P. ¿Cómo integró historias y sonidos de sitios tan distintos?
R. Igual que se forman los seres humanos, con genética de diferentes lugares. Así construimos la música. Todo el proceso creativo se dio durante un periodo de análisis de lo que soy. Ha sido mi proyecto más ambicioso porque cada sonido se grabó en el país de donde proviene originalmente. Ese fue el proceso para cada sitio que visité y creo que tengo un gran disco entre manos.
P. ¿Qué experiencias fueron las más enriquecedoras y cuáles las más difíciles de asimilar?
R. Todas me enriquecieron un montón. Con la misma fuerza, pero de diferente manera. Ver cómo dos países se odian, como en Osetia y Georgia, fue difícil. Estar en Armenia durante la guerra fue difícil. Estar en Burkina Faso y ver cómo Francia se ha chupado todos los recursos fue difícil. Aunque eso no quiere decir que no haya visto cosas bonitas. Me sorprendió ver a gente que con tan poco era feliz. Al final, tuve la oportunidad de reflexionar sobre toda mi carrera, cuando antes no había podido hacerlo. Escoger solo una es complicado. En realidad, no te puedo decir el tema que más me gusta del disco, porque me gustan todos.
P. En Somos Anormales hay una lucha entre los limpios y los sucios, entre los poderosos y los relegados. Con personajes como Donald Trump a la cabeza, ¿cómo se libra esa batalla en la realidad?
R. Las guerras ahora mismo se ganan en el Internet. Las batallas sociales y políticas se están dando en una nueva era en la que la gente se manifiesta a través de todos los medios y las redes sociales. Estamos sufriendo muchos cambios. No me gusta ponerle el nombre de izquierda y derecha a nada, pero, a nivel político, digamos que la derecha está dominando las elecciones de casi todos los países: España, México, Argentina… y podemos seguir. En Estados Unidos ganó un republicano de la extrema derecha.
P. Mucha gente en Estados Unidos votó por un presidente misógino y racista…
R. Trump ganó porque las elecciones de Estados Unidos no tienen ningún tipo de sentido. No digo que sean dictatoriales, pero el pueblo no elige. Si fuera así, hubiera ganado Hillary Clinton porque tuvo más votos. Eso no quita que Trump tuvo un montón de votos también. Lo negativo es que salió electo un racista, que habla muy mal de las mujeres, un negociante que no sabe hacer nada. Se ve que su única prioridad es el negocio, más que ayudar socialmente a la gente. Lo positivo es que se hace evidente que Estados Unidos es racista y eso ayuda a que se trabaje en el problema. Cuando estaba Obama era el mismo racismo, seguían siendo los más racistas del mundo. Ahora con Trump, la gente se va a manifestar, a mover. Está bueno que Estados Unidos tenga a un presidente que les baje el autoestima un poco, aunque ya los han tenido antes. Tienen que darse cuenta de que viven en una burbuja y que tienen a un presidente que a los ojos del mundo es un payaso. Ellos se creen los mejores en todo, ahora tienen al presidente más ridículo y más payaso del mundo.
P. ¿Qué le diría a la gente que está decepcionada con todo lo que ha sucedido en la política internacional en los últimos meses?
R. Les diría que los cimientos de lo que se ha conseguido en los últimos 10 años son muy sólidos. Se formaron movimientos sociales como #OccupyWallStreet, el 15-M, #YoSoy132, la gente que exige justicia para los 43 de Ayotzinapa... Todo eso es como un volcán que tiene lava dentro y cualquier cosa que haga que esa lava salga provocará una erupción. Vamos a resistir porque somos más fuertes que antes.
P. Ha sido uno de los principales defensores de la independencia de Puerto Rico. ¿Ha ganado impulso con los problemas económicos que atraviesa la isla?
R. La independencia va a tomar tiempo y es algo que tiene que surgir desde la propia gente. Hay muchos que quieren ser un Estado y esa también es una solución a la situación colonial, aunque no es la que yo apoyo. Aún es así es mejor que ser una colonia. A Estados Unidos le conviene que seamos lo que somos. Estamos en bancarrota y no lo pueden decretar como tal. Nos tienen clavados con eso y están buscando maneras de mantenernos esclavos toda la vida, lo mismo con nuestros hijos y nuestros nietos. La situación es complicada, pero yo creo que va a haber una luz al final del túnel. Algún día Puerto Rico será independiente, la gente se va a enterar de que es la única opción y la mejor.
P. ¿Cuándo vuelve Calle 13 como grupo?
R. Es en lo que menos estoy pensando ahora mismo porque acabo de sacar mi proyecto. Calle 13 es algo en lo que trabajamos mi hermano y yo juntos, que empezó durante la universidad y después se convirtió en el grupo que es hoy. Ahora yo tengo este proyecto y tengo un montón de ganas de hacer más cosas. Quiero hacer cine, películas. Eso no quiere decir que ya no vaya a tocar las canciones de Calle 13. Eso va a seguir en los shows que haga en Latinoamérica. Lo único que implica es que hoy no tengo que pedir permiso a nadie, voy directo a hacer lo que yo quiera. Es verdad que nunca tuve un problema, siempre tuve la libertad en mis manos y él siempre estuvo abierto a todo lo que yo quisiera hacer, pero ahora es un poco más fácil.
P. ¿Qué sigue en su etapa como solista?
R. El disco sale en marzo y el documental va a estar en festivales primero y saldrá un poco después. La premier será en South by Southwest (en Austin, Texas). Después lo pondremos en un lugar donde la gente lo pueda ver, ya sea en Netflix o cualquier otro lugar. La gira empezará tres meses después del lanzamiento del disco. Creo que México será de los primeros países que visitaremos. Estamos listos.