Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños Denis !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: LA AGRESIVA POLÍTICA COMERCIAL CHINA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 26/07/2013 01:05

La agresiva política comercial china

El gigante asiático está invirtiendo en África y América Latina a través de empresas que tienen el respaldo del Estado. El resto de los gobiernos deberían estar preocupados por el papel que Pekín jugará en el futuro

 

¿Por qué una empresa china semidesconocida ha puesto en marcha un plan para construir un canal que atraviese Nicaragua? No se ha escogido aún ninguna ruta concreta y las dificultades medioambientales y de ingeniería a las que se enfrenta la obra son enormes, pero el Gobierno nicaragüense aprobó hace poco una concesión de 50 años a la empresa para la realización y explotación del proyecto. Se calcula que el plan tendrá un coste aproximado de 40.000 millones de dólares, una suma que es cuatro veces mayor que el PIB anual del país centroamericano. Sabemos por qué el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, está interesado en que se lleve adelante. La construcción del canal podría reducir drásticamente el número de desempleados en el país, y los ingresos obtenidos por los derechos de tránsito podrían contribuir a la lucha contra la pobreza.

Ahora bien, ¿qué motivo es el que impulsa a una empresa china a asumir los inmensos costes y riesgos asociados al proyecto? Según un portavoz de la compañía, el tráfico de buques petroleros crecerá a toda velocidad en paralelo al comercio mundial, en especial cuando la revolución energética en Estados Unidos impulse un aumento de las exportaciones de recursos energéticos a Asia desde los puertos situados en el golfo de México. Además, como ocurre con los proyectos de infraestructuras financiados por empresas chinas en África y otras partes del mundo en vías de desarrollo, las obras crearán puestos para trabajadores chinos, y el canal garantizará el paso del petróleo, el gas, los metales y los minerales que China necesita para alimentar su crecimiento.

Esta historia contiene importantes enseñanzas para los Gobiernos y las empresas que compiten con grupos chinos en todo el mundo. En primer lugar, las compañías chinas pueden permitirse correr unos riesgos que para otros son inasumibles. Las empresas de propiedad estatal cuentan con el respaldo político y económico de sus Gobiernos, y ese es un factor que les da una ventaja comercial fundamental. Pero incluso las firmas que no son propiedad directa del Estado pueden obtener condiciones de financiación muy favorables si Pekín considera que sus planes de inversión son creíbles y que redundan en beneficio de los objetivos del Gobierno. En algunos casos, incluso pueden permitirse el lujo de sufrir pérdidas cuantiosas.

Lo que tenemos ante nosotros es capitalismo de Estado que juega con ventajas competitivas

En segundo lugar, las empresas chinas pueden hacer negocios con socios que otros consideran que representan un riesgo excesivo. La mayoría de las empresas de todo el mundo se lo pensarían antes de invertir en un proyecto cuyo éxito depende de la fiabilidad de un Gobierno como el de Nicaragua, que es históricamente hostil a los intereses de Occidente, carece de calificación de solvencia para los inversores y podría nacionalizar el canal en el futuro. Sin embargo, Nicaragua no dispone de suficientes amigos internacionales como para atreverse a enemistarse con los ricos socios comerciales de Pekín. De hecho, las empresas chinas podrían utilizar su peso diplomático para obtener unas condiciones comerciales mucho más favorables que las que proporciona el canal de Panamá.

Lo que tenemos ante nuestros ojos es capitalismo de Estado, un sistema en el que los Gobiernos utilizan las empresas de propiedad estatal, otras empresas de propiedad privada pero políticamente leales, bancos y fondos soberanos para hacer realidad sus objetivos políticos. Se trata de un intento sistemático de usar los mercados para construir prosperidad y, al mismo tiempo, hacer todo lo posible para garantizar que sea el Estado el que decida quién resulta beneficiado. Y ningún Gobierno practica el capitalismo de Estado a mayor escala ni con tanto éxito como China.

