADRID.- Sólo Mariano Rajoy sabe cuál será la nueva composición de su equipo de Gobierno. Pero de todas las quinielas, la más repetida es la que hace referencia al ascenso de María Dolores de Cospedal, actual secretaria general del PP, a un ministerio, mientras la actual vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, permanecería en su cargo. Dada la conocida enemistad entre ambas, la mayor incógnita a desvelar en los próximos días es cómo el presidente se las arreglará para lidiar entre sus pugnas por el poder.
Ambas cuentan con la confianza de su jefe. Y ambas han sido utilizadas por él para apagar todos los fuegos de esta legislatura, desde el caso Bárcenas a los últimos escándalos de Soria, Fernández Díaz o Barberá. Por eso, se da por hecho que las dos serán premiadas por su trabajo. Pero tendrán que compaginar sus actividades de una forma mucho más directa que hasta ahora: se verán todos los viernes en los Consejos de Ministros y, por tanto, tendrán que tomar decisiones juntas.
Por eso Cospedal no aceptará ocupar sólo una cartera mientras Santamaría siga con la Vicepresidencia y la Portavocía del Gobierno. Varias opciones que se han barajado esta semana en los pasillos del Congreso: O bien Rajoy permite que la primera compagine ministerio y Secretaría General en el PP, o bien, quita a la segunda su cargo añadido de portavoz para equiparar la importancia de sus puestos.
El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez Maillo, en una imagen de archivo. EFE
La salida de Cospedal al Gobierno conllevaría también cambios en la organización del PP y, según apuntaba un alto cargo del partido días atrás, éstos, a su vez, cambios en el Grupo Popular en el Congreso. La posibilidad más factible -siempre teniendo en cuenta que sólo Rajoy sabe qué hará finalmente- es que sea el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maillo, quien ascienda la Secretaría General. El portavoz en la Cámara baja, Rafael Hernando, que ha servido desde su nombramiento para hacer de 'poli malo' frente a los ataques de la oposición, podría verse ascendido a un alto cargo en el PP.
Otro de los 'ojitos derechos' de Rajoy, Pablo Casado -actual vicesecretario de Comunicación- se ha autodescartado de cualquier tipo de ascenso, aunque son muchos quienes le veían también premiado con un Ministerio, al igual que su mano derecha en el gabinete, Jorge Moragas. En unas 48 horas se sabrá, una vez el Rey haya vuelto de la Cumbre en Iberoamérica, Rajoy haya jurado su cargo de presidente y le haya comunicado su decisión final a Felipe VI. La foto final del nuevo Gobierno llegará el viernes 4, en su primera reunión del Consejo de Ministros.
Rajoy, poco amigo de las crisis de Gobierno
Rajoy, poco amigo de las crisis de Gobierno, sólo ha cambiado a sus ministros en situaciones de máxima necesidad. El primero fue Miguel Arias Cañete, candidato a las europeas de 2014, y a él le siguieron Alberto Ruiz-Gallardón -tras su polémica contrarreforma del aborto que no gustó ni entre los suyos-; José Ignacio Wert -tras dejar aprobada la contestada Lomce-; Ana Mato -tras ser sentada en el banquillo de la Gürtel-; Miguel Soria -tras verse implicado en los papeles de Panamá-; y Ana Pastor, a quien premió con la Presidencia del Congreso.
Pese a ello, el presidente podría verse obligado a renovar su equipo si de verdad quiere ofrecer la imagen de "regeneración" que le exigen desde la oposición y sus propios socios de Ciudadanos. No obstante, los sustitutos de los destituidos apuntan ahora a la continuidad. Isabel García Tejerina (Agricultura), Rafael Catalá (Justicia) e Iñigo Méndez de Vigo (Educación) podrían seguir en el Ejecutivo, aunque, quizá, con alguna pequeña salvedad.
Se da por descartado que Alonso y Feijóo den el salto a Madrid sólo un mes después de las elecciones gallegas y vascas
En los mentideros se apunta a la posibilidad de dividir las carteras de Educación y Cultura -algo que el propio ministro descartó recientemente en una entrevista en RNE- y a que Catalá, que era el anterior secretario de Estado de Infraestructuras, podría abandonar Justicia para quedarse sólo con Fomento -competencia que asumió ya en funciones tras la salida de Pastor-.
El sucesor de Mato, Alfonso Alonso, en cambio, sí descarta volver a Sanidad. Fue el candidato del PP en las pasadas elecciones del 25-S en Euskadi y fuentes muy próximas a él argumentan ahora que "tiene trabajo que hacer allí todavía". Consideran, por tanto, que es pronto para que vuelva a Madrid, igual que ocurre con Alberto Núñez Feijóo. El renovado presidente de la Xunta, pese a considerarse el delfín de Rajoy, todavía no ha formado Gobierno en Galicia y sería extraño que diese el salto cuando hace tan sólo un mes prometió agotar la legislatura en su Comunidad.
Todos asumen ya la marcha de Fernández Díaz, mientras que Báñez, Guindos, Margallo y Morenés son una incógnita
Otra de las dudas sería la permanencia de Fátima Báñez (Empleo) y Luis de Guindos (Economía). Las fuentes consultadas -que insisten en que sólo Rajoy sabe qué pasará- dudan sobre su renovación, aunque también constatan que ambos cuentan con el apoyo del presidente. A la primera le ofreció toda su confianza al nombrarla para el equipo negociador que consiguió el pacto con C's y con el segundo apagó la crisis del nombramiento de Soria para el Banco Mundial al acudir, en plena semana de la polémica, a presentar su libro. Ambos podrían pagar la factura de llevar una cartera especialmente difícil en épocas de paro y crisis económica o, todo lo contrario: ser premiados por aguantar las dificultades.
Más probable es que el titular de la otra cartera económica, Cristóbal Montoro, siga al frente de Hacienda. Fuentes cercanas al ministro aseguran que está cansado de llevar el peso de los recortes y el aumento de impuestos -como el IVA cultural- pero también dan por hecho que asumirá el reto si el presidente vuelve a pedírselo. La prioridad del nuevo Ejecutivo será aprobar unos Presupuestos que se aventuran complicados por el anunciado 'no' del PSOE a ofrecerle estabilidad aunque permita su investidura, por lo que muchos -aunque no todos- prevén que Rajoy siga confiando en él.