Este viernes, un juez federal de la ciudad de Seattle (Washington, EE.UU.) dictaminó una orden que deja sin efecto temporalmente el decreto de inmigración promulgado por el presidente Donald Trump que impide la entrada a EE.UU. de refugiados sirios y de los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
Según informa Reuters, la orden del juez representa un desafío importante al Gobierno de Trump, que se espera reaccione ante la medida en las próximas horas. Asimismo, el juez señaló que cada estado tiene capacidad legal para demandar, lo que podría ayudar a los fiscales demócratas que se oponen a las medidas del mandatario estadounidense a llamarlo a los tribunales por otros asuntos más allá de los migratorios.
"Es un día maravilloso para el estado de derecho en este país", aseguró el procurador general del estado de Washington, Noah Purcell.
"La opinión de este así llamado 'juez', que de forma esencial lleva el orden público de nuestro país, es ridícula y será anulada", ha asegurado el presidente estadounidense en su cuenta personal de Twitter.
La decisión se produce el mismo día en que abogados de cuatros estados del país buscaban en los tribunales impugnar la orden ejecutiva del presidente, justificada por su Administración por motivos de seguridad nacional. Sin embargo, muchos opositores la califican de anticonstitucional por discriminar a personas basándose en sus creencias religiosas.
De acuerdo con la cadena NPR, el Departamento de Justicia informó hace unas horas de su intención de apelar la "escandalosa" decisión del tribunal. Según el comunicado, su intención es defender la orden presidencial, que califican de "legítima y apropiada" y que, según el departamento, "tiene la intención de proteger a la patria". "[Trump] tiene la autoridad constitucional y la responsabilidad de proteger al pueblo estadounidense.