Por supuesto, esta estrategia no se limita en absoluto a Nicaragua. China es el país cuyas inversiones más están creciendo en Latinoamérica y es ya también el mayor socio comercial de pesos pesados de la región como Brasil y Chile. Las exportaciones latinoamericanas a China aumentaron de 5.000 millones de dólares a 104.000 millones de dólares entre 2000 y 2012. La reciente visita de Estado de tres días del presidente Xi Jinping a México culminó con el anuncio de un partenariado estratégico y la expansión de los lazos comerciales, así como la garantía de que México reconoce oficialmente que Tíbet y Taiwán forman “parte inalienable del territorio chino”. Además, Canadá está desarrollando una intensa campaña para expandir su comercio con Asia en general y con China en particular.

En algunos círculos de Washington preocupa que las inversiones chinas en el hemisferio occidental sean un elemento más de la rivalidad geopolítica con Estados Unidos. Es indudable que, en Pekín, algunos piensan que el giro estadounidense hacia Asia, que incluye un mayor énfasis del Gobierno de Barack Obama en los vínculos comerciales y el traslado de recursos militares a la región, ha despertado la indignación de los dirigentes chinos, algunos de los cuales han llegado a decir que Estados Unidos quiere rodear China e impedir su crecimiento.

Pekín está asumiento unos riesgos políticos de difícil gestión por su falta de experiencia

Pero China no está creando nuevos lazos comerciales en Centroamérica y América Latina como parte de una campaña de estilo soviético para establecer una cabeza de puente en el patio trasero de Washington. China y las empresas chinas están desarrollando también cada vez más actividad en África, Oriente Próximo, el sureste asiático y Europa, donde buscan obtener beneficios de sus inversiones, tener acceso a un número cada vez mayor de consumidores capaces de comprar las exportaciones chinas y asegurar a largo plazo el abastecimiento de los recursos que necesita el país para sostener el crecimiento, crear nuevos puestos de trabajo y reforzar la estabilidad interna. Eso sin contar con que, en Pekín, muchos funcionarios bien relacionados están ganando mucho dinero con estos acuerdos y contratos.

Sin embargo, el hecho de que la agresiva política comercial e inversora de China no sea un avance estratégico en el gran tablero de ajedrez no significa que las empresas y los Gobiernos extranjeros no deban estar preocupados por ella. Para empezar, en todos los países en vías de desarrollo, las empresas multinacionales de propiedad privada tienen que competir con las empresas estatales que cuentan con el respaldo del Estado chino y un considerable apoyo económico y político de sus respectivos Gobiernos, por lo que no compiten en condiciones de igualdad.

Y, si las empresas de otros países deben estar preocupadas por la fortaleza de China, por otra parte, a los Gobiernos deberían inquietarles todos los factores que hacen a China vulnerable. Al establecer todas esas nuevas relaciones en el mundo en vías de desarrollo, Pekín está asumiendo de forma precipitada unos riesgos políticos que no va a poder gestionar por falta de experiencia. En especial, a medida que el aumento de la producción nacional de energía en Estados Unidos le haga depender cada vez menos del crudo procedente de Oriente Próximo y África, China, con sus grandes necesidades energéticas, irá involucrándose cada vez más en los problemas de la región.

Y esa es una posibilidad que debe preocuparnos a todos, porque esta potencia, aún en pleno desarrollo y con un futuro que puede ser inseguro, pronto será la mayor economía del mundo, y eso hará aflorar unas debilidades que tendrán consecuencias para todos los que hacen negocios con China y para todos cuya vida depende de la estabilidad de la economía mundial.

Ian Bremmer es fundador y presidente de Eurasia Group, la principal firma mundial de consultaría e investigación sobre riesgos políticos. Su libro más reciente es Every nation for itself: Winners and losers in a G-Zero World, details risks and opportunities in a world without global leadership.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.



Primer  Anterior  2 a 4 de 4  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 15/03/2015 12:42

La nueva normalidad de China

La economía del gigante asiático marchó en general con “paso seguro” y registró “progresos sobre la base de la estabilidad”, según el informe más reciente del Gobierno chino

China apuesta a la innovación del pueblo como garantía de su desarrollo futuro. Foto: XINHUA

China cumplió sus metas de desarrollo económico y social fijadas para el 2014, emprendió con buen pie la profundización integral de la reforma y dio pasos sólidos en la construcción de una sociedad modestamente acomodada.

