'Durante su torturado y deshumanizante encarcelamiento, el carácter de Oscar fue moldeado por 12 largos años de privación sensorial en solitaria y 23 años adicionales durante los cuales ni tan siquiera le permitieron asistir al entierro de su madre', comentó el galeno sobre el luchador independentista que llegó en la víspera a Puerto Rico tras salir de la prisión estadounidense de Terre Haute, en Indiana.
Dijo que la meta final del castigo es el 'espiriticidio', palabra que acuñó López Rivera asegurando que 'mi espíritu también resucitará si los carceleros logran sus metas... Mi certeza radica en mi confianza en que he elegido servir a una causa justa y noble', como es la entrega de la vida por la libertad de la patria.
Cabanillas advierte que a López Rivera no le fue necesario resucitar porque sus carceleros fallaron al no saber aquilatar que detrás de esta persona de escasamente 5 pies con 3 pulgadas y 135 libras había un gigante en espíritu y resistencia.
'Oscar se impuso por encima de todos los arduos esfuerzos por parte de sus carceleros de aniquilar su voluntad que cada día resurge más fuerte; ya todos podemos comenzar a celebrar el regreso de nuestro héroe nacional', sostuvo el médico en una artículo con su firma publicado en el diario nacional El Nuevo Día.
Consideró que de no haber impuesto los federales la continuación de su encierro en Puerto Rico, donde debió llegar manteniendo un bajo perfil, 'un pueblo totalmente unido que por años ha reclamado su regreso, le hubiese querido brindar un recibimiento digno de un triunfador'.
Apuntó que aunque al fin la tortura terminó para Oscar, los federales decidieron que el suplicio y la angustia ahora los desplazarían hacia los puertorriqueños.
'No nos permitieron, no digamos una entrevista, ni siquiera una foto con rostro de vencedor para deleite de una nación que por tanto tiempo ha anhelado este momento tan cargado de emoción; no me digan que eso no es crueldad', insistió el médico.
Cabanillas consideró como otra cuestión incomprensible que Oscar tenga que vivir en arresto domiciliario en el apartamento de su hija con la excusa de que necesita esos tres meses para hacer una transición hacia la vida fuera de la cárcel.
'¿Por qué una persona que ya tiene hogar y un trabajo asegurado necesita estar encerrado en un apartamento por tres meses? ¿Cómo es que eso le ayuda a 'transicionar' hacia la libertad? ¿Alguien me puede explicar?', planteó.
López Rivera, quien cuya pena por conspiración sediciosa fue conmutada el 17 de enero por Barack Obama a tres días de dejar la presidencia de Estados Unidos, debía permanecer encarcelado hasta el 17 de mayo próximo, cuando se cumplen 36 años de su encierro por su lucha por la independencia de Puerto Rico.
Hasta esa fecha, cuando quedará libre sin restricciones, no puede tener contacto con los periodistas y una de las condiciones impuestas es que tiene que 'guardar un perfil muy bajo'.
Cabanillas anticipó que ese día 'este pueblo, con un gran despliegue de cariño, se encargará de indicarle a los federales que fracasaron nuevamente, esta vez de forma burda'.
'Señores federados, ¿no entienden que a los gigantes se les hace imposible mantener un perfil bajo?', estableció el médico, quien junto a otras figuras puertorriqueñas, como el artista plástico Nick Quijano, amplió el giro internacional de la campaña por la excarcelación de López Rivera.
La salida del luchador independentista de la cárcel de Terre Haute antes del próximo 17 de mayo se produjo a solicitud del congresista demócrata de origen boricua Luis Gutiérrez, quien solicitó al alcaide que lo entregara bajo su responsabilidad, lo que se le concedió el pasado 31 de enero y se materializó diez días después.
El prisionero político puertorriqueño que más año ha pasado encerrado en Estados Unidos tuvo que someterse a los dictámenes del sistema de prisiones federal, por lo que no pudo pasar por Chicago, como hubiera sido su deseo, ni tampoco abrazar a su pueblo al descender del avión que lo trasladó hasta Puerto Rico.
La reacción de las personas que se presentaron al aeropuerto internacional de Isla Verde, en el vecino municipio de Carolina, fue de comprensión y alegría 'porque al menos ya está en su patria'.