Así aseguró, el presidente Salvador Sánchez Cerén el 24 de enero de 2016, durante el acto de recordación por los 10 años del fallecimiento del dirigente.
El jefe de Estado resaltó entonces que 'la firma de los Acuerdos de Paz se debe a este hombre, Schafik; él condujo la delegación del FMLN que negoció con el gobierno y que ha sentado las bases de este país que estamos construyendo ahora.'
En estos días su espíritu revolucionario, aglutinador, sus deseos de por poner fin a la guerra y edificar una sociedad con justicia están presentes en la militancia del FMLN.
Recuerdan especialmente su discurso recto, valiente y esperanzador durante la rúbrica del Acuerdo entre el gobierno y el Frente, que tuvo lugar en 1992, en el Castillo de Chapultepec, en la capital mexicana.
'Lo principal de este logro es el fin de la hegemonía militar sobre la nación civil, el final de una larguísima época durante la cual fueron ahogados los ideales liberales de los Próceres de nuestra Independencia, en beneficio de una minoría opulenta, apoyada en la fuerza, que llegó a volverse insensible al clamor del pueblo laborioso y pobre', expresó en su alocución.
Recordó que durante muchísimo tiempo, una y otra vez, los salvadoreños intentaron cambiar esa situación por vías pacíficas, incluso electorales, pero esas puertas fueron cerradas.
En ese sentido, enfatizó que la lucha armada revolucionaria en las condiciones de El Salvador fue necesaria y legítima y la voluntad de llevarla inclaudicable hasta el final es el mérito de miles de combatientes del FMLN, apoyados siempre por el pueblo civil, a costa de inmensos sacrificios y sufrimientos.
También 'es el mérito del movimiento popular que mantuvo en alto su lucha y sus banderas reivindicativas, a pesar de todas las adversidades', dijo el comandante Simón, su nombre de guerra.
Para el líder histórico, las motivaciones y causas el conflicto armado en El Salvador estuvieron fincadas muy hondamente en la realidad nacional del país.
'Su rebeldía, determinación y tenacidad, su convicción libertaria y reformadora anduvieron desde mucho antes por los cuatro rumbos de nuestro continente en Simón Bolívar, Francisco Morazán, Benito Juárez, José Martí, César Augusto Sandino, Agustín Farabundo Martí, tantos otros venerados latinoamericanos, inquebrantables abanderados del futuro', destacó.
Explicó que los Acuerdos firmados el 16 de enero de 1992, contenían el diseño del nuevo país deseado por los salvadoreños y la vida que querían vivir.
'Ahora se inicia la etapa de ejecución de estos acuerdos (...). El FMLN está consciente de los riesgos y dificultades, de los obstáculos a vencer para que esta obra sea realizada, cumpliendo en letra y espíritu los documentos firmados. De ello dependerá la estabilidad, la solidez de la paz y el futuro de la Patria', señaló entonces.
Su cumplimiento necesitaba una constante atención de la comunidad internacional y apoyar al Secretario General de las Naciones Unidas en su responsabilidad de vigilar y verificar este proceso, y aportar recursos en favor de la reconstrucción del país, exhortó.
'El FMLN tiene conciencia de que la solución negociada de la guerra civil salvadoreña constituye una innovación observada en este y otros continentes, con ojos cargados de esperanza y a la vez cruzados por dudas e interrogantes', afirmó Schafik.
El cumplimiento de los Acuerdos es el único modo de despejar las incertidumbres y convertirlos en un aporte útil para otros pueblos, comentó.
'Nosotros no estamos llegando a este momento como ovejas descarriadas que vuelven al redil, sino como maduros y enérgicos impulsores de los cambios hace mucho tiempo anhelados por la inmensa mayoría de los salvadoreños', manifestó.
Agradeció a todos quienes contribuyeron a lograr la firma de la paz, tanto dentro como fuera de El Salvador.
'Las Partes en la negociación hemos terminado nuestro trabajo, desde ahora la Nación entera asume el protagonismo de su propia transformación', concluyó.