De acuerdo con el más reciente informe del Gobierno chino presentado esta semana por el primer ministro, Li Keqiang, la economía del gigante asiático marchó en general con “paso seguro” y registró “progresos sobre la base de la estabilidad”.

Las cifras hablan de un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 63,6 billones de yuanes —aproximadamente 10,4 billones de dólares—, un 7,4 % más que en el ejercicio precedente y cercano a la previsión del 7,5 %.

Según expresó Li Keqiang ante los delegados que asisten a las sesiones de la Conferencia Consultiva Política Popular y la Asamblea Popular Nacional, en Beijing, el proceso de reforma y apertura continuó profundizándose mientras el país ha entrado en una etapa de “nueva normalidad”.

Luego de varios años con crecimiento del 10 % como promedio, la economía china transita ahora por un periodo de avance estable y de ritmo normal (7,5-8 %).

De acuerdo con la explicación del Premier, el concepto de la “nueva normalidad” significa que la sociedad debe ajustarse a la desaceleración del crecimiento y equivale a decir, además, que el país se esforzará por llevar adelante un modelo de desarrollo más sostenible y eficiente para las próximas décadas.

“Nuestro país, el mayor país en vías de desarrollo del mundo, aún se halla y permanecerá largo tiempo en la etapa primaria del socialismo. La neutralización de los diversos tipos de contradicciones y riesgos, el saltar por encima de la ‘trampa de la renta media’ y la materialización de la modernización dependen fundamentalmente del desarrollo, el cual debe mantener un ritmo de crecimiento razonable”, afirmó al enunciar los logros del 2014 y los retos que el nuevo año trae para la nación.


DESARROLLO SOSTENIBLE Y RIQUEZAS COMPARTIDAS
Entre los principales logros del 2014, Li Keqiang destacó la ampliación del alcance de la Zona Experimental de Libre Comercio de Shanghai y la creación de otras zonas similares en Guangdong, Tianjin y Fujian. Las autoridades también simplificaron algunos mecanismos burocráticos para el establecimiento de nuevos negocios extranjeros en China.

Subrayó que las exportaciones continuaron al alza y se incrementó la cooperación con el exterior en sectores como las líneas férreas, la electricidad, los hidrocarburos y las telecomunicaciones.

En el orden social, recordó que el Gobierno chino perfeccionó la política de fomento del empleo, elevó el índice de colocación de los graduados de los centros docentes superiores, amplió el acceso a los servicios sociales básicos e implantó un sistema unificado del seguro de vejez para las poblaciones urbana y rural.

No obstante el trabajo realizado y la notable intención del Gobierno de dar respuesta a las necesidades sociales, el Primer Ministro sostuvo que el pueblo aún muestra descontento con temas como la asistencia médica, la vivienda, el transporte, la educación, la distribución de los ingresos, la contaminación ambiental y otros.

Puso énfasis en el éxito de la política encaminada a fortalecer la base agrícola, facilitar el desarrollo rural y fomentar una vida campesina próspera. Dijo que por undécimo año consecutivo la producción nacional de cereales y legumbres creció, lo cual contribuyó a disminuir las importaciones y a garantizar el núcleo duro de la dieta básica china.

Manifestó que aumentaron los ingresos de los residentes en zonas rurales y el campesinado en general, un sector de la población que en los últimos años se había quedado rezagado en comparación con el urbano.

Aun cuando en la China actual todos los habitantes viven mejor que sus ancestros, la aspiración del gobernante Partido Comunista es que “el enriquecimiento sea conjunto”. El enorme desafío de la redistribución de las riquezas en la nación más poblada del planeta es el propósito de la política del Sueño chino, que busca establecer para el año 2020 una “sociedad modestamente acomodada”.

El Gobierno aspira a que dentro de cinco años el PIB chino equivalga al doble del registrado en el 2010 (10,34 billones de dólares) y que para entonces la renta per cápita también se duplique.

Durante su alocución, Li Keqiang también destacó el impulso dado al desarrollo del sector de los servicios y al de las industrias emergentes estratégicas, incluyendo la de circuitos integrados, la de fabricación de equipos de gama alta y la de vehículos de nuevas energías o energías limpias.

