Rego Grande, conocido como el 'Stonehenge del Amazonas' por analogía con el famoso monumento prehistórico del Reino Unido y descubierto en el siglo XIX, se encuentra cerca de la ciudad de Calçoene, en el estado de Amapá (norte de Brasil).
Este monumento monolítico, que consta de 127 bloques de granito que forman un círculo de más de 30 metros de anchura, fue construido hace alrededor de mil años, unos quinientos antes de que los europeos comenzaran a colonizar las Américas.
Como apunta el diario 'The New York Times', pruebas de radiocarbono y mediciones del sitio durante el solsticio de invierno arrojan luz sobre las antiguas civilizaciones de la Amazonia. Los arqueólogos llegaron a la conclusión de que los pueblos indígenas que habitaron esta zona desarrollaron una civilización más sofisticada de lo que pensaban hasta ahora los científicos.
"Estamos empezando a reconstruir el rompecabezas de la historia humana de la cuenca del Amazonas y lo que encontramos en Amapá es absolutamente fascinante", afirma Mariana Cabral, arqueóloga de la Universidad Federal de Minas Gerais.
En 2005, los arqueólogos comenzaron a excavar el 'Stonehenge del Amazonas' y descubrieron urnas de enterramiento de cerámica hechas a mano, lo que supone que parte de la zona pudo haber servido como cementerio. Las piedras parecen haber sido colocadas teniendo en cuenta el recorrido del Sol en el solsticio de invierno, cuando el astro se encuentra en su punto más bajo. Por lo tanto, el sitio también puede haber sido utilizado como un lugar de culto o como observatorio astronómico, según los investigadores.
"Las piedras de Rego Grande son extraordinarias y su irregularidad puede tener su propio significado, diferente de otros sitios megalíticos del mundo", afirma John McKim Malville, físico solar de la Universidad de Colorado. Malville plantea la posibilidad de que este monumento refleje la importancia en las culturas amazónicas del animismo, que sostiene que los objetos y los elementos del mundo natural tienen alma.