Las nuevas vías férreas puestas en funcionamiento sumaron 8 427 kilómetros y las líneas ferroviarias de alta velocidad en servicio llegaron a 16 000 kilómetros. Se pusieron en operación 112 000 kilómetros de autopistas y se fortaleció todavía más la construcción de vías fluviales y de la aviación civil.

Desde 1979 el modelo de desarrollo extensivo aplicado en China descansaba en el fomento de la inversión extranjera y la exportación, pero ahora se quiere que el crecimiento sea más intensivo. Esto pasa porque las producciones de la llamada “fábrica del mundo” ganen en calidad y se vuelvan cada vez más competitivas en el mercado internacional. También explica el énfasis del Gobierno en la introducción de las aplicaciones de la ciencia y la técnica en los procesos de producción y en la construcción de una civilización ecológica y sostenible para las futuras generaciones.


DOBLE MOTOR DE CRECIMIENTO
Según Li Keqiang, “el desarrollo económico de China ha entrado en una nueva normalidad y se encuentra en el mo­mento crítico de subir cuestas y pasar baches”.

“Los males de los regímenes y mecanismos, así como las contradicciones estructurales, constituyen obstáculos en el ca­mino de nuestro avance; de ahí que, si no profundizamos las re­formas ni reajustamos la estructura económica, nos resultará muy difícil hacer realidad un desarrollo sano y sin altibajos”, sostuvo.

El Premier argumentó que “la propuesta de un 7 % como meta aproximada del crecimiento económico responde a nuestra consideración tanto de las necesidades como de las posibilidades, está vinculada con el objetivo de consumar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, se corresponde con el aumento del volumen global de la economía y se adapta a la exigencia de actualizar su estructura, por lo que se aviene con las leyes del desarrollo y con la realidad objetiva”.

“Si mantenemos un desarrollo a tal ritmo durante un periodo relativamente largo, las bases para materializar la modernización serán más sólidas”, subrayó.

Con estas ideas en mente, Li Keqiang puntualizó que China necesita contar tanto con el motor tradicional como con un motor nuevo de crecimiento.

Las más recientes medidas gubernamentales han estado orientadas hacia alentar el consumo interno y la innovación, ya que el país tiene una población de más de 1 300 millones de habitantes —el mayor mercado del mundo, ahora con poder adquisitivo— y una mano de obra compuesta por 900 millones de personas.

Por tanto “el doble motor” del que habla el gobernante chino se explica en el despliegue por parte de las masas de actividades emprendedoras e innovadoras, y el aumento de los productos nacionales y los servicios públicos.

La nación, llamada a ser la primera economía del orbe en pocos años, está pensando en su futuro y apuesta por su gente. Toma las medidas necesarias para movilizar los recursos humanos con que cuenta, alentándolos a que exploten al máximo sus potencialidades, y a más de 70 millones de empresas para que desempeñen un rol activo en el desarrollo.


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/12/2016 12:47

Turquía abre la vía al comercio con monedas nacionales


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/12/2016 14:37

Comienza a funcionar nuevo tren de mercancías entre China y Europa

Spanish.xinhuanet.com   2016-12-09 09:27:00   

WUHAN, 9 dic (Xinhua) -- Un tren de mercancías que une la ciudad china de Wuhan y Europa comenzó su primer recorrido cargado de piezas de automóvil y productos electrónicos, según las autoridades locales.

El convoy partió el jueves por la mañana de Wuhan, capital de la provincia central china de Hubei. Pasará por la ciudad de Manzhouli de la región autónoma de Mongolia Interior, por Rusia, por Bielorrusia y por Polonia, antes de llegar a su destino en Alemania, una ruta de 12.000 kilómetros, de acuerdo con la compañía Wuhan Asia-Europe Logistics (WAE), que opera el tren.

"La ruta ayudará a Wuhan a exportar productos a Rusia, Bielorrusia, Asia Central y Europa del Este", dijo un funcionario de la WAE.

En la actualidad, Wuhan cuenta con 12 rutas internacionales de trenes de carga similares.

Noticias Relacionadas


Primer  Anterior  2 a 4 de 4  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados